Praga y Budapest, 7 días con Cesky Krumlov y Kutna Hora. ✏️ Blogs de Europa Este

Después de hablar con varias agencias White Umbrella nos dijo que si a las 10 am había 2 personas más para Kutna Hora, sí que la hacían, saliendo en 20 minutos con lo que fuimos a cambiar a Exchange el dinero para pagar en caso de que saliesen.

En Exchange nos indicaron que la cantidad mínima para cambiar y utilizar el vale de descuento eran 50 € pero como solo necesitábamos pagar la excursión y teníamos alguna corona para gastar en souvenirs, cambiamos lo justo para la excursión.

A las 10 am hablamos con los guías y nos presentan a los que van a ser nuestros compañeros de viaje. Dos chicos de Barcelona muy majos con los que hicimos muy buenas migas y entre eso y el guía que era gaditano se nos hizo la excursión cortísima.

Nos fuimos caminando a la estación de Praga hl.n. donde el guía compró los billetes y nos subimos al tren, que después de un cambio nos dejó en Kutna Hora ( a determinadas horas es directo). Suele haber un trenecito que te lleva hasta el centro del pueblo pero al parecer no funcionaba con lo que nos pusieron un bus que nos llevó hasta escasos 50 metros del Osario, momento en el que empezó a nevar.

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Tras una breve explicación, entramos en el Osario, donde el guía nos explicó todo lo que concierne a las huesos, el pueblo, la plata que era extraída y después nos dejó un buen rato para sacar fotos y comprar algún souvenir.

En el exterior continuaba nevando y una de las chicas del Osario nos llevó en una furgoneta hasta la Catedral, donde nuestro guía nos explicó la historia de la Catedral, entramos y continuando con las explicaciones aprovechamos para sacar fotos y reírnos un rato con algunos chistes.

Continuamos por lo que en su momento fue la réplica para competir con el puente de Carlos.

Ya se acercaba la hora de comer y nos llevaron a Pivnice Dacicky donde comimos espectacularmente además de probar su cerveza que estaba de escándalo. Probamos el goulash de jabali, el pato y las costillas. Además de postre la strudell y las creps. El precio fue increíble para tales manjares. De regalo una de las camareras que chapurreaba algo de castellano nos deleitó con su verborrea, en el buen sentido.

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Encantados con todo lo que llevábamos de día, continuamos hacia la parada donde nos recogió el bus de vuelta a la estación de tren para volver a Praga.

Entre risas el tiempo voló hasta llegar a Praga, despidiéndose de nosotros el guía en la Plaza del Pueblo Viejo.

Como no teníamos gran cosa que hacer hasta la hora de recoger las maletas, que amablemente nos guardó el Florentina hasta las 22 horas y siendo las 17 pasadas, nos fuimos con los otros chicos a tomar cerveza como despedida de la ciudad que nos cautivó.

A las 10 pm recogimos las maletas y nos fuimos a la estación donde compramos algo para cenar mientras esperábamos nuestro tren. Nos gastamos las últimas coronas en unas postales y algún dulce para no volver con ellas a casa.

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Subidos al tren, nos colocamos para pasar la noche, comenzando el viaje la mar de a gusto con el calorcito del vagón. Duró poco nuestra felicidad, de repente empezó a bajar la temperatura hasta tal punto que no había forma de dormir con semejante pelete.

A las 2 pasadas un revisor nos indica que sentía mucho las molestias y que podíamos cambiar de vagón ya que no funcionaba la calefacción (después de pasar 40 revisores a tocar los controles de lo que supongo que eran los mandos de la calefacción).

Tan rápido como pudimos cogimos nuestras cosas y nos fuimos directos al vagón de primera clase y nos metimos en una de las cabinas donde estaba una chica acostada que bien podía ser la prima de Romay (cosa que intuía pero que se confirmó cuando se levantó para bajarse).

Pasaron un par de revisores que pusieron mala cara al vernos en ese vagón y mirar nuestros tickets, ahhh, se siente!!! Es lo que tiene que se estropee la calefacción. Intentamos dormir lo que pudimos.

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A las 8:30 am llegamos a la estación de tren de Keleti Pu en Budapest. Dejamos la estación, admirando las pinturas que hay en su interior.

Nada más salir a la calle decidimos buscar un sitio para desayunar y que tenga wifi para activar el maps con la ruta hacia el Fifteen Boutique Hostel (lo de hostel supongo que será por temas de impuestos-nomenclaturas puesto que es un hotel en toda regla).

Difícil, con wifi, cobran en efectivo y como no llevábamos HUF a por otro, sin wifi… hasta que decidimos buscar una casa de cambio en dirección hacia el Fifteen que sabíamos se encontraba en Buda.

Nos dirigimos a la avenida Rakózcí buscando casas de cambio y en la esquina con la calle Erszebet decidimos dividirnos en busca de varias casas para comparar. Ojo al dato, algunas ponen el cambio más bajo pero no incluyen su comisión. Tras localizar varias, comparar tipo de cambio y comisión, nos decidimos por Gold Change aunque justo en frente había otra casa de cambio que tenía el mismo tipo incluida la comisión.

Ya con los florines en la cartera, continuamos por Erszebet y a pocos metros vimos el café New York, reservamos la dirección y continuamos hasta encontrar un Starbucks. Cuando vimos los precios nos parecieron caros para lo que entendimos nosotros era un precio razonable en Pest.

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Café New York.

Dejé a mi mujer con la wifi mientras yo seguí unos metros más allá viendo una pastelería con apariencia de llevar poco tiempo abierta y con la lista de precios más que aceptables (hasta 3 veces menos). No estoy seguro del nombre pero creo que es Fornetti. No tiene perdida después del KFC está el Starbucks, cruzas y lo ves frente a un quiosco verde.

Continuamos por la calle hasta llegar a Octogon donde antes de bajar al metro compramos los bonos de transporte para 72 horas desde su activación en el momento de comprarlos. Nos dio justo para ir al aeropuerto el último día.

Con los tickets puedes usar todos los transportes públicos de la ciudad y la verdad es que sale muy rentable por algo más de 13 € subes todo lo que necesites.

Tras consultar las líneas de metro (1 hasta Deák Ferenc Ter y 2 hasta Széll Kálmán tér)para llegar al Fifteen, bajamos al metro y enseñamos a los revisores los tickets, permitiéndonos continuar.

Salimos de la estación y vemos toda la calle patas arriba, un centro comercial que se llama Mamut y a pocos metros después de cruzar la calle Krisztina el ansiado hostel.

Nos ofrecen un té mientras hacemos el checkin, nos instalamos y damos una duchita, después de esto a estudiar lo que a mi entender es un complicado sistema de transporte pero que al final no lo fue tanto.

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Museo de Historia, Castillo de Buda.

Nos dirigimos al castillo de Buda, que no tenemos muy lejos.

Hacemos un recorrido exterior por el Bastión de los Pescadores, la Iglesia de Matías, la estatua de la Guerra de la Independencia, la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest y varios palacios, sin perdernos las vistas de la ciudad; todo ello amenizado con una buena puesta de sol.

Cuando terminamos y después de no comer al mediodía, decidimos ir al Trófea Grill Restaurant Zugló ya que en este foro lo valoran muy bien. Nos cogemos el autobús de la línea 16 que nos lleva desde Dísz tér hasta Széll Kálmán tér, desde ahí la línea 4 del tranvía hasta Oktogon y luego el metro línea 1 hasta la última parada México.

desde ahí solo hay que caminar unos 100 metros por la calle México y nos lo encontramos de frente.

No llevabamos reserva pero no hubo problema, la única condición es que teníamos que terminar a las 9 pm (creo que para servir un segundo turno de buffet). Nos sentaron y nos pusimos manos a la obra con lo famélicos que estabamos. He de reconocer que nos quedamos encantados con los manjares de buena calidad que servían en el buffet, además por 13 € al cambio con bebidas incluidas, es para repetir, que es lo que hicimos para el día antes de volvernos a Tenerife.

Se ve que en la cuidad van cuando celebran cumpleaños o aniversarios de algo porque nos preguntaron si celebravamos algo al reservar para la noche antes de volver a casa. Apagan las luces, ponen música y llevan una tarta a las mesas...

Hay otros Trofea Grill en el centro de Budapest pero no son de la misma cadena, se lo pregunté a la chica cuando pagamos ya que habiendolo en el centro para que vamos a desplazarnos hasta aquí, tampoco tienen el mismo precio, son más caros, la calidad no puedo decir ya que solo fuí a este.

Uff!!! con el estómago lleno, solo quedaba ir de vuelta al Fifteen para culminar un día agotador debido al cansancio acumulado por el viajecito en tren. Metro de vuelta y para que nos de el aire nos bajamos en Oktogon donde cogemos un tranvía para ir al hostel.

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No madrugamos mucho ya que el día anterior nos agotó.

Para evitar buscar un sitio donde desayunar, la noche anterior pedimos que nos sirvieran el desayuno por un suplemento. No es la opción más barata pero nos resultó cómoda.

Salimos del hostel para coger el tranvía línea 6 que nos deja cerca en Blaha Luzja Ter y desde ahí la línea 173 hasta Astoria, callejeando llegamos a la Sinagoga.

Desde aquí vamos callejeando hasta la Basílica de San Esteban donde se encuentra la mano momificada del rey Esteban I, primer rey de Hungría y santo.

La fachada que está orientada hacia el Danubio con una pequeña explanada delante, se ve frenética, preparando los puestos del mercado de navidad que comienza oficialmente el día que nos vamos

Luego de recorrer la orilla en tranvía, nos acercamos al Puente de las Cadenas.

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Puente de las Cadenas.

Desde ahí continuamos hacia el Mercado Central de Budapest, como me encanta el transporte en esta ciudad, la línea 2 de tranvía cubre la orilla este del Danubio con lo que es práctica para ir del Parlamento al Puente de las Cadenas y de ahí al mercado.

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Mercado Central de Budapest.

Después de recorrerlo y aprovechar para comprar algún souvenir, decidimos comer en los puestos de comida de la última planta. El típico gulash servido dentro del pan y una especie de rollo de col relleno de arroz y carne.

Cuando terminamos, habíamos puesto nuestros ojos en una repostería de la primera planta (bueno más bien una tienda de strudell porque era lo único que tenía, eso si de todos los sabores) donde compramos las de manzana, frambuesa y cereza, esta última manjar de dioses . Como era mucho las probamos y guardamos para cuando nos diese hambre.

Antes de salir del mercado compramos un trozo de dobostorta para probar nada que destacar de ese trozo de pastel de bizcocho, chocolate y una capa de caramelo.


Salimos y nos vamos en tranvía línea 47 hasta Deák Ferenc tér y desde ahí en metro a la Plaza de los Héroes, línea 1 hasta la parada de Hősök tere. Recorremos la plaza, que a los lados tiene el Museo de Bellas Artes y el Palacio de Arte Contemporaneo. Un poco más allá observamos el Castillo Vajdahunyad dentro del parque de la ciudad.

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Plaza de los Héroes.

Una vez de vuelta decidimos volver en tranvía para ver la famosa calle Andrássy desde la parada anterior congemos el tranvía 105 hasta la para de la Opera donde nos bajamos para sacar unas fotos y damos una vuelta.

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Interior de la Opera.

Es hora de ir al Café New York para tomar algo y disfrutar de la belleza del sitio. Decidimos callejear un poco para ver detenidamente la zona. En el café nos deleitamos con la arquitectura del lugar y nos lo tomamos con calma ya que no es para menos.

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Café New York.

Ya de noche nos volvemos en línea 6 al hostel y nos paramos en el centro comercial Mamut donde damos una vuelta, compro una tarjeta SD para la cámara y damos una vuelta.

En el Fifteen nos deleitamos con las strudell que compramos en el mercado y hasta el día siguiente.

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Puente Margarita con vistas al Parlamento.

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