Era nuestro último día en la Isla, ya que a mi me salía el vuelo salía a las 13.30h y había que entregar los coches a las 9,00h de la mañana.
Tocaba ir a Cala Bassa, el parking vale unos 5€ más o menos creo recordar.
Es una cala muy masificada, bonita pero me decepcionó algo. Nosotros no pusimos al poco de entrar en la playa pero no es el mejor sitio para bañarse, ya que hay unas piedras muy grandes que resbalan un montón. Si os poneís o bañaís al final de la playa, cerca del chiringuito, es arena y es la parte más bonita.
En la parte de atrás hay unos beach club, que si no tienes reserva o no vas a consumir no te dejan andar por allí, asi que, si os quereis mover, tiene que ser por la arena.
En el chiringuito se puede comer aunque hay unas colas horribles para tomar algo. Me pedí una coca cola y 4€ el bote. También venden vestidos, hay una chica que hace de modelo y se los pone ella para que la gente los vea, muy chulos pero de 35 o 40€ no bajan.
Caminando por la parte derecha del todo, según te pones mirando hacía el agua, donde están las rocas, hay una cueva enorme que si se baja tiene salida por el agua, una auténtica pasada y hay rincones que se puede bajar por las rocas, con cuidado, donde bañarse sin que nadie te moleste. Ahí si es recomendable llevar gafas y tubo, ya que hay bastantes más peces y de colores.
Después de dar una vuelta y descubrir estos sitios, nos fuimos a comer a la playa ya que llevamos comida para perder menos tiempo, luego volveríamos a prepararnos que era nuestra última noche, cenaríamos en Eivissa e iríamos a Dalt Vila