9.- LA NOCHE EN LA SELVA, ESPIRITUS, TAMBORES Y CANTOS. ✏️ Diarios de Viajes de Centro Africa R.Ya es totalmente de noche, nosotros y los bayaka hemos terminado de cenar y los rescoldos de las hogueras se van apagando lentamente. La oscuridad es casi total, solamente rota por las estrellas, pero estas estrellas no están en lo alto. En el...Diario: NDIMA NABONÉ (La selva es la madre)⭐ Puntos: 5 (14 Votos) Etapas: 14 Localización: Centro Africa R.Ya es totalmente de noche, nosotros y los bayaka hemos terminado de cenar y los rescoldos de las hogueras se van apagando lentamente. La oscuridad es casi total, solamente rota por las estrellas, pero estas estrellas no están en lo alto. En el cielo, las estrellas, estarán, pero desde aquí, en el interior de la selva y bajo el manto que forman las cúpulas de los arboles muchos metros por encima de nuestras cabezas, es imposible verlas, sin embargo, un millar de pequeñas estrellas brillan en el suelo. Son las astillas caídas de las ramas cortadas para construir el campamento y en su interior refulgen unos hongos luminosos, como si de luciérnagas se tratara. A pesar de la oscuridad, el movimiento en el campamento no cesa, poco a poco, entre gritos y risas, los bayaka se van instalando en lo que sería la plaza central del poblado y nosotros corremos a unirnos a ellos, ya empieza a sonar algún tambor y poco a poco la algarabía va amainando y el silencio se extiende por todo el campamento Y arrancan los tambores, el sonido de las manos golpeando sobre bidones vacíos de plástico, tambores de madera y de cualquier utensilio que pueda producir un sonido adecuado se adueña del lugar. Y entonces empiezan los cantos, mientras los hombres tocan los tambores, las mujeres empiezan batir palmas y a entonar sus hipnóticos cantos polifónicos y tú te quedas totalmente ensimismado, abstraído del resto del mundo, para ti solo existe el sonido de los tambores, la magia de las voces femeninas y el ruido de fondo de la selva, gritos de pájaros, insectos y sabe dios qué más. Y de pronto, un grito resuena en los alrededores, los cantos y los tambores intensifican su ritmo y medio ves, medio imaginas a una figura amorfa que parece moverse entre las cabañas más alejadas del poblado y va acercándose al centro del mismo. Han llegado los espíritus. Para los bayakas, la selva es el lugar donde viven los espíritus, cada uno de ellos tiene sus particulares propiedades y costumbres. Algunos solo aparecen si no hay luna, otros solo lo hacen cuando se encuentran fuera de la selva, mientras que otros solo aparecen si estas en lo más profundo de la misma. Los hay que atraerán a la caza, otros que te darán vigor y salud, algunos pueden ser peligrosos y otros benéficos, pero todos ellos acuden a la llamada de los tambores y de los cantos. Intentar explicar la totalidad de la vida espiritual de los bayaka es una tarea imposible, más cuando has pasado como mucho diez días con ellos y no entiendes tres cuartas partes de lo que ves, pero lo que si te queda claro, es que para ellos esto no es un juego, no es una expresión folclórica ni nada parecido, ellos “saben” que aquello es real, que hoy, en el cuerpo de uno de ellos, se ha encarnado este espíritu, por lo tanto mañana tendrán buena caza o bien aparece ese otro, así que habrá que ir con cuidado a la hora de ir a pescar. Estás sumido en una especie de somnolencia, el batir de las palmas, el sonar de los tambores y sobre todo, la magia de los cantos de las mujeres te tienen como hipnotizado y de pronto, ante ti aparecen cientos de puntos luminoso moviéndose arriba, abajo, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, se ocultan y vuelven a aparecer y tú te despiertas de golpe, tu mente es incapaz de procesar lo que estás viendo y ya no sabes bien que está pasando, estás atrapado en la magia de los bayaka y a pesar de tus esfuerzos por racionalizar lo que estás viviendo, resulta difícil no dejarse llevar y sentirse parte de ello. Por supuesto, cuando eres capaz de volver a razonar, sabes perfectamente que ese espíritu no es más que un bayaka con el cuerpo cubierto de hierbas, que las luces que bailan, no son más que las astillas luminiscentes que han pegado a su cuerpo y que muestran y ocultan durante sus danzas y que todo ello tiene una explicación racional… o no. Intentar explicar lo que se vive durante una de esas noches, durante una ceremonia de cantos bayakas, en mitad de la selva, es para mí imposible, no sé muy bien cómo explicar todo lo que sientes, lo que ves, lo que piensas o lo que oyes. Durante mi primera estancia con los bayaka, en 2014, usando el teléfono móvil como grabadora, pude grabar los cantos de una de estas ceremonias y use esa grabación como música en el montaje de fotos que hice del viaje, está en YouTube y os dejo aquí debajo un enlace al mismo. Escuchadlo y quizás así entenderéis un poco mejor lo que intento explicar. Índice del Diario: NDIMA NABONÉ (La selva es la madre)
01: 1.- INTRODUCCION
02: 2.- BANGUI
03: 3.- EN RUTA HACIA BAYANGA
04: 4.- DZANGA SANGHA, ELEFANTES Y GORILAS
05: 5.- SANGHA BAI
06: 6.- GORILAS
07: 7.- BAYAKAS
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