Hoy ya en el hotel opté por tomar solo un zumo y el café nos lo tomamos en un bar, en Golden Ape, tenían con leche y bastante rico. Hoy íbamos a visitar solo Ubud y lo que pudiéramos hacer andando.
Visitamos primero el Monkey Forest, que a mí me encantó y yo me habría quedado todo el día viendo los monos, pero la amiga se asustaba por todo. Muy lindos son. He de decir que me compré varios monos de madera en distintos sitios de Bali.
Aquí nos separamos, porque ella quería darse un masaje y hacerse la pedicura en un sitio al lado del hotel (hay cientos literalmente, y muy baratos). Yo quería volver al Monkey Forest porque la entrada es para todo el día, pero empezó a llover bastante. Me voy entonces a otro sitio de masajes y también me doy un masaje con exfoliación. Tenían el ventilador puesto y este día me acatarré un poco porque tardé un minuto más de lo debido en pedirle que lo apagase.
Comimos en el hotel, había comprado más fruta en otra excursión al supermercado.
Cuando terminamos, para de llover, así que nos vamos al street market de Ubud y compramos más recuerdos. Luego visitamos el Palacio de Ubud, que es gratis, y el templo llamado Palacio del Agua (Pura Taman Saraswati), donde te visten con el kimono ya usado por muchas personas y te sacan fotos, si quieres, por un módico precio. Un poco chorra.
Aquí nos volvemos a separar porque ella quiere ir un rato a la piscina del hotel, muy chula por cierto, en un entorno increíble, y yo me pongo a caminar hasta el templo Pura Dalem, que no se visita, buscando el inicio del sendero Campuhan Ridge, el de la palmera. Paso por el Pura Gunung Lebah, en medio de una naturaleza espectacular. Me puse a seguir el sendero mientras se ponía el sol y llegué casi hasta la entrada norte, pero me di cuenta de que me había quedado yo las llaves del hotel y no sabía si se había arreglado esta mujer, así que me di la vuelta. Me encantó, una pasada.
La otra se había tomado un café y había pedido que le abriesen la habitación. Me la encontré en la piscina en videollamada con otra amiga. Yo me había comprado un helado en el super de camino, también los helados más ricos que en cualquier sitio, de fruta de verdad. Nos cambiamos para salir a sacar más dinero (nunca supe por qué no sacábamos más de una vez) y también a cambiar; y a aprovechar la happy hour del sitio donde compré la cena el primer día. Tenían de todo y muy rico. También conversamos con unos australianos, que nos comentan que no entienden que vayan tantos españoles (y europeos varios) a Bali con lo lejos que nos queda.