Como nuestro amigo tenía que trabajar, las etapas 2 y 3 nos movimos con transporte público, así que Jota y yo cogimos el autobús de Alsa de Avilés a Oviedo. Tarda unos 30' y nos costó 4'6€ ida y vuelta por persona. www.alsa.es
Ya en Oviedo, preguntamos y nos dicen que para ir a ver los monumentos prerrománicos podemos coger el bus urbano nº10 (1€ el billete) al final de la calle Uría (casi frente a la estación de trenes) en dirección al Centro Asturiano.
El bus para en el párking (hay una marquesina) y desde allí hay unos minutos caminando hasta Santa María del Naranco y la iglesia de San Miguel Lillo, que está un poco más arriba.
Fuimos en lunes por la mañana, así que la entrada era gratuita. A mí me pareció una visita muy interesante por toda la historia que encierran estos dos edificios, así que se la recomiendo a todo el mundo que pase por Oviedo.
En este enlace podéis encontrar horarios, precios y demás: www.spain.info/ ...ranco.html
Después volvimos a la ciudad y tras pasar por la oficina de turismo que hay en la esquina del Campo o Parque de San Francisco, hicimos las primeras fotos a varios edificios emblemáticos: El de Santa Lucía, La Junta General del Principado y el Teatro Campoamor.
Allí mismo nos encontramos con una curiosa y atrevida obra de arte llamada "Culis monumentalibus", que viene a ser un enorme culo de dos caras (si es que eso tiene sentido, claro ).
Me dio la impresión de que Oviedo se podría recorrer yendo de escultura en escultura, aunque según me dijeron en turismo cuando pregunté, no hay una "ruta oficial" preparada ni folletos orientados a algo así. Sin embargo me dieron un listado muy completo que nos vino muy bien. Aquí va una que todo el mundo reconocerá.
Jota dijo que era muy bajito, aunque yo soy poquita cosa y me sacaba una cabeza.
Os pongo una tabla resumen con las obras que vimos nosotros:
Comimos menú del día (8'5€/pers.) en La Sidrería Los Lagos (Pza. del Carbayón, 3). Comida casera muy rica y abundante. Nos sorprendió que nos dejaran la olla después de servirnos por si queríamos repetir, pero conforme pasaron los días nos dimos cuenta de que es algo habitual.
Yo soy bastante rarita con la comida (los que me conocen dirían que mucho, pero bueno), de hecho adelgazo siempre que viajo fuera de España, así que este viaje ha sido un absoluto placer gastronómico para mí. Qué carnes, qué pescados, qué guisos... ¡¡Qué todo, vaya!! Un diez a la cocina Asturiana.
Luego nos acercamos a la Plaza de la Catedral donde hay otros dos monumentos prerrománicos: La Torre Vieja de San Salvador y la Cámara Santa.
Entramos a la Cámara (2€/pers.) donde se guardan entre otros objetos sagrados la Cruz de la Victoria, que es la que aparece representada en el escudo de Asturias.
El horario de vistas en octubre era de lunes a viernes, de 10-13h y de 16-19h.
Al final de la tarde habíamos visto la fuente de Foncalada, que está considerada el monumento civil en uso continuado más antiguo de España, la zona del mercado del Fontán, la plaza del ayuntamiento, los palacios de la Plaza Porlier, la Plaza de Trascorrales y el Hotel la Reconquista o Antiguo Hospicio, que es donde se celebran los premios Príncipe de Asturias.
Esta es la funte de Foncalada, que está en la calle del mismo nombre.
Volvimos a Avilés y nuestro amigo nos llevó a cenar a Casa Moisés una sidrería que está cerca de la Iglesia Nueva de Sabugo. Pedimos varias raciones para compartir, un plato de pitu de caleya y una botella de sidra que nos sirvieron de la manera tradicional (56€ de los tres).
El camarero nos explicó porqué se sirve así y resulta que al escanciarla y chocar el chorro contra el vaso se consigue que la sidra se oxigene mejorando sus propiedades organolépticas, es decir, que sabe y huele mejor. Por este motivo hay que beberla recién servida y a poder ser de un trago.