Malasia y Singapur en 12 días. Septiembre 2019 ✏️ Blogs de Asia Sudeste

Nos despertamos en nuestro primer día completo en Georgetown, y lo empezamos con un trámite clásico que conlleva viajar ligero de equipaje, la lavandería. Por 15 RM dejamos una bolsa grande de ropa que podremos recoger esa misma tarde.

Tenemos apuntado un sitio cercano para desayunar, tipo cafetería occidental, que por cierto, abunda bastante en esta ciudad. La verdad es que nos apetecía el café y está todo muy bueno, pero si queréis ajustar el presupuesto no vayáis a este tipo de sitios, porque cuestan prácticamente el doble que una comida, nosotros al final si nos tomamos bastantes cafés porque nos apetecía, pero son precios para turistas, este desayuno nos costó 32 RM, y no era de los sitios más caros.


Después de desayunar, comenzamos el itinerario para ver el centro de Georgetown, con sus característicos graffitis. Eso sí, lo primero que hacemos es buscar un sitio para recargar la tarjeta SIM, en cualquier sitio tipo 7 eleven se puede hacer, y aunque al principio costó un poco, al final conseguimos datos ilimitados para lo que nos restaba de viaje por 20 RM.

La historia de Georgetown y el street art empezó al ser nombrada patrimonio de la humanidad, se hicieron proyectos para mejorar la imagen de la ciudad, como el de Tang Mun Kian, un artista que fue haciendo diferentes figuras y textos en hierro forjado, que cuentan anécdotas, curiosidades sobre los nombres de la ciudad…


En 2012, un artista llamado Ernest Zacharevic, también creó un proyecto llamado Mirrors of Georgetown, mediante el cual pintó algunos de los graffitis, que combinaba con mobiliario urbano, más famosos de la ciudad, en alguna parte leí que en el de Boy on a Bike, la motocicleta era de un viajero que fue desde Vietnam a Penang, y de vez en cuando restauran el asiento, pero no estoy completamente segura de la veracidad de esta historia. A estas dos iniciativas le siguieron más, como la de “101 Kittens”, del artista tailandés Natthapon Muangkliang en colaboración con Louise Low y Tang Yeok Khanm, ambos malayos, que buscaba concienciar sobre el bienestar de los gatos callejeros, y muchas más obras de otros artistas, algunas promovidas por alojamientos… En este enlace podéis ver la situación de las más importantes

https://mypenang.gov.my/uploads/page/4/docs/Marking_George_Town-_English.pdf

La verdad es que fue bastante divertido porque al principio nos costaba ver los graffitis pero luego ya nos fuimos haciendo expertos, y es que aunque los famosos suelen tener gente haciéndose fotos, hay muchos que pasan desapercibidos por el color desgastado o porque no son tan famosos. Para ver este de Bruce Lee tuvimos que pasar varias veces.


Las calles principales además tienen graffitis pequeños o detallitos por todas partes, además el desgaste, las casas coloniales…



La zona tiene un encanto especial. También encontraréis algunas tiendas de recuerdos muy bonitas con cosas artesanales y originales, nosotros compramos bastante y a buen precio.



Para ir haciendo el recorrido, nosotros empezamos en Lebuh Armenian y tiramos hasta la zona de los Jetties, viendo también las calles perpendiculares. Podéis encontrar la mayoría de los graffitis en google maps por el nombre.




Además de estos graffitis, hay un sitio que os recomiendo un montón para ver street art, y es el callejón de Art Lane, esto no deja de ser una especie de edificio abandonado lleno de graffitis chulísimos, y es que como habréis notado en Georgetown se respira arte callejero.



Además en esta zona también podéis encontrar la casa museo del clan chino Khoo Kongsi, se que se puede visitar pero la verdad en esto no estoy muy puesta, y también mezquitas como la Kapitan Keling o la de Acheen Street, que tiene un minarete muy chulo, precisamente aquí decidimos tomarnos un descanso con unos zumos de mango, porque el calor ya empieza a apretar.



Después de recorrernos gran parte de las calles principales del centro, visitamos los Jetties. Los jetties son barrios flotantes, donde los inmigrantes chinos se instalaron al llegar a Penang. Nosotros visitamos en Chew Jetty, que es el más famoso, y el Tan Jetty, el Chew es mucho más turístico y hay bastantes sitios para comprar cosas, y también por ello es en el que más movimiento vais a ver. La verdad es que la zona es bastante curiosa de ver, sobretodo cuando se vislumbra un poco el interior de las viviendas.



Cuando salimos, decidimos comer algo en el food court que hay al lado de los Jetties, se llama tal cual The Jetty Food Court. No es muy grande, y no es que tenga muchísimas opciones, pero lo que comimos estaba bueno, nos decidimos por pedir dumplings y unos zumos, nos cuesta todo unos 20 RM.


Después de comer, seguimos dando un paseo por la zona principal de los grafittis para ver algunos que se nos habían escapado, como por ejemplo, el de Skippy, que apenas se ve, es uno de los que formaba parte del proyecto de los 101 kittens, y es en honor a un gatito de una protectora.



Luego decidimos tomarnos un café en el Gundang Café, un sitio con un rollo hipster bastante conocido, por fuera hay que fijarse mucho para saber que está ahí, ya que parece un edificio en ruinas, pero por dentro es muy chulo. Como os comentaba, tomar cafés estilo occidental sale como una comida o más, pero aquí resulta que están celebrando la semana del café y hay 2x1, así que dos cafés y un muffin nos sale muy económico, 19 RM.


Además de graffitis también hay calles y edificios chulos por la zona.



Antes de seguir con la ruta, teníamos que cambiar un poco de dinero, y encontramos un sitio que hacían el cambio real exacto, nunca he visto un sitio con un cambio así, estaba en la misma calle de la mezquita Kapitan Keling, en la zona de Little India, os dejo una foto del sitio.


Luego nos acercamos a la lavandería, que nos dijeron que tendrían la ropa para esa misma tarde, y de paso nos pasamos por el hotel para refrescarnos un poco, yo la verdad es que en sudeste asiático voy a dos duchas y dos modelos al día, aquí aun no haciendo tanto calor como en Tailandia, entre lo que sudas, la crema de sol y el antimosquitos la sensación de pegajosidad es alta jeje.

Volvemos a salir del hotel esta vez en dirección opuesta, de camino vamos viendo otros graffitis, aunque estos son de un hotel, la verdad es que son bastante curiosos, y por esta zona también hay algunos más conocidos como la niña en la tortuga, aunque tenéis que estar atentos para verlos todos.



Seguimos callejeando y llegamos a otro de los famosos, el del Indian Boatman, por esta zona también hay bastantes murales de los de hierro forjado y rincones con encanto.




Nos siguen quedando algunos graffitis importantes como, Little girl in blue de de Ernest Zacharevic, y The Awaiting Trishaw Peddler, de otro artista, que es enorme, y la verdad es que haciendo esta ruta os encontrareis además de muchos otros grafitis, casas y calles bastante fotogénicas, además de otro de los templos más famosos de Georgetown, Hainan Temple.



Una vez visto todo, nos dirigimos a la Blue Mansion, una de las visitas que podréis hacer en la ciudad, aunque a la hora que vamos nosotros está cerrada, así que solo podemos verla por fuera.


Estas casas tan chulas están enfrente de la Blue Mansion.


Aquí al lado tenéis un sitio bastante famoso para comer, el food court Red Garden, donde por las noches hay mucho ambiente y música, nosotros decidimos tomar algo ya que aun es temprano, y para la bebida te vienen a atender a la mesa.

La verdad es que Georgetown es pequeñito y nos está sobrando bastante tiempo, pensamos que nos daría la hora para cenar allí, pero decidimos cambiar el plan y seguir viendo alguna cosilla, y luego ya veremos donde cenamos.

Nos acercamos hasta el fuerte Cornwallis, un lugar histórico en Georgetown, la zona no está mal aunque tampoco es demasiado destacable, si no os da tiempo yo prescindiría de esta visita.


Seguimos callejeando sin mapa por Georgetown y sin saberlo acabamos en Little India, bastante animada al estar cayendo la noche.


Sin darnos cuenta volvemos a caer en Lebuh Armenian y la zona más céntrica, así que aprovechamos la tesitura para volver a hacer alguna foto nocturna.

Como ya nos hemos alejado del Red Garden, decidimos cenar por esta zona, además de los puestecillos, llevábamos apuntado otro sitio muy famoso, el restaurante chino Tek Sen, sabemos que suele haber colas pero lo intentamos y conseguimos mesa al momento, eso si, somos de los últimos, ya que aún no hemos pedido cuando ya ponen un cartel fuera de que no aceptan más cenas.

Aquí nos decidimos por el plato más famoso del restaurante, el Roasted Pork with chili padi, y otra de las recomendaciones, Fried chicken with thai sauce, además cogemos arroz para acompañar. Estaba todo muy bueno, aunque es verdad que los dos platos son bastante dulzones y hasta nos cuesta acabarlo, esto con dos coca colas nos cuesta 47 RM, bastante más elevado de precio que todo lo que hemos comido hasta ahora, aunque obviamente al cambio sólo son 10 euros.


Después de un paseíllo por la zona para bajar la comida, nos vamos para el hotel muy contentos con el día, le hemos tomado el pulso a Malasia y nos gusta.

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Nos despertamos temprano preparados para seguir conociendo la ciudad, hoy queremos desayunar algo más tradicional y buscamos un lugar en los alrededores que tengan roti, además nos apetece probar el roti bom, una variedad que lleva mantequilla y azúcar, encontramos un sitio con bastante solera y nos cuesta un mundo convencerles de que no queremos pollo, sólo el roti jeje, nos miran como a extraterrestres de extrañas costumbres... Al final conseguimos nuestros teh tarik y roti bom, y oh dios mío, está espectacular, el desayuno de los campeones. Por si os interesa el sitio era, Roti Canai Jalan Argyll, pero hay bastantes sitios de este tipo, el desayuno nos cuesta la friolera de 6,4 RM, o sea, sobre 1’4 euros.


Hoy vamos a visitar el templo Kek Lok Si, el templo budista más grande de Malasia. Podéis ir por varios medios, nosotros nos decidimos por el autobús, hay varias líneas que van desde el centro, como la 201,203,204 y 206.

Llegamos a la zona del templo y la verdad es que hay muchísimo follon para ser temprano, coches, motos, mercado, tiendas… No sabemos si es que no miramos bien por donde se entraba, pero empezamos a subir por una calle siguiendo las indicaciones de algunos carteles, y estaba toda la zona como medio en obras, con puestos de souvenirs por el medio, sin apenas gente, y fuimos a dar a una parte del templo que parecía totalmente abandonada. Ya os digo que no se si es así como se sube o es que nosotros fuimos mal, pero al final si acabamos llegando a la zona, digamos conocida.


Nos llamó la atención que en las primeras partes del templo, había alguna gente pidiendo, pero turistas ni el primero.

La verdad es que una vez llegas al entorno del templo propiamente dicho, es precioso.



Para subir a la parte de la pagoda hay que pagar 4 RM, para llegar veréis bastantes carteles indicando el camino.
Los alrededores de la pagoda son muy bonitos además de tener vistas de la ciudad, aunque en nuestro caso hay bastante bruma y se ve poquito.



Vamos subiendo por la pagoda, y a cada piso las escaleras se van volviendo más estrechas, pero la verdad es que sube bien porque además la altura también da un poco de fresco.



Después de un buen rato, salimos del templo por donde vinimos, y aprovecho para deciros que en estas tiendas no merece mucho la pena comprar, mucho mejor en Lebuh Armenian o en los Jettis.

La visita a este templo me parece imprescindible si venís a Georgetown, además, da la sensación de que los turistas vienen a Georgetown solo a beber, porque solamente los vemos por las noches en los pubs, así que podréis disfrutarlo con mucha calma.
Para volver al centro, esta vez nos decidimos por el grab ya que el calor ya empieza a apretar bastante.

Nuestra siguiente parada es un lugar que no es demasiado conocido, pero si os coincide en fin de semana os lo recomiendo, el Hin Bus Depot, esto es una especie de galería de arte, donde se realizan actividades, y además los fines de semana hay un pequeño mercadillo.
La verdad es que había mucha gente local y estaba animado, además de haber un chico cantando en directo.



La zona es muy rollo Georgetown, decadencia mezclada con street art. Los puestos del mercadillo son de artesanías, láminas, incluso plantas…



Tenéis algunos sitios con bebidas y comidas, aunque yo la verdad es que pensé que habría más, pero el sitio es muy pequeño. Nosotros nos tomamos un zumo de mango y pasamos un ratito disfrutando de la zona y la música.


Salimos del mercado para dirigirnos al Pranguin Mall, por un lado para buscar un mercado callejero, el de Lorong Baru, y para ver el centro comercial y cambiar dinero ya que habíamos leído que estaba bastante bien y el cambio era muy bueno.

Al lado del Pranguin Mall hay otro centro comercial llamado 1st avenue, y ninguno de los dos nos gustó nada, no entiendo como hay gente que puede recomendar venir hasta aquí, en nuestro caso fue por proximidad al mercado al que queríamos ir y cambiar dinero, pero aun así… Y al final nos fuimos sin cambiar porque además el cambio era bastante peor que el sitio del centro que habíamos encontrado. Lo único en lo que nos paramos un poco fue en el museo del comic.

Salimos del centro comercial para buscar el mercado callejero de Lorong Baru, pero como en el fondo me temía, a mediodía no hay ningún puesto abierto, la verdad es que fue una pena porque hay muchos puestos que de día no abren y nos hubiera gustado comer más veces en este tipo de sitios.


Decidimos ir a alguno de los lugares que tenemos anotados cerca de la zona principal, y nos decantamos por el Yeap Noodles, un sitio de noodles artesanos y muy barato. Decidimos ir andando para recorrer un poco más de la ciudad, y la verdad es que al final pasamos bastante calor y llegamos cansados, nos bajamos dos zumos antes de que viniera la comida jeje. La verdad es que estaba todo bastante bueno, y super bien de precio, dos platos de noodles y dos zumos cada uno nos salió por 27 RM, unos 6 euros, solo tengo foto de uno de los platos… El hambre apretaba jeje.


Como ya habíamos visto todo lo que llevábamos para el día, nos tomamos la tarde con mucha calma, decidimos dar otro paseo por el centro, cambiar dinero en el sitio de confianza, y tomarnos un café en una de estas cafeterías monas tipo occidental... En este caso fuimos a Rainforest Bakery, y nos tomamos dos cafés y un bollito, 28 RM.


También decidimos ir a ver algún Jetty menos turístico, y como os contaba en la anterior etapa, en este caso no hay ninguna tienda y se ve mejor la forma de vida de los locales, no vimos a ningún otro turista.


Después del paseo, descansamos un rato en hotel y nos damos una ducha para salir a cenar.
Hoy vamos a cenar al Red Garden, en el que estuvimos ayer tomando algo. Como curiosidad, cerca del Red Garden se encuentra una escultura de hierro en honor a Jimmy Choo, el famoso diseñador, ya que nació en Georgetown.


Hay muchísimo ambiente para cenar, con música incluida y la verdad es que pasamos muy buen rato, recomiendo totalmente venir al menos un día a cenar aquí. Nosotros fuimos pidiendo de varios puestos, y al final nos tomamos un plato de Char Koay Teow, unos noodles típicos de la zona, un plato de Satay, dumplings y un mango sticky rice, que he echado de menos desde Tailandia, una cerveza y un par de zumos, y todo nos costó 42 RM, como veis no nos cortamos de nada y aun así nos salió más barato que el Tek Sen, y estaba todo buenísimo, aunque he de reconocer que el mango sticky rice no estaba como el de Tailandia.



Después de un ratito disfrutando del ambiente nos retiramos al hotel que mañana nos toca madrugar y mucho, ¡nos vamos a las Islas Perhentian!

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Son las 4:30 de la mañana y ya suena el despertador, con los párpados aún pegados nos cambiamos y cogemos las mochilas, teníamos algo de miedo de conseguir un grab a esas horas, pero no tardamos ni 10 minutos en estar ya camino del aeropuerto por 22 RM.

Todo va sobre ruedas y estamos con tiempo suficiente en el aeropuerto, nos da tiempo a desayunar ya que el vuelo con Firefly sale a las 7.
No sabíamos cómo iba a resultar esta compañía, pero siguen sin ponernos problemas con las mochilas, eso si, estamos en asientos separados. Cuando nos subimos al “avión” flipamos, es una de estas avionetas de hélices, subimos por una mini escalerita, y tiene dos filas de dos asientos, las mochilas apenas caben en los compartimentos jeje. Yo me duermo antes de despegar y prácticamente todo el camino, pero mi novio no y resulta que dieron un paquete de oreos y un brick de leche de soja a los que estaban despiertos, así que un 10 para ellos.

Llegamos al aeropuerto de Khota Baru, y como os contaba, aquí podéis usar un bus muy barato para llegar, o un grab o taxi, más caro, pero más rápido. Nosotros vamos a estar poco tiempo en la isla así que queremos aprovechar el tiempo lo máximo posible.

Enseguida conseguimos un coche por 70 RM, que además resulta ser una suerte, nosotros sabíamos que los barcos salían cuando se llenaban, pero el taxista llama a la empresa que conoce para que nos esperen y va bastante rápido para que aprovechemos al máximo el tiempo. También nos da su número por si queremos llamarle para la vuelta. La verdad es que resultó super amable y nos ayudó mucho a optimizar el tiempo.
Hay que pagar el barco de ida y vuelta, 140 RM los dos, la vuelta la cuadran ellos según la hora que le digas a tu hotel, y 60 RM los dos de tasas de conservación. Llegamos en tiempo récord ecord al barco y enseguida nos encontramos navegando hacia el paraíso.

No es nuestro caso, pero ojo si os mareais, los barcos van a toda leche y en nuestro barco iban dos chicas que lo pasaron bastante mal, ya que además el camino es largo.

Cuando el barquero grita Abdul’s Chalet me levanto de un salto, ¡que ganas de pisar la arena!


Hacemos el check in y ya tienen listo nuestro bungalow, así que dejamos las cosas, nos cambiamos y después de alucinar con el sitio privilegiado en el que nos encontramos, el buen día que está hace que decidamos irnos ya hacia la playa KK. Desde el Abdul’s os llevará como 10 / 15 minutos llegar andando.


Ya vamos con la boca abierta viendo el color del agua y la arena blanca, pero la mayor sorpresa viene cuando por fin nos metemos en el agua a hacer snorkel… ¡que pasada! Yo sólo había hecho un poco en Mallorca, ya que en donde estuvimos en Tailandia no habíamos visto, y me quedé alucinada con todo lo que había a unos pasos de la orilla, no en vano este punto se llama Fish Point y está incluido en muchas de las excursiones de snorkel que se hacen aquí. Mi novio también alucina y nos pasamos horas en el agua.
Grabamos y hacemos un montón de fotos dentro, pero ya os adelanto que no os puedo enseñar nada ya que perdimos todo lo que había en la tarjeta SD, más adelante sabréis porque.



El hambre nos aprieta ya de manera considerable y decidimos volver para comer cerca del hotel.
Suelen recomendar bastante el Tuna Bay para comer, que es de los más caros, pero decidimos probar el del New Coconut Chalet, que está cerca, aquí nos empezamos a dar cuenta del ritmo isleño de Perhentian, y es que la dueña del Nia Cafe, que es al que ibamos a ir en un principio, estaba durmiendo encima de la mesa jeje, los camareros de Coconut también llevan su particular ritmo pero comemos bastante bien por 34 RM, los precios obviamente son un poco superiores al ser una isla, pero según que lugares nada descarado.


Mientras comemos barajamos que hacer por la tarde, al lado del mismo restaurante hay varios barqueros, y finalmente decidimos ir esta tarde a la playa del Perhentian Island Resort, más conocido como PIR, supuestamente si la marea está baja se puede llegar andando, pero nosotros lo intentamos y estaba demasiado alta, y también nos metimos por un camino interior pero al final nos volvimos porque no veíamos ninguna indicación.


Compramos algo de agua y de picar por si nos da el hambre y hablamos con uno de los barqueros. El precio hasta PIR son 20 RM por persona, y no se regatea, te pones de acuerdo con el barquero para la vuelta y se paga al final.

Llegamos a PIR, y la verdad es que la playa es preciosa.



Lo primero que hacemos es meternos en el agua ya que en esta playa está turtle point, donde se pueden ver tortugas. Nos fuimos metiendo por el lado del embarcadero hasta el final de todo donde ya hay bastante profundidad, pero no vemos nada, decidimos movernos un poco por la zona y justo al otro lado del embarcadero hay un poco de snorkel, no tan espectacular como el de fish point pero bastante bonito.
Volvemos a hacer un intento para ver las tortugas y nos parece ver una en el fondo... Al haber bastante profundidad y no estar el mar totalmente calmo es fácil confundirlas. Después de un rato mi novio consigue ver una nadando, y sale a la superficie, ¡qué momento más emocionante! Además estamos solos y no hay nadie alrededor así que la tenemos para nosotros, aprovecho el momento para deciros que por favor no toquéis las tortugas, ni el coral, ni los peces… Algo que parece obvio pero nosotros vimos de todo, aunque ya lo contaré a su debido tiempo.

Hicimos un montón de videos y fotos a la tortuga mientras la tuvimos a la vista, pero como ya os comenté, perdí todo lo que había en la tarjeta de memoria, y la verdad es que este momento fue el que más me dolió perder, porque fue super emocionante encontrarla y maravilloso verla durante un rato solo los dos, a mi una de las cosas que más ilusión me hacía de venir a esta isla era precisamente la posibilidad de ver tortugas en libertad así que fue un momento memorable.

Salimos del agua totalmente arrugados y es que sin darnos cuenta, ¡hemos pasado 2 horas dentro del agua! Descansamos un ratito en una sombra que hemos conseguido, y seguimos disfrutando de la playa, y también haciéndole fotos y videos a la montonera de ardillas que hay por la zona, es algo que me alucinó bastante en esta isla, además igual que en Tailandia los monos eran ladronzuelos para robar la comida, aquí vimos a una ardilla robando galletas de la bolsa de una señora jeje.


A la hora acordada viene nuestro barquero a recogernos, y nos vamos a ver el atardecer a la playa de nuestro hotel. No es el mejor atardecer del mundo, ya que hay bastantes nubes, pero aún así es un momento increíble de felicidad y relax, podríamos acostumbrarnos a esto…

Ya ha pasado un buen rato cuando decidimos irnos al bunglow a ducharnos para ir a cenar, y es que aunque solo esté a unos pasos de la arena, la paz que tenemos es tal que nos cuesta levantarnos de allí.



Después de la ducha descubro con horror que las dos horas seguidas haciendo snorkel en bikini han pasado factura… A pesar de toda la protección que me echado a lo largo del día, y de estar siempre a la sombra en la arena estoy bastante quemada, incluso mi novio que es super moreno, tiene alguna zona enrojecida… Os aconsejo camiseta de snorkel porque con lo que pega el sol allí es muy difícil protegerse.

También me doy cuenta que no he traído el aloe que en Tailandia me salvó, así que vamos a la tienda del hotel a comprar uno y a rezar porque sea al menos la mitad de bueno, nos cuesta 55 RM, en este tipo de cosas si suben bastante los precios con respecto a la península, unos 12 euros, pero al menos lo hay, no se lo que hubiera hecho sin él.

Hoy decidimos quedarnos a cenar en el Abdul’s y tomamos algo más occidental, dos sandwiches, unas patatas, un zumo y un batido, nos cuesta 51 RM, y está todo bastante rico.


Nos vamos a dormir después de nuestro primer día en el paraíso, esperando que el tiempo siga siendo benévolo con nosotros.

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