Nuestra ruta original terminaba en Nilaveli, pero como el viaje de vuelta a Negombo era demasiado largo, hicimos un pequeño cambio y metimos Dambulla como última etapa. Quedaba -más o menos- a medio camino, y ya que las distancias son grandes se agradecía no hacerlo de un tirón.
Así que nos despertamos, dejamos el hotel (el check out fue raro, porque cuando fuimos a recepción a dejar las llaves nos pidieron que esperáramos y revisaron la habitación) y empezamos la ruta de poco más de dos horas hacia Dambulla.
Como otras veces, llegamos pero antes de entrar en nuestro hotel comimos algo con la sorpresa que cuando ya estábamos en el restaurante vimos que era el mismo donde habíamos comido a medio camino entre Kandy y Habarana. Qué cosas.
El Star Dambulla ha vivido tiempos mejores, pero como siempre, era más que correcto para nosotros. Dejamos las maletas y nos fuimos a visitar el Tempo del Oro. Salió por 33,30 USD.
El complejo no deja indiferente, está formado por dos niveles. En el nivel bajo, que es por donde tenemos la entrada, hay un templo con un enorme buda dorado. A mano izquiera hay unas escaleras (bastantes), que suben al siguiente nivel. Es ahí donde encontramos las cinco cuevas, dentro de las cuales podremos contemplas varios budas y un montón de bonitos murales.
1. Cueva Devaraja
2. Cueva de los Grandes Reyes
3. Cueva del Gran Templo Nuevo
4. Cueva del Templo Occidental
5. Cueva del Segundo Templo Nuevo
Como siempre, hay que entrar descalzo y no olvidéis que no se pueden hacer fotos estando de espaldas a un buda.
A la salida de la última cueva se puede bajar por unas escaleras distintas y volvemos al primer nivel.
No quedaba mucho tiempo para más. Volvimos al hotel, nos dimos un chapuzón en la piscina y cenamos ahí mismo.