Muy cerca de las iglesias románicas de Vallejo y Siones, nos recomendaron que visitásemos el nacimiento del rio Cadagua. El Cadagua es el rio que atraviesa el valle y que pasa por la propia capital, Villasana. Es un rio truchero y de aguas ímpias, al menos en el Valle de Mena, y que desemboca ya en las afueras de la ciudad de Bilbao.
Nace cerca de un pueblecito del valle llamado precisamente Cadagua, a los pies de los Montes de La Peña, en un paraje de un frescor y un encanto increibles. Para llegar allí, fuimos a la plaza de la pedanía de Cadagua y desde allí parte un camino que tras atravesar unos prados, en 5 o 10 minutos llega a la zona arbolada de una pequeña garganta y aparece esto ante nuestros ojos:


Por lo que nos sentamos en una roca a mirar y escuchar el sonido del agua y de los pájaros en
aquel maravilloso lugar lleno de helechos y musgo:


La verdad es que es dificil tratar de describir ese lugar lleno de paz,
frescor y naturaleza. Estuvimos por allí dos o tres horas y volvimos a tomar algo a la animada Villasana de Mena.