![]() ![]() Cuentos chinos ✏️ Blogs de China
Ruta de 20 días entre Beijing, Xi'an, Luoyang, Shanghai, Hangzhou, Suzhou, Panjin, ChengdeAutor: Sednalg Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (3 Votos) Índice del Diario: Cuentos chinos
01: China, la ruta
02: Alojamientos
03: Moviéndonos por China
04: Etapa 1, Beijing
05: Etapa 2, Xi'an
Total comentarios: 1 Visualizar todos los comentarios
Etapas 7 a 9, total 10
Entre la lluvia nos despedimos de Luoyang. En Shanghai hace calor, mucha humedad y gotea. Recuperados del día de viaje, nos damos un paseo por la torre Jin Mao y la zona de Pudong, con todos sus rascacielos y torres iluminados.
Al día siguiente no toca madrugar. Queremos ir a Suzhou pero solo hay media hora de viaje, o sea que cogemos un tren hacia las 12h y aprovechamos para comprar también los billetes de Hangzhou para dentro de un par de días en la misma estación de Suzhou, que está mucho más tranquila que la de Shanghai. Bus 202 desde la estación de Suzhou para llegar al Jardín del Administrador humilde, al que se accede por una calle peatonal donde hacemos algunas compras de artesanía. Recorremos el jardín con 29ºC y un 80% de humedad: sensación térmica de 35ºC... casi estamos como en casa! El jardín tiene estanques y pavellones, flores de loto y carpas gigantes. Al salir, una barca tradicional nos lleva por los canales y nos acerca al centro comercial de Suzhou. Un paseo por las calles históricas y vuelta a la realidad entre tiendas y comida. Nuestro tercer día en Shanghai vuelve a amanecer lloviendo. Nos decidimos a darnos una vuelta por el mercado de falsificaciones que hay en la parada de metro del museo de la Ciencia y la Tecnología, pero somos un completo fracaso en esto de comprar cuando nos acosan. Es demasiado temprano y hay muy poca gente, por lo que todos los vendedores nos acosan sin cesar tienda tras tienda, lo que nos hace huir despavoridos sin comprar nada. Con las manos vacías, volvemos en metro a la Plaza del Pueblo y nos paseamos haciendo algunas compras por la calle Nanjing. La recorremos hasta el Bund y nos recreamos con las vistas de Pudong hasta que anochece. Acabamos nuestro día con una cena en un restaurante de tapas españolas, el Willy. Las bravas y los canelones nos saben a gloria! Al día siguiente toca ir a Hangzhou. Desgraciadamente esto de perder trenes se está convirtiendo en una costumbre peligrosa. Aunque nos hemos calculado el tiempo para llegar a la estación, hacemos el viaje en metro en hora punta y las interminables colas en los transbordos y en la propia estación de tren nos frenan. Esta vez más tranquilos que en Xi'an nos vamos directos a cambiar los billetes y llegamos a Hangzhou una hora más tarde de lo previsto. En bus llegamos hasta el lago del Oeste. Empieza a llover cuando lo recorremos y nos decidimos por cruzar a las islas del centro del lago con un barquito de los muchos que hay para elegir. Seguimos nuestro paseo hasta la tumba de Yue Fei y bordeando el enorme lago hasta que agotados buscamos otro bus donde enlatarnos como sardinas y llegar a la estación. El tráfico es terrible. Agotados es poco. Último día en Shanghai, nos acercamos a la zona comercial que imita las calles antiguas de Shanghai y que está alrededor del jardín Yuyuan. Está a tope de gente y aprovechamos para hacer algunas compras más. Cuando entramos en el jardín Yuyuan hace bastante calor. Paseamos por sus jardines y sus estanques, aunque algunas carpas son tan enormes que dan miedo. Después de comer vamos a la plaza del Pueblo y nos arriesgamos de nuevo en el mercado de falsificaciones Tao Bao, en la calle Nanjing. Esta vez ya vamos más convencidos de lo que queremos comprar, qué precio pedir y cómo esquivar a los vendedores pesados o sea que volvemos al hotel con nuestras bolsas de basura negras llenas de regalitos. Etapas 7 a 9, total 10
Nos levantamos a las 4:30h para ir al aeropuerto. Toca la combinación más complicada porque Panjin no tiene aeropuerto y pretendemos llegar hasta allí y ver la playa roja ese mismo día, ya que solo tenemos prevista una noche. La playa se llama así porque la cubre una planta que al morir en septiembre se vuelve roja. Estamos en la última semana de agosto, o sea que espero que valga la pena la visita.
Mi compañero de viaje en el avión, una rara excepción china que habla inglés, se extraña mucho de que cojamos un avión a Jinzhou y aun se extraña más cuando le explico que pretendemos coger un transporte desde allí hasta Panjin. Parece que la cosa hubiese sido más sencilla llegando al aeropuerto de Dalian y enlazando con un tren desde allí. Cuando llegamos al aeropuerto entiendo las dudas de mi compañero de viaje: es un miniaeropuerto compartido con aviones militares, solamente hay una cinta para maletas y el único transporte disponible son taxis. Negociamos con uno de ellos el transporte a Panjin y llegamos a nuestro hotel gracias al GPS de mi móvil. En el hotel hay 4 personas en recepción que no hablan ni una palabra de inglés, ni siquiera saben hacer gestos... de manera que cada vez que nos intentan explicar algo acaban frustrados llamando a una persona por teléfono que me explica en inglés muy básico lo que me están diciendo: que mi número de habitación es tal, que necesitan una tarjeta de crédito... en fin, preguntarles cómo llegar a la playa roja parece una película de los hermanos Marx. Al final nos envían a la habitación a un chaval que chapurrea el inglés y consigo un par de papeles escritos en chino con los nombres de la playa roja (Hong Haitan) y del hotel para poder volver. Me apunta hasta el teléfono del gerente del hotel por si tenemos algún problema. Llegamos en taxi hasta el enorme complejo turístico creado alrededor de la playa roja y vemos, aliviados, que hay taxis esperando para llevar a la gente de vuelta. Es el primero de estos sitios que visitamos que no está a tope de chinos. Nos pasean en barco por las marismas y nos llevan en un coche eléctrico hasta la playa. Después de tantas dificultades para llegar, casi lloro de emoción al ver que sí que está roja. De vuelta descubrimos que los taxis ya no están y su lugar lo ocupan unos cuantos Mitshubatmans. Empezamos a caminar por la carretera y un par de ellos se pelean por llevarnos. El caso es que el taxi que nos lleva se desvía del camino y nos suelta en Dawa, negocia con otro taxista allí, se intercambian dinero y nos colocan como dos paquetes en el nuevo taxi. Nuestro nuevo conductor se empeña en explicarnos una película en chino, despacito para que lo entendamos y ante la expectación de tropecientos taxistas chinos que nos ven cara de poco convencidos y a punto de cambiar de taxi. Ante nuestra cara de interrogante, yo ya no sé si pide más dinero o un mechero, y le doy mi libreta para que escriba un nuevo precio. El señor escribe con esmero y me devuelve la libreta con dos carácteres en chino!!!! La madre que los trajo... Con mi cara debo pagar porque acabamos todos muertos de risa. Tengo claro que del taxi no me muevo hasta que me lleve a mi destino, como había negociado con el primer taxista. Al cabo de unos minutos aparece una chica que se sube en nuestro taxi y la cosa se mueve. O sea que esperábamos a alguien! Haberlo dicho, hombre! En Panjin de nuevo, pizza, hotel y dormir. Esta fue sin duda la etapa más complicada del viaje. Puede que la combinación hasta Dalian y el tren fuera más sencilla, pero nuestra manera, Jinzhou y taxi, solamente nos costó unas 3 horas desde Shanghai (2 horas el vuelo y 1 hora el taxi). Esta zona no es nada turística y aunque eso es un lujo en China tiene su precio, ya que nadie habla inglés. Aunque pasamos muchos nervios con las limitaciones de comunicación fue divertido el incidente con los taxis y la cara de un grupo de chinos que me pidió que les hiciese una foto en el barco y enmudecieron al oírme contar 1,2 y 3 en chino. Si valió la pena? Mirad las fotos, y juzgad vosotros mismos. Etapas 7 a 9, total 10
Si algo he aprendido en este viaje es que hay que hacer todos los trayectos con tiempo de sobras. Aunque nos habían avisado que la estación de tren estaba a más de una hora de trayecto de Panjin, salimos justitos de tiempo y la recepcionista se entretuvo en ordenar papeles antes de hacer el check-out. Y el taxista nos vio cara de nervios y se aprovechó. No nos pidió un precio excesivo por el viaje en taxi pero cuando le enseñamos la hora del billete se ofreció a saltarse todos los semáforos y normas de circulación por un módico plus. Y lo entendimos perfectamente aunque no hablaba ni palabra de inglés... El caso es que el camino en cuestión era una especie de ronda donde había semáforos y límites de 40 km/h y aunque nadie respetaba el límite, el conductor se ponía a 40 clavados cada vez que nos ofrecía el plus. Total que nos dejamos estafar y llegamos con 20 minutos de margen a la estación. Y con los --- de corbata. El tío hacía zig zags imposibles y se ponía a adelantar en dirección contraria en una carretera de 3 carriles por sentido! Lo más irónico es que el carril de la derecha del todo estaba vacío...
Hicimos el viaje en tren hasta Beijing y allí volvimos a hacer la cola de entrada para volver a coger otro tren hasta Chengde. Suerte que llegábamos y salíamos de la misma estación porque solamente teníamos una hora de margen para hacer el transbordo. La estación estaba repleta de gente, sentada o tirada por cualquier rincón, y nosotros nos pusimos a esperar al estilo chino: sentados en el suelo rodeados de mareas de chinos que acudían por oleadas a buscar sus trenes. El tren de Chengde se hizo largo y llegamos a una locura de estación llena de gente gritando ofreciendo taxis y alojamiento a módicos precios. Para variar, en el hotel de Chengde no hablaban ni palabra de inglés. Aunque no teníamos prisa, escuchamos el toque de diana las 7 en punto de la mañana en forma de cantos de ópera y descubrimos que el hotel está pegado a una escuela y hay un montón de chinos en formación. Ya que estamos despiertos, recorremos el centro de Chengde entre tiendas y restaurantes hasta llegar al complejo de verano de los emperadores. No le falta de nada a esta casita de verano: palacio, jardines, pavellones, lago, pagoda con templo budista... lo que se llama el kit completo! En Chengde hay más templos, pero están alejados de donde estamos o sea que decidimos darnos una tregua y descansar lo que queda del día. Etapas 7 a 9, total 10
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.7 (3 Votos)
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |