DOMINGO, 21 DE AGOSTO 2011. DÍA DE VOLVER A SAN JUAN DE PUERTO RICO.
Éste era el día fatídico. Aquel que en el calendario estaba marcado en rojo. Aquel que no quisimos nunca que llegara pero que, inexorablemente llegó al igual que llegaron todos los días anteriores. Fiel y puntual a su cita, el barco atracó en el puerto de origen, San Juan para poco a poco abandonar el barco y definitivamente pasar nuestras últimas horas de vacaciones en esta ciudad tan encantadora así como prácticamente todo lo que pudimos ver del resto de la isla. La noche anterior yo ya había comentado en la cena que había reservado mesa para comer a las 12,30 en un restaurante del Old San Juan que nos guardaba las maletas gratuitamente durante unas horas con la condición de comer en él (aceptaron propina evidentemente). Tras desembarcar todos los de la mesa de la cena juntos decidimos ir allí y comer visitando mientras una parte de esa ciudad tan bonita la cual recomiendo visitar como es obvio. Tras estar caminando durante prácticamente 2 horas y luego de comer un taxi nos devolvió al aeropuerto ya que a las 17,05 partíamos de regreso a Barcelona, vía Madrid. El vuelo fue el más puntual en salir que recuerdo y el comandante de la nave nos tuvo más de 1 hora con el cinturón de seguridad cordado en nuestra cintura. Imagino que gran parte de culpa la tuvo “Irene” el huracán que estaba previsto ese mismo día, un par de horas más tarde, alcanzara la isla de Puerto Rico y que avanzaba a una velocidad de 22 km/h. Cierto es que al despegar el avión hubieron unas turbulencias pero nada más que leves eso sí. Sobre la hora prevista, incluso con algo de adelanto, llegamos a Madrid donde posteriormente cogimos el puente aéreo que nos llevaría hasta Barcelona.DETALLES DEL CRUCERO.
.- El barco. El “Serenade of the Seas” de Royal Caribbean no es el buque insignia de la marca. Tampoco el más novedoso. Pero precisamente por tratarse de un barco no excesivamente grande hace que todo en él sea más accesible y que lo puedas “conocer” prácticamente en un día. Eso fue lo que hicimos el día de navegación. Ir investigando qué había en cada planta… En ningún momento nos hemos sentido agobiados por los demás cruceristas y la ratio de tripulación/pasajeros diría yo que ha sido la correcta. En todo momento me he sentido muy a gusto en el barco y el camarote considero que satisfacía plenamente lo que deseaba encontrar. Limpieza, una cama amplia y cómoda así como que fuera algo espacioso. Este barco se destaca por una clase de comodidades que agradecemos todos los pasajeros. Los entusiastas de los deportes pueden desafiarse por la pared de escalada, simuladores de golf, putting green y campo de deportes. Books, Books & Coffee, el café y biblioteca del barco, atrae a los amadores del café. Lleno de follaje exuberante y cascadas, el bello solarium permite tardes tranquilas al lado de la piscina. Se pueden hacer ejercicios en el centro de actividad física, o tratamientos de spa. Cuatro lugares de entretenimiento temáticos dentro del Colony Club ofrecen la oportunidad de jugar billar, cartas y otros juegos, además de retiros para relajarse y disfrutar de cócteles o música en vivo. Hay variedades de comida distintas, servidas en los restaurantes de especialidad Chops Grille y Portofino, o en el comedor Cascades. Las obras de teatro musical y espectáculos atraen a los viajeros al teatro antes y después de la cena, según el turno de esta, y los ascensores de vidrio llevan a los madrugadores a la discoteca en la cubierta más alta del barco.
.- Comidas en el barco. Muy buena calidad en el buffet de la comida así como en los restaurantes habilitados para el desayuno. Eché en falta quizá algo más de pescado al mediodía puesto que sólo había de una clase y parecía que fuera siempre el mismo.
.- Servicio en español. Creo que la propia Royal Caribbean es consciente que es su talón de Aquiles y por ello dedica una persona a ser el embajador internacional de las “otras lenguas” más utilizadas en el crucero. Iván (así se llamaba) dominaba aparte del inglés y castellano, francés, alemán e italiano. Un políglota en toda regla al cual gracias a él toda nuestra estancia en el crucero se nos hizo más llevadera. Tuvimos dos charlas con él. Una al día siguiente de zarpar que nos explicó cómo iba a ser el crucero, sus normas y demás detalles, y otra el jueves en la que el tema monográfico fue el desembarco.
.- Precios de algunos servicios del barco como bebidas. Botella de cava, $26. Piña Colada, $8, cuba libre de ron bacardí, $7.
.- Ambiente. El crucero está pensado para que no pares ni un momento. Si haces todo lo que te proponen que hagas acabas destrozado. Mucha animación (toda, todísima en inglés) en cualquier parte del barco.
.- Actividades según tramo de edad. Los niños y adolescentes tenían actividades exclusivas para ellos según tramo de edad. Esto hace que los niños “descansen” de sus padres y nosotros de ellos. Todos contentos.
.- Vestimenta para noches de gala. Los americanos no dudan en vestirse de gala ante cualquier acontecimiento. Ellos no dudan en ponerse traje y corbata o bien smoking con pajarita (el barco lo alquilaba también). De todas formas en las dos noches de gala que hubo no era requisito indispensable lucir corbata. Eso si tampoco aceptaban chanclas y bermudas por ejemplo.
.- Internet (lo hay sí, pero de pago. Hay establecido un precio por minuto así como unos packs)
.- Móviles (sí de pago 8 dólares/min). Apenas hay cobertura en alta mar por cierto. Depende de tu operador y sus acuerdos de “roaming”.
.- Clima en las islas y alta mar durante el crucero. A excepción del primer día que fue navegación completa y que nos cayó un auténtico chaparrón, sol. Calor extremo a primera hora de la mañana, pierde fuerza sobre las 15h. y a las 19 ya es noche cerrada en alta mar.
El último día nos pasaron una encuesta de valoración de los principales servicios en cuanto a personal y barco en general. En el apartado de “observaciones” hice mención del tema del idioma, entre otros. En concreto que debido a la gran cantidad de viajeros de habla hispana, españoles habíamos los justitos pero sudamericanos……, hubiese sido muy grato habernos encontrado al menos con una excursión en nuestra lengua en cada puerto así como que las actividades del barco no estuviesen pensadas tan sólo para aquellas personas que dominan esa lengua. Creo sinceramente que este es el gran lunar de este crucero, más aún habida cuenta que la sede europea de Royal está en Barcelona ciudad.
Para acabar he de deciros que este diario ha sido en su mayor parte escrito en la terraza del camarote por las tardes, contemplando varios días la puesta de sol desde alta mar, con el barco rompiendo el mar según avanzaba sintiéndose cómo las olas rompían al chocar con el buque. Una experiencia única y super relajante. Tal es así que lo considero como uno de los placeres del día por todo lo que el hecho de escribir lo ocurrido ese día suponía. La infinidad del mar, mi soledad en la terraza sin ningún tipo de ruidos ni interrupciones excepción del propio ruido de las olas del mar cómo ya he explicado anteriormente.
Definitivamente recomendaría a todos los que se sintieran atraídos hacia el mundo de los cruceros que se apuntaran a uno. De más o de menos días. Es una experiencia muy agradable a la vez que pasas por sitios en el barco que de otra forma son totalmente inaccesibles y cuyas vistas son sencillamente únicas. Además el hecho de coincidir 7 noches en la misma mesa con las mismas personas explicando las vivencias diarias de cada uno hace que acabes formando cierta amistad con ellas tal y como asi ha sido en esta ocasión.
PÁGINAS DE INTERNET ÚTILES.
www.antigua-barbuda.org/ ...john01.htm
www.barbados.org/btown.htm
www.stlucia.org/
www.philipsburg-info.com/]
www.visitstcroix.com/