Escapada a los Cotswolds (con bonus tracks) ✏️ Blogs de Reino Unido

Me enamoré de esta zona al ver la película de The Holiday y fantaseaba con poder pasar unos días en invierno allí en algún punto de mi vida. Luego empecé a ver esta zona con más frecuencia en las redes en un par de cuentas de viaje que sigo y las ganas iban en aumento. Tenía claro que la época debía ser otoño-invierno por esa atmósfera “cozy” y fue a principios de marzo de 2024 cuando por fin pudimos organizarlo, con poco más de un mes de antelación como acostumbran a ser nuestros viajes en los últimos años por distintas circunstancias.

Salimos a primerísima hora de un viernes y cogimos el vuelo de vuelta a las 16:30 de un lunes, un tiempo que considero suficiente y más si solo nos centramos en la zona de Bath y los pueblos de los Cotswolds “puros”. De hecho, nosotros teníamos pensado añadir Stonehenge, ya que estaba a algo más de una hora de Bath y disponíamos de coche, y Stratford-upon-Avon, el pueblo de Shakespeare. Cuando imaginaba el viaje, también se me pasaba por la cabeza añadir Londres y los estudios de Harry Potter (aprovecho también el hecho de tener coche), pero lo descartamos por no disponer de tantos días y además, tenía entendido de que las entradas había que comprarlas con bastante antelación y nosotros habíamos organizado el viaje a un mes vista. No obstante, 10 días antes me dio por mirar la web y había hueco para la tarde del mismo viernes que llegábamos, el único en semanas. Le di una pensada, lo tomé como señal y compré…. Fue perfecto, porque a las 17:00-18:00, pocas cosas hay que hacer en los Cotswolds si ya cae la noche y hace frío salvo estar en el alojamiento o un pub, pues las tea rooms cierran a las 17:00 como tarde. Decidimos cumplir ese sueño y reservar alojamiento cerca de los estudios, para el día siguiente ir ya a los Cotswolds, que está como a hora y media de viaje.

Volvimos con la sensación de haber estirado muchísimo el tiempo. El viaje nos pareció de una semana y no tuvimos la sensación de ir corriendo, pues muchos pueblos son pequeñitos y salvo que vayas de tiendas, recorrerlos tranquilamente no lleva mucho tiempo.

VUELOS

Madrid – Bristol, 45€/persona con Ryanair sin maleta de mano, sólo mochila. Para tan pocos días nos apañamos. Muy buen precio, ya pocos veo en las low cost en esas cifras.

ALOJAMIENTO

En los Cotswolds es caro y reservando con tan poca antelación habiendo un fin de semana de por medio aun no siendo temporada alta no nos dejaban muchas opciones. En los pueblos más famosos sube mucho así que hay que irse a los más periféricos, siendo Winchombe una buena opción, aunque nosotros reservamos en Blockley, más al norte pero muy bonito y cercano a otros.

- Watford (1 noche) AirBnB habitación doble privada: 49,28€.
- Blockley (2 noches), Crown Hotel Cotswolds a través de Booking (habitación doble privada con baño), 142,18€. Calentita, cómoda, limpia, con TV y con una decoración apropiada al lugar. En el hotel hay un pub y un restaurante de alta cocina, además de parking gratuito.

ALQUILER DE COCHE

Alquiler de coche: Lo hicimos a través de Rentalcars con Budget (filial de Avis). Había alguna opción ligeramente más barata, Green Motion por ejemplo, pero están fuera del parque de alquiler del aeropuerto y el autobús que te lleva allí pasa cuando pasa si pasa (además leí que solo dan gratis un pasajero, si vais más tenéis que pagar billete). Las empresas más conocidas están en el parque que os comento y hay un autobús gratuito yendo y viniendo constantemente.

4 días con seguro a todo riesgo nos costaron 118,73€ y nos dieron un Golf automático nuevecito.

ENTRADAS

Las entradas al Warner Bross Studios de Harry Potter nos costaron 107 libras las dos incluyendo tasas. Unos 63€ al cambio cada uno.

DINERO

Todo allí lo pagamos con las tarjetas de Revolut, que no tiene comisiones. No tuvimos ninguna incidencia salvo que el pago por contactless tiene un límite, luego hay que pagar introduciendo el pin. Salvo en un parking, no nos hizo falta efectivo.

Total gastos iniciales: 526,19€ (263€/persona)

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El vuelo despegó de Madrid a las 7:25 y llegamos a Bristol antes de las 9:00, porque como os dije, aprovechamos muchísimo el día. Una vez allí, cogimos el bus gratuito hacia el parque de alquiler (no todas las compañías están en él, pero si las principales y sus filiales), recogimos el coche de alquiler (importante estar algo espabilados para ser los primeros en llegar al mostrador y esperar menos) y nos dirigimos a Bath. Fue el estreno de mi novio conduciendo por la izquierda y admito que no era un escenario fácil: Carreteras estrechas, de doble sentido, con ramas de arbusto y bordillo a la izquierda, pavimento mojado... fue un inicio un poco titubeante pero con paciencia y serenidad, te haces.

Aparcamos por detrás de Royal Crescent, en una zona que parecía residencial. Había un parquímetro en el que sólo se podía pagar efectivo (no habíamos cambiado nada) pero daba la opción de hacerlo por tarjeta escaneando un QR. Así lo hicimos, pero nos quedaban dudas sobre si lo habíamos hecho bien o no, así que hice algunas capturas de pantalla. A la vuelta confirmamos que no, porque no nos habían quitado el dinero de la cuenta, pero por suerte tampoco hubo multa. No nos volvió a hacer falta el efectivo en todo el viaje, pero sí que hubiese quizá convenido un mínimo por si acaso.

Comenzamos entonces con la visita a Royal Crescent, uno de los empblemas de la ciudad. Es un conjunto de viviendas residenciales en semicírculo con una praderita delante, muy bonito.


Continuamos por el cercano de Circus, similar a Royal Crescent pero cerrando el círculo y sin césped y después bajamos Gay St, pasando por delante del centro de Jane Austen (con imitadora incluida), quizá la residente más ilustre de la ciudad.


Callejeamos por la zona disfrutando de la arquitectura y acabamos en Pulteney Bridge, otro de los puntos más famosos de la ciudad que, por supuesto, nos encantó. Llevaba tiempo queriendo ver con mis propios ojos ese salto de agua triangular en el río, que siempre me ha dado la sensación de ser el Titanic emergiendo del fondo.


Con un sol agradable y alguna gotilla de cuando en cuando, paseamos por Bath City Parade Gardens y por las calles de alrededor, siendo la que más nos gustó N Parade Passage, que me recordaba al callejón Diagón de Harry Potter. Allí está Sally Llunn´s , uno sitio histórico donde venden los bollitos típicos de la ciudad, una especie de suizo poco azucarado. Aprovechamos para echar un vistacillo al museo y comprar uno para comer más tarde (3,60 libras) ; son bastante grandes.


Pasamos cerca de la catedral y por los baños romanos, lo más importante de Bath. No olvidemos que esta ciudad es famosa por sus aguas termales y los romanos dejaron su sello cuando conquistaron la zona. Nosotros ya habíamos decidido no entrar, primero por la cara entrada (desde 23 libras) Una cosa que me alucina de Reino Unido es que no hay término medio. Los lugares turísticos son gratis o caros) y luego porque preferíamos dar prioridad a Stonehenghe.


Comenzó a llover y aprovechamos para entrar en un Costa Café para pedir un té y entrar en calor (6,30 libras) porque frío hacía un rato, y nos pareció buen momento para dar cuenta del bollito de Sally Llun’s, que tampoco nos pareció nada del otro mundo… seguramente mejoraría con relleno o mermelada.

Después, para no perder tiempo, compramos algo de comida en un supermercado aprovechando los famosos “meal deal” de Reino Unido, gracias a los cuales por menos de 5 libras te llevas una bebida, un snack dulce o salado y un sándwich, wrap o ensalada. Compramos un par con encima mayor oferta, gastando un total de 5,10 libras.

Fueron 3 horas las que pasamos por Bath, suficientes en mi opinión para un completo paseo si no se quiere visitar específicamente ningún museo, aunque lo ideal lógicamente sería un día entero para visitarla.


Ya en el coche y con un sol radiante, fuimos atravesando campos hasta la localidad de Larkhill, desde donde iniciaríamos una breve ruta a pie para visitar el mítico Stonehenge gratis. Pero fue aparcar y caer el diluvio universal, así que aprovechamos para comer en el coche. En los últimos viajes que hemos hecho, nos ha dado por llevarnos tortilla de patatas del Mercadona y, a pesa de haber comprado cosas en supermercado, en ese momento nos supo a gloria. Eso sí, el snack y el postre sí que fueron made in Britain. Adoro las barritas de chocolate de todas las marcas extranjeras (Crunchies, Bounty, Lion’s, Caramel Dairy Milk de Cardbury, Yorkies…)y me recuerdan mucho a la época en la que viví en Londres.

Cuando amainó, empezamos el camino a pie. Aparcamos cerca del cruce de Fargo Road y Willoughby Road en Larkhill. Hay que seguir andando por Willoughby Road introduciéndote en el campo y tras 10 minutos en línea recta, divisaréis el complejo al fondo. En 10 más llegaréis. El camino es curioso porque se ven barias caravanas de hippies que parecen vivir allí, al cobijo de la “energía" del lugar. Y sí es cierto que cuando lo tienes delante y sabes algo de su historia, se respira algo diferente.

Cuando casi has llegado, hay un camino tras una puerta de madera que discurre completamente en paralelo y solo separados por una valla de alambre bajita. Ese es el camino gratuito y es completamente legal. De hecho, el mismo guardia de seguridad del camino oficial fue el que nos dijo que abriéramos la puerta sin problema.


En este caso, la diferencia es que no te puedes acercar tanto a monumento (tampoco pagando puedes caminar entre los monolitos), pero a mi me parece que por la distancia que es no merece la pena pagar las casi 30 libras de la entrada + el autobús desde el centro de visitantes.


Muy contentos con esta nueva vivencia, Regresamos al coche y nos dirigimos a Watford, localidad situada en las afueras de Londres en la que se encuentra los Warner Bros Studios de Harry Potter. Tardamos cerca de hora y media. La entrada incluye parking, así que perfecto. Nuestro pase era para las 18:00 pero accedimos sin problemas sobre las 17:15 y allí disfrutamos de una tarde mágica. Cierra a las 10 y la visita dura 3-4 horas, por eso tuvimos la suerte de que a las 18:00 aún quedara alguna entrada con tan poca antelación… e insisto, nos cuadró perfecto dentro del viaje. Agradecimos poder entrar casi una hora antes porque prácticamente nos dieron luego las 22:00, así que yo más que 3-4 horas, recomendaría 4-5. A mi novio también le gusta la saga (le introduje yo), pero él solo ha visto las películas y salió entusiasmado. Si no sois grandes fans pero os toca acompañar a alguien que sí lo les, creo que lo vais a disfrutar mucho igualmente porque es una pasada como tienen todo montado y poder ver el trabajo que hay detrás de cada detalle.


La visita es inglés, pero sólo está guiada al principio, aunque se puede alquilar audioguía en español allí aparte. Se forma un gran grupo para entrar y un trabajador cuanta varias explicaciones en inglés sobre los actores y las películas en un par de salas, también hay una proyección y leugo te dejan libre para recorrer todas las salas y escenarios sin limite de tiempo.

No quiero hacer mucho spoiler porque es mejor el factor sorpresa pero, como os digo, es una pasada. Veréis sets de rodajes reales, atrezzo mítico, demostración de efectos especiales, spots muy guays para hacer fotos, salas con vestuario y caracterización…


Cerca del final hay un restaurante donde aprovechamos para picar algo para cenar en el propio bar acompañado de unas cervezas de mantequilla (que me moría por probar). No son baratas (6,85 libras creo) pero te regalan luego el vaso. Yo me imaginaba como un batido de vainilla con espuma, pero resultó más una fanta dulce (tampoco sabor a ninguna fruta) con espuma sabor vainilla. No estaba mal pero era mejor en mi mente. Pedimos una, un agua y unas alitas con patatas por 18,40 libras. Había gente que dejaba la taza por ahí en vez de llevársela y cogimos otra vacía para tener dos.


Después pasamos por las varias tiendas. No llevábamos idea de comprar nada y mejor, porque era todo carísimo. Eso si, es como Disney, lo quieres todo aunque luego en casa no sepas donde ponerlo, cuando usarlo o qué hacer con ello. El vaso de las cervezas nos bastó como souvenir.

Muy felices, nos retiramos al alojamiento que apenas estaba a 5 minutos en coche. Era un Air BnB con habitación privada con llave, nevera y TV, pero baño y cocina compartido con el dueño, que fue muy amable. No es nuestro ideal, pero cuando es para estar tan poco tiempo y solo para dormir no tenemos problemas en tirar de este tipo de alojamiento y aprovechar para abaratar costes, pero lo cierto es que nuestras experiencias siempre han sido muy positivas. En Canadá lo probamos para 3 noches y nos tocaron mansiones enormes, comodísimas, con dueños amables pero que nos dejaban total independencia.

GASTOS DEL DÍA

-Comidas varias: 33,40 libras (38€)

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Después del sueño reparador y una ducha, pusimos rumbo a los Cotswolds. Nuestro desayuno fueron los sandwiches que habíamos comprado el día anterior en el súper.

En poco más de una hora (y pasando por Oxford, aunque no paramos, pero de tener más tiempo es una parada que recomiendo), llegamos por el oeste al primer pueblo de los Cotswolds que visitamos, Burford.

Aparcamos junto a la iglesia gratis y eso fue lo primero que visitamos. Es gratis y estaba abierta y desierta pero impresiona la magnitud, arquitectura y decoración para un pueblo tan pequeño. Me llamó muchísimo la atención que cada silla tuviera su biblia y un cojincito de punto con su propio diseño, todos diferentes.


Después recorrimos la calle principal y alguna aledaña, todo muy tranquilo. No fue el más bonito de la ruta pero para ser la primera toma de contacto, nos gustó mucho. Aprovechamos para entrar en un súper y comprar algo de fruta, agua y yogur por 4,20 libras.


Continuamos hacia Bibury, uno de los pueblos más famosos gracias a la postal que conforman su riachuelo y pintorescas casas de Arlington Row. Tuvimos suerte de tener un coche pequeño y de que quedara hueco justo delante, junto al riachuelo.


Aparcamos ahí gratis y comenzamos el paseo. Ahí ya se notaba turismo, aunque todo muy comedido y concentrado en esa zona. Destacamos también de este pueblo la iglesia, cementerio y los jardines del hotel The Swan.


A media mañana, llegamos a Cirencester, la capital de los Cotswolds, que parece más una pequeña ciudad por la cantidad de bares y comercios. Aparcamos junto al mercado 2 horas por 3 libras.


Paseamos por el mercado interior, las calles aledañas decoradas con banderines, la iglesia y su cementerio y la plaza central, donde había puestos de flores y artesanía. Justo ahí empezó a lloviznar y aprovechamos para meternos en The Corn Hall & Arcade, donde había una feria de decoración y antigüedades.

Cuando paró un poco, seguimos por Market Place, que tiene fachadas muy coloridas, hasta The Woolmarket (antiguo mercado de lana), una zona de restaurantes y tiendas muy pintoresca.


Recorrimos de nuevo con llovizna Black y Castle St, otras calles que nos gustaron mucho y paramos a comer en el pub The Crown. Pedimos ensalada de colitas de gamba y calamares fritos con mayonesa sweet chily y salsa de mango, una hamburguesa vegana (la carne la sustituía un champiñón portobello gigante) con tomate queso halloumi a la brasa y de postre un toffee sticky pudding + 1 cerveza pequeña y tap water (importante para ahorrar). Costó 34,30 libras. Muy rico todo.


Al final nos pasamos un poco de la hora del parking pero no pasó nada. Nos dirigimos hacia Bourton on the Water, “La Venecia de los Cotswolds”, uno de los pueblos más bonitos bucólicos por sus casitas y su canal. Los parkings públicos están al principio y al final del pueblo pero eran más caros, así que aparcamos en el parking del supermercado Co Op, que daba 90m minutos gratis si comprabas, cosa que haríamos a la vuelta.


El pueblo era precioso y estaba bastante animado. La principal actividad se desarrollaba a ambos lados del canal, con sus patitos, aunque si te desplazabas un par de calles más adentro, también encontrabas casitas y rincones preciosos.


Antes de marcharnos compramos unas bolsas de patatas de sabores raros en el super y así liquidábamos lo del parking.

En muy pocos minutos llegaos a Lower Slaughter, uno de los pueblos que, aún siendo probablemente el más pequeño, más nos gustó por sus casitas cuidadas al detalle y también por estar surcado por un pequeño arrollo. Tardamos poquito en recorrerlo porque además empezó a llover más intensamente, pero como era pequeño, no tuvimos la sensación de dejarnos nada.


Continuamos con su «vecino de arriba, Upper Slaughter que también nos regaló alguna estampa de lo más “cozy”y tanto a la ida como a la vuelta, estampas preciosas de la verde campiña inglesa.


Para terminar la ruta del día, llegamos casi anocheciendo a Stow-on-the-Wold, otro pueblo más grandecito. Aparcamos en la plaza central, que tiene parquímetro hasta las 18:00. Llegamos unos minutos antes y nos arriesgamos, jaja. Muchas de las tiendas ya estaban cerradas pero igualmente disfrutamos del paseo, y además pudimos ver sin problema el emblema de pueblo: La puerta de su iglesia enmarcada por las raíces de un árbol.


A mí a esa hora me apetecía un té con un buen trozo de pastel en una tea room cookie pero ¡ah, amigos! El horario inglés…


Vimos que había como una cafetería en el hotel The Old Stocks, y entramos para pedir un café y un chocolate caliente al menos (6,25 libras).

Dada la hora, fuimos a la localidad de Blockley, al norte de los Cotswolds, donde estaba el nuestro alojamiento. Hicimos el checj in y subimos a la habitación a instalarnos y. Teníamos pensado picar algo en el bar del hotel pero el “horario español” nos hizo confiarnos y cuando quisimos la cocina ya estaba cerrada, así que tiramos con los snacks que habíamos comprado en el super y pasamos la tarde-noche en la calidez de nuestra acogedora habitación.

GASTOS DEL DÍA:

- Comida y snacks: 46,63 libras
- Parking: 3 libras

Total: 49, 63 libras (59€)

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