Si alguien esté interesado visitar la península de Samanà dejo esta ruta.
No comprende todo los detalles (serviría un libro para detallar todo) pero por dudas o informaciones mas precisas para llegar a una determinada playa o sitio puedo explicar según el caso.
No soy guía turística ni nada por ese estilo, ni promociono negocios, hoteles o excursiones.
Solo os digo de tener cuidado con los que se ofrecen como guías.
Primero porque al 99% no se necesita a ninguno. Basta preguntar a la gente del lugar que es amabilísima.
Segundo porque muchas son e**(AutoEdit)**a.
Por alojamiento podéis consultar este link que es el más completo sobra el lugar.
www.samana.net/2-es.html
Basta elegir y llamar. No voy a dar preferencias de hoteles. Cada uno elige según su gusto y disponibilidad.
Por el todoterreno si es como por 7 días o mas se encuentran varios Daihatsu Terios o Suzuki Jimmy por 45$ al día.
Cuando telefonías os recomiendo preguntar sobre la parte de seguro que no esta cubierta por daňos provocados. Normalmente no es menos de 300 euros. Siempre en el desgraciado caso que pase algo.
No voy a dar teléfonos primero porque tengo mi carro allá y no necesito alquilarlo. Segundo porque arriesgo una mala figura por unos desconocidos.
Solo me interesa que haya mas gente que viaje por librea la isla.
Los que lo prueban nunca mas vuelven a cerrarse en un resort.
Aquí va el relato. Cuidado que es largo.
Samanà lejos de los resortes.
No conozco en RD sitio mas lindo y con tanta variedad que la península de Samanà, con su naturaleza desbordante y sus pueblos tan lejanos del caos capitalino
Fue en el 94 la primera vez que fui a visitar la zona y desde ese día no puedo dejar volver cada vez que vuelva al País.
Hace casi 16 años no existía una ruta decente por los que llegaban del Sur. La autopista Duarte era dos carriles que en algunos puntos se ampliaba y en mas puntos trabajadores quemados por el sol y la fatiga robaban a esa tierra verde un pedazo de progreso color asfalto.
Esa carretera tan transitada y tan estrecha parecía la San Vicente en un día de trabajo.
Los tramos de carretera en construcción no eran anunciados de señales como se hace hoy “Peligro. Hombre trabajando” sino de un inmenso letrero con la foto de un viejo afectado por la vista: “Solo Balaguer puede hacerlo” decían. Al ver la imagen del viejo Presidente ya se sabía que se iba a formar un tapón.
El no tenía el mismo problema. La primera vez que fui en Capital, al encontrarme con varias esquinas presidiadas por la PN y todo el transito paralizado, pensé que había un atraco de un banco en curso o alguna marcha protesta. Solo era el Presidente que salía de su casa. De paseo o por asuntos de Estado.
Ya las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ahora paralizan los cruces por un cualquier funcionario o su querida probando la yipeta nueva.
Pero esta es otra historia…
Al lado de la carretera, como en un supermercado, se podía comprar de todo. Desde el dulce de leche a las almendras, desde el perrito símil- chow chow a la leche de coco.
La gente no pasaba horas manejando con la oreja pegada al móvil. Eran los tiempos de los beeper y de los falsos celulares agarrados a la correa de los pantalones con sus vainas.
Esa carretera no era lugar por tener problemas mecánicos. Encontrar un verdadero teléfono a veces era un verdadero lío.
Llegados a San Francisco se podía apreciar una verdadera revolución arquitectónica con casa de mas niveles en estilo europeo (aunque los malpensados decían que esas construcciones olían a droga).
Saliendo de San Francisco, ya en las afueras hacia Nagua, se encuentra lo que por mi es el mejor pollo a la plancha del País (y del numero de personas que se paran allá a comer no solo para mi).
El paisaje no es muy atractivo realmente; dominan los campos de arroz entre una sutil línea de asfalto.
La alternativa, si se prefería ver más árboles y pueblos, es pasar desde Piedra Blanca a través de Cotuí y Pimentel (si no se había derrumbado el puente. Algo muy frecuente).
Desde Puerto Plata la carretera del Norte era mucho más sencilla de recorrer y, abandonada Sosua, se abría en los meses de invierno un espectáculo único de flamboyán floreciendo a los dos lados de la pista.
En ese entonces no tener un radio por cinta audio en el carro quería decir no escuchar música. No había emisoras en Samana. Muy estridente el contraste con la Capital donde se recibía la señal de una emisora diferente a cada esquina.
Pero Samana era otro mundo. Tal vez olvidado por el progreso pero muy querido por la naturaleza.
Casi un calvario por llegar. Pero era llegar al Paraíso.
Cuando comencé a ver cada dos o tres kilómetros gente que vendía carburantes en lata de plástico frente a sus casas de madera realicé que ni siquiera la Shell había llegado al paraíso. Amen por la luz. Muy pocos eran los pequeños hoteles con planta y cuando había planta normalmente no había gasolina.
Pero los extranjeros y los dominicanos adinerados iban al Gran Bahía y a Cayo Levantado. Eso no preocupaba la mayoría de los turistas.
La oferta turística ayer como hoy era limitada a los pueblo de las Terrenas y a Santa Bárbara (algo en Las Galeras también). Mil veces más caótica la primera, muy tranquila la Capital de la Provincia
La zona se ha quedado muy diferente que otros sitios de elevada explotación turística. Todos los pequeños hoteles son construidos mas allá de la pista, en el lado que la separa de las playas.
Se ha preservado así el arenal y el contorno de palmas, almendras y uva de playa que hace de marco a esa maravilla de la naturaleza.
Otro País parece Punta Cana.
Ya hoy el traslado es algo para principiantes.
Cerca del peaje de Las Américas se entra a la carretera privada (650 pesos por ida y vuelta repartidos en tres estaciones de pago) Juan Pablo II. En una hora y media se llega al cruce entre Sánchez y Nagua. Un bosque de palmas largo kilómetros y las tierras altas (el parque de los Haitises) hacen mas lleve el cobro del peaje.
En 40 minutos mas se llega a la puerta de Samanà; Sánchez. Vale la pena hacer una parada aunque solo para informarse al puerto sobre las salidas por Los Haitises. Un conjunto de cuevas tainas, cayos cubiertos de vegetación que parecen caídos en mar del cielo, manglares y pájaros de todos las formas y colores. Mejor llevarse algo para protegerse de las lluvias que suelen ser muy frecuentes.
Desde Sánchez, poco después la bomba de gasolina (mejor llenar el tanque) se pueden hacer dos diferentes recorridos: Rumbo a Las terrenas o seguir directos hacia Santa Bárbara.
La loma que separa Sánchez y Las Terrenas requiere mucha paciencia y un carro con una buena tracción.
Desde arriba se puede contemplar la bahía casi siempre envuelta en la niebla. Un verde oscuro de las palmas que dominan las tierras y el azul claro del mar esfumado del vapor aqueo. Casi una visión irreal, como en un sueno de niño.
En el punto más alto de la loma, en un sitio que le dicen el Mirador parece que la costa se parta en dos. En el lado izquierdo las aguas que bañan Cosón y del otro la zona de El Limón.
Luego la estrecha carretera comienza a bajar hasta llegar al sobrepoblados pueblo de Las Terrenas.
A una primera mirada parece que todos anden con una prisa loca. Casi peor que los motoristas de San Pedro. Un pueblo muy vivo (con muchos vivos también) que se ha desarrollado aparentemente sin ninguna regla urbanística con la llegada del turismo en los años 80.
Mucho mas tranquilo últimamente. Los albergadores dicen que algunos “intercambios de disparos” entre PN y supuestos delincuentes han mejorado la situación.
Por cierto después las 9 de la noche muy poca gente en la calle y muchos locales cerrados. Impresionante el cambio respecto a los primeros de los 90.
Por quien no quiera estar entre muchos extranjeros (mayoría franceses) que viven en el pueblo, a 20 minutos, después el aeropuerto de El Portillo, se encuentra el pueblo de El Limón. Un paraíso por los niños que a la salida de la escuela se encuentran todos al río o hasta mas en la piscina recavada cerrando las aguas claras del Arroyo. Los mas grandecitos y las niñas ya no mas inocentes se encuentran el car wash casi en frente.
Por la noche y todos los fines de semana todos los habitantes del pueblo se juntan en esa área.
No faltan las playas hermosas a pocos minutos del pueblo.
Entre ellas muy conocida es la misma playa del Limón con su cayo, y Barbacoa. Los turistas resorteros siguen cerrado en el hotel frente al aeropuerto convencidos que afuera los atracadores están ahí esperándolos. Continuando hacia Agua Sabrosa se encuentran las playas más bellas. Moron, Sin Norte y Las Canas. Algo fácil es llegar al Moron, mas complicado para Sin Norte y con buenos zapatos a esa maravilla de playón que es Las Canas.
Pasar dentro esos caminos de piedras y tierras en Junio es algo fantástico. Las matas de mango ( que parece nadie recoge) proyectan con sus hojas verde oscuro todo el camino. Y si no son mangos son palmas reales, matas de café, plátano, cacao y mil variedades mas de árboles.
De vez en cuando se encuentra un campesino montado a caballo. Con sus sacos de tela llenos de la cosecha del día saludan y se detienen por hablar como si fueras uno de su familia.
Estas personas de orígenes humilde y vida sencilla parecen venir de otro planeta respeto a un tigre de las zonas turísticas o a un capitaleňo.
La nobleza de esta gente no esta solo en su andan montados encima a su socio de trabajo. Está en las palabras, en la filosofía de vida. En los gestos y en el profundo conocimiento de ese mundo donde hombre y naturaleza viven en simbiosis. Un rincón de mundo donde la vida es simple y las palabras verdaderas.
Aunque no me encuentre muy conforme en alojarme en Las Terrenas no se puede negar que la oferta de pequeños hoteles es inmensa. Por 30 $ se puede dormir decentemente y encontrar desayuno por la mañana. Si se prefiere algo más lujoso o pasar gran parte del día dentro del hotel tampoco faltan las ocasiones aunque generalmente los hoteles son mucho más espartanos que en el Este. Cerca del pueblo playas como Punta Popi, Las Ballenas (por sus cayos con esa forma lejos algunas millas casi frente a la playa), Bonita y Coson son fáciles de visitar.
Incluso Las Terrenas representa un punto de donde partir por llegar a las zonas más bellas de la península y hasta a mi personal elección de paraíso en Dominicana que lleva el nombre de Rió San Juan.
A través de la carretera del Limos se llega a Santa Bárbara. Hace 8 anos un camino de piedras que se ha convertido en una de las más lindas carreteras del País.
Pocos kilómetros después el pueblo del Limón muchas paradas anuncian la cercanía de la cascada con el mismo nombre del pueblo. Una de las más hermosas del País. Segunda solo al salto de Agua Blanca en Constanza.
Lastima que casi siempre este invadida por turistas resorteros llevados allá en guaguas gigantes desde todos los rincones de la isla.
Llegar a la cascada en caballo desde una parada cuesta entre 400 y 600 pesos almuerzo incluido.
Los que conducen los caballos son normalmente gente del pueblo que no son pagados por los propietarios de las paradas. Viven de las propinas que el turista le da. Es mejor no olvidar este detalle.
La alternativa es tener buenos zapatos de tracking y seguir la pista de los caballos. Eso sale gratis y no es cosa para niños.
En poco mas de media hora siguiendo la pista se llega a la Capital de la región.
Una bajada abre la vista a una bahía estupenda atravesada por un puente que une pequeños cayos cubiertos de matas. Motos con montado por atrás un carrito con asientos por pasajeros son una particularidad del lugar.
En Febrero se puede asistir al más lindo espectáculo que la naturaleza ha regalado a la bahía.
Las ballenas jorobadas son algo de ver al menos una vez en la vida.
Al Embarque marítimo, encima a las escaleras frente a la bahía se puede conseguir el ticket por una vuelta encima a embarcaciones de dos niveles pasajeros. Vivamente recomendado ubicarse en el nivel de arriba.
Dejada la bahía la carretera sube. Al lado derecho árboles seculares de caoba proyectan su sombra encima el asfalto y mitigan el calor(nunca oprimente) a los grupos de personas que a menudo se encuentran tranquilamente sentados bajo esas cabelleras.
Terminado el tramo de subida más duro se tienen dos opciones. Seguir derechos hacia Las galeras o tomar la izquierda hacia El Valle.
El Valle en realidad es un pequeño pueblo (o un campo como es mejor definirlo). El desvío comienza con una calle sin asfalto y termina en una playa que es algo dibujado por los ángeles.
En el medio la cascada Lulù alcanzable con 15 minutos de camino siguiendo el río entre árboles de palma, plátano y bambú de 30 metros. Sombra todo el tiempo porque ni el sol mas fuerte consigue perforar esa cubierta verde que cubre el cielo. No se que será del sitio cuando vayan a terminar la presa en construcción casi frente al pueblo.
Al regreso, después 50 metros, se encuentra un río de cruzar con un todoterreno en dos puntos. El fondo está bastante duro para que el carro no se quede allá mismo pero no es para carros normales.
Dentro 15-20 minutos se llega a la playa y si uno tiene hambre ahí mismo puede comer pescado bien barato.
Sin entrar por el Valle la carretera sigue hacia Las galeras. Pocos kilómetros antes de llegar al pueblo un desvío a la izquierda lleva a la playa que muchos dominicanos consideran la mejor del País. Rincón. El camino no es muy confortable pero hasta un carrito normal consigue arrancar hasta la playa cerrada por una enorme cuenca con un río clarísimo (río frío) al final izquierdo. Una lomita con encima un restaurante la separa del lado derecho que tiene más abundancia de arena respeto a la playa mas grande. El entorno es palmas de coco hasta donde la vista pueda llegar.
A la vuelta se puede llegar hasta el pueblo de Las Galeras y, si se sobrevive a los asaltos de los que te quieran vender pescaditos al precio de langosta, se puede regatear con el propietario de una lancha para que te lleve al Frontón. Esta playa solo se puede alcanzar vía mar o con dos horas de camino desde Boca del Diablo. La primera opción cuesta dinero, la segunda fatiga y sudor.
Incluso con la lancha se pueden saborear mejor los contornos del litoral comenzando por playa Madama.
Describir todo lo que hay de ver en esa zona seria mucho mas largo que este post. Además cualquiera, con algo de buena voluntad puede descubrir sitios desconocidos a la mayoría come hice yo durante estos años. La gente del lugar (especialmente los que viven en los pueblos sin estructuras turísticas) son sumamente amigables y no es posible perderse siguiendo una falsa pista.
Incluso pasar unos días en esos lugares es medicina para el alma.
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