Tras seis horas de coche desde Zaragoza llegamos a Salinas, que además de ser conocida por su pasado como villa balnearia, puede presumir de tener una de las playas más largas de Asturias y un curioso museo gratuito al aire libre.
Aquí os pongo la playa al atardecer. A mí me pareció súperbonita.
El Museo de las Anclas está situado en un extremo de esta playa, en la península de La Peñona, y está dedicado a Philippe Cousteau, hijo del famoso oceanógrafo francés, cuyo busto puede verse en un saliente rocoso.
Como podéis ver hasta este mirador también ha llegado esa moda de poner candados en los puentes para simbolizar el amor que se extendió a raíz de la novela de Federico Mozzia "Tengo ganas de ti".
Por allí acabamos la tarde, viendo las diferentes anclas (algunas son enoooormes) y mirando al mar mientras los últimos surfistas iban saliendo del agua.