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Llegamos desde Madrid al alojamiento situado en la calle Comuneros, muy bien ubicado en un avenida larga que en línea recta sin callejear lleva al mismo centro histórico de Salamanca, es posible aparcar en la misma calle si hay suerte, y si no en la calle paralela hay un gran parking público al que sólo tuvimos que ir en una ocasión.
Tras dejar las cosas vamos al centro andando y llegamos en primer lugar a la calle comercial de Salamanca, totalmente vacía ya que al ser fiesta cierran todos los comercios (no como en Madrid). La calle desemboca en la Plaza Mayor donde se está celebrando la feria del libro antiguo y de ocasión y una exposición sobre el Cómic, por lo que no se puede apreciar bien. Esta plaza se inspiró en la Plaza Mayor de Madrid aunque ésta tiene menores dimensiones. Fue inicialmente un proyecto de Alberto Churriguera pero al morir fue ejecutada por Andrés García de Quiñones, es una plaza típica de estilo barroco con la influencia racionalista de la Ilustración francesa. Los cuatro lados de la plaza se llaman “pabellones” o “lienzos” , dejando a nuestra espalda el reloj serían: a la izquierda el pabellón de los reyes, llamado así porque en los medallones debajo de los arcos de medio punto están la efigie de los reyes de España; el de San Martín de frente con medallones de militares; a la derecha el de Petrineros para personajes destacados de las artes; y a la espalda el Consistorial también para personajes de las artes. En conjunto hay 88 arcos de medio punto, y entre los medallones cabe destacar que Felipe V está tres veces, uno por autorizar la construcción de la plaza y otras dos por cada uno de sus reinados.
En la diagonal opuesta a la que entramos se encuentra la oficina de turismo y tras coger un mapa abandonamos la plaza por esa esquina. Nada más salir te encuentras con la parroquia de San Martín de Tours, (1,5 euros la visita) donde Jesús, el encargado de la iglesia, muy atentamente nos explica todo lo que vamos a ver y nos aconseja desde donde apreciarlo mejor. A ella se accede desde la Plaza del Corrillo a través de la denominada Puerta del Obispo. Es un templo de planta basilical con tres naves acabadas en ábsides semicirculares. El templo románico original tenía una puerta a poniente que fue cegada y convertida en la capilla del Carmen, la portada de la Puerta de Poniente con sus esculturas policromadas fue redescubierta en 1958. Desde su origen esta iglesia tuvo problemas de estabilidad e incluso algún derrumbe como se puede apreciar en uno de los muros de la iglesia en la nave de la izquierda.
Salimos y nos encaminamos a la Catedral (20 euros= 6+6+4+4). Tras buscar al astronauta en la puerta, y como están en misa en la catedral nueva nos indican empezar la visita por la Catedral vieja.
La Catedral de Salamanca es del año 1152, cuya cúpula
del cimborrio es de clara influencia bizantina. Se trata de un edificio de planta basilical,
en cruz latina y tres naves, crucero marcado y cabecera formada por tres ábsides
semicirculares, que muestran ventanas con arcos de medio punto al exterior. En planta,
la nave izquierda aparece más estrecha y le falta parte del brazo del crucero a
consecuencia de la construcción de la Catedral Nueva. La obra más destacada del interior es el retablo del altar mayor, data del siglo XV, es decir gótico. Obra del italiano Dello Delli, consta de 53 tablas con imágenes de la vida de la Virgen y de Jesús.
Luego volvimos a acceder a la catedral nueva, obra de Juan Gil de Hontañón, fue construida en estilo gótico tardío en el s. XVI, el siglo del Renacimiento en la mayor parte de Europa. Es de planta de salón de tres naves y cabecera poligonal plana, de doble altura lo que permite la sensación de amplitud y luminosidad. Espectaculares son sus bóvedas de distintos tipos estrelladas y de terceletes.
Saliendo de la catedral a la vuelta puedes acceder al edificio desde el que puedes subir a las torres de la catedral (3,75). Un total de 200 escalones que hicieron mi marido y mi hijo pequeño y del que no salieron defraudados. Para hacerla hay que buscar el cartel de Ieronimus. Se accede por la Torre Mocha la antigua prisión medieval y enseguida asciendes a la estancia del Carcelero y encima a la estancia del Alcaide, en ella a través de una ventana geminada tienes una vista espectacular de la catedral vieja y el altar mayor. Seguimos ascendiendo y llegamos a la sala de los torre Mocha utilizada como sala explicativa de la visita. Justo en el siguiente piso ya estamos en la primera terraza exterior desde donde podemos admirar la torre del Gallo y comenzar a ver los tejados de Salamanca y partes de río. A través de una pasarela accedemos a los tejados de la catedral vieja y podemos llegar a admirar el cimborrio de inspiración bizantina. Después a través de una pequeña puerta accedemos al triforio de la catedral nueva y recorremos los pies de la catedral admirando las bóvedas de terceletes y estrelladas (también las enormes grietas que se están abriendo en las bóvedas). Salimos de la catedral y ascendemos a los tejados hasta llegar a una terraza que da a la plaza Anaya, desde allí se ve toda la Salamanca monumental. Siguiendo la visita llegamos a la torre de la catedral se puede acceder hasta el campanario (cuidado con la hora, el susto cuando suenan las campanas es grande). Con la torre la visita se da por terminada y vuelves a descender a la calle por la torre Mocha.
Mirando todos los restaurantes que hay a lo largo de la calle nos decidimos por uno y comimos muy bien un menú.
Tras la comida retomamos el paseo pasando por delante sin entrar en la Clerecía frente a la Casa de las Conchas, hoy Biblioteca, donde si pasamos, ya que en el patio de la entrada había una exposición muy interesante sobre la concepción de la muerte y el día de difuntos en México con sus catrinas.
Continuamos hasta la Universidad donde nos unimos a las personas que están buscando la famosa calavera con la rana en la cabeza. La portada de la Universidad es una obra cumbre del arte plateresco dividida en tres cuerpos, en el inferior encontramos el medallón de los Reyes Católicos, en el segundo tres escudos, el más grande y central el escudo de los reinos de la Monarquía Hispánica, en el tercer cuerpo aparece representado un papa hablando con seis varones, y en esta escena aparece el escudo de la Universidad. Entre la decoración encima de un cráneo se representa una rana (en verdad es un sapo) que desde la antigüedad ha representado la muerte por lujuria. Al representarse encima de un cráneo representaría una advertencia a los estudiantes de que la lujuria puede llevar al fracaso de la inteligencia y los estudios.
Llegamos al convento de San Esteban, visita 3,5 €. Es un convento de la orden de los dominicos. En el exterior podemos ver una portada de estilo plateresco donde podemos apreciar la representación del martirio de San Esteban. En el interior comienzas la visita por el claustro dedicado a la labor misionera de los dominicos en América. Es un claustro de dos plantas comunicados por una escalera, la Escalera de Soto, espectacular en sí misma pues el peso de toda la escalera descansa en el tramo inferior sin ayudarse de los muros. La Iglesia es de cruz latina y nave única. Desde el crucero a los pies es de estilo gótico tardío, mientras el cimborrio, el presbiterio y el crucero son renacentistas.
Seguimos la ruta por Salamanca bajando hacia el puente romano sobre el río Tormes, y vemos la escultura en honor al Lazarillo de Tormes y el verraco. No se sabe exactamente cuando se construyó el puente romano, si se sabe que solo es romano la mitad más cercana a la ciudad, la segunda parte es bastante posterior, de época medieval porque alguna crecida se llevaría esa mitad de época romana. El verraco es una representación de un pueblo prerromano que vivía en la zona, los vetones, y se sabe de su presencia en su lugar actual desde el s. XVII.
Subiendo de nuevo vamos al Huerto de Calixto y Melibea, un jardín donde se supone que pudieron tener lugar los encuentros de ambos amantes en la famosa obra literaria “La Celestina” de Fernando de Rojas, y donde se pueden admirar las vistas por un lado a la catedral y por otro a la ribera del Tormes.
Volvemos hacia la plaza mayor para desandar nuestros pasos hacia el apartamento.
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