Esta interesante ciudad situada en el corazón del Val D'Orcia, cerca de Siena, en Toscana, es considerada la encarnación de la utopía renacentista de la “Ciudad Ideal”. Obtenido el reconocimiento como lugar Unesco en 1996, sigue siendo un ejemplo llegado hasta nuestros días de los cánones urbanísticos del Renacimiento en cuanto a la organización racional del espacio y a la perspectiva de las plazas y los palacios del siglo XVI.
Pienza es la "ciudad de Pío", el Papa Piccolomini que en el siglo XV decide de hacer de este pequeña aldea un ejemplo de ciudad renacentista.
El Papa encargó el proyecto a Rossellino, famoso arquitecto del periodo que gastando lo inimaginable creó una joya arquitectónica bellísima en medio de la nada.
La ciudad es atravesada por e
l Corso Rossellino, que va desde la Porta Prato hasta la oriental Porta al Ciglio, dejando a los lados la iglesia de San Francesco (S.XIII, gótica), la Piazza Pio II, el Palazzo Ammannati, el Palacio del Obispo con el Museo Diocesano y numerosas tiendas donde el producto estrella es el queso Pecorino.
La
Piazza Pio II -con diseño trapezoidal- fue tratada de forma que se resaltase la
catedral de Santa María Assunta, cuya petición expresa del Papa llevo a Rosselino a diseñarla con tres niveles de igual altura y amplios ventanales para como solicitaba “no fuese una casa de piedra, sino de cristal”. De esta manera la luminosidad del interior es loable, si bien ha producido con los años que se hayan abierto grietas en los muros de sustentación. Las capillas del interior de la iglesia guardan polípticos de la escuela gótica de Siena.
Frente a la catedral que simboliza el poder eterno, está el edificio del poder temporal, el
Palazzo Pubblico, que hace aumentar la sensación de tamaño de la plaza gracias a la planta baja porticada. Aquí encontraremos la sede de la oficina de turismo de Pienza.
Acompañando al conjunto se suma el pozo, obra también de Rossellino en 1462, y el
Palazzo Piccolomini, edificio de estilo florentino, con arcos de medio punto y columnas corintias, y que exhibe la sala de armas y una importante biblioteca. En la parte sur del palacio hay un jardín con unas vistas inmejorables del Valle de Orcia.
Encontrándose fuera de las principales vias de comunicación Pienza perdió importancia y fue despoblándose poco a poco coincidiendo con el proceso de la industrialización italiana y dejando espacio a los pastores Sardos que en los años 60 compraron muchas de sus tierras y empezaron a producir el
famoso queso Pecorino.
Hoy en día Pienza a vuelto a estar en boga como destino en la Toscana.
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