La ciudad de Jaisalmer fue la primera que visité en mi recorrido por Rajastán, y me encantó, claro. La primera visión que tuve fue desde la terraza del hotel The Gulaal, observando el fuerte, observación que hice todas las mañanas durante el desayuno y al atardecer. Impresiona su ubicación, en lo alto de una colina, y el aspecto de fortificación, con una muralla de varios metros de altura que rodea por completo el fuerte, con hasta 99 bastiones.
Debido al horario de llegada a Jaisalmer, entre ir al hotel y comer, la única visita que pude hacer esa tarde es las del cenotafio de Bada Bagh, situado unos km al norte de la ciudad. Se trata de una serie de monumentos conmemorativos de la realeza fundadora de Jaisalmer. Destaca la decoración exterior de cada monumento y las esculturas talladas. Por la tarde adquiere una bonita tonalidad anaranjada, y de hecho había bastante gente observando el atardecer por allí. El precio de la entrada es de 300 INR.
Al día siguiente empecé el recorrido por la ciudad a las 9 de la mañana, con una visita guiada. Lo primero de todo el fuerte. Tomamos un tuk tuk (100 INR) para subir por la calle en cuesta atravesando las diferentes puertas monumentales. Una vez en el interior, el primer lugar al que entramos fue el templo hinduista Laxminath ji. Construido a finales del siglo XV, está dedicado a Vishnu y a Lakshmi, que es su esposa. Lakshmi es la diosa de la fortuna, la riqueza, la felicidad, la belleza, etc...
Otra cosa que me llamó la atención fue que en la fachada de todas aquellas casas donde vive una pareja que se ha casado, hay un dibujo de Ganesh con la fecha de la boda. Vimos bastantes dentro del fuerte.
El fuerte, que fue construido a finales del siglo XII, alberga todavía población. Según el guía, unas 3000 personas. Por otra parte, a mí lo que me pareció es que cada vez es más turístico, y es raro no encontrarse con una casa detrás de otra que no sea un alojamiento, una tienda de souvenirs o un restaurante.
La siguiente visita fue la de los templos jainistas. Son 7 en total, de arenisca y mármol, comunicados entre sí por pasillos y escaleras. La entrada cuesta 250 INR y al menos que yo sepa vi Parsvanath y Chandraprab, pero pudieron ser más teniendo en cuenta dicha comunicación. La decoración y el trabajo de tallado de columnas, cúpulas, fachada, así como las esculturas, es realmente magnífico. No recuerdo haber visto nada así.
El palacio de Maharawal sólo lo vimos por fuera, ya que el guía dijo que iba a ver palacios más interesantes en otras ciudades, así que la siguiente parada fue en el hotel Gahr Jaisal Haveli. Su terraza ofrece no sólo una panorámica completa de la ciudad existente fuera del fuerte, sino que también permite contemplar parte de la muralla, bastiones y edificios del fuerte. Aproveché para un breve descanso y tomar un té (80 INR).
Después de esto fuimos atravesando a pie las puertas monumentales del fuerte hasta salir, e iniciar un callejeo por la ciudad. En breve empecé a ver las primeras vacas. La pena es que las puedes ver comiendo cualquier cosa, hasta basura, cartones, y suelen estar bastante desnutridas. No coló la compra de un libro en una tienda (una de esas paradas para comprar), pero al final sí que piqué en la haveli Nathmal ki. Fue construida en el siglo XIX y destaca la decoración exterior. En el interior, si bien es cierto que en la primera planta te enseñan unas pinturas originales de pared y techo, se ve el percal ya que todo es una tienda.
La siguiente haveli que vi fue la de Patwon ki. Ésta es sin duda la más interesante. Se trata en realidad de 5 havelis conectadas en su interior, aunque mantienen entradas independientes en el exterior. Estas havelis son edificios de 4 plantas y una azotea, desde la que se puede ver, como no, el fuerte de Jaisalmer. Yo visité la última, según el guía la más interesante por ser la única en encontrarse en estado original
La entrada, si no recuerdo mal, fueron 200 INR.
Lo verdaderamente interesante no obstante es la decoración por fuera de la fachada, cornisas, balcones. Dentro, en las diferentes plantas, el mantenimiento no es el mejor, aunque todavía se pueden ver algunas salas con pinturas, columnas y paredes talladas, balcones, etc... De lo que sí que hay bastante es de palomas. El edificio es como un palomar.
De ahí, cogimos otro tuk tuk (100 INR) para ir hasta el lago artificial Gadisar. Todo un paseo sentado detrás con las piernas colgando fuera y circulando entre motos, tuk tuks y vacas.
El lago Gadisar fue construido en el siglo XIV y era la única reserva de agua de la ciudad. La familia real se reunía aquí para asistir a los temporales monzónicos sobre las aguas del lago. Destaca la puerta de entrada, Tilon ki Pol, y los ghats y pabellones con cúpulas que hay en las orillas. El lugar es bastante fotogénico, también punto de reunión para ver el atardecer, y de parejitas de novios haciéndose fotos profesionales.
La última visita que hice fue la del palacio Mandir, cuyo precio de la entrada es de 160 INR más 30 INR para hacer fotos. La construcción de este palacio fue iniciada en el siglo XVIII por uno de los gobernantes de la dinastía Singh y se extendió hasta el siglo XX. El palacio es una mezcla de arquitectura rajastaní e islámica y nuevamente lo más interesante es el trabajo decorativo de fachadas, puertas, balcones, cornisas. El palacio es actualmente un hotel y lo que se puede ver con la entrada que se adquiere son dos edificios: uno en el que se ve la decoración, mobiliario y fotografías del antiguo palacio de la familia real, y otro en el que se puede ver una colección de objetos cotidianos, como utensilios de cocina, la silla de plata, trajes, armas, radios, etc... Otra cosa que destaca, la que más quizás, que se observa desde el exterior, es su torre Badal Vilas, que es la torre más alta por debajo del fuerte.
Justo enfrente de donde comí, el restaurante The Golden Fort, se encuentra la tercera de las havelis interesantes de la ciudad, la de Salim Singh ki. Se puede ver el interior también, previo pago de entrada, pero yo me conformé con ver de nuevo la decoración de la fachada.
Con esto di por finalizada la visita de la ciudad dorada. Quizás podía haber ido al sunset point o a Lodurva para ver más templos jainistas, pero consideré que con estas visitas era suficiente. La excursión al desierto del Thar no la hice, ya que por lo leído no me pareció el más interesante de los desiertos, y ya he estado en algunos.
Saludos.