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Nos despertamos en nuestro primer día completo en Georgetown, y lo empezamos con un trámite clásico que conlleva viajar ligero de equipaje, la lavandería. Por 15 RM dejamos una bolsa grande de ropa que podremos recoger esa misma tarde.
Tenemos apuntado un sitio cercano para desayunar, tipo cafetería occidental, que por cierto, abunda bastante en esta ciudad. La verdad es que nos apetecía el café y está todo muy bueno, pero si queréis ajustar el presupuesto no vayáis a este tipo de sitios, porque cuestan prácticamente el doble que una comida, nosotros al final si nos tomamos bastantes cafés porque nos apetecía, pero son precios para turistas, este desayuno nos costó 32 RM, y no era de los sitios más caros.
Después de desayunar, comenzamos el itinerario para ver el centro de Georgetown, con sus característicos graffitis. Eso sí, lo primero que hacemos es buscar un sitio para recargar la tarjeta SIM, en cualquier sitio tipo 7 eleven se puede hacer, y aunque al principio costó un poco, al final conseguimos datos ilimitados para lo que nos restaba de viaje por 20 RM.
La historia de Georgetown y el street art empezó al ser nombrada patrimonio de la humanidad, se hicieron proyectos para mejorar la imagen de la ciudad, como el de Tang Mun Kian, un artista que fue haciendo diferentes figuras y textos en hierro forjado, que cuentan anécdotas, curiosidades sobre los nombres de la ciudad…
En 2012, un artista llamado Ernest Zacharevic, también creó un proyecto llamado Mirrors of Georgetown, mediante el cual pintó algunos de los graffitis, que combinaba con mobiliario urbano, más famosos de la ciudad, en alguna parte leí que en el de Boy on a Bike, la motocicleta era de un viajero que fue desde Vietnam a Penang, y de vez en cuando restauran el asiento, pero no estoy completamente segura de la veracidad de esta historia. A estas dos iniciativas le siguieron más, como la de “101 Kittens”, del artista tailandés Natthapon Muangkliang en colaboración con Louise Low y Tang Yeok Khanm, ambos malayos, que buscaba concienciar sobre el bienestar de los gatos callejeros, y muchas más obras de otros artistas, algunas promovidas por alojamientos… En este enlace podéis ver la situación de las más importantes
https://mypenang.gov.my/uploads/page/4/docs/Marking_George_Town-_English.pdf
La verdad es que fue bastante divertido porque al principio nos costaba ver los graffitis pero luego ya nos fuimos haciendo expertos, y es que aunque los famosos suelen tener gente haciéndose fotos, hay muchos que pasan desapercibidos por el color desgastado o porque no son tan famosos. Para ver este de Bruce Lee tuvimos que pasar varias veces.
Las calles principales además tienen graffitis pequeños o detallitos por todas partes, además el desgaste, las casas coloniales…
La zona tiene un encanto especial. También encontraréis algunas tiendas de recuerdos muy bonitas con cosas artesanales y originales, nosotros compramos bastante y a buen precio.
Para ir haciendo el recorrido, nosotros empezamos en Lebuh Armenian y tiramos hasta la zona de los Jetties, viendo también las calles perpendiculares. Podéis encontrar la mayoría de los graffitis en google maps por el nombre.
Además de estos graffitis, hay un sitio que os recomiendo un montón para ver street art, y es el callejón de Art Lane, esto no deja de ser una especie de edificio abandonado lleno de graffitis chulísimos, y es que como habréis notado en Georgetown se respira arte callejero.
Además en esta zona también podéis encontrar la casa museo del clan chino Khoo Kongsi, se que se puede visitar pero la verdad en esto no estoy muy puesta, y también mezquitas como la Kapitan Keling o la de Acheen Street, que tiene un minarete muy chulo, precisamente aquí decidimos tomarnos un descanso con unos zumos de mango, porque el calor ya empieza a apretar.
Después de recorrernos gran parte de las calles principales del centro, visitamos los Jetties. Los jetties son barrios flotantes, donde los inmigrantes chinos se instalaron al llegar a Penang. Nosotros visitamos en Chew Jetty, que es el más famoso, y el Tan Jetty, el Chew es mucho más turístico y hay bastantes sitios para comprar cosas, y también por ello es en el que más movimiento vais a ver. La verdad es que la zona es bastante curiosa de ver, sobretodo cuando se vislumbra un poco el interior de las viviendas.
Cuando salimos, decidimos comer algo en el food court que hay al lado de los Jetties, se llama tal cual The Jetty Food Court. No es muy grande, y no es que tenga muchísimas opciones, pero lo que comimos estaba bueno, nos decidimos por pedir dumplings y unos zumos, nos cuesta todo unos 20 RM.
Después de comer, seguimos dando un paseo por la zona principal de los grafittis para ver algunos que se nos habían escapado, como por ejemplo, el de Skippy, que apenas se ve, es uno de los que formaba parte del proyecto de los 101 kittens, y es en honor a un gatito de una protectora.
Luego decidimos tomarnos un café en el Gundang Café, un sitio con un rollo hipster bastante conocido, por fuera hay que fijarse mucho para saber que está ahí, ya que parece un edificio en ruinas, pero por dentro es muy chulo. Como os comentaba, tomar cafés estilo occidental sale como una comida o más, pero aquí resulta que están celebrando la semana del café y hay 2x1, así que dos cafés y un muffin nos sale muy económico, 19 RM.
Además de graffitis también hay calles y edificios chulos por la zona.
Antes de seguir con la ruta, teníamos que cambiar un poco de dinero, y encontramos un sitio que hacían el cambio real exacto, nunca he visto un sitio con un cambio así, estaba en la misma calle de la mezquita Kapitan Keling, en la zona de Little India, os dejo una foto del sitio.
Luego nos acercamos a la lavandería, que nos dijeron que tendrían la ropa para esa misma tarde, y de paso nos pasamos por el hotel para refrescarnos un poco, yo la verdad es que en sudeste asiático voy a dos duchas y dos modelos al día, aquí aun no haciendo tanto calor como en Tailandia, entre lo que sudas, la crema de sol y el antimosquitos la sensación de pegajosidad es alta jeje.
Volvemos a salir del hotel esta vez en dirección opuesta, de camino vamos viendo otros graffitis, aunque estos son de un hotel, la verdad es que son bastante curiosos, y por esta zona también hay algunos más conocidos como la niña en la tortuga, aunque tenéis que estar atentos para verlos todos.
Seguimos callejeando y llegamos a otro de los famosos, el del Indian Boatman, por esta zona también hay bastantes murales de los de hierro forjado y rincones con encanto.
Nos siguen quedando algunos graffitis importantes como, Little girl in blue de de Ernest Zacharevic, y The Awaiting Trishaw Peddler, de otro artista, que es enorme, y la verdad es que haciendo esta ruta os encontrareis además de muchos otros grafitis, casas y calles bastante fotogénicas, además de otro de los templos más famosos de Georgetown, Hainan Temple.
Una vez visto todo, nos dirigimos a la Blue Mansion, una de las visitas que podréis hacer en la ciudad, aunque a la hora que vamos nosotros está cerrada, así que solo podemos verla por fuera.
Estas casas tan chulas están enfrente de la Blue Mansion.
Aquí al lado tenéis un sitio bastante famoso para comer, el food court Red Garden, donde por las noches hay mucho ambiente y música, nosotros decidimos tomar algo ya que aun es temprano, y para la bebida te vienen a atender a la mesa.
La verdad es que Georgetown es pequeñito y nos está sobrando bastante tiempo, pensamos que nos daría la hora para cenar allí, pero decidimos cambiar el plan y seguir viendo alguna cosilla, y luego ya veremos donde cenamos.
Nos acercamos hasta el fuerte Cornwallis, un lugar histórico en Georgetown, la zona no está mal aunque tampoco es demasiado destacable, si no os da tiempo yo prescindiría de esta visita.
Seguimos callejeando sin mapa por Georgetown y sin saberlo acabamos en Little India, bastante animada al estar cayendo la noche.
Sin darnos cuenta volvemos a caer en Lebuh Armenian y la zona más céntrica, así que aprovechamos la tesitura para volver a hacer alguna foto nocturna.
Como ya nos hemos alejado del Red Garden, decidimos cenar por esta zona, además de los puestecillos, llevábamos apuntado otro sitio muy famoso, el restaurante chino Tek Sen, sabemos que suele haber colas pero lo intentamos y conseguimos mesa al momento, eso si, somos de los últimos, ya que aún no hemos pedido cuando ya ponen un cartel fuera de que no aceptan más cenas.
Aquí nos decidimos por el plato más famoso del restaurante, el Roasted Pork with chili padi, y otra de las recomendaciones, Fried chicken with thai sauce, además cogemos arroz para acompañar. Estaba todo muy bueno, aunque es verdad que los dos platos son bastante dulzones y hasta nos cuesta acabarlo, esto con dos coca colas nos cuesta 47 RM, bastante más elevado de precio que todo lo que hemos comido hasta ahora, aunque obviamente al cambio sólo son 10 euros.
Después de un paseíllo por la zona para bajar la comida, nos vamos para el hotel muy contentos con el día, le hemos tomado el pulso a Malasia y nos gusta.
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