Cuando estábamos preparando el viaje y calculábamos la distancia entre Yosemite y Las Vegas por el recorrido que queríamos hacer nos salían muchos kilómetros, demasiados tal vez para un solo día y además con visitas, por lo que decidimos dejar esa noche abierta...
El trayecto que queríamos hacer era salir de Yosemite por el paso Tioga, atravesar Dead Valley y llegar a las Vegas, y allí que nos fuimos...
Dejamos el hotel de buena mañana, muy contentos con el trato recibido. El la tienda de la recepción cargamos de provisiones para nuestra travesía (no olvidar que atravesábamos el "Valle de la Muerteeeee") y nos pusimos en camino.
Nuestra primera parada fueron las Tuolumne Meadows. Este lugar lo dejamos para el final porque parecía que era el menos aconsejable del parque, pero la verdad es que tiene rincones realmente preciosos. Lástima que nuestra cabeza estaba ya en otro sitio y no lo disfrutamos realmente.
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La salida del parque es espectacular, vaya precipicios, no me extraña que en invierno sea imposible pasar por allí. Poco a poco el trayecto se va haciendo más monótono hasta que se convierte en algo "aburridillo". Podríamos haber pasado por Momo Lake y conocer el pueblo fantasma que hay allí, pero decidimos seguir adelante. Habíamos tardado poco en cruzar Yosemite y una idea se nos iba fraguando...
Por esta carretera bastante solitaria llegamos a Lone Pine, el típico pueblo americano con la calle principal llena de comercios y casas bajas... Comimos en un bar de esta calle (hamburguesa, como no) y tomamos el desvío hacia Dead Valley.
La verdad es que este parque no nos llamaba demasiado la atención cuando programamos el viaje, es más, lo atravesamos porque paraba de paso... Pero la verdad es que no nos arrepentimos en absoluto. Se viven experiencias muy interesantes, como por ejemplo cuando la carretera es ocultada por la arena que pasa por encima, o las corrientes de aire que casi llegan a quemar... Es un lugar curioso. Paramos en el popular Zabriskie Point, inmortalizado por la peli de Antonioni...
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La verdad es que en este punto la idea que teníamos ya había tomado forma, e ibamos a continuar hasta Las Vegas. Lo habíamos decidido, así que carretera y manta, tras un par de horas más conduciendo por un desierto muuuuy feo llegamos a LAAAAAAAS VEGAS...
Llegamos de día, por lo que no nos recibieron las luces, pero esta ciudad es un puro espectáculo. Desde que llegas no dejas de sorprenderte. Habíamos decidido parar la noche en el NYNY, que era donde habíamos reservado para los dos días siguientes, así que allá que nos fuimos. Aparcamos en el parking y tomamos habitación (por cierto, más barata que la que la superoferta que habíamos pillado en internet
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Una vez cambiados y sin apenas descansar fuimos a dar una vuelta por ahí. Esa noche visitamos los hoteles de la zona (si, se visitan los hoteles), el NYNY, el Excalibur, el Luxor (vaya pedazo de pirámide) y el MGM, donde paseamos bajo leones... sí, sí, bajo leones...
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Cenamos nuestro primer bufett en las Vegas, en el Excálibur, tomamos algo en un bar de nuestro hotel que tenía mucha marcha, comprámos un par de entradas para el espectáculo del circo del sol del hotel para la noche siguiente (Zumániti) y nos fuimos a dormir, que como podreis imaginar estábamos reventados... sí, sí, reventados pero en LAS VEGAS...
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