PARQUE NATURAL DE URKIOLA/URQUIOLA.
Terminada la visita a Elorrio, donde nos habíamos alojado la noche anterior, nos dirigimos hacia el Parque Natural de Urkiola, concretamente al Santuario de San Antonio, en cuyas proximidades está situado el Mirador de las Tres Cruces, que era nuestro primer objetivo allí. La distancia desde Elorrio es de unos 25 kilómetros, que se hacen en una media hora, pasando por las inmediaciones de Durango. Teníamos pensado hacer previamente una caminata en Atxondo, pero con el cambio de itinerario a que nos obligó el mal tiempo de los días anteriores, no nos quedaba hueco donde encajarla. Otra vez será.
Situación del Parque Natural de Urkiola en el mapa peninsular según Google Maps.
De camino al Parque Natural de Urquiola.
Tomamos la carretera N-636 y luego nos desviamos a la izquierda por la BI-623, que conduce al Puerto de Urquiola (700 m) y atraviesa casi todo el parque de norte a sur. Las vistas nos parecieron muy bonitas subiéndolo. A la altura del Centro de Interpretación, donde también hay un restaurante, nos desviamos hacia el Santuario, donde hay espacio de aparcamiento suficiente para dejar el coche. Desde allí, seguimos los indicadores y fuimos caminando por un amplio sendero entre los árboles primero hasta la Ermita del Cristo y luego hasta el espléndido Mirador de las Tres Cruces, que ofrecía un bonito panorama, pero no tan espectacular como podría esperarse por la vegetación que tapa parte de las vistas. Sin embargo, como apenas son trescientos metros (unos diez minutos de tranquilo paseo) merece la pena asomarse, sobre todo para quienes no van a hacer ninguna caminata.
Sendero que conduce al Mirador de las Tres Cruces, cerca de la Ermita del Cristo.
Mirador de las Tres Cruces.
El Parque cuenta con 5.800 hectáreas y su declaración se produjo en 1989. Alberga más de 300 especies vegetales y entre su arbolado destacan las hayas, los robles, así como alisos, fresnos, encinas, acebos, abedules, pinos y abetos. En cuanto a los animales, entre sus más de 200 especies cabe destacar el buitre leonado, el gato montés, el jabalí y la liebre. Su suelo está compuesto de rocas sedimentarias, entre las que destacan las espectaculares rocas calizas, que forman las mayores altitudes. También cuenta con más de 400 cuevas. El pico más alto es el Amboto, con 1331 metros sobre el nivel del mar.
Subida al Urkiolamendi y al Larrano, y fuente Pol-pol. Ruta a pie.
Longitud: unos 6 kilómetros. Ruta circular.
Tiempo: tres horas con paradas.
Dificultad: fácil.
Detalle de la ruta sacado de un panel informativo local.
Retrocedimos hasta donde habíamos dejado el coche, nos calzamos las botas y comenzamos la caminata del día. Siguiendo las indicaciones (1,7 Km. a la cima), dejamos el Santuario a nuestra derecha y seguimos hasta una verja, que se cruza por una especie de escalera de tablones, puesta para que no salga el ganado. El Urkiiolamendi tiene 1.011 metros de altitud sobre el nivel del mar, pero su ascensión resulta bastante asequible desde los aproximadamente 700 metros del inicio de la ruta, que hicimos circular, ascendiendo primero por la ondulada montaña cubierta de vegetación y regresando, al final, por una amplia pista forestal que conduce a la fuente de Pol-pol.
La parte inicial es toda cuesta arriba, por un camino bordeado de hayas. Más arriba, el campo se despeja y se empiezan a divisar las peñas calizas que forman el desfiladero Atxarte, con el Aitz Txiki y Alluitz a un lado y al otro el Untzillaitz. Según íbamos ganando altura, las vistas se hacían más amplias y espectaculares.
Muy cerca de nosotros pastaban caballos, vacas y ovejas. Aunque la pendiente es notable, el camino es fácil y cómodo e invita a realizar numerosas paradas para contemplar el paisaje alrededor y hacer unas cuantas fotos.
En menos de 1 hora estábamos junto a la marca geodésica, desde donde también se tienen buenas vistas de todo el parque y más allá.
También podíamos ver el sendero por el que continuaríamos, que tenía más pendiente de la que parecía desde arriba, pero que se realiza sin ningún problema.
Al llegar a un cruce con varios indicadores, seguimos hacia la izquierda, hacia el Monte Larrano, con el fin de alargar un poquito la caminata. Fueron 700 metros, pero por un sendero más pedregoso e incómodo que el anterior, aunque sin problemas tampoco.
Igualmente, nos encontramos con bonitos panoramas, embellecidos también por la luz del sol en un día que se presentó espléndido. Habíamos tenido suerte, después de todo.
Antes de deshacer el camino para volver al cruce, paramos a tomar un bocata, bajo un árbol. Se agradecía mucho la sombra porque pegaba el sol más de lo que nos hacía sentir el viento ligero que nos refrescaba.
Junto al cruce que he comentado, se encuentra la Fuente de aguas ferruginosas de Pol-pol, que se encuentra a 820 metros de altitud, paso obligado para acceder al Cordal de Amboto, el pico más alto del Parque. Y también nos cruzamos con un rebaño de ovejas, todas muy juntitas: con esas lanas y el calor que hacía, ¡pobrecillas!
Fuimos hasta la fuente, donde vimos y olimos sus aguas rojas. Luego, a la izquierda, tomamos la amplia pista que bordea el Urkiolamendi y lleva de vuelta al Santuario. Esta ruta es más cómoda, aunque algo más larga (2,2 Km) y mucho menos entretenida que la subida directa que hicimos a la ida. Sin embargo, sirve para convertir la ruta en circular. Y también agradecimos la sombra que proporcionaban los árboles. En unos 45 minutos estábamos de nuevo junto al coche. Habíamos empleado unas tres horas en el recorrido, incluyendo el tiempo del bocata.
El Santuario al fondo, desde la pista por la que descendíamos.
Terminamos nuestra estancia en Urkiola tomando un café, sentados en la terraza del bar que está frente al Santuario.