Estábamos en una urbanización algo apartada de Avilés, así que cogimos el bus urbano (1'5€ el billete) y bajamos frente a la Iglesia Nueva de Sabugo o Iglesia de Santo Tomás de Canterbury (o Cantorbery, como dicen los lugareños) para verla por dentro, que es muy bonita.
Nos habían dicho que terminaríamos pronto las visitas de esta etapa, que Avilés no tiene casi nada que ver, pero tengo que llevarles la contraria. Es cierto que sobre gustos no hay nada escrito, y es evidente que estamos hablando de una ciudad con un marcado carácter industrial, pero el centro histórico tiene mucho encanto.
Me gustaron especialmente los soportales de la Calle Galiana y la zona de la Iglesia Vieja de Sabugo (fotos superiores), y tras pasar por delante de algunas casa indianas con sus palmeras y todo, me sorprendió encontrar un enorme hórreo (estructura elevada que se usaba como almacén para conservar alimentos y productos agrícolas) en la Plaza del Carbayedo.
Dimos un paseo por el Parque de Ferrera y su jardín francés. Muy limpio, muy tranquilo y además nos estaba haciendo un tiempo buenísimo. ¿Qué más se puede pedir?
Casi sin darnos cuenta se nos hizo la hora de comer. Entramos en la Casa de Comidas Nina (C/.Sol nº6), un restaurante chiquitín al que se accede subiendo una escalera de madera. La comida estaba muy buena y de nuevo fue abundante (menú del día 9€/pers). Además la dueña era amabilísima y nos atendió de maravilla. Os cuento, yo me había levantado de la cama con un trancazo impresionante y mi cuerpo pedía caldito a gritos. Preguntamos si tenía sopa, y aunque no estaba en el menú, la buena mujer me ofreció un plato de la que había preparado para su familia. Yo creo que me curé tan rápido gracias a ese caldo.
Después nos acercamos a la ría para ver el Centro Cultural Internacional Óscar Niemeyer, al que se accede por un puente conocido popularmente como "la grapa". Debajo del puente hay una sala con una exposición de fotos donde se puede ver el antes y el después de la zona siguiendo la construcción del centro. Esta es la web: www.niemeyercenter.org/
Seguimos recorriendo Avilés viendo el ayuntamiento, el palacio de Ferrera, la Fuente de los Caños junto a la Iglesia de San Nicolás de Bari, la fachada del teatro Armando Palacio Valdés, la Iglesia de los Padres Franciscanos (foto inferior)... Menos mal que hicimos una parada para merendar, porque mis pies ya pedían una tregua.
Si hubiéramos estado más tiempo alojados en Avilés también habríamos ido de excursión a Gijón, pero al día siguiente tocaba cambiar de acompañantes y de campamento base, así que otra vez será.