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Reservamos el transporte de Praga hacia Nuremberg alrededor de las 10am, por lo que tuvimos tiempo de sobra para llegar con calma a la estación de tren, aunque lo que teníamos que tomar era un camión de Deutsche Ban justo a lado de la estación de tren.
Yo esperaba ver alguna especie de terminal de camiones, o al menos alguna parada, pero nada de nada.Resulta que el camión paso directamente sobre la calle, hizo una breve parada, nos pidieron las reservas y adiós! Partimos hacia Nuremberg.

No hace falta decir que todos los que debíamos tomar ese camión estábamos un poco angustiados porque no veíamos ni camión ni terminal ni nada, pero al final todo salió muy bien. Después de 4 horas aproximadamente llegamos a la estación de tren de Nuremberg.
Habíamos leído que en la estación de tren es muy fácil dejar el equipaje en resguardo para poder pasear durante algunas horas, y posteriormente continuar el recorrido, así que ese era nuestro plan, y salió todo al pie de la letra, en la estación alquilan unos lockers enormes donde caben maletas gigantes (como la nuestra) y pagamos alrededor de 3 € por 5 horas.
El plan era subir hasta el castillo con calma, pasear un poco por ahí, comer algo y regresar a tiempo para nuestra conexión de tren a las 5pm.

En Nuremberg todo es muy cómodo porque todo lo interesante está muy junto, así que apenas al cruzar la calle frente a la estación inicia la calle peatonal que sube hasta el castillo.
En el recorrido nos llamaron la atención varios detalles muy lindos de las construcciones:

Llegamos primero a la plaza del mercado, donde había un mercadillo de fruta muy coqueto.

Seguimos subiendo hasta llegar al poco rato al castillo.

Se puede visitar el interior, pero debido a que teníamos el tiempo justo, decidimos solo pasear por los jardines y los alrededores. Tiene unas vistas preciosas. Pasamos un rato muy agradable simplemente disfrutando del paisaje con toda calma.

Al atravesar una puerta en el jardín, llegamos a esta muralla, desde donde se hacen unas panorámicas de Nuremberg increíbles!!

Desde aquí se ve el museo Casa de Alberto Durero, debe ser interesante pero justo este día estaba cerrado, así que no entramos.

Ya de bajada, paramos a comer, y posteriormente continuamos nuestro recorrido en tren hacia Rothenburg, el tren hace aproximadamente 1 hora, por lo que llegamos todavía con luz.

Desde que ví fotografías de Rothenburg por primera vez, me enamoré por completo y prometí que iría a ese lugar maravilloso, que parece sacado de un cuento.
Llegamos alrededor de las 7pm y nos dirigimos al Hotel Gasthof 'Zum Breiterle'.
Al elegir el hospedaje en Rothenburg pensamos que sería bueno elegir un hotel con ubicación entre la estación de tren y el centro, ya que casi toso es empedrado, y jalar las maletas se puede complicar.
El que elegimos nos pareció perfecto. La decoración es más tradicional, con mucha madera, pero eso lo hace muy romántico y acogedor. El costo fue de 75€, con un desayuno muy bueno inlcuido. Nos pareció muy bien.

No tardamos ni 10 minutos caminando desde la estación, así que habiendo dejado las maletas, salimos hacia la plaza para tomar el tour nocturno con “el vigilante”, que nos recomendaron en la recepción del hotel.

Apareció el guía disfrazado, y nos llevó por todo el pueblo contando anécdotas y chistes durante aproximadamente una hora.

Rothenburg de noche tiene otro aire, estábamos prácticamente solos por las calles, ya que todos los grupos se van alrededor de las 5pm, y después se queda solo, para el deleite de los afortunados que van a pasar la noche ahí.
Tomamos unas fotos divinas, con todo iluminado:

Cenamos en un pequeño lugar justo en la plaza, una pizza y unos capuchinos muy buenos, y al salir y caminar por el pueblo completamente solo hasta nuestro hotel fue fabuloso.
Después de una muy buena noche (las camas muy cómodas) y un rico desayuno, salimos de nuevo a ver Rothenburg, ahora de día.

Nos dirigimos primero hacia una de las entradas, desde donde se puede subir a la muralla. Se puede caminar por la muralla alrededor del pueblo por más de 1 km!
El lugar es simplemente espectacular, se puede ver la entrada y la muralla medieval perfectamente conservados. Es como estar en un cuento de princesas y dragones. Yo estaba embobada y no podía dejar de tomar fotos y mas fotos.

Caminamos un rato por la muralla. Me llamó la atención que desde este ángulo se ven los jardines traseros de algunas de las casitas. En contraste con otros lugares, donde las casas del centro ya no se usan como vivienda, sino que son tiendas, restaurantes y hoteles, en estas casas todavía viven familias.

Bajamos de la muralla y nos dirigimos al punto conocido como PLONLEIN, donde se hacen unas fotos preciosas. Este lugar es como el ícono de la cuidad, la mayoría de las fotos de Rothenburg muestran justo este punto, y fueron precisamente estas fotos del Plonlein las que se grabaron en mi mente, y me inspiraron a ir a esta belleza de lugar. Solo me imaginaba tomando mis propias fotos de este punto!

Llegamos finalmente a la plaza. Rothenburg no es un pueblo grande y se recorre perfectamente en medio día. Como ya habíamos estado desde el día anterior y habíamos recorrido todo, entramos a uno de los atractivos, la tienda de navidad. Todo es carísimo, pero la decoración es muy linda.

Tomamos algunas fotos de la plaza y los alrededores antes de ir de nuevo a la estación de tren para dirifirnos a nuestra siguiente parada: Fussen.

Nuestro tren salía a las 5pm desde Rothenburg. Desgraciadamente ese día había una huelga de Lufthansa, por lo que al parecer toda la gente estaba viajando en tren y aquello era imposible.
Desde un inicio la cosa pintaba para ser un maratón de trenes hasta Füssen, pero agregando la cantidad de gente y los retrasos la cosa fue terrible.
Uno de los 5 trenes que debíamos tomar se retrasó una hora, por lo que perdimos el resto y como ya era un poco tarde, tuvimos que dar un vueltón loco porque permios el último tren que hacía una ruta más directa.

Ni hablar… shit happens… jajaja el total fueron 5 trenes y 6.5 horas. Llegamos alrededor de las 11.30pm a Füssen. Como es un pueblo pequeño, la mayoría de los alojamientos no tienen una recepción 24 horas. Afortunadamente me di cuenta que esto podía pasar y atiborré de correos a los encargados del hotel para asegurarme de tener instrucciones claras (con fotos y todo) de cómo podría acceder a la habitación se llegábamos muy tarde.
Ellos dejaron la llave en unas cajitas de seguridad que tienen en la puerta, y me dieron la clave por correo.
Aunque al llegar estábamos un poco ansiosos por la logística con la llave, todo salió como esperado y en menos de 10 min de haber bajado del tren, ya estábamos en nuestra habitación.

Reconocimiento especial al City Apart-hotel Füssen. Habitaciones de muy buena calidad, cama comodísima, perfectamente limpias, mobiliario nuevo y moderno, a 2 minutos de la estación de tren en una calle peatonal iluminada, con un desayuno buffet excelente por solo 49€ habitación doble con baño!!! Podría decir que la mejor habitación del viaje, supero las expectativas.

A la mañana siguiente, después de un rico desayuno comenzamos el traslado hacia el castillo de Neuschwanstein.
Como el hotel está a 2 min caminando de la estación de tren fue muy sencillo.
A lado de la estación sale el camión hacia Neuschweinstein, normalmente tiene un costo, pero como habíamos comprado el bayern ticket previamente por internet, teníamos derecho a utilizar todo el transporte público en la región de Bavaria por un día (26€ por 2 personas). Vale mucho la pena ya que incluye todos los trenes regionales, el metro en Múnich y todos los camiones. Este día le sacamos mucho provecho.

Hay varias tiendas de recuerdos, algunos hoteles y restaurantes, por lo que es posible hospedarse aquí en lugar de Füssen para visitar los castillos, pero hay que aclarar que si se llega en tren, es mucho más cómodo Füssen.

Había bastante cola para comprar las entradas, pero una vez más, yo ya las traía compradas por internet (por 2€ más) y la fila para recogerlas estaba vacía (yeii).

La entrada al castillo tiene un horario específico que se debe respetar, si uno no se presenta en la entrada del castillo a la hora del tour (no se puede entrar sin tour) el boleto se pierde.
Para llegar al castillo de Neuschwanstein se debe subir una montaña.

Caminando es 1 hora a buen paso, pero hay otras formas. Una es en carro con caballos (más caro) y la otra en camión por 1€. Tomamos está opción por ser la más rápida y barata, y llegamos a la cima en unos 10 minutos. En la cima de la montaña está el puente Marienbrücke , y desde ahí se obtienen las mejores fotos del castillo. La vista es impactante!!!

De Marienbrücke a la entrada del castillo es una caminata de bajada de 10 min aproximadamente.

Una vez en la entrada hay que esperar que llamen al turno indicado en el boleto y entrar todos juntos en el tour. Te dan un audioguía en el idioma solicitado y empieza la visita, que dura como máximo 40 minutos.

Me hubiera gustado mucho poder ir a nuestro aire y disfrutar un poco más en cada estancia, pero no está permitido quedarse atrás, hay que avanzar con el grupo ya que el castillo es muy concurrido y si no se harían unas bolas terribles.

El castillo en sí me pareció divino, totalmente excesivo pero eso es lo que uno espera ver en un castillo. Me encantó poder ver la habitación del rey, con esa cama tallada espectacular. Cada detalle de la decoración está cuidado al máximo, para cumplir con las excentricidades de Luis II de Baviera. El salón del trono y la habitación del rey fueron mis favoritas.

Además tiene unas vistas inigualables!!!

Por mí me hubiera quedado mucho tiempo más, pero tuvimos que conformarnos con las fotos desde afuera.

Al terminar bajamos caminando para disfrutar del paseo, ya que no había prisa.

Llegando de nuevo a Hohenschwangau, de ahí tomamos el camión de regreso, de nuevo sin costo por el Bayern ticket, y de ahí tomamos el tren hacia nuestro destino final: Múnich.