¿Qué es Railay?. Se podría decir que es una isla, aunque no lo es. Es una península un poco al sur de nosotros, lo que ocurre es que, si fuera una cabeza, el pecho es impenetrable, con lo que el único modo de acceder a ella es por mar. Una vez allí hay varias playas, cuevas, caminos y un lago y un mirador a los que sólo se puede acceder con una buema forma física y bastante valor

(vimos el inicio del "sendero" y lo descartamos enseguida). Railay tiene muchas cosas interesantes pero sin duda, de todos los sitios donde estuvimos, nos quedamos con la playa de Phra Nang. Pero no adelantemos.

Para ir allá aparcamos la moto en Noppharat y pillamos un longtail, que son esas barcas tradicionales Tailandesas que salen en todas las fotos y este blog no es una excepción, con un motor de coche fueraborda unido a una larga vara y una hélice, pa qué más, mariaisabel.


El longtail, en Railay tiene dos "paradas", primero atraca en Railay west beach y después en Phra Nang (aunque una vez allí tu puedes moverte andando a donde quieras, entre playas, etc... Nosotros que queríamos desembarcar en Phra Nang tuvimos la suerte de que el "barquero" intenta que todo el mundo se baje en Railay west para así evitarse la mitad del camino. Y todo el mundo picó. Nosotros nos quedamos los últimos y cuando nos dijo "railay west railay west" le dijimos, "Phra Nang"...,ok. Así que nos pegamos solos un paseo muy bonito por esas aguas tranquilas y hermosas.
De la playa qué decir. Fotos y ya. Con protector nivel tulipán en tostada de niño gordo de primaria todo controlado.



Disfrutamos de Railay a tope, visitamos todas (bueno, menos Tonsai a la que se llega andando por el mar con marea baja) sus zonas
y comprobamos que el lado este es feo cual coche visto por abajo (las corrientes lo llenan de cañizos y porquería).

Y vimos, ahora sí, los famosos monos, por cierto más guapos es complicao.


pillamos una barca de vuelta y de nuevo en nuestra playa para volver al Talay a comer. Rico rico y a siestear hasta la puesta de sol.
Como siempre sobre las 17:30 salimos con idea de dar un último repaso a las opciones de excursión para el día siguiente, que vistaríamos Ko Hong y aprovechamos que había tiempo para estirar la moto y carretear por distintos lugares, perdernos un poco y encontrarnos otro poco.
Llegamos bien de noche con la decisión, (tras soltar la moto después de echarle 50thb en la gasolinera más inmunda y curiosa que puede existir),

de coger la excursión en el hotel, pues no vimos nada mejor... y lo había. El propio hotel que nos reservó la que queríamos pero más barato. Comor?? Pues que como se ve que aquí todo se regatea, los precios están inflados. Nosotros pensábamos que estos precios eran fijos, pero no. Y sin regatear, lo que en el folleto eran 1.800thb por cabeza nos dice ella: en longtail 600 y en speedboat 800, cuál queréis? Dudamos un momento pero la "experiencia" longtail ya la habíamos vivido y además el tiempo daba posibilidad de lluvia así que como lo que queríamos era disfrutar de las islas y no tanto del camino, comodidad habemus. Speedboat.
Así que por 1600 los dos quedamos en desayunar a las 8 menos cuarto ya que a y media venían a recogernos al hotel. Puntualidad británica de nuevo (hasta el avión de dentro de 2 días no habrá un transporte que no haya llegado al minuto acordado/indicado) y ahí que vamos y recoge en el camino a otra pareja. Sube él, goodmorning, goodmorning...sube ella y...si si, tú tienes cara de española. Pues claro! Y nos reímos de ese momento tan típico de hablarse en los viajes con el comodín hasta que descubres que somos todos españoles. Una pareja supersimpática de Valladolid con la que compartimos un corto pero interesante rato de intercambio de experiencias y consejos viajeriles (lamento mucho no recordar sus nombres, podría ser él Javier?) pero fue lamentablemente poco rato ya que el transfer nos llevaba a la zona de embarque, pero ellos iban a Phi Phi y nosotros a Hong. Nos despedimos y desde aquí les deseamos una feliz continuación de viaje y un más que feliz regreso a casa.

Llegados a la zona, nos juntamos con mucha gente que iba aquí y allá, cada mochuelo a su olivo, osea, a una mesa con el nombre del lugar al que íbamos, le entregábamos la factura de haber pagao (nosotros lo hicimos en el hotel) la excursión y te la cambian por una pulsera (en nuestro caso rosa) y la chica nos dice, id a la playa que ya os avisaré, soy vuestra guía. Ahí seguimos charlando con los Vallisoletanos y finalmente Póh, nuestra simpática guía aparece gritando "pinblasel! pinblasel!" (Pink bracelets, pulseras rosas) y todos a seguirla hacia el mar un buen trecho, ya que ahí la marea es muy baja y hay que hacer el Jesusitodemivida andando sobre las aguas hasta el barco. Na más que veíamos "Chinos", que a saber tú si eran chinos, koreanos o no sé pero no nos moló mucho ya que de ser los primeros, la experiencia nos ha demostrado que son la antítesis de la simpatía y sobre todo y lo que es peor, de la empatía, van a su bola, empujan, se cuelan, arrasan... funcionan como si nada existiera a su alrededor. Así que moscas y por el motivo antes descrito entramos casi los últimos y sólo quedó sitio en la proa del barco, donde no estaba techado. Lo que fue a la postre y como siempre la puñetera suerte loca que nos acompaña a todas partes. ¿Por qué? Por Dave, Pum, Thomas y...ains, no recuedo, la llamaré....Kari (nombre más común noruego de mujer). Dave era un fornido hombre de Alaska que había trabajado en pozos petrolíferos en la costa norte de su estado, había, por su trabajo, vivido en Rusia y otros países y ahora estaba retirado con su simpatiquísima mujer Tailandesa, Pum. Thomas y Kari eran 2 jóvenes Noruegos aficionados al Buceo, ambos auxiliares de vuelo. Y nosotros. 3 parejas que dejamos a la horda ocupar el barco en primer lugar y que creamos un mini espacio en la proa donde charlotear y disfrutar de una experiencia más enriquecedora. Sobre todo con Dave y Pum, ya que en cuanto el barco echaba el ancla los 2 chavales se ponían sus pertrechos y se iban a vivir con los peces durante un rato.
Decir que la excursión fue una pasada. Paramos en varias islas, en unas más tiempo y en otras menos.


En una de ellas nuestra guía montó el chiringuito y estuvimos comiendo bastante bien por cierto y en cantidad (vamos, que podíamos comer lo que quisiéramos) aparte de tener agua y fruta fresca en el barco a nuestro antojo, ciertamente la excursión estuvo muy bien orgsnizada (la empresa, para quien le interese, se llama Barracuda)
No voy a contar detalles porque ya me enrollo en anécdotas y esto se alargará demasiado, solo decir que nos encantó brutalmente Ko Hong (digamos, la isla principal del archipiélago) y también el rato que nos zambullimos en un islote para ver el fondo marino.
Creo que se me quedan cosas en el tintero, como dije ya han pasado unos días, pero más o menos esta es la historia de las islas. Nos dejaron en casa. Fuimos por última vez al super cercano a llenar una bolsa con porquerías tipo huesitos, pringles y mikados para la jornada siguiente, que aquí esto es la locura de precios, reservamos un taxi para el día siguiente (este sí a precio de oro, pero no queríamos arriesgar con colectivos a las 6:00 am para el aeropuerto) y a hacer en doble vuelo (krabi/bangkok y bangkok/chiang mai) la última estación del viaje.
En la que estamos y que os contaré llegado el momento. Gracias por su paciencia. Besos.