Xi’An
A las 13 h tenemos el tren que nos lleva Chengdu, así que tenemos hasta las 11.30h para hacer la visita de Xi’An. Básicamente queríamos visitar la Torre del Tambor y la mezquita.
La Torre del Tambor y de la Campana son unas edificaciones que hay en muchas ciudades, también las había en Beijing, pero allí no íbamos a tener tiempo. Las utilizaban para indicar el amanecer, el anochecer, para dar alertas…
La entrada de la torre vale 30 yuanes y hay una entrada conjunta con la Torre de la Campana que eran 50Y, pero no teníamos mucho tiempo así que visitamos sólo el tambor. Aquí hay un espectáculo de tambores cuyo primer pase era a las 9.30h. Me coincidía el horario con lo que yo había encontrado por internet y duraba 15’.
Llegamos en metro ya que estábamos a un par de paradas. Estuvo muy bien, hay 6 chicas ataviadas con la ropa tradicional, que tocan tambores y otros instrumentos tradicionales chinos y nos gustó mucho. Se hace en el piso de arriba y hay un par de filas de asientos. Cuando llegamos ya estaban ocupadas, pero nos quedamos de pie en primera fila y se veía muy bien.
Luego le dimos la vuelta a la torre, que tiene unas vistas magníficas a 360º y vimos los tambores y otro mobiliario que hay en su interior, además de los techos de madera policromados que me encantan.
Luego fuimos para el barrio musulmán, muy cerca de aquí, para ver la mezquita que es curiosa porque tiene mezcla de estilo chino y árabe. Todo este barrio fue creado cuando la ruta de la seda, con los comerciantes que vinieron, se establecieron y fueron creciendo. Son musulmanes, pero su aspecto es chino.
La entrada costó 25 yuanes y me dieron un pañuelo a la entrada para cubrirme los hombros. El recinto es bastante grande, hay diferentes edificios, patios arbolados y jardines y nos gustó mucho. La pega que le pongo es que al final de todo está el edificio de la mezquita, la zona de rezo, y la tienen cerrada. Hay un cartel en la puerta que indica que no se puede entrar, porque es lugar de culto. Entonces para que me dan un pañuelo para que me cubra si no puedo entrar? Pues ahí ya me quité el pañuelo. Tienen la valla puesta como a 2-3 metros de distancia, con lo cual no puedes ver el interior, sólo las alfombras. A la salida con el traductor le dije al de la puerta que para qué el pañuelo si no me dejan entrar, para el jardín? Y me contestó que sí, jaja,jeje. Aún así, nos gustó la visita.
Es muy curioso el contraste de estas ciudades que cuando llegamos a las 9h no había gente por las calles y cuando nos fuimos a las 11 pasadas ya todo era un gentío, casi como anoche. También en la temperatura se nota bastante el cambio.
Volvimos de nuevo al metro para ir al hotel a recoger el equipaje. Al lado del hotel descubrimos la cadena de supermercados FamilyMart, y que usaríamos más veces, donde tienen comida preparada y allí nos comimos unos pinchos, pollo, etc. que te calientan al momento. Algunos tienen un mostrador donde te puedes sentar. Nos gustó mucho este tipo de comida porque es más neutra. Así que nos fuimos ya comidos.
Nos ha gustado mucho Xi’An, lástima que no tuviéramos más tiempo para haber visto también la Torre de la Campana y la muralla, que no entraba en nuestros planes, al haber paseado por la de Pingyao. Es una ciudad con mucho ambiente, tanto de día como de noche y la hubiéramos paseado un poco más.
De nuevo al metro hasta la estación norte de Xi’An, que teníamos a unos 30’. Los trayectos al centro nos costaron 2 yuanes y este, que está más lejos, 4Y. Es comodísimo moverse en metro, merece la pena.
Tren a Chengdú y forzoso plan B
Llegamos a Chengdú hacia las 17 h. y por el camino tuvimos que improvisar un cambio de planes forzoso. Mañana a las 20.30h teníamos que coger un tren nocturno hasta Huaihua, para ir desde allí a Fenguang. El tren quedó en lista de espera y no se llegó a comprar, mientras que el de Huaihua a Fenguang sí se había comprado. Decidimos que ya no esperábamos más y cancelábamos la compra.
El plan B fue coger el tren por la tarde, que era más rápido que el nocturno y que había estado controlando que quedaran plazas, pero que nos recortaba 4h el tiempo en Chengdú. Otra de las maravillas de Trip es que cuando quedan pocas plazas, te lo indica en la app, así que se puede hacer seguimiento. Este cambio implicó que también necesitábamos hotel, que buscamos lo más cerca posible de la estación puesto que llegábamos cerca de las 22h y a donde sólo íbamos a ir a dormir.
Con este cambio que reducía nuestro tiempo en Chengdu quedó eliminada una visita que habíamos incluido que era una librería o biblioteca Dujiangyan, no me quedó claro qué era, pero cuyas fotos habíamos visto y era espectacular, le llamaban la catedral, por su curiosa forma y a la que se podía ir en tren desde Chendgú. Pero además, tampoco estábamos seguros de poder visitar el Buda de Leshan y un recinto que hay al lado que es el Oriental Buddha Park. Para minimizar pérdida de tiempo decidimos colocar nuestro equipaje en la consigna de la estación de tren de Chendgu, que además era enoooorme, y desde donde salíamos para nuestra visita a Leshan y también para coger el tren de la tarde. Pero esto no fue tan fácil y nos complicó la tarde e hizo que un día que tenía que ser tranquilo, para hoy sólo teníamos que ir a la Ópera que teníamos reservada, no lo fuera tanto y de pelos no dormimos en la calle. Al menos frío no hubiéramos pasado…
La estación Este de Chengdu era inmensa, costó un buen rato andando llegar a la salida, así que supusimos que allí tendría que haber una consigna. Preguntamos infinitamente y siempre era para adelante y al final resultó que estaba en el exterior, había que subir las escaleras mecánicas y estaba en el mismo porche donde hay el edificio para comprar las entradas, etc, justo al lado. Pero el horario era de 7 a 22h, y nuestro tren a Leshan era el primero, a las 6.17h, para llegar cuando abrieran a las 7 de la mañana, e intentar llegar sin colas. Por lo tanto, no nos servía.
Bajamos de nuevo a la estación, aquí mismo también se junta con el metro, por eso es tan grande todo, a ver si encontrábamos un bar, tienda o similar que abriera antes y no tuvimos suerte, los horarios en la puerta también indicaban a partir de las 7h. En el control de seguridad nos sugirieron que arriba en la plaza, había un hotel 24h y que seguramente allí podríamos. Como ya he dicho, el tiempo en China pasa muuuy de prisa y ya eran más de las 18h, había que ir a dejar el equipaje y coger el metro hasta el teatro para ver a las 20h la Ópera de Sichuan. Decidimos volver a buscar este hotel cuando acabáramos con el teatro.
Cogimos el metro hasta el alojamiento, que fueron sólo 2 paradas y luego sólo teníamos 5’ andando. Yo tenía marcada la ubicación correctamente, pero era una zona de rascacielos y no veíamos la entrada, así que una chica a la que preguntamos, que tampoco la veía, nos hizo el favor de llamarles y bajaron a buscarnos. Aquí el alojamiento fue un apartamento en el piso 18 de un edificio de 40 plantas, con 6 ascensores. La oficina la tenían en otro piso, hicimos el check in, nos acompañaron a nuestra habitación, dejamos el equipaje y ya nos fuimos de nuevo al metro hasta el teatro.
En cuanto al alojamiento, estaba muy bien ubicado, a 5' andando del metro y a 2 paradas de la estación de tren. En los alrededores había de todo, zona tranquila y de rascacielos. Cuando llegamos por la noche, justo abajo un puesto de comida. La habitación estaba muy nueva, incluso moderna, le di a un interruptor en la ducha que era un calefactor en el techo del que sólo veía los grados, y pasó de 24 a 30º en nada, casi me frío duchándome! Al ser apartamento era más grande y con nevera. Pero tenía una fuga bajo la pica del lavabo por la que caía el agua a chorro. Las vistas desde la habitación fueron impresionantes y el precio fueron 20€. Aquí dejo el
link de reserva de trip.
Opera de Sichuan
Había una media hora en metro desde Dongda Road, nuestra parada, hasta Tonghuimen. Luego había que andar sólo 5’ más. Suerte que lo del metro ya lo tenemos controlado!! Llegamos a las 19.30h, habíamos hecho la reserva a través de Get Your Guide, que nos costó 20€ cada uno en asiento tipo B, las más baratas que encontré, y se veía estupendo. La duración es 1,5h.
Enseñé la reserva en la taquilla, hizo una llamada y estaba todo correcto. Hubo que hacer la cola hasta que abrieron y una vez dentro, nos acomodaron.
La ópera de Sichuan es un espectáculo chino en el que hay diferentes tipos de atracciones: sombras, marionetas, acróbatas, música, etc. y el plato fuerte es el cambio de máscara con el que acaba el espectáculo y que consiste en que el protagonista se cambia la máscara varias veces super rápido y no ves cómo lo hace. Lo mismo tiene cara de panda, que de demonio.
La sala donde se realiza no sólo son butacas, sino que hay mesitas redondas con cinco sillas alrededor. La parte de delante tiene dos sillas y entremedio tienes la mesa, que es la que nos tocó a nosotros. Y detrás de ti tienes tres sillas más. En la mesa te ponen un plato de pipas de girasol y tazas para el té, que te van sirviendo durante todo el espectáculo, cuando te lo vas acabando. También puedes comprar otras consumiciones. Las pipas no las acabamos, hacía años que no las comíamos, y también las recargaron.
Nos encantó el espectáculo. Empezaron cantando y bailando. El de marionetas y el de las sombras, haciendo figuras de animales también nos gustó mucho. Incluso uno que salió con una especie de flauta que me pareció más flojo acabó con el soplido final que yo creo que duró varios minutos sin coger aire, fue impresionante. Los acróbatas también muy bien con las espadas y dando volteretas. Incluso un número de payasos también con ejercicios de flexibilidad y que los críos se lo pasaban pipa, efusivamente en la sala. Estuvo todo francamente bien.
Y ya el plato fuerte y que fue la guinda, con el cambio de máscara en que el protagonista bajó del escenario y se paseó por toda la sala y todos estábamos grabándole y no veías como lo hacía. Estuvo muy bien el espectáculo y a la salida pues toda la zona estaba iluminada y todo muy chulo.
Seguimos intentando arreglar el plan B y casi dormimos en la calle
Tras la ópera, habíamos decidido que volvíamos a la estación de tren a buscar el hotel que nos habían recomendado a ver si podíamos dejar allí el equipaje mañana temprano. De hecho, lo vi en MapsMe, era el 7Days Premium y se veía que ocupaba toda la manzana.
Allí vimos una entrada que no parecía la recepción, sino una puerta trasera y preguntamos, pero las chicas uniformadas nos dijeron que no había espacio para guardar equipaje, que justo al otro lado de la plaza había un hotel, que seguro que allí sí. La plaza es inmensa y al otro lado no había ningún hotel. Había la parada de taxis a quienes preguntamos y nos dijeron que el hotel más cercano era un edifico alto que veíamos a lo lejos y tenía aspecto de mínimo 20’ andando.
Como las chicas habían insistido que estaba al otro lado de la plaza, pues le dimos la vuelta al edificio que había al otro lado de la plaza, que era un hospital, todo oscuro, nadie por la calle... Como las distancias aquí en Chengdú son inmensas, hay edificios altísimos por todas partes, tiene pinta de ciudad financiera, pues dando vueltas nos tiramos una hora larga. Intentamos ir al hotel al que nos enviaban los taxistas, pero aquello era como estar paseando por el nudo de la Trinidad, un entramado de carreteras unas por encima de las otras y no se veía acceso peatonal, así que desistimos porque eran ya las 23h y en el metro nos habían dicho que cerraba a las 23.30h, por lo que abortamos misión y volvimos al apartamento.
Pero no habían acabado nuestro día aún. Llegamos al apartamento, al que se accede por código, y no encuentro el código de acceso. De hecho, nos abrieron ellos… pero me acuerdo que me lo había enviado por WeChat en una especie de foto. En la foto no se abre nada parecido a un código. El había estado trasteando y me enseñó en la pantalla un número, pero no me había ni fijado y como nos abrieron ellos… Vamos a la oficina, pero claro, ya sabíamos que tiene un horario reducido y allí hay un número de teléfono operativo hasta las 24h y eran menos cuarto, la cosa pintaba mal!! Como no tenemos teléfono chino, bajamos a la gran recepción, donde no hay conserje, a ver si alguien nos hecha un cable, que no sea al cuello.
Allí hay una pareja hablando, ella se desentiende pero él intenta ayudar. Con el traductor le explico, llaman, no contestan, vuelven a llamar a otro teléfono, tampoco contestan… y le explico que tenemos un código que a ver si él sabe… Cuando vio la inmobiliaria, le sonaba… y sí, en WeChat había que trastear con la foto, pero con el estrés que llevábamos no me acordé de eso, que además todo estaba en chino. El chico estuvo trasteando varias pantallas y cuando vi el dibujo de la llave, me acordé, allí dentro estaba el código.
Mil gracias!! Que hoy desde allí arriba seguro que nos han mandado una ayudita!! Nos hemos pasado el día llegando a todas partes en el último minuto. La alternativa era dormir en una super sala abierta con sofás al lado de la recepción pero claro, no hubiéramos podido ir al buda puesto que nuestras maletas seguían en la habitación.
Nos comimos unos bocatas, ducha y a dormir “prontito” casi a la 1 y dejamos todo preparado porque al otro día teníamos que madrugar un montón. Como hoy no habíamos encontrado opción para dejar el equipaje, decidimos que mañana nos íbamos una hora antes con las maletas a cuestas, y que algún sitio encontraríamos por la estación para dejarlas. Y si no, nos las llevábamos a Leshan, donde podría ser que acabáramos la excursión, antes de empezarla.
Así que pusimos el despertador a las 4h para salir a las 4.30h y llegar a la estación de tren a las 5h, una hora antes de la salida de nuestro tren.
Como puede pasar, el día de hoy parecía tranquilo, pero al final se ha complicado.