Tras visitar el Panteón, y como se acercaba la hora del "pranzo" como dicen los italianos, busqué un lugar donde degustar una rica Pizza Margherita, la especialidad romana. Nada más salir del Panteón a mano derecha encuentro una trattoria muy agradable, que además por suerte se encontraba casi vacía a esas horas...por desgracia he olvidado el nombre, pero es muy fácil de encontrar si alguien está interesado.
En mi anterior viaje descubrí que la supuesta mala educación de la que hablan muchos turistas sobre los romanos se disipa en gran medida cuando de entrada les hablas en su bella lengua, o al menos lo intentas...un "buon giorno, buona sera", un "salve" o un "per favore" te anota muchos tantos a favor a la hora de tratar con ellos, y descubres que pueden ser tan amables como cualquiera...sólo que están un poco cansados de que los turistas invadamos su ciudad
![Mr. Green Mr. Green](/images/smiles/icon_mrgreen.gif)
Degusto la riquísima pizza y de postre tomo un espresso también muy rico, salgo a la plaza del Panteón y callejeo rumbo a mi próxima visita: el Castel S´Ant Angelo.
Cruzo el puente con el mismo nombre observado por los ángeles (copias actualmente) obra de Bernini...la sensación esta vez no es tan desasosegante como en mi anterior viaje cuando lo crucé de noche, cuando el escenario da la senaación de ser un tanto irreal, de día la sensación es totalmente distinta.
Sobre el Castel S´Ant Angelo había oído varias cosas negativas por parte de otros viajeros que lo habían visitado: que si tampoco era para tanto, que si las vistas no eran muy buenas...yo pude comprobar que, al menos para mi, la visita merece la pena bastante.
Construído por el emperador Adriano como su mausoleo fúnebre, ha sufrido varias transformaciones a lo largo de su historia, sobre todo en época medieval y moderna, siendo utilizado como fortaleza principalmente. Los papas lo unieron al Vaticano mediante el pasaje del Borgo, por si tenían que salir por piernas en momentos de peligro, cosa que sucedió en el famoso saqueo de Roma de 1527 por las tropas del emperador Carlos V.
Se pueden visitar varias estancias papales, varias salas con armamento de época medieval y moderna y varias pinturas renacentistas.
Sin duda la parte que más me gustó fue la terraza superior, desde donde se pueden disfrutar unas magníficas vistas de la ciudad eterna...el Tíber bajaba crecido debido a la tormenta del día anterior, y era un espectáculo digno de ver. Pude admirar el Janículo, los tejados de Roma donde se destacaba el Vittoriano a lo lejos, y sobre todo la basílica de San Pedro...la luz del atardecer hace que las vistas sean inolvidables, en ninguna otra ciudad del mundo se dan los atardeceres tan hermosos como en Roma, con esa luz crepuscular rojiza que te transporta en el tiempo
![Amistad Amistad](/images/smiles/flor.gif)
También pude admirar el ángel que domina el Castel, construído según un boceto del gran Bernini. Se trata del arcángel san Miguel, Quien según la leyenda, en el año 590 se apareció a san Gregorio Magno en este mismo lugar envainando su espada para anunciar el final de la peste que asolaba la ciudad.
Un nivel por debajo de la terraza, se encuentra un bar con mesas al aire libre muy agradable donde reponerse de la caminata escaleras arriba, y en el sótano, una vez bajé buscando la salida, y perdíendome antes como es mi costumbre, pude admirar una de las rampas originales del mausoleo y el hueco de un ascensor de cuerdas y poleas diseñado en época medieval, que supongo será el más antiguo del que se tenga noticia o uno de los más antiguos al menos. Antes de salir recuerdo una anécdota que he leído en varios lugares: durante el "sacco di Roma", Benvenuto Cellini, el genial autor del Perseo que se encuentra en la loggia de la Signoría florentina, estuvo aquí refugiado y según cuenta sen su célebre "vita", mató de un disparo de Arcabuz al mismísimo Condestable de borbón. La guardia suiza lo dio todo por el Papa en aquel desgraciado episodio, por eso aún sigue en el vaticano...los españoles no nos portamos demasiado bien me temo, y por eso quizá no somos demasiado bien vistos por aquellos pagos
![Confundido Confundido](/images/smiles/icon_confused.gif)
Salgo del catillo muy contento por la visita (las vistas ya merecen la pena la entrada), y al otro lado del puente encuentro una tienda de recuerdos donde comprar postales para envíar a los amigos. Decido volver hacia el hotel andando, pese a la distancia, porque no todos los días uno puede darse el lujo de pasear por Roma. Sigo el curso del Tíber, parando de vez en cuando para comprar "agua mineral gassata" como les gusta mucho a los italianos,ya que pese a estar a primeros de Noviembre hace calorcito y llego de nuevo a la zona de los foros imperiales. Llevo toda la noche sin dormir, todo el día sin parar de caminar y los pies me echan humo, pero me resisto a recojerme ya...todavía tengo que cenar y visitar el Coliseo y los foros de noche
![Heart Heart](/images/smiles/heart.gif)
Ceno otra pizza y en la via dei fori imperiali, que abrió Mussolini desde el palacio Venecia hasta el mismo Coliseo para darse sus paseos triunfales mientras los fascistas le aplaudían y le decían lo guapo que era, entro en una "gelatteria" y pido una tarrina de helado repartido a partes iguales entre delicioso mango y fresa. Un secreto que descubrí algo tard: los italianos y los romanos en particular siempre suelen elegir dos o más sabores en sus helados, a diferencia de lo que hacemos los españoles, esta vez lo hice así y el resultado fue espectacular
![Aplauso Aplauso](/images/smiles/aplaudir.gif)
Con mi tarrina de helado en la mano, dándole giro de vez en cuando a la cuchara, camino a lo largo de la via dirección al Coliseo leyendo los paneles explicativos situados a lo largo de la misma. Hay muchos españoles por allí, y no se por qué pero me llega a molestar...supongo que porque no he venido aquí a tratar con ellos, que ya conozco a muchos
![Mr. Green Mr. Green](/images/smiles/icon_mrgreen.gif)
![Confundido Confundido](/images/smiles/icon_confused.gif)
Encuentro un banco frente al Coliseo cercano al iluminado arco de Constantino...inmejorable lugar para comerme el helado, al que ya le queda menos de la mitad, porque es irresistible llevarlo en la mano y no meter la cuchara cada dos por tres.Comerse un helado frente al Coliseo, bajo la noche romana mientras se admira el monumento iluminado y se oye parlar italiano a tu alrededor es algo que tampoco sucede todos lo días, así que disfruto el momento.
Transcurrido un largo rato en el que el helado, que estaba buenísimo, me sabe a poco ,enfilo hacia el hotel con los pies y las piernas reventados pero muy contento. Me han alojado en un edificio adyacente con un bonito patio presidido por una palmera. Subo a la habitación y me meto en la cama...se apagan las luces, se encienden los sueños
![sleep sleep](/images/smiles/dormir.gif)