Someone like(s) you, London ✏️ Blogs de Reino Unido

Eye, Trafalgar Square, National Galery, Chinatown, British Museum, Oxford Street, Buckinham Palace


Lo primero que hicimos fue ir al London Eye. Bajamos en la parada de metro de Westminster, y volvimos a ver el Big Ben. Luego fuimos paseando por el puente hacia el Acuario y el London Eye. Teníamos un 2x1 para el acuario, pero decidimos no perder el tiempo, ya que aquí en Galicia ya tenemos varios acuarios fantásticos para visitar, así que fuimos solamente al London Eye. Os diré que faltaba media hora para que abrieran y ya había cola. Así que no nos lo pensamos, y nos pusimos también a la cola. Abrieron unos 10 minutos antes de la hora prevista, y sacamos las entradas, que por cierto, teníamos 2x1, un 2x1 que compensa muchísimo, ya que la entrada cuesta cerca de 20 libras, ya van unas 45 libras que nos ahorramos entre el London Dungeon y el London Eye… (acordaros de que la travelcard tiene que ser comprada en una estación de tren, porque al entregar el 2x1 os piden que enseñéis la travelcard para comprobar que tiene el símbolo de National Rail, también os vale cualquier billete de tren). El London Eye…personalmente me decepcionó un poco, iba demasiado lento (casi media hora para dar una vuelta completa), y las vistas, ¿qué queréis que os diga? No me parecieron tan espectaculares. Puedo aseguraros que me aburrí por momentos. Se veía el Big Ben y un par de cosas más. En los alrededores de la noria estaban haciendo obras, lo que estropeaba un poco la vista. En definitiva, es muy bonita vista desde abajo, sobre todo de noche, pero subirse no es nada del otro mundo.
Como eran apenas las 11 decidimos ir ahora al Buckinham Palace, para ver el cambio de guardia a las 11:30. Paramos en el metro en Green Park, y fuimos paseando por él hasta el palacio, que estaba repletito de gente, pero conseguimos hacernos un sitio. Tras media hora esperando de pie, vimos salir a la Reina en coche, y posteriormente el cambio de guardia, que nos pareció interesante, nos gustó ver el espectáculo, aunque nos fuimos antes de que terminara por completo, porque no queríamos perder más tiempo de pie esperando cuando todavía nos quedaba tanto por ver…
Más tarde, nos acercamos a ver el British Museum…también me decepcionó. Quizás porque me esperaba algo totalmente espectacular, por las críticas y demás, pero bueno… lo vimos de pasada, parándonos más en Grecia y Egipto, como no.
Luego comimos cerca de Leicester Square, en un McDonald’s, no quedó más remedio, y dimos un paseo por las calles. Más tarde, nos acercamos a Trafalgar Square, preciosa plaza londinense, y entramos a la National Galery. Puedo deciros que de los museos que visitamos, la National Galery fue el mejor, nos encantó, es un museo con mucho estilo, muy cuidado, la decoración es muy buena y los cuadros… ¿qué decir? Alucinantes.
Más tarde, nos fuimos a pasear por la inmensa Oxford Street, llena de tiendas y de gente. No compramos nada porque no hay prácticamente ninguna tienda que no te puedas encontrar en España, están las típicas de Zara, Bershka, Stradivarius, Mango, Primark… Así que ni entramos. Solo paseamos por la calle y disfrutamos del ambiente londinense.
Después, ya de noche, dimos un paseo por Chinatown, una zona muy peculiar que nos gustó mucho.
Para cenar decidimos cogernos unos bocatas y cosas de picar en un Tesco y llevárnoslas al hotel, para luego descansar.

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Regent’s Park, Sherlock Holmes Museum, Freud Museum, Nothing Hill, Portobello


Este sería nuestro último día en Londres. Por la mañana decidimos darnos un paseo por Regent’s Park, precioso parque lleno de patos y demás aves. Nos gustó mucho, no sé si más o menos que Hyde Park, ya que son ambientes muy distintos, yo os recomendaría que visitaseis ambos.
Después del paseo, nos fuimos andando al Sherlock Holmes Museum, que queda muy cerquita. Nos gustó mucho. Es una casita pequeña, de 3 pisos en la que se representa cómo sería la casa de Sherlock, con todo tipo de detalles como el famoso sombrero, la lupa, la pipa, y cosas del estilo. Además también hay estatuas de cera, muy bien hechas. Lo malo, que no hacen descuento para estudiantes ni hay 2x1, y aunque la entrada no es cara comparada con otras, son 6 libras creo recordar, me parece incluso caro para ver una casita… pero bueno, lo recomiendo si os gustan las historias de detectives, está bien montado.
Más tarde, fuimos al Freud Museum, en Maresfield Gardens. Os explico, fuimos porque yo estudio Psicología, y me interesaba verlo, aunque sabía de antemano que no era nada bueno, pero ya que estaba en Londres, tenía que ir. Pues bien, yo no le llamaría ni museo a eso… menos mal que teníamos el 2x1 y la entrada costaba 6 libras, con lo cual nos salió a 3 libras cada uno, porque si llegamos a pagar 12…menudo timo. El museo es la casa en la que vivió apenas un año cuando se tuvo que mudar de Viena, que es donde vivió toda su vida. Y allí lo único que hay es el despacho de Freud, con el famoso diván y algunos libros y colecciones de figuritas. Para más inri, no te dejan ni ver el despacho en paz, hay unas cuerdas para no pasar dentro de la estancia, la tienes que ver casi desde la puerta… A los jardines de la casa no se permite salir supuestamente por “mal tiempo”… y en la planta de arriba está la supuesta habitación de Anna Freud (su hija) sin ni un solo mueble, es decir, ¡una habitación totalmente vacía! Luego en el salón, hay varias sillas, para mi gusto estropeándolo, y una pantalla enorme que no pega con el decorado antiguo de la estancia, en la que te ponen un vídeo sobre Freud. También hay varias fotos por toda la casa pero nada que no puedas ver navegando por internet. Sabía que iba a ser un museo cutre, con lo cual era casi imposible decepcionarme, pero lo consiguió. No os aconsejo que perdáis el tiempo en ir a este museo que además queda lejos del centro, a no ser, que como yo estéis dentro del mundillo de la Psicología y os haga especial ilusión visitarlo, que si es el caso adelante, pero no vayáis con ilusiones hechas.
Después de la decepción, fuimos a consolarnos con la comida. Nos acercamos hasta la zona de Picadilly y Chinatown y comimos bastante bien en un buffet chino, se llamaba Wu, o algo así.
Después de comer, nos fuimos a la zona de Nothing Hill a pasear y a ver el mercado de Portobello. Teníamos planeado ir también al de Camdem, pero no podíamos más, estábamos cansadísimos, y como no somos muy de mercadillos, nos decidimos por el de Portobello. El mercado estuvo bien, vendían antigüedades, bisutería y ropa entre otras cosas. Aquí viene un pequeño susto… nos quedaban algo más de 20 libras, y al querer pagar una botellita de ice tea con el billete de 20 libras, nos dijeron que ese billete no lo aceptaban, que era el viejo, que ahora había otro diseño de billete que era el que aceptaban. Tuvimos que ir a un banco (suerte que estaban abiertos) a que nos lo cambiaran, y por suerte, no tuvimos más problemas, todo se quedó en un pequeño susto.

Después, nos fuimos a dar una vuelta por Hyde Park otra vez, y luego a la zona de Monument otra vez, y a ver el Tower Bridge otra vez. Nos tomamos algo en un Starbucks, y luego nos cogimos algo de cenar en un Mcdonalds de camino al hotel.

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Vuelta a casa

El vuelo para Santiago salía por la mañana, así que ya no nos daba tiempo a ver nada. Desayunamos en el hotel tranquilamente, cogimos el metro hasta Baker Street, buscamos la parada del Easybus para ir al aeropuerto de Stansted, y una vez allí nos gastamos las 10 libras que nos sobraban, y cogimos el vuelo de vuelta a casa

CONCLUSION

Londres es una ciudad preciosa, de contrastes, con un ambiente mágico, es una mezcla de culturas que te sorprende… a mí sin duda, me enamoró. La cultura de los ingleses es muy agradable; educación, discreción, respeto, puntualidad, amabilidad… se respira tranquilidad y a la vez ajetreo, ya que todos andan a mil en el metro, pero nadie empuja a nadie, nadie grita, ni curiosean las cosas de los demás, si te golpean sin querer te piden perdón amablemente… no sé, a mí me embaucó el ambiente. Es un viaje en el que tenía puestas muchas ganas, y si os dais cuenta, muchas de las cosas que vi me decepcionaron, otras me dejaron indiferente, pero no me cabe duda de que las cosas buenas que saco del viaje pesan muchísimo más que esas pequeñas decepciones. Lo mejor de Londres: ya lo dejé claro, el ambiente, la gente, las calles, el día a día, y como atracciones el Big Ben, Picadilly, Harrods, los parques (Hyde Park y Regent’s Park), paseo por Oxford Street, Chinatown, Canary Warf, Tower Bridge, Trafalgar Square, National Galery, London Dungeon… Os animo a que visitéis Londres

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