Aterrizamos y nos cuesta mucho tiempo salir del aeropuerto pasando controles. El servicio de transporte contratado con el riad nos lleva al Riad Jomana.
(Dos noches Marrakech para tres personas: 167,38
www.booking.com/ ...veTab=main).
Nuestro espacio estaba subiendo por una escalera estrechita y constaba de una habitación muy amplia con cama grande, dos camas individuales y una especie de sofás esquineros, a que se entraba por una entrada con decoración árabe con colchón en el suelo, un baño con lavabo y taza, y bajando las escaleras un hueco para la ducha.

Salimos a pasear avanzando como podemos por el zoco esquivando, o mejor dicho, mientras nos esquivan las motos, porque es una locura el tránsito constante de motos en ambas direcciones por las callejuelas estrechas y llenas de gente

Llegamos a la plaza Jemma el Fna, centro neurálgico de la ciudad, inmenso espacio con puestos y artistas callejeros.

Como ya se nos ha echado encima la hora de comer pero como aún no hemos cambiado los euros (en el aeropuerto la comisión era insoportable) buscamos un restaurante que admita tarjeta, y aquí es donde tenemos nuestro primer contacto con los “guías”. Al preguntar al que recibe en uno de los restaurantes y no tener tarjeta en vez de decirnos a cual ir nos dirige a otro que si tiene tarjeta, para lo cual luego nos pide la correspondiente propina.
Lección 1: no dejar que te dirijan, guíen o acompañen. (qué difícil será conseguirlo).
Comemos en el rooftop (terraza con vistas) de El gran Bazar: nuestro primer tajín de cordero con pasas y almendras y risotto de setas con parmesano. Riquísimo todo.
Nosotros llegamos tarde a reservar el free tour por Marrakech porque no quedaban plazas cuando lo miramos la semana anterior.
Al terminar sacamos dinero en el cajero y nos dirigimos hasta hacia la ubicación de las tumbas sadíes, pero como estamos en Ramadán, aunque no está anunciado en internet, están cerradas desde las 15 horas. Probamos en el palacio Badi y lo mismo, de manera que por hoy ya no vamos a visitar nada por dentro por lo que decidimos ir ver aquello que no requiere entrada y nos paseamos por los alrededores de la mezquita Kotoubia, ya que los no musulmanes no pueden entrar, preciosa zona con una plaza en una fachada, unos jardines en otra, su minarete y la parte posterior con los restos vistos de la antigua mezquita.


Como hemos visto en la guía la recomendación de entrar y visitar los jardines del hotel La Mamounia que se encuentra en las inmediaciones nos acercamos, pero…¿qué nos dicen? que los jardines cerraron a las 16 horas, por lo que entramos solo a merendar y tomarnos un frapé macarron cada uno (batido de vainilla).

Volvemos paseando y viendo como se transforma la plaza Jemma el Fna con los puestos nocturnos de comida y nos sentamos en uno a cenar. Cada vez que logran que alguien se siente en su puesto cantan el waka waka.

Al día siguiente nos levantamos pronto (tras volver a dormirnos después de que a las 4:50 nos despertara la llamada al rezo y al comienzo del ayuno), porque, siguiendo el consejo de una amiga, queremos estar en la Madrasa Ben Youssef antes de que abran. Nuestro reto es lograr ver todos los puntos de interés de Marrakech en la mañana antes del cierre.
Primero subimos a ver las vistas desde la azotea de nuestro riad, que anoche estaba muy oscuro.

De camino a la madrassa pudimos ver el contraste del zoco vivo al zoco aún dormido:

Cuando llegamos a la Madrassa Ben Youssef solo hay un par de españolas esperando en la puerta antes de la apertura. La madrasa es una escuela coránica, construída en el siglo XIV, y representa toda la arquitectura y el arte islámicos. La entrada nos costó 110 dirhams los 3 y nos hizo precio infantil al niño pese a estar en el primer año de adulto.

Como lo hemos visitado prácticamente solos, pronto nos podemos dirigir hacia el palacio Bahia, que aunque ya está abierto tampoco hay colas aún. Las entradas son 70 dirhams por persona. Construido en el siglo XIX tiene hermosos jardines y decoraciones típicas.

Cuando salimos si hay cola y vamos al Palacio el Badi, antiguo palacio real ya en ruinas en Marrakech, construído en el siglo XVI por el sultán Ahmad al-Mansur. Pese a su estado resulta espectacular con sus muros de adobe y sus jardines, Me encantó. Entrada 70 dirhams persona. Para mi el que tiene más encanto.


De aquí nos encaminamos a las tumbas saadíes, que a la entrada tampoco encontramos cola y las sacamos por 70 dirhams cada uno, pero…¡sorpresa! la cola está dentro para poder ver el espacio de las tumbas. Más de una hora esperando por dentro del recinto, menos mal que ya lo habíamos visitado todo antes, porque, sinceramente, no merece la pena esa espera.


Pues lo conseguimos, en la mañana pudimos visitar todo y solo nos quedan los jardines Majorelle que nos ha recomendado nuestra amiga y la noche anterior reservamos entradas para las 16h.
Como aún es pronto antes de buscar para comer nos paseamos por el barrio judío y comemos en Amour, justo delante del de ayer, también admiten tarjeta y con vistas a la plaza Jemma.
Cuando acabamos paseamos por los alrededores de la mezquita Kotoubia de nuevo

y salimos de la medina a negociar un taxi para ir a los jardines Majorelle. Tal como nos aconsejó mi amiga pedimos precio antes de entrar y nos pedía 100 dirhams, bajé a 30 y nos lo dejó en 50.
Los jardines Majorelle tenían una cola a cada lado con el cartel de la hora correspondiente de reserva. Fueron propiedad del famoso diseñador Yves Saint Laurent y tienen una gran variedad de plantas exóticas, fuentes y estanques, y un pequeño museo de arte islámico.
Hay una ruta establecida para visitarlos y, si tienes poco tiempo en Marrakech no merece la pena por el elevado precio que cuesta 155 dirham por persona (80 menores) 390 dirhams total.
Para volver nos pedían de nuevo 100 dirhams el taxi pero no estaba dispuesto a bajar y nos mandó de vuelta andando (tranquilo, que hay taxis de sobra), así que entramos en otro por el mismo precio que a la ida.

Nos deja de nuevo en la parte de la mezquita y damos vueltas en búsqueda de la plaza de las especias donde nos tomamos unos zumos en un rooftop de la plaza, ya que no había mesa en los dos recomendados (Dina).

Estamos tan cansados hoy que nos vamos un ratito al riad a descansar y al rato salimos a cenar en una terraza en nuestra calle y dar por terminada nuestra experiencia en Marrakech.
