A veces un viaje con Ryan puede ser tan aventurado como una expedición a la Indochina pero no ha sido el caso. El vuelo ha sido perfecto aún con la gran cantidad de artículos que nos han querido vender. Hasta cajetillas de cigarrillos sin humo. Ya llegas a perder la cuenta. Llegamos puntuales a Pisa Galileo Galilei y después de coger las maletas,llegamos fácilmente a una oficina donde pagamos 5,70 € más cuatro euros de comisión. Las máquinas estaban fuera de servicio y supongo que hemos pagado la novatada. Enseguida tenemos el primer contacto con la dulce lengua italiana,le preguntamos a un señor sobre la máquina de validar los billetes y nos dice con rostro compungido:”lo ha destrutto” enseñándonos su billete de tren roído por una salvaje máquina. Le seguimos hasta otra máquina amarilla y después de validar los billetes,subimos a un tren que ha conocido tiempos mejores, chirría más que mis huesos después de subir una montaña. Llegamos al andén 14 de Pisa Centrale, estación tan cutre como el tren que nos ha llevado y sin problema subimos a otro tren que nos llevará a Santa Maria Novella en Florencia. Un tren un poco más moderno que hará media docena de paradas en Pontedera,Empoli,Lastra ,Rifredi y por fin a Santa Maria Novela.
En el tren me llevo el primer susto del viaje,oigo a una persona hablando por el móvil y diciendo que estaba en Signa y acababa en Roma.Ya pensaba que me había equivocado de tren e iba a Roma Termini...
Ante nosotros,la magnífica mole del Duomo y la no tan bonita del Baptisterio ocupan la plaza ,el Campanille alto y esbelto conforma un grupo extraordinario. Damos por primera vez una vuelta al grupo monumental y cuando nos decidimos a ir hacia la Señoría,la peque da la primera señal de aviso y corriendo hacia el hotel. De camino, en Zannetti, vemos a tres chicos y un padre orinando detrás de una fila de basureros al ritmo del clásico de Celentano “Yupi doo,yupi doo”.
Una vez solucionada la urgencia salimos hacia la Plaza de la Señoría por vía Calzaiuoli ; está llena de gente vendiendo unos artículos voladores sin el más mínimo atractivo ni para los niños. Si la plaza del Duomo nos impresiona,no menos la Señoría. Quedamos maravillados mirando unos minutos el imponente Palazzo Vecchio,con la copia del David delante y la no menos imponente Fontana de Neptuno a nuestra izquierda ,triunfante el Dios que nos desafía con su mirada. A la derecha, tenemos la Loggia dei Lanzi de Orcagna donde Perseo,el Rapto de las Sabinas y otras esculturas nos contemplan sabedoras de su superioridad. Volviendo por Calzaiuoli, nos detenemos ante otra maravilla,Orsanmichelle,la iglesia-almacén y de allí a la Piazza della Republica; siempre tan animada donde a la izquierda veo por primera vez el café bar “Giubbe Rosse”(lugar de encuentro de artistas y poetas). La Santa, la Peque y Lludrigueta me arrastran hasta el hotel a pesar de que yo quiero ir a ver el Arno,el Ponte Vecchio,el Oltrarno, Pitti con la ansiedad propia del recién llegado. No quiero dormir,estoy en Florencia, quiero soñar con los ojos abiertos.Firenze é bellísimo....