Desayunamos bien desayunados hoy a parte del dulce me como una de las famosas tortillas de jamón, están buenísimas, y nos vamos hacia Playa del Carmen en la lupivan de las 8 de la mañana, nos dirigimos rápidamente a comprar los billetes para el ferry, pero la paraeta está cerrada,
Embarcamos, está todo acristalado y climatizado, de lujo! Pero mi marido quiere ir en la popa, en la terraza, y en la parte de atrás, donde ya no hay techo, pero al final nos ponemos en la última fila del techado, hasta donde llega una especie de toldo que hace de ventanas, justo en el hierro que sujeta la última. Unos músicos están montando los instrumentos, y nos amenizan el trayecto.
Se pone a filmar la salida y en cuanto coge velocidad, empieza a salpicarnos el agua, claro, como no teníamos ventana, rechinflaba toda el agua contra nosotros y encima el regolfe del aire, yo con un frenadol en el cuerpo, en la popa, con todo el traqueteo, y con la tortilla en el estómago….. sin palabras….
Llegamos al puerto de Cozumel y me bajo mas muerta que viva, ahora tenemos que encontrar a la mujer de los barcos, menudo mareo, todos ofreciéndote motos, coches, paseos en barca con el fondo de cristal… buceo en los arrecifes….y yo con la tortilla que ya era revuelto…..Pero en los 20 minutos que estamos esperando en puerto, se me pasa y ya me pongo bien. Nos llama la señora, es una francesa, va con una sombrillita china toda fashion…. Al final nos juntamos con una pareja de chinos, y nos lleva al barco, donde están el “instructor“ y el piloto, nos ofrecen agua, coronitas…. Vamos de todo, y nos vamos hacia una pequeña cala donde recogemos a dos chicas y dos mujeres más, madre e hija. Nos va contando que el huracán Wilma hizo muchísimo daños en la vegetación, las barcas de la calita acabaron por encima de las casas debido a los fuertes vientos y eso que están a resguardo, dice que fue brutal por que al ser isla le daba por todos los lados, el sistema de drenaje también se dañó provocando la entrada del agua salada en la capital.
COZUMEL significa Tierra de las golondrinas, se la considera como el acuario natural más grande del mundo. Está rodeada por más de 25 arrecifes de coral.
Vamos hacia el primer arrecife, creo que el Palancar, nos va explicando lo que vamos viendo por el fondo de cristal, saca las máscaras y las aletas, pero máscaras todos llevábamos las nuestras, nos indica unas señales básicas por si tenemos algún imprevisto, yo no quiero las aletas, porque no se ir con ellas, y nos tiramos al agua, claro, lo que no pensé es que ellos con las aletas iban a toda máquina y yo no podía alcanzarlos, el arrecife tiene 90 metros de profundidad, el agua es color azul marino, la sensación impresionante, me sumerjo y me entran unas arcadas de la muerte,
Total que viene el barco y salgo yo y la mujer mayor, que no se que le había pasado también, y eso que ella estaba muy acostumbrada incluso al buceo con botella junto con su hija. Asi que subimos al barco y se va junto con los demás. ¡que vergüenza!
Me dedico a ver el fondo desde el suelo de cristal, y a verlos desde lejos mientras me pasa el mareo y la angustia.
El piloto empieza a tirar trozos de tortitas y los peces vienen en tropel, una pasada como sacan la cabezita fuera del agua, asi que me dedico a hacer fotos de “superficie”.
Vuelven los Cousteau y después de disipar la preocupación del “instructor” viene el correspondiente choteo explico que me había medicado, que habitualmente me deja el cuerpo mal, que tendría que haberlo pensado y hoy no hacerlo… y asi salvo un poco el orgullo, la verdad es que estaba mal, mal, tenía mareos, taquicardia….y vamos hacia otro arrecife , creo que Punta sur este más cerca de la orilla, y paso de tirarme, que con un amago de ahogo ya he tenido bastante, además el barco no está quieto, se mueve siguiéndolos mientras recorren el arrecife, ya vuelta a la normalidad, y con el barco parado en el destino, me vuelvo a tirar al agua, pero cerca del barco, sin perderlo de vista y así disfruto también del snorkel, hay muchísima corriente, se me lleva lejos del barco sin darme cuenta, y me cuesta llegar hasta él, pero ya sin agobios, de seguir el ritmo de nadie, este arrecife tiene unos 25 metros de profundidad, el agua es color turquesa, parece imposible que los pececillos no te rocen siquiera, con la cantidad de ellos que me rodea, si me toca uno la barriga me entra un ataque. Vuelven los chicos de las aletas y nos vamos a otra zona, esta muy cerca de la orilla, hay personas que entran desde ella para ver este arrecife. El “piloto” me suelta un cabo y mientras ellos se van, cogida de la cuerda me dedico a explorar mas intensamente la zona, hay una especie de estructura hundida, y aquí hay unos 9 metros de profundidad,¡hay que joderse!
Los colores del mar y el cielo son preciosos, al fondo una zona gris, se acerca tormenta, de hecho nos llega a llover intensamente, mientras nos dirigimos a toda velocidad hacia el embarcadero, pero dura tan solo unos minutos y vuelve a brillar el sol. Me vuelvo a marear porque vamos a toda velocidad venda dar bandazos en la barquita, yo intento aguantar pero se ve que me quedé completamente blanca y empieza el cachondeo del mareo, que igual no tiene nada que ver con la barca y el agua…. Llegamos al embarcadero y conforme bajamos ya tienen otro grupo esperando, parecemos dos auténticos guiris con los culos mojados, y empezamos a buscar el restaurante Coffelia, que está recomendado por el trotamundos, no lo encontramos, proseguimos hacia la playa para entrar en otro también recomendado, aunque indican que es muchísimo mas caro, mientras me voy poniendo el pantalón por la calle,, ya te digo, ¡como dos guiris!!
Entramos y nos sentamos en una de las mesas de la “terraza” y nos sacan la carta, mientras vamos por turnos al “baño”, ya que estamos todos salados, pedimos unas cocacolas y un plato con pollo.
La comida abundante y muy buena y el sitio, una vez pasada la primera impresión, muy peculiar pero agradable, aunque no lo recomendaría a nadie muy tiquismiquis, y eso que yo soy bastante asquerosilla… y muy bien de precio para estar en Cozumel, donde es todo carísimo.
Mientras comemos comentamos la experiencia del snorkel, a él que nunca lo habia hecho, le ha encantado, claro, coronita ente inmersión e inmersión… pero el “instructor” estaba mas pendiente de ligar con las dos chicas que habían, que de los demás, pero ya se sabe, jóvenes, agua, sol, el caribe … y la testosterona por las nubes. Pero consideramos una experiencia positiva, incluso para mi, que ya me vale, tanto bautizo del mar y tanto osti* y después me cago en la priemra de cambio....lo que nos proponemos es practicar de vuelta a casa.
De vuelta pasamos por el zócalo, donde no nos explayamos mucho porque caía un sol de justicia, y entramos a comprar tabaco, un paquete de Camel 43 pesos, 29pesos nos costó en Playacar, cuando digo que es caro….
Como es pronto para volver, nos dirigimos al Museo de Cozumel, es chiquitito pero muy cuco, antiguamente este edificio era el Hotel de Cozumel, el primero de la isla construido sobre el año 1929.
Consta de 4 salas divididas en dos pisos, en cada una de ellas hay un portero que te enciende la luz cuando entras, estamos totalmente solos en cada sala.
En una de las salas, se expone la formación de la isla, las formaciones coralinas, la flora y fauna.
En otra, la cultura maya, sus ciudades la conquista española, armas, cascos, cerámica.
Otra sala, la del mar, con utensilios marinos, herramientas, cascos de buzo.
Y por último, acontecimientos históricos, planos, fotos, y la importancia del mar en la vida cotidiana de los habitantes de la isla.
Lo mejor fue al final, en la planta baja un pequeño jardín, allí hay una cabaña maya, donde una pareja, en concreto el hombre, nos explicaron la forma de vida, utensilios, ropa, juguetes para los niños, religión, numeración, como preparaban sus alimentos, como construían sus muebles, sus cabañas, sus medicinas… en fin muy instructivo, lástima que era por la tarde, por la mañana la mujer prepara tortitas de la manera típica de antaño.
Pensábamos que estaríamos mas tiempo en el museo, así que corriendo llegamos a tiempo del ferry de las 16’30, me dolió no haber visitado las ruinas del santuario de la diosa Ixchel, pero es que estaba a 8 km, supongo que lo dejaremos para otra ocasión. Cozumel es una isla pequeña pero tiene muchas cosas para ofrecer.
Ya en el hotel una ducha y al bar Tequila, allí nos encontramos con la parejita, y ellos fueron a Cozumel ayer, pero no llevaban nada contratado, se decidieron por alquilar una moto y recorrer la isla y bañarse, comentamos la excursión y tal, es una pasada, el camarero se nos acerca porque hablamos mucho y bebemos poco…. Como ya he comentado, en este hotel te sientes como en casa.
… y hablando hablando así enlazamos con el tema viajes.. creo que en ese momento nos dimos cuenta de que si el primer día nos hubiéramos coordinado, el viaje habría sido totalmente diferente, pero que le vamos a hacer. Para nosotros es el primero que íbamos totalmente a nuestro aire, sin nadie organizando y sin tener que llevar a nadie a cuestas, lo que se dice totalmente solos, y no hemos acabado discutiendo, que ya es mucho…. considero que ha experiencia ha sido totalmente positiva, hemos contado solamente con nuestras fuerzas, nuestro ingenio y mi capacidad organizadora, por lo que creo que ya estamos preparados para empresas mas altas. Lo único que nos falta es poder meter las dos maletas en dos mochilas… y lo más importante, poder llevarlas a la espalda….
Si no hubiera sido por que teníamos reserva en el Maria Bonita, creo que ni hubiera cenado, entre el cansancio del sol y el agua, los paseitos en barco y los 4 martinis que cayeron antes de cenar, me hubiera cogido cualquier cosa del buffet y a la cama…. Hoy el espectáculo era de cabaret, pero ni osamos pegarle un vistazo, solo lo vimos empezar, a las diez ya estábamos de camino a la habitación, más muertos que vivos… mañana descanso…que una ya tiene una edad
Últimos comentarios al diario: