ZIMBABUE: La vuelta al Sur de África en 80 días (4) ✏️ Blogs de ZimbabweZimbabue, mucho más que las Cataratas Victoria. Un recorrido por libre alrededor del extremo sur del continente africano.Autor: Globaltrote Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (3 Votos) Índice del Diario: ZIMBABUE: La vuelta al Sur de África en 80 días (4)
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VISADO:
Se puede obtener a la llegada. 30$. Yo lo conseguí en el puesto fronterizo ferroviario. Pague en pulas. Sin problemas. LLEGADA: Por tren desde Botsuana. Lento y con mucho retraso. GUÍA DE VIAJE: Lonely Planet (LP). QUÉ HE VISTO: Zimbabue no es un destino seguro, con una situación política delicada, represiones a opositores, dificultades económicas, pero de gente fascinante. La moneda utilizada es el dolar americano. Los ATM disponen de efectivo. Conviene llevar billetes pequeños, ya que no hay mucho cambio. Bulawayo: Segunda ciudad del país. Chocante contraste de puestos callejeros africanos en una ciudad otrora próspera con arquitectura 'moderna' estilo desarrollista de los años 70. Buen museo de historia natural y proximidad al PN Matopós (paisaje, historia y pinturas rupestres). Recomendable. 2 días. Alojamiento: Travellers Guest House. 45$. Muy bueno, aunque algo caro. Seguro, pero alejado del centro. Excursión al PN Matopós: 110$ Bulawayo - Masvingo. Bus. 9$ Masvingo - Gran Zimbabue. Minibus. 1.5$ De la parada al camping hay una buena caminata. Gran Zimbabue: Restos arqueológicos de mayor entidad del sur de Africa. Imprescindible. 1 día o visita en ruta. Alojamiento: Great Zimbabwe Camp Site. 7$ (camping) Acceso Sitio arqueologico: 15$. Guía: 6$. Gran Zimbabue - Masvingo. Minibus. 1.5$ Masvingo - Chipinge. Bus. 8$ Chipinge - Chimanimani. Bus. 4$ Chimanimani: Antiguo resort de montaña de la época del Apartheid. Excepcional marco natural e impresionante experiencia vital. Alojamiento: Heaven Lodge. 10$. (dormitorio) Excursion a Bridal Veil (cascada). 10$ Excursión a Chimanimani mountains. Acceso: 10$+3$. Guía+transporte: 40$ Chimanimani - Mutare. Minibuses. 7$ Mature: Gran ciudad sin el encanto de Bulawayo pero igual de decadente. excelentes excursiones en las Montañas Bvumba próximas. Alojamiento: Ann Bruce. 15$. (dormitorio) Excursión Bvumba: 50$ Mutare - Bulawayo. Bus 15$ Bulawayo - Vic Falls. Tren nocturno. 12$ (litera). Victoria Falls: Impresionantes cascadas, aún en temporada baja. Las mejores vistas se tienen desde Zimbabue, sin duda. 30$. Alojamiento: Bayete Guest Lodge. 125$. Caro, pretencioso y alejado de todo. A evitar. A veces pagas buscando confort que compense el trote viajado para poder descansar, comunicarte por internet y lo que obtienes es un trato abusivo. Victoria Falls - Frontera. Taxi. 5$. [Editado moderador] Imagenes relacionadas Etapas 1 a 3, total 6
El tren llega a la estación de Bulawayo pasadas las doce de la noche. En la oscuridad de la noche los compañeros de viaje me empiezan a advertir de los peligros de la ciudad, recomendándome no caminar en la oscuridad. La guía también dice lo mismo, por lo que el nivel de paranoia va en aumento. Tal sugestión no parece la mejor tarjeta de visita al nuevo país: Zimbabue.
Tras las formalidades, retomamos la marcha alrededor de las 21h. Todavía quedaban 3h más de viaje que haré dormido. Maldito el momento en que decidí viajar en tren un trayecto que, por carretera, supone escasas 4h. Llegamos a las 24h y paso el control de aduana sin detenerme. A la puerta se acerca un taxista, dice llevarme al confortable albergue que había intentado reservar y del que no tenía respuesta. Inmediatamente se acercan todos los pasajeros que viajaron cerca de mí para evaluarlo. Tras la conformidad de todos a la tarifa, me despido y nos dirigimos al alojamiento, que conoce. La primera imagen de Bulawayo es la de varias torres de refrigeración de la central térmica. Las calles son anchas y apenas hay tráfico, pero el taxista conduce sin respetar los semáforos. ‘A partir de las 24h está permitido saltárselos, me dice, es para evitar atracos’. Seguidamente me pregunta cómo iba a pagar. En dólares, dije. La moneda local esta abolida desde 2008 debido a la superinflación. No, me dice, ¿en un billete de cuánto?. Es que no tengo cambio. Tras visitar dos gasolineras en las que tampoco tenían moneda pequeña, decide repostar 3$ en una tercera. ¿No te importa pagar?, así al final de la carrera sólo me deberás abonar el resto, 3$, me dice. Llegamos ante la puerta del recinto del hotel. Llamamos repetidamente, pero nadie abre la cancela. Enfrente hay un lodge que sí nos recibe. El precio de las habitaciones es de 45$ y no se corresponde con su aspecto. Lo poco que veo con la centelleante luz de un fluorescente defectuoso, me permite regatear hasta 30$. Sin embargo, las alternativas que me ofrece el taxista no parecen mucho mejores. Es tarde, estoy cansado y accedo a quedarme. El baño sí tenía luz, así que pude tomarme una ducha, dejando el jabón en los desconchados de los azulejos. Limpio, puede meterme en la cama más incómoda del viaje, incluyendo la colchoneta de los días de acampada. Paranoico y ante la extrañeza de la situación decido colocar una silla ante la puerta. Tal era la sugestión, que tenía la sensación de estar reviviendo la película Afterhours. Día 41, Bulawayo. Etapas 1 a 3, total 6
Al día siguiente me levanto temprano, con ganas de cambiar de aires. Pago con los pocos dólares que tengo de viajes anteriores, cruzo la calle y, sorpresa, no hay problema en alojarme en el alojamiento recomendado. Demasiado fácil, pensé. Ocupo la habitación desde primera hora y compruebo que en la mesa hay un listado de los cortes de luz programados y los probables. En realidad, la falta de suministro eléctrico supera cualquier previsión. Zimbabue parecía un verdadero caos.
A la luz del día compruebo que el alojamiento está en un área residencial a las afueras de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue. Las calles son anchas y las aceras están jalonadas por jacarandas en flor, cuya sombra resguarda del calor tropical. Hay poco movimiento. La ciudad parece abandonada y las señales oxidadas de un viejo carril bici permanecen sobre el pavimento descuidado, evidenciando su abandono. De repente, tras cruzar una gran avenida, asoman las multitudes y el aspecto es el de una ciudad de trama rectangular. Los comercios cuentan con rejas de arriba a abajo y los edificios parecen decorados de una película de los años 60, pero sin haberse mantenido desde esa fecha. Hace mucho calor y cuesta encontrar algún bar o restaurante donde cobijarse. Ya por la tarde acudo al Museo de Historia Natural, donde recorro las exposiciones que detalla en su libro Javier Reverte, que se encuentra entre variopintas muestras geológicas, animales disecados o terrarios de serpientes venenosas. Debido a la superinflación alcanzada en 2008, desde esa fecha la moneda que se utiliza en Zimbabue es el dólar americano. En los supermercados es habitual que te devuelvan el cambio en Rands (moneda sudafricana) o algunas chucherías y los billetes de menos valor están tan sucios, que apenas se distingue su dibujo. Todo resulta extraño, pero en medio de ese caos el país parece funcionar. Al día siguiente Joseph se pasa por el albergue para llevarme al PN de Matopos, un bonito enclave conocido sobre todo por albergar la tumba de Cecil Rhodes, el controvertido colonizador de estas tierras. Me sorprende la visita a varias cuevas en las que se encuentran dibujos prehistóricos, representando la caza de los animales del entorno. Su conservación es deplorable, pese a contar con el reconocimiento de la Unesco como uno de los Patrimonios de la Humanidad. De regreso a la ciudad, Joseph me deja en la estación de tren, donde quiero comprar un billete a Victoria Falls con antelación. No lo consigo, me dicen que lo compre el mismo día, nunca se vende todo el pasaje. Las furgonetas que se dirigen a Masvingo salen del Max garage, una gasolinera que se encuentra a la entrada de la ciudad. Nada más llegar, un chaval me da una voz y me indica cuál es la próxima en salir. Me aprieto entre el pasaje y el chofer arranca a las 11h. Antes de salir de la ciudad paramos unas cuantas veces. Resulta increíble cuánta gente más cabe en uno de estos vehículos, una vez crees que ya se ha completado. El combi para frente al supermercado Pick and Pay, desde donde salen los minibuses a Gran Zimbabue. Compro provisiones y me monto en el primero que sale. Me deja cerca de la entrada del Hotel por el que se accede al recinto de los restos. De allí hasta la zona de acampada hay unos dos kilómetros que hay que hacer por etapas sorteando diferentes controles. En cada uno de ellos me saludan los guardas con una sonrisa. Soy el único huésped. Al día siguiente me levanto con el sol y desayuno ante la mirada de unos monos que esperan los restos. A las 6h estoy en la puerta del recinto. Phillippe se ofrece como guía y recorremos las ruinas en tres horas. Es bastante simpático y me enseña algunos rudimentos de shona, la lengua de una de las dos etnias del país. Las ruinas del Gran Zimbabue son la segunda mayor construcción del hombre en África y, en los primeros tiempos desde su descubrimiento, se dudó que fuese realizada por cultura africana alguna, atribuyéndosele un origen misterioso antes que negro, me cuenta Phillippe. Son las 9h y tengo todo el día por delante. Por un momento pienso en marchar al próximo destino, pero decido quedarme y tomármelo con tranquilidad. Hace mucho calor y voy al bar del hotel a tomarme una cerveza. Tienen wifi y puedo ponerme al día, enterándome de los ataques terroristas en París. Allí también ha llegado el caos. Es curioso, las comunicaciones hacen que el mundo sea más pequeño, de manera que puedes ver los resúmenes de la liga española en una pequeña ciudad de Zimbabue, pero la actualidad de estos países apenas tiene repercusión en los medios europeos. Como si las noticias del primer mundo viajasen en avión y las del tercer mundo por una carretera de montaña. Día 43, Masvingo. Etapas 1 a 3, total 6
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