Hoy nos hemos levantado a las 6, hemos hecho el check out con un poco de esfuerzo porque el pobre recepcionista no tenía ni idea y nos han tenido que hacer la factura desde el otro hotel Marriott y mandarnosla por fax. En parte tuve yo la culpa porque la factura era complicadilla. Le pagué una parte con los florines que ayer no puede utilizar en el asqueroso restaurante al que fuimos por no tener bastantes. Las oficinas de cambio iban a estar cerradas porque era muy pronto y no me quería llevar los florines a Madrid...



El día anterior preguntamos si podíamos contratar un transfer para hoy pero nos dijeron que no merecía la pena. El precio del transfer era de 2500 florines por persona (5000 dos) e iba recogiendo a varias personas de otros hoteles hasta llegar al aeropuerto y sin embargo un taxi que nos llevaba a nosotros dos sólos (y que además me lo podían cargar a la factura) eran 5700 florines, sólo 700 florines más que eran unos 3 euros.
Total que llamamos al taxi que nos llevó en 20 minutos al eropuerto, llegamos al aeropuerto de Budapest y sin mucho problema llegamos a Praga en el mismo miniavión que nos había traído.
En Praga teníamos 3 horas hasta que saliera nuestro avión a Madrid pero el aeropuerto de Praga es maraviloso con un supermercado con cosas baratísimas que menos mal que se podía pagar con tarjeta porque no teníamos ni una sólo corona y un cine en el que vimos casi 1 pelicula y media antes de embarcar hacia Madrid. Luego el vuelo salió con otra hora de retraso, que pena porque podíamos haber visto las dos pelis enteras.
Y así en menos de 3 horitas estabamos de vuelta en Madrid.
Praga, bueno, había estado bien pero Budapest........absolutamente genial.