Bolonia, Florencia, y Siena en primavera ✏️ Blogs de Italia

En este viaje hemos estado 8 días por tierras italianas, en concreto, iniciando nuestra ruta con dos días en Bolonia y luego cinco en Florencia visitando la ciudad y un día haciendo una excursión a Siena, moviéndonos siempre en transporte público.

Hubiésemos ido también a Pisa y Lucca pero el tiempo no acompañaba y al final cambiamos de planes y nos quedamos un día más visitando Florencia.


Los vuelos han costado 228€ por persona, en fechas de Semana Santa.
Dos noches de apartamento en Bolonia: 126€ por persona.
5 noches en hotel de 3 estrellas en Florencia: 270€ por persona, con desayuno incluido.

El coste total del viaje por persona son: 1120€, teniendo en cuenta que no hemos ido de mucho low cost pero tampoco de lujo.

Este es el desglose:

228€ avión
70€ transporte público
396€ alojamiento 7 noches
320€ comida y bebida
106€ entradas a iglesias y museos


El tren, cogido con antelación, sale más económico. Además, el mismo trayecto, según qué tipo de tren, tendrá un precio u otro, es mejor mirar en la app o la web.

Los restaurantes acostumbran a tener un menú de diario entre semana muy bien de precio. Por las noches cuesta el doble.

La hora de comer y de cenar es prácticamente una hora antes que la hora española.

Tanto en Bolonia como en Florencia, muchas personas de atención al público hablan castellano, y por supuesto, inglés.

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¡¡Por fin de nuevo vacaciones, hacemos las maletas y nos vamos de viaje!!

La opción más rápida y práctica de llegar a Bolonia desde el aeropuerto es el tren Marconi Express, cuesta unos 13€.
Una vez en Bologna Centrale, caminamos hasta nuestro apartamento.

Bolonia es una ciudad relativamente pequeña y se puede ir prácticamente a todas partes caminando.

Después de merendar un dulce y un cappuccino (a pesar de que en Italia es una bebida reservada a las mañanas ), nos vamos paseando al Archiginnasio.


Este nombre tan peculiar lo recibe la antigua Universidad de Bolonia y actual biblioteca de la uni.
Situada en pleno centro de la ciudad, es un edificio con fachada típica boloñesa, es decir, con unas grandes arcadas que dan a la calle.

Bolonia tiene de peculiar que muchas calles tienen grandes arcadas en las aceras, muy práctico por si llueve o hace solazo, el peatón siempre está resguardado.

En la entrada del Archiginnasio encontramos un gran patio medieval, con todas las paredes decoradas de heráldicas de antiguos alumnos, también las de las escaleras y los pasillos superiores.


La entrada al Archiginnasio es gratuita, pero hay tres salas que requieren entrada. Se agotan con antelación así que nos quedamos sin entrar.

Justo en la esquina se encuentra la Piazza Maggiore.


(foto hecha desde el primer piso del Palazzo d’Accursio)

En un lado, la enorme fachada incompleta de la Basílica de San Petronio (mañana entraremos), en otro lado, el Palazzo d’Accursio, (mañana también entraremos)


y enfrente de la basílica, el Palazzo del Podestá, o Palazzo Vecchio (aquí no se puede entrar).


Pronto oscurecerá así que nos dirigimos a uno de los miradores de las afueras de Bolonia.

Una de las vistas más populares son desde arriba del Monte della Guardia, pero nosotros elegimos el también concurrido San Michele in Bosco.


Es más práctica esta segunda opción porque se llega desde un autobús público (que se paga directamente desde dentro del bus con tarjeta de crédito y tiene una frecuencia de cada 20 minutos).

Las vistas de la ciudad al atardecer son muy bonitas, destacando varias cúpulas y sobre todo la torre Asinelli, que parece frágil en la distancia.

Arriba no hay nada, ni un bar ni unos baños. La iglesia cierra a las seis. Pero el lugar está a tope de gente joven y turistas.
Está empezando a refrescar así que bajamos.

Tengo entendido que las vistas desde el Monte della Guardia no dan a la ciudad sino al campo, seguro que también es una buena opción, pero hay que tomar un trenecito turístico para subir o bien caminar una buena cuesta.

Regresamos a la Piazza Maggiore, cuando ya ha oscurecido, y asoman a pocos metros desde la calle principal las famosas torres medievales Asinelli y Garisenda.


Una (Asinelli) destaca por ser altísima, la otra (Garisenda), por estar torcidísima.

Estas torres del siglo XII fueron construidas por familias ricas que querían mostrar su poder, además de tener una función defensiva.

La torre Asinelli mide casi 98 metros y hasta no hace mucho se podía subir.

La torre Garisenda es la que está preocupantemente torcida, pero lleva unos ocho siglos desafiando la verticalidad, así que nadie sabe cuánto más puede durar.

Está incluso más inclinada que la popular torre de Pisa. Actualmente la aguantan varios soportes de acero y parece tener un futuro incierto.

En estas fechas Bolonia está muy concurrida (hay una mega convención) así que no encontramos disponibilidad en ningún restaurante para cenar. Compramos comida en un supermercado ¡y al apartamento!

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Hoy dedicamos todo el día entero a Bolonia, porque mañana por la mañana tomaremos un tren hacia Florencia así que tenemos que ver todo lo que no vimos ayer ¡y no es poco!

Empezamos el día pronto en dirección a los canales. Nada que ver con Venecia , pero es bien curiosa esa ventanita en una calle que da a un canal oculto entre los edificios.

Sobrevive este tramo y poco más, actualmente el resto es subterráneo.


Pasamos por delante de la Catedral de Bolonia, que no es la iglesia de la Piazza Maggiore, sino la dedicada a San Pedro. Es de estilo barroco pero no nos llama mucho la atención.

Nos dirigimos a la Basilica de Santo Stefano.

Hoy es domingo de Ramos y están haciendo una misa así que no se puede entrar a la iglesia, pero esto no es problema porque el complejo monumental se llama “Siete Iglesias” así que nos quedan 6 más. (no es del todo así, en realidad).


La entrada es gratuita. En primer lugar se accede a la Basílica del Santo Sepulcro, de forma octogonal.

Unida a esta está la Basílica de dos protomártires, probablemente la más antigua, donde aún se puede ver pavimento de mosaico romano, del siglo I d.C. de cuando aquí había un templo pagano.

Luego está el Patio de Pilatos, una reproducción del espacio donde el general se lavó las manos tras sentenciar a Jesús.

Al fondo está la Iglesia de la Trinidad (o del Martirio), que ha sufrido muchas remodelaciones.

Y desde el claustro se accede a la tienda, el museo y a otra iglesita muy pequeña (llamada de la Faja).

La misa nos impide poder ver la iglesia principal, la del Crucifijo y tampoco la Cripta.

Cada espacio muestra su peculiaridad histórica y es muy curioso que estén tan unidos entre sí.

No cansados de iglesias, vamos a visitar otra, el Santuario di Santa Maria della Vita.

El templo no es ni muy grande ni muy espectacular, de fachada y interior barrocos como tantas otras, pero en un lateral (y previo pago de 5€) se puede contemplar una Lamentación de Jesucristo Muerto a tamaño natural.

Las figuras de terracota tienen una fuerza expresiva sobrecogedora.


A pocos pasos está la Piazza Maggiore, con la Basilica San Petronio y su extraña fachada inacabada,


y el Palazzo d’Accursio, es decir el Ayuntamiento.

Se puede acceder a su interior y contemplar las distintas salas góticas.

Como aperitivo nos tomamos un aperol y luego vamos a un típico restaurante italiano. Eso sí, previa reserva online, que sino quizás nos quedaríamos sin sitio.

Hay que probar la mortadela de Bolonia. Nada que ver con la que conocemos aquí. ¡Deliciosa!

Por la tarde damos un paseo más, nos acercamos a la Basílica de San Domenico, en cuya plaza hay un par de estos sepulcros con techado como si fueran un templito o un hórreo gallego.

Volvemos a cenar en el apartamento porque nos da pereza buscar un restaurante que tenga disponibilidad.
¡Mañana iremos a Florencia!

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