Hoy he estado por el centro de la isla. Como os conté en la primera etapa, la excursión (40eur sin comida o 55 con comida) me la buscó Edner, el dueño de mi alojamiento. He ido con un guía llamado Cau y cuatro turistas portuguesas. Al parecer el tal Cau es una celebridad entre los viajeros portugueses. Tiene blog propio y página en Facebook y se le considera de los mejores guías de por aquí. Y además es primo de Edner.


Fuimos a las montañas donde Cau nos dió una lección sobre árboles, frutas, plantas medicinales...se lo conoce todo. Y pienso en qué poco de estas cosas conocemos los que somos de ciudad. Si él se perdiera por aquí sobreviviría alimentándose sin problemas. Y recordé que en 24h había comido unas galletas de chocolate y que si tuviera que elegir alguna planta de por aquí, seguramente me envenenaría...
Pasamos un buen rato viendo vegetación y un par de cascadas donde las portuguesas se bañaron y yo prefería hacer fotos.

Después visitamos una antigua plantación de cacao, que aquí se llaman roças. Esta se llama Bombaim. Tiene un edificio principal, la antigua casa del patrón, que se ha reconvertido en una posada. Pero si vais hacia la parte de delante vereis el resto de los edificios, entre ellos el lugar donde vivían los esclavos. Esta parte no está rehabilitada y se cae a pedazos pero sigue viviendo gente. Hay muchas roças por toda la isla y son como miniciudades. Algunas las explotan empresas extranjeras para exportar el cacao.


De allí salimos hacia la roça Monte Café, que también es museo del café. Desgraciadamente estaba cayendo una lluvia tremenda y nos lo encontramos cerrado porque no esperaban gente. Aún así, Cau, que debe tener mano, nos llevó hacia dentro de la roça donde tomamos un café orgánico. Le llaman así porque todo el proceso es manual y nos enseñaron cómo es. Esta roça la explota una empresa taiwanesa que exporta este café. Las portuguesas compraron una bolsa de 500g y pagaron cinco eur y otro tanto por una bolsa pequeña de cacao.


Como seguía cayendo la mundial nos dirigimos a Sao Tomé pasando por Trinidad.
Esta zona hay que visitarla en 4x4 y no recomiendo hacerla por libre en coche de alquiler pues la señalización es inexistente, todos los caminos tienen grandes baches y, en un día de lluvias torrenciales como hoy, está lleno de charcos enormes. El paisaje es realmente precioso, aún con lluvia y nubes y gracias a Cau hemos probado canela, cacao, fresas y otras plantas medicinales que yo hubiera sido incapaz de identificar. Muy recomendable!

Por cierto, el grupo paró a comer en el museo Almada Negreiro, un local pequeño donde había un par de grupos más comiendo. Yo no había contratado la comida así que pedí una cerveza y me tomé fuera mi estupendo bocadillo de tortilla que había ido a comprar antes de salir de excursión en la cafetería "Central" en el centro del pueblo.
Por la noche, sigue lloviendo a mares y no hay un alma por la calle. El alemán ya se ha marchado y soy la única cliente del alojamiento. La idea de salir sola me da cosa. Vuelvo a la minitienda de enfrente y tiene lo mismo de ayer: nada. Me toca cenar fruta. Manzanas, muy ricas, eso si.