MARTES 21 ENERO DE 2014
A las 8 de la mañana ya estábamos en pie y más o menos en buen estado o por lo menos, medio decente. Sabíamos que el agotamiento haría acto de presencia a lo largo del día, pero en ese momento, teníamos ganas de salir a ver Santa Bárbara.
Tomamos el coche hasta una zona comercial próxima al hotel y lo primero que hicimos fue desayunar en un sitio de comida rápida llamado Carls Jr unos sándwiches de tortilla y salchichas que no eran ni de cerca lo mejor que hemos probado, pero en ese momento nos supo a gloria. Estuvimos un rato comprando (aunque más bien fue mirando) algo de ropa y entramos en un supermercado para comprar algo de comida para el desayuno y a eso de las 14:00 llegábamos al aparcamiento situado en Paseo Nuevo, donde nos sorprendió que las dos primeras horas fuesen gratuitas (1.50 cada h siguiente)
Hay que empezar el día con energías
Hay una zona comercial exterior por la que merece la pena darse un paseíto y, como la temperatura acompañaba, nos acercamos hasta el muelle para ver aquella parte 8)
Ideal para pasear
Que no se nos haga tarde
Habíamos comprado una oferta a través de Groupon para un restaurante allí (pagamos 30$ y nos descontaron 50 de la factura final) y la intención era ir esa misma noche para cenar (si aguantábamos despiertos). Las vistas desde allí merecen la pena, pero cenar en ese restaurante en la terraza (dentro era imposible entrar con el carrito) cuando se fuese el sol y junto al mar, no parecía la mejor opción para ir con un bebé de 4 meses.
Nos volveremos a ver las caras
Cuando volvíamos al coche, habían montado en la calle principal un mercadillo de productos ecológicos y, tras comer en un sitio llamado Killer Shrimp, que no estuvo del todo mal, porque había una oferta especial si comíamos en la barra (si no hubiese sido excesivamente caro para su calidad), curioseamos por todos los puestecillos antes de poner rumbo al hotel a las 17:00.
No estuvo del todo mal
Qué ganas tenía...
Delicioso, pero yo prefiero un buen chuletón
Aunque no me importaría darme un atracón de esto
Casi, casi, como fulminados por un rayo, los tres caímos rendidos en la cama. Yo había puesto la alarma a las 20:00 por si una vez descansados salíamos a hacer algo, pero tan pronto sonó, la apagué y todos seguimos durmiendo.