MARTES 7 DE OCTURBRE 2014
Despertamos a las 6:15, pero es que también nos acostamos muy pronto. Ducha y desayuno: gallopinto, salchichas, papas, plátano frito, pancakes, croissants, etc. La verdad que para mí éste ha sido el mejor hotel y desayuno de todo en los que hemos estado, además de céntrico. También me gustó el Volcano Lodge pero estaba muy lejos del centro. Además nos han permitido quedarnos con el cuarto hasta las 13h, que es a la hora que nos viene a recoger el Interbus para llevarnos al aeropuerto, sin pagar de más.
Salimos a dar una vuelta con la intención de visitar el Mercado de Artesania pero no lo encontramos. Sí entramos en el Mercado de Abastos, en donde compramos rocotos, ajíes y guindillas de distintos tamaños y colores (1.500 colones/2'5€).
A continuación visitamos el Museo del Oro, que tiene tres partes (entrada adulto normal: 5.000 colones, 4.000 para estudiantes):
-Filatelia: historia de las monedas y billetes de Costa Rica hasta la actualidad, mostrando las acuarelas originales que llevan actualmente dichos billetes (que son preciosas). Había una moneda muy pequeñita que, al parecer, es la de mayor valor de todas las que poseen, porque se acuñó por un lado una palmera en Costa Rica pero en el resto de los países de Centroamérica la misma moneda se acuñó con el dibujo de un árbol (lo que simbolizaba la unión ente ellos). Como fue un error se mandaron destruir todas pero quedaron 5, una de ellas en el museo. También mostraban algunos boletos con los que pagaban a los jornaleros los dueños de los cafetales; luego los usaban como moneda de cambio para obtener productos básicos (arroz, azúcar, etc.) en la tienda que tenía el dueño, por lo tanto este se enriquecía ilegalmente.
-Exposición de pintura de un autor local; me gustó bastante, eran pinturas protesta, quejándose de los políticos corruptos y demás injusticias.
-Oro precolombino: se exponen un montón de objetos fabricados en oro como collares, figuras con forma de animales, etc. También se exponen las costumbres y modos de vida de los pueblos precolombinos.
Después intentamos nuevamente encontrar aceite de coco ya que en el Mercado pedían, para variar, una cantidad desorbitada por un botecito minúsculo que tenía muy mala pinta. Lo encontramos finalmente en una tienda de productos macrobióticos donde misteriosamente cada objeto tenía la etiqueta con su precio, cosa poco usual por aquí... Nos costó 6400 colones/12€ y contenía 265 ml.
Comimos en uno de los numerosos McDonalds que había por las calles, pues a Pelayo siempre le gusta comparar los menús que ofrecen cada país y además no queríamos que nos estafasen más. Pelayo pidió una doble de queso y yo una hamburguesa tica pero nos costó encontrar una mesa libre en la que comérnoslas (7.500 colones/14€).
A continuación volvimos al hotel, cerramos las maletas y bajamos a recepción. Pagamos una botella de agua grande que habíamos cogido de la mininevera (1.600 colones/3 euros, ya le llega). También le devolví a la chica de recepción el adaptador de corriente que me había llevado el primer día y nos subimos al bus, que ya nos estaba esperando fuera.
Fuimos hasta el aeropuerto pero por el camino se apagó el vehículo al menos 20 veces, yo pensé que nos dejaba tirados…Según el conductor se debía a que el filtro estaba muy sucio. Finalmente, poco a poco, llegamos al aeropuerto a tiempo.
Normalmente cuando viajamos siempre envolvemos las maletas en papel film para evitar que metan nada en ellas, pero esta vez se nos olvidó por completo y no lo compramos en el supermercado el día anterior. Decidimos entonces precintarlas en el servicio que ofrecían en el aeropuerto que, como es costumbre en este país, nos cobraron bien (30$/maleta, el doble que en Barajas). Además, para salir del país hay que pagar una tasa de 29$ y además te explica un cartel bien grande a qué destinan ese dinero. Es decir, te chupan la sangre hasta el último minuto.
Facturamos y pasamos a la zona de embarque. Como aún teníamos tiempo dimos una vuelta por las tiendas, en donde nos ofrecieron todo tipo de chocolates y cafés GRATIS así que, sin dudarlo, nos comimos y bebimos todo, había que amortizar un poco tanto gasto y tanto reirse de nosotros...
En la puerta de embarque nos encontramos con Sebas y Leire, una pareja muy maja de Egoibar con los que habíamos coincidido previamente. Estuvimos de charleta con ellos y bebiendo dos botellas de vino de Costa Rica que habían comprado en el aeropuerto con los colones que les quedaban. Pasé una buena parte del viaje con dolor de cabeza, qué vino más peleón, quién me mandaría beberlo…
El vuelo duró sobre 10 horas, llegando a Madrid a la hora prevista. A lo largo del viaje sólo dormí una hora. Esta vez el avión era más nuevo que el de la ida y teníamos un miniordenador cada uno con entretenimientos varios. Aproveché para ver dos películas: “Hotel Budapest” y “Cisne Negro”. Empecé una tercera, pero no me dio tiempo a acabarla.
Para cenar Pelayo escogió pollo con verdura y yo canelones de espinacas, estaban muy buenos. De primero nos pusieron una ensalada de judías, demasiado duras, y de postre una tarta empalagosísima. Al cabo de las horas nos sirvieron el desayuno: croissant de jamon York y queso, magdalena, chocolatina y pieza de fruta.
Una vez en el aeropuerto, a donde llegamos sobe las 11:30, tomamos algo con Sebas y Leire, pues cada uno teníamos que esperar los siguientes aviones a nuestros respectivos destinos. Ellos marcharon a las 13, pues su vuelo a Bilbao salía antes. Pasamos muy buen rato de risas con ellos, son geniales.
Nosotros embarcamos finalmente a las 15:15 horas y sin comer. El avión iba bastante vacío. Dormimos todo el trayecto. Llegamos a Santiago sobre las 17h, recogimos las maletas y llamamos a la empresa del parking para que nos viniera a buscar. Tras un rato apareció un chico con un coche, quien nos trasladó al local que tienen fuera del aeropuerto. Allí pagamos y nos entregaron nuestro coche. Según el contrato debían de haberlo lavado por fuera pero creo sólo habían removido el polvo... Pelayo condujo hasta casa, en donde ya rematamos nuestro viaje a Costa Rica.
He de decir que antes de visitar Costa Rica hablamos con varios conocidos que habían estado previamente allí, y, casualmente todos habían vuelto encantados, sin embargo coincide que de esto hace muchos años. A lo mejor el país hace diez años era una maravilla; así como está ahora no le recomendaría este destino a nadie, ni siquiera aunque os sobre la pasta, pues carece de hoteles y lugares de lujo.
En general nos pareció todo muy caro, teniendo en cuenta que es América latina, servicio deficiente, hoteles malísimos, la gente que se dedica al turismo, en general, trata de estafar sin ningún descaro y, aparte de selva y playa el país tiene pocos atractivos más que ofrecer. La verdad que fue toda una desilusión.
El año anterior habíamos estado en Perú y volvimos enamorados del destino, cosa que no sucedió este año. NO VAYÁIS A COSTA RICA si queréis venir cabreados y con el bolsillo vacío. Espero que mi experiencia sirva para evitar a más de uno una mala experiencia. Quiero decir también que es la primera vez que me ocurre algo así y os puedo asegurar que llevo viajando toda mi vida, en todo tipo de medios, calidades, etc.; es habitual que en ciertos sitios abusen un poco del turista, pero lo de Costa Rica es DEMASIADO. Creo que como sigan en este plan acabarán por perder mucho turismo, fuente imprescindible para su economía, pues el boca a boca es fundamental.
Tenéis las fotos del viaje en mi blog, para el que las quiera ver, éste es el enlace al día 1: tiradelhilo200.blogspot.com.es/ ...-jose.html
Salimos a dar una vuelta con la intención de visitar el Mercado de Artesania pero no lo encontramos. Sí entramos en el Mercado de Abastos, en donde compramos rocotos, ajíes y guindillas de distintos tamaños y colores (1.500 colones/2'5€).
A continuación visitamos el Museo del Oro, que tiene tres partes (entrada adulto normal: 5.000 colones, 4.000 para estudiantes):
-Filatelia: historia de las monedas y billetes de Costa Rica hasta la actualidad, mostrando las acuarelas originales que llevan actualmente dichos billetes (que son preciosas). Había una moneda muy pequeñita que, al parecer, es la de mayor valor de todas las que poseen, porque se acuñó por un lado una palmera en Costa Rica pero en el resto de los países de Centroamérica la misma moneda se acuñó con el dibujo de un árbol (lo que simbolizaba la unión ente ellos). Como fue un error se mandaron destruir todas pero quedaron 5, una de ellas en el museo. También mostraban algunos boletos con los que pagaban a los jornaleros los dueños de los cafetales; luego los usaban como moneda de cambio para obtener productos básicos (arroz, azúcar, etc.) en la tienda que tenía el dueño, por lo tanto este se enriquecía ilegalmente.
-Exposición de pintura de un autor local; me gustó bastante, eran pinturas protesta, quejándose de los políticos corruptos y demás injusticias.
-Oro precolombino: se exponen un montón de objetos fabricados en oro como collares, figuras con forma de animales, etc. También se exponen las costumbres y modos de vida de los pueblos precolombinos.
Después intentamos nuevamente encontrar aceite de coco ya que en el Mercado pedían, para variar, una cantidad desorbitada por un botecito minúsculo que tenía muy mala pinta. Lo encontramos finalmente en una tienda de productos macrobióticos donde misteriosamente cada objeto tenía la etiqueta con su precio, cosa poco usual por aquí... Nos costó 6400 colones/12€ y contenía 265 ml.
Comimos en uno de los numerosos McDonalds que había por las calles, pues a Pelayo siempre le gusta comparar los menús que ofrecen cada país y además no queríamos que nos estafasen más. Pelayo pidió una doble de queso y yo una hamburguesa tica pero nos costó encontrar una mesa libre en la que comérnoslas (7.500 colones/14€).
A continuación volvimos al hotel, cerramos las maletas y bajamos a recepción. Pagamos una botella de agua grande que habíamos cogido de la mininevera (1.600 colones/3 euros, ya le llega). También le devolví a la chica de recepción el adaptador de corriente que me había llevado el primer día y nos subimos al bus, que ya nos estaba esperando fuera.
Fuimos hasta el aeropuerto pero por el camino se apagó el vehículo al menos 20 veces, yo pensé que nos dejaba tirados…Según el conductor se debía a que el filtro estaba muy sucio. Finalmente, poco a poco, llegamos al aeropuerto a tiempo.
Normalmente cuando viajamos siempre envolvemos las maletas en papel film para evitar que metan nada en ellas, pero esta vez se nos olvidó por completo y no lo compramos en el supermercado el día anterior. Decidimos entonces precintarlas en el servicio que ofrecían en el aeropuerto que, como es costumbre en este país, nos cobraron bien (30$/maleta, el doble que en Barajas). Además, para salir del país hay que pagar una tasa de 29$ y además te explica un cartel bien grande a qué destinan ese dinero. Es decir, te chupan la sangre hasta el último minuto.
Facturamos y pasamos a la zona de embarque. Como aún teníamos tiempo dimos una vuelta por las tiendas, en donde nos ofrecieron todo tipo de chocolates y cafés GRATIS así que, sin dudarlo, nos comimos y bebimos todo, había que amortizar un poco tanto gasto y tanto reirse de nosotros...
En la puerta de embarque nos encontramos con Sebas y Leire, una pareja muy maja de Egoibar con los que habíamos coincidido previamente. Estuvimos de charleta con ellos y bebiendo dos botellas de vino de Costa Rica que habían comprado en el aeropuerto con los colones que les quedaban. Pasé una buena parte del viaje con dolor de cabeza, qué vino más peleón, quién me mandaría beberlo…
El vuelo duró sobre 10 horas, llegando a Madrid a la hora prevista. A lo largo del viaje sólo dormí una hora. Esta vez el avión era más nuevo que el de la ida y teníamos un miniordenador cada uno con entretenimientos varios. Aproveché para ver dos películas: “Hotel Budapest” y “Cisne Negro”. Empecé una tercera, pero no me dio tiempo a acabarla.
Para cenar Pelayo escogió pollo con verdura y yo canelones de espinacas, estaban muy buenos. De primero nos pusieron una ensalada de judías, demasiado duras, y de postre una tarta empalagosísima. Al cabo de las horas nos sirvieron el desayuno: croissant de jamon York y queso, magdalena, chocolatina y pieza de fruta.
Una vez en el aeropuerto, a donde llegamos sobe las 11:30, tomamos algo con Sebas y Leire, pues cada uno teníamos que esperar los siguientes aviones a nuestros respectivos destinos. Ellos marcharon a las 13, pues su vuelo a Bilbao salía antes. Pasamos muy buen rato de risas con ellos, son geniales.
Nosotros embarcamos finalmente a las 15:15 horas y sin comer. El avión iba bastante vacío. Dormimos todo el trayecto. Llegamos a Santiago sobre las 17h, recogimos las maletas y llamamos a la empresa del parking para que nos viniera a buscar. Tras un rato apareció un chico con un coche, quien nos trasladó al local que tienen fuera del aeropuerto. Allí pagamos y nos entregaron nuestro coche. Según el contrato debían de haberlo lavado por fuera pero creo sólo habían removido el polvo... Pelayo condujo hasta casa, en donde ya rematamos nuestro viaje a Costa Rica.
He de decir que antes de visitar Costa Rica hablamos con varios conocidos que habían estado previamente allí, y, casualmente todos habían vuelto encantados, sin embargo coincide que de esto hace muchos años. A lo mejor el país hace diez años era una maravilla; así como está ahora no le recomendaría este destino a nadie, ni siquiera aunque os sobre la pasta, pues carece de hoteles y lugares de lujo.
En general nos pareció todo muy caro, teniendo en cuenta que es América latina, servicio deficiente, hoteles malísimos, la gente que se dedica al turismo, en general, trata de estafar sin ningún descaro y, aparte de selva y playa el país tiene pocos atractivos más que ofrecer. La verdad que fue toda una desilusión.
El año anterior habíamos estado en Perú y volvimos enamorados del destino, cosa que no sucedió este año. NO VAYÁIS A COSTA RICA si queréis venir cabreados y con el bolsillo vacío. Espero que mi experiencia sirva para evitar a más de uno una mala experiencia. Quiero decir también que es la primera vez que me ocurre algo así y os puedo asegurar que llevo viajando toda mi vida, en todo tipo de medios, calidades, etc.; es habitual que en ciertos sitios abusen un poco del turista, pero lo de Costa Rica es DEMASIADO. Creo que como sigan en este plan acabarán por perder mucho turismo, fuente imprescindible para su economía, pues el boca a boca es fundamental.
Tenéis las fotos del viaje en mi blog, para el que las quiera ver, éste es el enlace al día 1: tiradelhilo200.blogspot.com.es/ ...-jose.html