Son las 20:30h pasadas cuando llegamos a esta bella localidad, ya estaba cayendo la tarde pero nos dimos un breve paseo por su casco histórico donde se puede observar la profunda huella dejada por los Caballeros Templarios.

Pasó al dominio musulmán después de la Batalla de Guadalete en el año 711. Más tarde, en el siglo XIII, bajo la orden del rey Alfonso IX, los templarios tomaron el pueblo e hicieron a Jerez de los Caballeros capital del Bayliato de Xerez, compuesta por una zona de la que formaban parte los pueblos de alrededor. A lo lejos destaca la Iglesia de Santa María de la Encarnación. Este templo es el más antiguo de cuantos existen en la localidad ya que hay pruebas que lo remontan a la época visigoda. Fue fundada en el año 556. Sufrió un incendió la madrugada del 6 de marzo de 1965 en el cual se quemó el altar mayor y el órgano del templo.

Nos acercamos a La Alcazaba. Su construcción debió realizarse en torno a la primera mitad del siglo XIII. Los Caballeros Templarios construyen sus muros hasta el punto que ya en 1283 se hace mención expresa del castillo jerezano, e incluso, de dos maestres templarios. Pero el trabajo templario desaparece con la extinción de la orden en 1312 y sus posesiones pasan a la corona castellana. La fortaleza es una construcción realizada alrededor de un gran patio central, con forma de pentágono. La Torre de Armas, la de la Veleta o del Reloj, y la del Carbón completan las cinco torres de la fortaleza.

En la misma plaza se encuentra la Torre del Reloj, según se desprende de los libros de Visita de la Orden de Santiago, a finales del siglo XV tenía función de torre del homenaje, función que desempeñaría, al menos, hasta la construcción del cuerpo que alberga el reloj. En 1710, el reloj fue sustraído por las tropas portuguesas y hasta 1739 que se compró otro, Jerez usó el de Valle de Matamoros. La torre se remata con una imagen de Cristo con los brazos abiertos, obra de escultor Antonio León Ortega.

Data del siglo XV/XVI, fue reformada en el siglo XVIII. La fachada lateral se levanta sobre una plataforma barroca a modo de tribuna. La portada presenta formas Neoclásicas. La fachada principal tiene una gran riqueza decorativa que le otorgan los motivos vegetales, los dinteles ondulados y sobre todo los azulejos, éstos están decorados con discos cerámicos configurando bandas o cenefas decorativas, su estilo es Barroco, una preciosidad aunque no se aprecie bien en las fotos, la cámara no era muy buena y la noche no ayuda, jajajajaja. La torre data de 1759 y es de segunda construcción ya que la primera se viene abajo durante el terremoto de Lisboa de 1755. Este templo está dedicado al Santo Patrón de la Ciudad.




La verdad que me gustó mucho la localidad pese a que vimos muy poco, sólo paseamos un rato para estirar las piernas pero me dejó muy buen sabor de boca y tengo que volver porque es un lugar precioso y las fotos una mierda, jajajajajaja. Después de navidades tengo pensado hacer una escapada a Extremadura e ir ampliando etapas
