Hoy el día va de barrancos. En primer, lugar visitaremos el Cañón de Los Arcos perteneciente al barranco de la Hoz en la localidad de Calomarde, con una longitud estimada de 9 km, pero que nosotros lo acortaremos por razones de tiempo y porque lo bonito está en la primera hora de trayecto.
Salimos de Bronchales sobre las 9 horas, ya que nos costará llegar a Calomarde unos 40 minutos. Tomamos la carretera en dirección a Noguera de Albarracín, pasamos Tramacastilla ya por la N-1512, y pasado Torres de Albarracín tomaremos a la derecha un desvío hacia Royuela y Calomarde. A 2 km antes de llegar a esta localidad haremos una primera parada para visitar la Cascada o salto de agua del Molino Viejo, que según la época del año lleva más o menos agua, pero que considero parada obligada por su belleza. Hay aparcamiento a la izquierda de la calzada en el sentido de nuestra marcha. La visita nos llevará 20 minutos como mucho ya que está al lado mismo de la carretera. El paraje es digno de invertir unos minutos contemplándolo, incluso se puede bajar al río. Después de sacar algunas fotos continuamos para iniciar nuestra ruta de hoy.
Salimos de Bronchales sobre las 9 horas, ya que nos costará llegar a Calomarde unos 40 minutos. Tomamos la carretera en dirección a Noguera de Albarracín, pasamos Tramacastilla ya por la N-1512, y pasado Torres de Albarracín tomaremos a la derecha un desvío hacia Royuela y Calomarde. A 2 km antes de llegar a esta localidad haremos una primera parada para visitar la Cascada o salto de agua del Molino Viejo, que según la época del año lleva más o menos agua, pero que considero parada obligada por su belleza. Hay aparcamiento a la izquierda de la calzada en el sentido de nuestra marcha. La visita nos llevará 20 minutos como mucho ya que está al lado mismo de la carretera. El paraje es digno de invertir unos minutos contemplándolo, incluso se puede bajar al río. Después de sacar algunas fotos continuamos para iniciar nuestra ruta de hoy.
Una vez divisado el pueblo de Calomarde hay que cruzarlo hasta la salida y aparcar antes de cruzar un puente. Ya se ven las señalizaciones de la ruta. También se puede aparcar en el mismo pueblo y llegar andando hasta el inicio del sendero. Al inicio, a su izquierda nos encontraremos con la balsa de los Ahogados. Cerca de ella si os fijáis, hay un cartel contando la estremecedora historia de los ahogados; y si continuamos unos metros más llegaremos al Cañón de los Arcos.
Se trata de un cañón que acoge el río llamado de la Fuente del Berro, que, en su recorrido, y para facilitar el acceso por la garganta, estaremos auxiliados por un sinfín de puentes y pasarelas de acero que hacen del trayecto un paseo muy agradable, siempre acompañados por el suave rumor de sus aguas. Si se va con niños hay que ir con cuidado, aunque las pasarelas son muy seguras.
Como nosotros queríamos realizar una excursión de no más de un par de horas, decidimos llegar al final del recorrido de las pasarelas y volver por donde hemos venido. Si continuas la ruta puedes llegar al pueblo de Frías de Albarracín o a la Fuente del Berro para regresar de ahí a Calomarde, pero eso te llevará toda la mañana.
Jugando, jugando se nos han hecho las 12’45; así que cogemos el coche y seguimos en dirección a Frías y a la zona de los nacimientos de los ríos Tajo, Cabriel, Júcar y Guadalaviar (este último, cuando pasa por la provincia de València cambia de nombre y se le pasa a llamar Túria), pero visitar cada uno de estos nacimientos nos llevaría, al menos, otra jornada. Pero como nos viene de paso, podemos hacer un alto en el nacimiento del río Tajo, en cuyo lugar se ha alzado un monumento para resaltar el acontecimiento. Hay allí una aérea recreativa y un buen aparcamiento.
Seguimos hacia Griegos continuando la carretera por la que venimos circulando. Una desviación a la derecha nos llevará primero a la población de Guadalaviar y luego a nuestro destino, Griegos, pero antes iniciaremos la subida al puerto del Portillo desde donde se contemplan unas vistas impresionantes de toda la Serranía de Cuenca y el macizo de la Muela de San Juan. En este punto hay una torre de vigilancia contra incendios de esas que cuando las ves desde abajo piensas: ¿y por dónde se subirá hasta allí? Es, al menos, curioso.
Jugando, jugando se nos han hecho las 12’45; así que cogemos el coche y seguimos en dirección a Frías y a la zona de los nacimientos de los ríos Tajo, Cabriel, Júcar y Guadalaviar (este último, cuando pasa por la provincia de València cambia de nombre y se le pasa a llamar Túria), pero visitar cada uno de estos nacimientos nos llevaría, al menos, otra jornada. Pero como nos viene de paso, podemos hacer un alto en el nacimiento del río Tajo, en cuyo lugar se ha alzado un monumento para resaltar el acontecimiento. Hay allí una aérea recreativa y un buen aparcamiento.
Seguimos hacia Griegos continuando la carretera por la que venimos circulando. Una desviación a la derecha nos llevará primero a la población de Guadalaviar y luego a nuestro destino, Griegos, pero antes iniciaremos la subida al puerto del Portillo desde donde se contemplan unas vistas impresionantes de toda la Serranía de Cuenca y el macizo de la Muela de San Juan. En este punto hay una torre de vigilancia contra incendios de esas que cuando las ves desde abajo piensas: ¿y por dónde se subirá hasta allí? Es, al menos, curioso.
Griegos es considerado el segundo pueblo más alto de España (1601 metros). También es de los pueblos más fríos de la península, pudiendo alcanzar en invierno temperaturas de -15 C, y en verano alcanzar máximas de 30 C en los meses de julio y agosto, que está muy bien. Pero el motivo de llegar hasta aquí es doble: subir a la Muela de San Juan, y comer.
Para subir a la Muela hay que continuar la carretera por la que venimos dejando a nuestra derecha la población de Griegos, y 500 metros, aproximadamente, encontramos el desvío a la izquierda que nos llevará a la cima, a unos 1800 metros de altitud. La carretera de ascensión está asfaltada y en buen estado, salvo si nieva; nada más iniciar la subida, a 200 metros a la derecha, se puede contemplar una necrópolis céltica del Siglo III. Una vez se llega a cima hay un buen aparcamiento asfaltado junto a un refugio de montaña que antiguamente fue un bar y que en la actualidad permanece cerrado. Para los amantes de los deportes de invierno en este lugar se practica el deporte de esquí de fondo. También se pueden apreciar los vestigios de la guerra civil española a lo largo de la muela en forma de trincheras.
Griegos desde la Muela de San Juan.Para subir a la Muela hay que continuar la carretera por la que venimos dejando a nuestra derecha la población de Griegos, y 500 metros, aproximadamente, encontramos el desvío a la izquierda que nos llevará a la cima, a unos 1800 metros de altitud. La carretera de ascensión está asfaltada y en buen estado, salvo si nieva; nada más iniciar la subida, a 200 metros a la derecha, se puede contemplar una necrópolis céltica del Siglo III. Una vez se llega a cima hay un buen aparcamiento asfaltado junto a un refugio de montaña que antiguamente fue un bar y que en la actualidad permanece cerrado. Para los amantes de los deportes de invierno en este lugar se practica el deporte de esquí de fondo. También se pueden apreciar los vestigios de la guerra civil española a lo largo de la muela en forma de trincheras.
Pues como ya es la hora de comer nos dirigimos a Griegos y aparcamos en la plaza del pueblo, junto a la fuente y las escuelas. Nuestra intención era comer en un bar en la localidad de Tramacastilla (bar La Lonja), pero no llegamos ni locos. Comemos un menú en el hostal restaurante La Muela de San Juan. También tienen tapas, raciones y bocadillos. También cabe comer primero y subir después a la Muela de San Juan, eso lo dejo a vuestra elección.
Una vez que ya hemos engañado el hambre, tomamos de nuevo la carretera en dirección a Orihuela del Tremedal a ver si con suerte podemos sorprender a algún ciervo, corzo o gamo en su hábitat natural. Las mejores horas para observar estos animales es o bien a primera hora de la mañana, o al anochecer; y si no tenemos tanta suerte igual podemos ver vacas, caballos, ovejas …
El paisaje como vais a ver sigue siendo una pasada. A unos pocos kilómetros más adelante llegamos a un cruce, es la carretera que une Orihuela con Noguera. Nosotros giramos a la izquierda y entramos en una gran recta custodiada por un bosque de pinos a ambos lados. Estamos en la A-1512. Por aquí hay que ir despacio, sin prisas por si aparece algún animalito. Esta carretera, aunque no está en muy buen estado, es una maravilla. A un kilómetro del cruce, a la derecha, está el desvío a Bronchales (9km) también muy susceptible de encontrarnos con ciervos, pero nosotros continuamos recto, despacio (hay que fijarse bien porque igual se encuentran entre los pinos).
Hemos tenido suerte.
Bueno, pues siguiendo esta ruta dejaremos a la derecha el área recreativa de la Majada de las Vacas con su río de piedra y sus tremedales (zonas húmedas o terreno pantanoso, abundante en turba, cubierto de césped, y que es esponjoso cuando se anda sobre él).
Siguiendo la carretera llegaremos a Orihuela, población que visitamos el primer día. A la salida del pueblo tomamos el desvío que nos llevará durante 8 kilómetros por una inmensa recta a la localidad de Bronchales. Esta recta también es muy propicia para ver animalitos (véase las señales de tráfico que advierten de ello).
Como no hemos tenido mucha suerte a la hora de ver ciervos, vamos a ver si tenemos más suerte a la hora de ver bares. En este aspecto casi nunca se falla. Nos sentamos en una terraza para tomar algo y pensar qué hacemos, si cenar algo en casa o picar algo por ahí. Como hoy la comida no ha sido nada del otro mundo, hemos decidido cenar en El Vacanal, aquí en Bronchales. A diferencia del resto, es un local de reciente apertura y está todo bastante nuevo. Es como una especie de refugio. Su especialidad son las carnes y las hamburguesas, también tienen para picar morro, croquetas y alguna ensalada. Tiene una terraza con unas buenas vistas. Es un lugar distinto en este mundo rural. Nos pedimos unas croquetas y un par de hamburguesas (la de trufa está de muerte), unos vinos y chupito. También está la opción de La Vermutería, en la calle Mayor, pero este es más de tapas. La oreja frita la hacen buena.
Bueno, es todo por hoy. Mañana nos queda Albarracín y alguna cosa más antes de volver a casa.
Siguiendo la carretera llegaremos a Orihuela, población que visitamos el primer día. A la salida del pueblo tomamos el desvío que nos llevará durante 8 kilómetros por una inmensa recta a la localidad de Bronchales. Esta recta también es muy propicia para ver animalitos (véase las señales de tráfico que advierten de ello).
Como no hemos tenido mucha suerte a la hora de ver ciervos, vamos a ver si tenemos más suerte a la hora de ver bares. En este aspecto casi nunca se falla. Nos sentamos en una terraza para tomar algo y pensar qué hacemos, si cenar algo en casa o picar algo por ahí. Como hoy la comida no ha sido nada del otro mundo, hemos decidido cenar en El Vacanal, aquí en Bronchales. A diferencia del resto, es un local de reciente apertura y está todo bastante nuevo. Es como una especie de refugio. Su especialidad son las carnes y las hamburguesas, también tienen para picar morro, croquetas y alguna ensalada. Tiene una terraza con unas buenas vistas. Es un lugar distinto en este mundo rural. Nos pedimos unas croquetas y un par de hamburguesas (la de trufa está de muerte), unos vinos y chupito. También está la opción de La Vermutería, en la calle Mayor, pero este es más de tapas. La oreja frita la hacen buena.
Bueno, es todo por hoy. Mañana nos queda Albarracín y alguna cosa más antes de volver a casa.