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DÍA 5: Florencia
Nos levantamos pronto, desayunamos en el hotel (el buffet no estaba mal) y nos fuimos a la avenida principal a coger el bus nº 12 hasta la plaza de Michelangelo, donde hay unas vistas impresionantes de toda la ciudad.
El bus te deja en la misma plaza, y lo recomiendo porque la subida es enorme, y puedes ir viendo las vistas al bajar las escaleras, que es mucho más cómodo. Como podéis ver el puente Vecchio se veía precioso a esas horas de la mañana.
En la plaza nos encontramos la 2ª réplica del David, como podéis ver aquí. La plaza está llena de puestos y de artistas.
Estuvimos un rato y empezamos a bajar dirección a los Uffizzi, que teníamos reserva a las 11:30. Por el camino de bajada vimos la torre San Niccolo y cruzamos el Ponte alle Grazzie, con estas vistas.
Al llegar a los Uffizzi nos encontramos 2 colas gigantes, una con reserva y otra sin reserva… ¡Aquello era un caos! Creo que iba más rápida la de los que no tenían entrada reservada… Un desastre. La gente llegaba con tiempo de antelación, pero como se supone que tienes reserva y no hay colas pues llegaban con 15 minutos, por ejemplo… La cuestión es que cada 2x3 salían preguntando si había alguien que ya se le hubiera pasado la hora, y los colaban… Después de estar casi 45 minutos de pié en cola por fin nos tocó, y cuando entramos ya estábamos cansados. Es lo que tiene estar de pié parados sin moverse. Pero bueno, empezamos a visitarla y nos gustó mucho, aunque había muchísima gente, para variar. La Venus me encantó, es una preciosidad. En el interior no te dejan hacer fotos, pero sí hice de las vistas del Ponte Vecchio y todos los puentes alineados en el río. Aquí también se ve claramente el pasadizo que conecta la galería con el puente.
No os perdáis las vistas desde la terraza de la cafetería, se ve el palazzio Vecchio y la catedral así de bonitos.
De ahí nos fuimos paseando y volviendo a cruzar Florencia hacia la Academia, donde teníamos reserva después de comer. Vimos el Mercato Nuovo, lleno de puestos donde comprar recuerdos y otras muchas cosas, y donde estaba el famoso Porcelino, que dicen que si le echas una moneda y pides el deseo vuelves a Florencia. Había muchísimos turistas, claro.
Seguimos nuestro camino y fuimos a ver la Orsanmichele, que el día anterior estaba cerrada. Es una joya preciosa, pero no dejan hacer fotos, ni siquiera sin flash. Aún así hice estas a escondidas.
No dejéis de entrar a la iglesia que hay enfrente, que es otra maravilla, donde tampoco dejan hacer fotos pero merece la pena entrar, y es gratis. De allí volvimos hacia la catedral, pasando por la plaza Republica, y volvimos a admirar su maravillosa fachada.
En nuestro camino hacia la Academia llegamos a la Basílica de San Lorenzo, que está en una zona muy bonita. Nos costó 3,5€ por persona, pero no pudimos hacer fotos dentro. Es también preciosa, como todas. En la plaza había muchos puestos ambulantes.
Ya eran más de las 2 de la tarde y todos los sitios que habíamos visto por el camino estaban a tope, así que acabamos en un McDonalds comiéndonos una ensalada Caesar cada uno, que no teníamos mucho más tiempo que perder, teníamos entrada a las 15:30. En la Academia hay muchas cosas, pero lo más espectacular y por lo que pagamos todos era por ver al David, ¡qué pasada! Por supuesto no dejan hacer fotos… Pero bueno, no dejéis de sentaros detrás y admirarlo un rato, es impresionante su tamaño y los detalles.
Al terminar nos fuimos a la Santa Croce, 5€ por persona. Cerraba a las 5, como casi todo, así que nos dimos mucha prisa. Es muy bonita, y ahí están las tumbas de las personalidades más importantes de Florencia como Dante Alighieri, famoso autor de la Divina Comedia. Es una obra de arte maravillosa. Aunque el altar mayor estaba en obras de restauración, se podía apreciar lo bonito que es. El techo es de madera de varios colores, lo que le da un toque diferente. Se ven las tumbas a ambos lados de la basílica y también en el suelo.
Hay unos frescos y unas vidrieras preciosos. No se ven muy nítidos, pero es que las fotos son sin flash y a esas horas ya estaba un poco oscuro dentro.
Fuera hay un patio muy bonito y una exposición, y una capilla maravillosa. Lo vimos todo hasta que cerraron.
A esas horas ya estaba todo cerrado (al menos los monumentos e iglesias), así que seguimos callejeando, disfrutando del ambiente florentino, hicimos algunas compras, y como estábamos super cansados decidimos volver en autobús al hotel. Nos fuimos hacia el Ponte Vecchio y nos comimos un helado en una heladería junto al puente, esta vez antes de cruzarlo. Los helados estaban muy buenos y con precios razonables.
Como ya era tarde cruzamos el puente y cogimos el autobús de vuelta al hotel, el nº 12 otra vez, cerca del ponte alle Grazzie.
El bus cuesta 2€ y lo puedes coger las veces que quieras durante 90 minutos, pero casi nadie pagaba… Al día siguiente nos íbamos a Venecia, así que nos despedimos de Florencia y a descansar, que había sido un gran día.
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