Lunes 8 de Noviembre (segunda mitad)
Rumbo a mi siguiente destino, Bahía Drake. Seguí con el coche hacia el sur para bajar hasta Dominical, La carretera está en buen estado, sin apenas tráfico y se ven unos cuantos pueblos bonitos al bajar por este lado de la montaña, además que la vegetación sigue siendo exuberante y muy verde. Al ir bajando el puerto de montaña hay magníficas vistas, yo tuve tanto por encima de las nubes como ya por debajo de ellas de la altura a la que me encontraba y ves como va cambiando la vegetación. Una vez llegué a Uvita paré delante de un banco para cambiar euros por colones de nuevo, sé que en Drake no hay banco y como también sé que las excursiones cuestan una pasta prefiero que me sobre que no que me falte. Cambié 550 euros por 398.948 colones a 725.36 el cambio (mejor que en Cahuita pero casi inapreciable). Desde aquí directo a Sierpe, ha habido algo de trafico antes de llegar a Uvita pero una vez dejo Uvita en dirección Sierpe no hay apenas ningún coche por la carretera con la carretera en muy buen estado. Una vez que tomamos el desvío hacia Palmar Sur la carretera se vuelve más estrecha y nos vemos rodeados de campos de cultivo hasta llegar a Sierpe.
No tenía ni idea de a donde tenía que ir en Sierpe, sé que el barco sale a las 16:00 y solo son las 13:30 así que tampoco me corre mucha prisa. Dando una vuelta por el pequeño pueblo veo una pequeña panadería que vende bollos y porciones de pizza además de pan haciendo esquina en la calle Uribe con Jimenez. Aparco el coche, compro una porción de pizza, algo de postre y le pregunto a donde tengo que ir. Me dice que siga la calle hasta el fondo y luego a la derecha hasta “Donde Jorge” en la calle Pastor. Lo comprado lo como en un volado, ya que no era mucho, y voy hasta allí. Aparco el coche delante y le pregunto a un trabajador joven que andaba por allá a ver si era ahí donde se cogían las barcas hacia Bahía Drake, que va a ser que sí, y a ver donde podía dejar el coche mientras estaba en Drake. Me dijo que esperara a las 16:00 que entonces vendrían las lanchas llenas con gente de Drake que vienen a llevarse su coche de las ”cocheras” donde los tienen aparcados y podría entonces dejar el mío. Como quedaba mucho tiempo y justo ahí se encuentra el restaurante Perla del Sur me metí a comer (o a comer de nuevo). Con 9000 colones comí bien y además me trajeron un flan de postre. Como aún quedaba mucho tiempo fui hasta el parque central de Sierpe, no está muy cuidado pero tiene mesas con bancos y sombra que está pegando bien. También hay “Esferas de piedra” unas piedras con formas de esfera creadas por los antiguos habitantes de estas tierras. Paso el tiempo con internet y el móvil, luego recuerdo que no sé cuantos datos me quedan y como hay un mini súper enfrente del parque que hace recargas entro, compro bebidas para llevar y recargo el móvil.
Ya se acercan a las 16:00 así que vuelvo a “donde Jorge”, ahora hay mucha más gente esperando a las lanchas, yo me encuentro con el chico al que pregunté y me dice que espere en el coche que él me dirá a donde tengo que ir. Empiezan a bajar la gente de las lanchas que vienen de Drake que llegan sobre las 15:30 y se dirigen hacia el final de la calle donde se encuentra la ”cochera”, el chico me dice que los siga pero que no me meta todavía. Cuando la gente ha sacado los coches empezamos los otros a meter los nuestros, se meten bastante juntitos y al ser coches de alquiler no estás nada tranquilo con lo que pueda pasar. Te dan un papel con la fecha en lo que lo dejaste, que dejas en el mismo coche, para cuando lo saques sepan cuanto tienen que cobrarte (creo que eran 6 dólares la noche pero no estoy seguro) y así no tienes que ponerte un día de vuelta y te quedas allá lo que quieras. Después de dejar el coche volví al puerto y allí había un hombre preguntando a la gente donde se iban a alojar y apuntándolo. Cuando me preguntó a mí le dije que no llevaba nada pero que ahora me ponía a ello y empecé a mirar en booking algo a la altura de mi presupuesto. Él me decía que sabía dónde podía alojarme por poco dinero, pero que queréis que os diga, no estoy para fiarme de nadie. Encontré Alojamiento en Casa Mariposa 3 días por unos 50 dólares, habitación solo para mí con baño privado (estos sí que son mis precios), se lo comenté y lo apuntó.
Al poco empezamos a bajar hacia las barcas creo que se necesitaron 3 barcas para llevar a todo el mundo con casi 20 personas por bote y un montón increíble de mochilas. Las vistas desde la lancha son chulas pero la cosa es que, en poco rato, el tiempo empeoró. Ahora estaba todo encapotado y llovía muy débilmente, sin llegar a mojar. No todos van a Bahía Drake, hubo gente a la que dejamos en algunos de los alojamientos que hay en puntos del rio Sierpe, los demás cuando llegamos a la playa de Drake ya era de noche y oscura. Se tarda sobre 1 hora en llegar y antes de bajar en la playa te piden el dinero del bote, cuanto es? … lo que les dé por pedir, me fijé que a los que sabíamos español nos pedían 10.000 colones a los guiris 12.000 y tampoco me fijé en toda la gente… Ahora es cuando la matan, pagamos todos, van a arrancar la lancha para dejarnos en la playa y.... no arranca (segunda vez estas vacaciones contando con la de Panamá). Tuvieron que llamar a otra lancha, a la que pasamos y ahora ya sí en tierra firme (o en agua firme ya que te dejan en el agua).
Cuando bajé había una señora preguntando por mí (¿y usted quién es?) y me di cuenta de porqué aquel hombre apuntaba alojamientos y nombres en la libreta, parece ser que para que vinieran a recogernos (menos mal, porque con lo oscuro que estaba aquello, si tengo que encontrar yo el alojamiento seguramente me perdiese). Me llevó al alojamiento, Bahía Drake no tiene mucha iluminación, ninguna carretera asfaltada y como ha estado lloviendo los últimos días hay zonas con bastante barro. Como mi alojamiento no está en una de las “vías principales” si que había que atravesar alguna zona de estas pero sin problema. Una vez llegamos me enseña la habitación dejo las cosas, le pregunto dónde puedo coger una excursión para mañana y ella misma me lleva hasta la agencia Drake tours (La Picolina Tours en google maps). Ella se vuelve y yo entro a preguntar, quiero hacer Corcovado y quiero hacer Isla del Caño pero, ¿Cuál quiero hacer mañana? Como seguía lloviendo un poco, prefería que me lloviese en la selva que metido en el agua y que esta afectase a la visibilidad, así que cogí la excursión de la estación de Sirena en Corcovado por 59.850 colones (que se tenían que pagar en metálico). Ni tan mal me esperaba más, mañana tenía que estar a las 6:00 en la playa donde me han dejado esta mañana, que es de donde también salen los tours. Con la excursión cogida me vuelvo al alojamiento que está justo en la parte opuesta a la agencia en la misma “cuadra”, pero como aquello tiene selva de por medio no sabría cómo llamarlo.
Casa Mariposa Bahía Drake, Costa Rica 50 dólares 3 noches
El alojamiento no está en una de las calles principales, y las habitaciones (al menos la mía) son espartanas. Una habitación grande no, gigante, con dos camas con sus respectivos ventiladores (si podéis, coger algún sitio con aire acondicionado mejor, que hace muchísimo calor), el baño la, ducha (muy justos) y una mesa al fondo. Sobraba muchísimo espacio allá. Picotazos todas la noches, pero bueno te acabas acostumbrando. Lo bueno es que te cambiaban de sábanas todos los días, que es de agradecer con las sudadas que te pegas durmiendo y la dueña era una señora muy maja. Hay una casa cocina en la entrada que la puede utilizar cualquiera para prepararse la comida. Solo recomiendo el alojamiento si andas a lo pobre y no te importa mucho la falta de comodidades.
Martes 9 de Noviembre
Había que madrugar y estar a las 6:00 en la playa pero sin problema ya que no estoy en un sitio “lujoso” que me invite a seguir durmiendo. El cielo está encapotado y de vez en cuando cae alguna gotita. Nos juntan por grupos (supongo que por operador donde has cogido el tour) con el guía que nos tocó (José en nuestro caso un Costarricense que le encanta lo que hace) y montamos en la lancha. Seríamos cerca de 15 personas y saldríamos entre 3 y 4 lanchas hacia Corcovado (tanto para montarte como para bajar lo vas a hacer en agua).
Mientras salíamos de la playa apareció un grupo de delfines y nos dejaron 5 minutos para poder hacerles fotos y disfrutar de ellos. De aquí directos hasta Corcovado, en frente de la playa de San Josecito las lanchas pasan entre rocas gigantes que se alzan cerca de las playa, que piensas un golpe de mar y adiós embarcación, pero los capitanes hacen este recorrido 2 veces todos los días, saben lo que hacen. Cinco minutos después de pasar el Rincón de San Josecito, las vistas que tenía de la costa me hacían recordar las películas de Jurassic park que había visto de niño. Solo la playa y palmeras hasta el infinito sin ningún rastro de civilización por ninguna parte, fue uno de los mejores momentos en Costa Rica seguro.
Seguimos bastante rato más hasta llegar a la playa de Sirena que nos llevó cerca de 1 hora desde Drake, fue complicado y tomó su tiempo poder bajar en la playa, ya que el tiempo y el oleaje no ayudaban en nada, pero al menos había dejado de llover. Además el fondo no es de arena sino de piedra y las lanchas podrían estropearse si chocan con él. Lancha por lancha fuimos desembarcando y reuniéndonos en la entrada del parque que tienen allá, nos lavamos las manos con jabón por política anti-covid y cambiamos de chanclas a zapatillas o botas para andar por la selva. El guía de cada grupo dio una charla a su grupo y fueron adentrándose en el parque por distintos senderos, nosotros fuimos los últimos. Los guías disponen de un pequeño telescopio 4k con trípode (nada que ver con el armatoste que vi en Dota) con el que apuntan a los animales para que las personas del grupo podamos apreciarlos de “cerca”.
Según entramos en la selva podíamos ver un grupo de monos araña saltando de árbol en árbol, el guía nos explico que la presencia del mono araña indica la buena salud de un bosque ya que estos solo se alimentan de fruta y necesitan bosques que den frutas durante todo el año por eso hay muy pocos sitios donde se puedan encontrar. Después paramos en una zona de acacias, unos árboles pequeños y delgaditos que estaban llenos de hormigas, hormigas de las acacias. Las acacias dan cobijo y néctar a las hormigas, estas a su vez protegen la acacia de depredadores y plagas con su mordedura “venenosa” (como un picotazo de avispa que se pasa en minutos), además la orina de las hormigas tiene un Ph tan alto (alcalina) que no crece ningún árbol ni planta alrededor de la acacia que no sea una acacia. Por eso vemos grupos de acacias juntas. Seguimos por el sendero hacia la desembocadura del río Claro (mirando google maps apenas caminamos nada) , y por el camino avistamos una ardilla roja y un trogón grande con colores muy parecidos al del quetzal, nos dijo que eran de la misma familia y que este es el “quetzal de playa”.
En la desembocadura de río Claro justo al lado del mar había un cocodrilo grande descansando sobre los guijarros, y en el río había una mezcla de distintas aves alimentándose, ibis blancos, garzas… En la playa pudimos ver cantidad de ermitaños (también los hay a patadas en el bosque) y una iguana negra. Volvimos al bosque y dentro una hoja de palmera doblada a la altura de la cabeza, se encontraba un murciélago de tienda de campaña, llamado así por doblar las hojas de la palmera en forma de tienda de campaña. El guía se juntó con otro para localizar a un perezoso en las alturas de un árbol y después en la oquedad de otro árbol nos enseñó como también allí dormían varios murciélagos. Luego nos llevó a una zona donde había 2 pecaríes andando tan tranquilos sin asustarse lo más mínimo por nuestra presencia, tanto que se tumbaron a pocos metros de distancia y pudimos acercarnos a escasos 2 metros para sacarles fotos mientras descansaban. Increíble.
Volvimos a la entrada del parque para hacer un pequeño descanso y el guía repartió galletas a todo el mundo. De aquí fuimos a la pista de aterrizaje que hay en la sirena. Estaba llena de agua por las lluvias y en uno de esos “charcos” se encontraba una mamá caimán de anteojos con un montón de crías por todas partes. La mamá estaba debajo del agua y apenas se distinguía pero nuestro guía hizo el sonido de una cría en peligro y al momento la caimán había sacado la cabeza para ver que pasaba. Un fiera el guía. En unos árboles gigantes se encontraban varios zopilotes y zopilotes rey, eso quiere decir que cerca hay carroña y así era, por fin pudimos ver el tapir de corcovado. El tapir de corcovado muerto quise decir, se trataba de una hembra que murió por causas naturales hacía unas semanas y aquello podéis imaginaros como olía. Nos volvimos a meter en la selva y una manada de coaties apareció de la nada, al principio desconfiaron un poco pero al rato estaba rodeado por ellos mientras escarbaban el suelo del bosque en busca de alimento. Aquí fue donde buscando un buen punto de fotografía fui a parar a una acacia y a las hormigas les faltó tiempo para morderme. En el bosque tropical mira siempre por donde y hacia donde vas, lección aprendida.
Volvimos a la pista de aterrizaje para ir a la estación de guardaparques de Sirena, donde en una fuente pudimos limpiar el calzado de todo el barro que llevábamos encima. Descansamos unos 10 minutos y de vuelta a la entrada del parque para dar por finalizada la visita al parque de corcovado, donde nos juntamos todos los grupos. Recogimos nuestras chanclas y esperamos a que apareciesen nuestras lanchas en la playa. No estuvimos más de 5 horas y se me hizo demasiado corto de lo bien que lo estaba pasando a pesar de que no vi ningún animal grande pero mereció la pena todos los segundos que pasé allí.
A la vuelta nos dejaron 30 minutos de relax en la playa de San Josecito, y una vez en Bahía Drake teníamos la comida pagada en la marisquería Roberto que se encuentra justo en frente de la playa. Aunque la comida fue “escasa” en cantidad podías elegir entre casado de pollo o pescado y una jarra de zumo. Allí hablando con José me comentó que el mejor sitio para ver la puesta de tortugas es Ostional pero que ya se hizo hacía 2 semanas. Él había estado y me enseñó fotos de decenas de tortugas tomando la playa al atardecer.
Nos despedimos y vuelvo a la oficina para comprar el snorkel a la Isla del Caño para mañana (he perdido el ticket pero era más barato que Corcovado) y, de camino a mi alojamiento hay una oficina que oferta salidas nocturnas para ver anfibios y demás, Nativos Corcovado, entro y pregunto por el tour, pero como la noche se está poniendo fea (esta empezando a llover) intercambiamos teléfonos y me avisarán si mañana sale o no. Ya por fin en el alojamiento una ducha y a descansar. A la noche paró de llover un poco y aproveché para ir a comprar alguna cosilla al supermercado Santa Fe, que esta siguiendo la calle de la picolina tours y a la derecha. Es bastante grande para lo pequeño que es el pueblo, lo que me hace pensar que igual si no hubiese coronavirus esto estaría lleno de gente, no como ahora que por no haber no hay ni gente en los bares. De vuelta en el alojamiento ceno de lo comprado y a dormir.
Casa Mariposa Bahía Drake, Costa Rica 50 dólares 3 noches
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