LUNES 27 ENERO DE 2014
Como aquí no teníamos el desayuno incluido, habíamos comprado unas galletas y un zumo, que acompañábamos con un café y un té de la cafetera de la habitación, y eso era suficiente para ponernos en pie.
El primer lugar al que nos acercamos esa mañana fue a La Jolla. Una pequeña localidad a unos minutos de San Diego y donde vive gente con dinero. No sabíamos exactamente lo que nos íbamos a encontrar, pero no nos defraudó lo que vimos. Nos acercamos hasta su playa, vimos a un grupito de focas tomando el sol y dimos una vuelta por uno de sus parques.

Hermosa estampa

Echando una siestecilla

No sé, pero tiene algo que me encanta

Para estirar un poco las piernas
Una vez acabada la visita, nos dirigimos hacia Mission Beach que fue el sitio elegido para almorzar. Habíamos visto muchos sitios de comida mientras llegábamos en coche, y nos aventuramos a regresar andando hasta esa zona, pero nos había fallado el cálculo de distancias (bueno, concretamente me falló a mi), así que tras una caminata más larga de lo que nos habíamos podido imaginar en un principio, acabamos entrando en un local llamado The Boardwalk, que tenía a bastante gente en su terraza y eso fue lo que nos animó a entrar. Nuevamente, salimos de allí casi, casi rodando, y el paseo de vuelta se hizo más que necesario para quemar alguna de las calorías extras consumidas.
Como durante casi toda nuestra estancia en California, la temperatura durante el día era muy agradable (solo bajaba de noche y a primera hora de la mañana), por lo que el camino de vuelta se hizo muy placentero.
Como me había pasado en Balboa Park, había visto otro sitio para hacer fotos del puerto deportivo de San Diego desde la calle Dupont, y ese fue nuestro siguiente punto de camino.

Creo que desde aquí veo mi barco

En nuestra visita el día anterior a Coronado Island, nos habíamos dejado (por la hora que era) por ver el hotel del mismo nombre. Construido en 1888, se trata de un establecimiento emblemático de San Diego, por el que han pasado casi todos los presidentes americanos así como muchos famosos, y que además su entrada es el lugar donde se rodó una de las escenas más famosas de “Con faldas y a lo loco” (cuando a Tony Curtis se le rompe el tacón).

Se sale de nuestro presupuesto...

Me he quedado con la boca abierta
Lo único que hay que tener en cuenta a la hora de ir a verlo es que tiene un aparcamiento para visitantes, pero creo recordar que eran como unos 25$, mientras que en la calle se puede aparcar pagando apenas 2 (por dos horas). No nos pusieron ninguna pega para entrar en el vestíbulo principal, aunque sí que hay zonas que están específicamente indicadas como solo para huéspedes, pero como solo se puede acceder a ellas con llave de habitación, por lo que es difícil equivocarse…

Habitaciones con vistas

Como la entrada de nuestro motel



Nos metimos hasta la cocina