

Organizamos nuestra autocaravana, montamos bicis y echamos agua y gasolina. El día anterior habíamos ido a cogerla y vimos que se había soltado el cerrojo de la puerta del congelador. ¡¡ Qué susto ¡! Menos mal que mi marido lo pudo arreglar.
Salimos con dos horas de retraso, así que no llegamos al área de AC de Trujillo, que era donde pensábamos dormir.
Cuando llegamos a Madrid, el GPS nos desvía por la R5, autopista de peaje, a pesar de haberle marcado que no queríamos autopistas, así que vemos una gasolinera y paramos a cenar ¡¡ Son las 22:30 ¡! Al final, decidimos pasar la noche.