En nuestra primera (y única hasta el momento) salida post-COVID, decidimos quedarnos en la península, aunque no teníamos claro dónde ir! Nuestra idea era irnos de camping a un lugar tranquilo en el que hubiese cosas para ver, naturaleza, posibilidad de bañarse para las niñas (ya sea piscina, rio, playa)… creo que como muchos estas vacaciones. Después de varios cambios de destino por rebrotes, y sin presión porque al ir de camping podíamos decidir en el último momento, nos dirigimos a la zona de Sanabria (Zamora).
Tras valorar los campings que había por la zona nos decidimos por el camping municipal de Puebla de Sanabria básicamente por dos razones la proximidad a Puebla y la piscina (de los otros hablan muy bien, pero están en la zona del lago, por lo que no tienen piscina (tienen acceso directo al lago), y necesitas el coche para todo porque en los alrededores no hay nada.
El primer día, tras alguna parada de rigor a visitar a familiares de camino, llegamos al camping a la hora de comer. Como la recepción estaba cerrada, aprovechamos para comer en el bar del camping un menú del día. Estaba bien, bastante cantidad, comida normal, con una terracita en la que se estaba muy a gusto. Después de comer ya pasamos por recepción, elegimos parcela y a montar. Terminamos para las 8, con el tiempo justo para ir a dar una vueltilla por Puebla y comprar algo para cenar.
A la mañana siguiente habíamos decidido hacer una ruta por el monte (ruta del Tejedelo. www.turismosanabria.es/ ...edelo.html). No habíamos dormido muy bien, y entre una cosa y otra tardamos bastante en salir, pero la ruta empezaba cerca del pueblo así que no era mucho problema. El problema vino cuando nos liamos (en google lo señala en un sitio, pero no se puede acceder por ahí, hay que dar un rodeo) y tardamos más de media hora en encontrar el camino. Una vez que lo encontramos, resulta que era una pista de tierra durante unos 20 min con lo que no contábamos. Además justo cuando estábamos llegando una de las niñas se mareó y vomitó, así que de vuelta al camping porque no teníamos ropa de recambio….No estaba empezando muy bien el día.
Como digo volvimos al camping y decidimos comer, pasar por la piscina, que justo abría ese día, y después ir a hacer la compra al súper, y ver el pueblo, que ayer ya era tarde cuando fuimos. Los supermercados están al otro lado del río con una muy buena perspectiva del castillo, así que después de la compra las niñas vieron el castillo y no querían más que entrar en él! Subieron las escaleras hasta arriba más rápido que un ascensor!. En el castillo está la oficina de turismo, así que aprovechamos para informarnos sobre cosas que ver. Allí mismo venden la entrada al castillo. Son 3€ e incluye además el museo de los gigantes y la Escuela Micológica, que se pueden visitar en diferentes días. Bueno, a lo que iba, que como a las niñas les hacía mucha ilusión subir al castillo, entramos. Muy amablemente nos guardaron la compra mientras hacíamos la visita, una liberación! En el castillo nos lo pasamos muy bien, hay una zona interactiva que te explica cosas del castillo, y luego se puede andar por toda la muralla del castillo, que tiene unas vistas muy bonitas.


Las niñas disfrutaron mucho. Entre una cosa y otra ya se nos había hecho la hora de cenar sin dar el paseo por el pueblo! Bajamos al camping, cenar y a dormir…
Un nuevo día amanece, y nosotros vamos a intentar hacer la ruta que ayer no pudimos! Fuimos directos al sitio, nadie se mareó en el camino… así que para las 11.30 ya estábamos andando. Después de una subida sin sombra durante casi una hora que las niñas hicieron sin protestar para nada, llegamos al bosque y tras el almuerzo, a la mochila, que si no no terminamos nunca el recorrido! Una vez que entras en el bosque, sigues subiendo con bastante pendiente por la montaña, ya entre vegetación, hasta llegar al mirador, y a la bajada te acercas hasta la zona de los tejos, donde el recorrido está delimitado con pasarelas para preservar estos árboles milenarios. Después vuelves al principio del bosque, y de ahí para abajo por el mismo camino (se podría decir que el recorrido tiene forma de raqueta)


A nosotros nos gustó el recorrido porque el bosque es bonito, se estaba muy a gusto de temperatura y nos cruzamos con poca gente (lo cual es de agradecer, no me gustan las rutas que parece que vas de romería), pero quizás esperaba un poco más de tejos por el camino.
Después del ejercicio, al camping a comer, piscina y a prepararse para dar una vuelta (por fin hoy si) por el pueblo. Fuimos al museo de los gigantes que nos decepcionó un poco, la verdad, ya que estaban expuestos los gigantes y ya. Me parece que con algún video de los gigantes bailando por ejemplo el museo ganaría. Bueno, al menos a las niñas les quito un poco la morriña de gigantes, que como este año no hemos podido ver a los nuestros… Luego ya nos dedicamos a callejear por el pueblo, que nos encantó. Tiene rincones súper tranquilos, en los que estuvimos haciendo toda clase de fotos.


El domingo decidimos acercarnos a Braganza. Como son solo 40 km nos levantamos sin prisa. Para cuando llegamos a Braganza era casi la hora de comer. Aparcamos cerca de correos (como era domingo no había que pagar la zona azul) y al poco nos encontramos con un restaurante del que hablaban bastante bien en tripadvisor, así que para adentro! El restaurante se llama Rosina y la verdad es que lo recomendamos totalmente. Tardaron un poquito en cogernos nota, pero luego la comida estaba muy rica. Pedimos pasta boloñesa para las niñas, y para nosotros ensalada y 2 platos de bacalao (el bacalao con nata estaba para chuparse los dedos). Un 10 en atención, porque mis hijas tenían la comida cruzada y no hacían más que quejarse. Estuvieron súper pendientes todo el rato, trayéndonos platos, cubiertos extra… diciéndoles chorradillas aunque luego ellas ni caso…Y como al final no comieron casi nada, nos pusieron su comida para llevar (que nos sirvió a los padres para cenar, jeje) Y encima de precio genial! Salimos encantados. Después nos fuimos a comer un helado de postre, y a ver la ciudad, aunque por la sombra, porque hacía un calor… La zona del castillo nos gustó especialmente. No se veía mucho turismo, y pudimos disfrutarlo con toda la calma.


Ya de vuelta al camping llegamos justo a tiempo para darnos un baño en la piscina (ese día había hecho mucho mucho calor y nada nos podía sentar mejor…)