La semana pasada visitamos Frigiliana y nos alojamos una noche en la Hospedería El Caravansar, en la parte nueva del pueblo, pero muy cerquita de la Plaza de las Tres Culturas, donde se puede decir que comienza el casco antiguo. Lugar acogedor, la habitación un poco justa de tamaño, pero suficiente para una noche. Esta parte del pueblo tiene la ventaja de que es más fácil aparcar. Almorzamos en el Restaurante Las Chinas. Nos gustó especialmente su salsa pil pil, que tomamos con gambas.
El pueblo es uno de los integrados en la Asociación de los más bonitos de España y en esta ocasión le hace honor con creces. ¡Qué bonito! Lo mejor es acudir a la Oficina de Turismo para que te den un plano y te digan cómo hacer el recorrido para no saltarse nada. En realidad, se sube por una calle y se baja por otra, haciendo un recorrido circular, pero hay multitud de preciosos recovecos por los que meterse y hacer fotos. Sobre las cuatro de la tarde, tuve la suerte de estar prácticamente sola en el pueblo, con lo cual hice fotos fantásticas sin nadie. Y eso no es fácil. Sobre todo por las mañanas, cuando acuden los autobuses con excursiones y las calles se llenan de gente. En otros sitios, no importa tanto, pero aquí es oro puro tener las calles blancas en solitario. Si podéis, mucho mejor por la tarde.
Hicimos una pequeña ruta de senderismo, por el río Higueron y los altos del Chillar. Seguimos la ruta por el cauce casi seco del río, aunque pudimos incluso ver una pequeña cascada en una zona de escaleras donde todavía caía el agua. Sin embargo, no pudimos completar la ruta circular por las lomas, ya que nos encontramos con una puerta metálica con cerrojos que cortaba el paso a lo que parecía una pequeña urbanización de chalets. Sin pasar por allí, no podíamos alcanzar el sendero de las lomas, así que volvimos al cauce del río y subimos por una pista asfaltada hasta las afueras del pueblo. Una faena. Por lo demás, bien. Además había mucha sombra, lo que se agradecía dado el sol y el calor. Eso sí, cuesta para bajar y cuesta para subir. ¡Y qué cuestas!
Por la noche, nueva sesión de fotos en el pueblo y al día siguiente subimos hasta las ruinas del Castillo de Lizar en el coche, puesto que ya nos íbamos. La carretera es muy estrecha, empinada y con muchas curvas, pero termina en un aparcamiento y desde allí se puede iniciar la ruta de senderismo hacia El Fuerte, desde donde se tienen unas vistas extraordinarias. Sin embargo, ya no teníamos tiempo ni ganas de darnos la paliza de subir varios cientos de metros. En otra ocasión.
Salimos por la carretera interior que lleva a Torrox, que presenta una vistas espectaculares de la sierra, incluido un fantástico mirador a la salida de Frigiliana, sobre el propio pueblo.
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