
Los planes para el día de hoy eran descansar en la playa por la mañana y luego después de una ducha ir a visitar Santander pero el día no acompañó lo que nosotros hubieramos deseado así que una vez desayunados ( chapeau una vez más, Gracia ) decidimos coger la lancha que une Somo con Santander. Ya desde el mismo barco ( 30 minutos aproximadamente es lo que tarda en llegar pués hace parada en Pedreña) observamos los bonitos paisajes de la Bahia de Santander e ibamos preparando nuestra visita a la ciudad.

]Una vez en Santander lo primero que fuimos a buscar ( como en todas las ciudades que vistamos ) fué la oficina de turismo donde nos recomendaron los lugares a visitar. Por tanto, lo primero a visitar fué el casco antiguo si se puede denominar así puesto que según nos explicaron un incendio en 1941 había asolado a la ciudad. De esta forma, en los Jardines de Pereda comenzó nuestra visita siguiendo por el Paseo de Pereda, que con sus típicas casas de miradores, y sus jardines constituyen un exuberante bulevar que separa la franja costera del casco antiguo santanderino. La cercana Catedral es uno de los edificios más antiguos de la capital, siendo su construcción del siglo XIII. En su interior sobresale la tumba de Marcelino Menéndez Pelayo. Bajo el templo principal se conserva la cripta de El Cristo, sobrio recinto abovedado en el que se descubrieron diversos hallazgos de la época romana. A nosotros nos gustó mucho el bonito claustro gótico donde se conservan sepulcros de caballeros y abades de la época.
Frente a la catedral se levanta la Plaza Porticada, de estilo neoherreriano y rodeada de varios edificios públicos. Una de estas calles conduce a la plaza del Generalísimo, sede del Ayuntamiento, colindante con el popular mercado de la Esperanza, de estilo modernista.

Despés de todo esto, decidimos para a comer en uno de los restaurante del Paseo de Pereda donde por un precio de menú razonable pude probar mi primera paella de marisco de la zona. Mas adelante comentaré mis impresiones al respecto pués mis temores se confirmarón al día siguiente. A continuación, seguimos por la Avenida Reina Victoria ( observando a los afortunados que estaban pegandose un bañito en la Playa de los Peligros ya que ¡¡ el tiempo había cambiado, menudo calor!! ) hasta llegar al siguiente punto de visita, el palacio Real de la Magdalena. El palacio real, inaugurado en 1913 como residencia estival del rey Alfonso XIII es una residencia de estilo inglés que cuenta con hermosas caballerizas y se encuentra rodeada de extensos jardines y zonas arboladas. Nosotros lo primero no lo pudimos visitar puesto que nos invadió un cansancio extremo que hizo que disfrutaramos más de los jardines y zonas arboladas. Así después de casi una hora tumbados decidimos acercarnos al zoo de la Magadalena para disfrutar de las vistas que ofrece de las playas del Sardinero y seguir paseando hasta estas.
