Ya de vuelta de nuestra breve e intensa visita a la isla sur! Mi hermano y su novia vinieron de visita un par de semanas y decidimos pasar gran parte de ese tiempo en la isla sur. Siendo grandes fans de LOTR, una de las motivaciones era ir buscando localizaciones de las pelis, y precisamente por eso pasaron sus dos últimos días en la isla norte, visitando Hobbiton y Rotorua. En lugar de hacer un (otro) diario os pongo aquí algunos comentarios que creo que pueden ser útiles a futuros viajeros:
- Llegamos a Queenstown el 25 de diciembre y salimos de Christchurch el 2 de enero. En total, 9 días visitando Queenstown, Wanaka, Milford, Catlins, Monte Cook, y los lagos Pukaki y Tekapo.
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25 diciembre. 25 y 26 de diciembre son festivos, pero sólo el 25 se nota de verdad. Si hay un sitio en todo el país donde puede haber cosas abiertas el 25 de diciembre, es Queenstown. La mayor parte de los restaurantes y puntos de información estaban cerrados, y todas las tiendas también. Sólo había unos pocos sitios para comer que estuvieran abiertos (Fergburger estaba cerrado!) y la mayoría cobra un 15-20% de suplemento por ser
public holiday. La única opción para evitarlo es comer en algún takeaway o similar, sin servicio de camareros. Hacía muy buen día, mucho calor, y vimos muchísima gente en la “playa” del lago Wakatipu. Como no había mucho que hacer en Queenstown, nos fuimos a pasar la tarde a Wanaka. Hacía muchísimo calor, y mi hermano hasta se atrevió a darse un baño (estaba fría de narices). La diferencia entre Queenstown y Wanaka es enorme: mientras Queenstown recibe mucho turismo extranjero, con gran porcentaje de gente joven/backpackers buscando juerga y adrenalina, Wanaka tiene un ambiente mucho más familiar, con turismo local y muchos niños. Wanaka ha crecido muchísimo en los últimos años, nosotros hemos notado una diferencia abismal de cómo era hace 7 años cuando la vimos por primera vez a cómo la hemos visto este año. La gente que vive allí desde hace tiempo está un poco preocupada por si aquello se convierte en el “nuevo Queenstown”. En fin, dimos un paseo, nos tomamos un maravilloso helado de Patagonia, y volvimos a Queenstown por la Crown Range Road pasando por Bradrona y el hotel de Cardrona. Una buena toma de contacto para el primer día.
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26 diciembre. También es festivo, pero “menos”. Otro día soleado y de mucho calor. Nuestro plan era hacer la excursión de los
funyaks en Dart River (Glenorchy) ese día, pero no quedaban plazas hasta el día siguiente así que teníamos el día libre para hacer compras por la ciudad. Nos comimos una buena fergburger sentados en el césped junto al lago (después de esperar unos 30 minutos de cola más otros casi 45 minutos hasta que nos las hicieron… sinceramente, están buenas pero no sé si merece la pena la espera!). Mi hermano y su novia pensaron que el jetboating que harían al día siguiente en el Dart River no iba a ser tan adrenalínico como el Shotover (y tenían razón) así que se animaron a hacer también este último. Nosotros ya lo habíamos hecho hace años así que nos quedamos de fotógrafos desde el puente. Mi hermano también se animó a hacer el bungy que hay donde la góndola (
ledge bungy, lo llaman), porque quería hacer el del columpio del río Nevis pero no había plaza hasta el día 31. Dice que perdió 20 años de vida pero que volvería a saltar desde uno más alto mañana mismo…
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27 diciembre. Habíamos elegido la opción de self drive así que fuimos con nuestro propio coche hasta Glenorchy. Tenía muchas ganas de visitar esta zona, porque en anteriores viajes nunca habíamos tenido tiempo y sabía que era especialmente bonita. Lo de hacer el tour fue un poco capricho, realmente no es necesario para poder admirar el sitio, pero la experiencia es muy chula. Teníamos que estar allí poco antes de las 11, pero fuimos con tiempo para llegar conduciendo al puente sobre el río Dart desde donde se tienen las mejores vistas de Isengard. Luego pasaríamos por debajo con la lancha, pero la estampa desde el puente hace que merezca la pena acercarse. Al hacer el check-in para los funyaks comentamos que la web no nos había dejado usar el código de descuento del 10% de la revista Arrival, y nos dijeron que en Navidad normalmente no hacen descuentos, pero como la revista no especificaba nada nos devolverían el dinero de todas formas, así un 10 para ellos en ese sentido. La excursión en sí está bien, te dan todo el material (neopreno, forro polar, chubasquero, escarpines), y primero hay como 45 minutos de jetboating río arriba, luego te montan de dos en dos en unas canoas hinchables para bajar por el río, te meten por una especie de cañón con agua de color turquesa precioso (lo que sale en todas las fotos promocionales), te dan de comer en medio de la nada, y luego haces el último trayecto de vuelta a Glenorchy en un bus 4x4. Te proporcionan crema solar y antimosquitos, porque no os imagináis la cantidad de sandflies que había. También te dan una bolsa estanca para que metas tus cosas. Los paisajes son una pasada, y eso que el día estaba medio nublado (aunque por otra parte mejor, porque con un sol de justicia nos hubiéramos achicharrado). Nos gustó mucho, pero en mi opinión se pasan un poco con la cantidad de gente que llevan. Entiendo que es Navidad y quieren maximizar el beneficio, pero éramos demasiados, y a la hora de entrar en el cañón turquesa, por ejemplo, aquello parecía una romería, todos chocándonos con los kayaks porque sencillamente no había sitio para tanta gente (y eso que hicieron dos grupos para entrar). Debíamos ir unos 20 kayaks en total. Normalmente tienen una salida al día, pero en Navidad tienen hasta 3. Creo que la excursión merece la pena, pero no en Navidad. A eso de las 5:30 estábamos de vuelta en Glenorchy y directamente pusimos rumbo a Te Anau, donde pasábamos la noche.
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28 diciembre. Para este día teníamos reservado un crucero por Milford Sound con Mitre Peak, cogido con antelación en bookme.co.nz con un buen descuento. Elegimos Mitre por tener barcos pequeños con menos gente, y nos gustó mucho la experiencia. Tuvimos suerte y nos hizo un día de postal. Milford es una de las espinitas que yo tenía clavadas de nuestro anterior viaje, porque no pudimos ver nada de cómo llovía. El paseo en barco (2 horas) es muy agradable, y vimos focas pero no pingüinos ni delfines. Había habido varios días seguidos de mucho sol y cero lluvia, y las cascadas estaban más secas de lo habitual. Dicen que Milford es realmente espectacular después de llover, porque aparecen cascadas por todas partes, pero yo me alegré mucho de verlo con sol radiante después de mi última experiencia. En la Milford Road hicimos luego varias paradas: The Chasm (parada cortita, interesante), Falls Creek (muy rápida, con una impresionante piscina natural de un color precioso donde te puedes bañar si eres particularmente valiente), Monkey Creek (bonito pero no vimos keas), Hollyford Valley Lookout o Pop’s View (vistas impresionantes), caminata hasta Marian Falls (en el Lake Marian track, pero son sólo unos 10 minutos desde el parking; no me impresionaron mucho), subida al Key Summit (sale desde The Divide, ida y vuelta en poco más de dos horas, merece la pena el esfuerzo), Mirror Lakes (tampoco me impresionaron mucho), Eglinton Valley (rápida y espectacular) y Lake Gunn Nature Walk (un último intento de ver algún kea pero no hubo suerte). Un día muy completito. Dormimos en Te Anau.
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29 diciembre. Ese día teníamos que llegar a dormir a Papatowai, en los Catlins. Hicimos varias visitas por el camino: Fortrose (la marea estaba alta así que no vimos los restos del barco hundido, pero nos acercamos a los acantilados que son espectaculares), Waipapa Point (el faro es muy fotogénico y vimos algún león marino en la playa), Slope Point (un paseo agradable hasta llegar al famoso cartel que indica Polo Sur), Curio Bay (donde decidimos esperar un poco para ver si veíamos algún pingüino saliendo del agua, y tuvimos suerte), Porpoise Bay (junto a la anterior, había muchísima gente bañándose, no vimos delfines), y McLean Falls (un paseo cortito por un bosque húmedo, y una cascada muy fotogénica). Nos hizo un día espléndido, con sol y calor, y menos viento del que hay normalmente en esa zona, a juzgar por los árboles torcidos que vimos por el camino. Tuvimos que renunciar a Cathedral Caves, aunque yo tenía muchas ganas de visitarlas, porque no nos cuadraba el horario de la marea baja.
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30 diciembre. Otro día de mucho calor, aunque algo más nublado. Teníamos que llegar a Oamaru a dormir. Por el camino paramos en Purakaunui Falls (otra cascada, pero estaba un poco seca), Cannibal Bay (por recomendación de nuestro anfitrión de la noche anterior, nos acercamos a Cannibal Bay para cruzar desde allí a Surat Bay, en lugar de ir directos a Surat Bay; Cannibal Bay es más pequeñita y más resguardada, ideal para bañarse o hacer surf, y vimos algún león marino nadando junto a la orilla), Surat Bay (unos 10 minutos andando desde Cannibal Bay; esta playa es enorme y muy salvaje, suele tener leones marinos descansando en la arena, nosotros vimos 3 nada más cruzar desde Cannibal Bay), Nugget Point (otro faro, más espectacular que Waipapa para mi gusto, con unas vistas preciosas y que suele ser imagen de postal de los anuncios de los Catlins) y Roaring Bay (con un mirador para observar pingüinos, pero era pronto y no vimos ninguno). Comimos en Kaka Point y ya desde allí fuimos del tirón hasta Tunnel Beach, junto a Dunedin, pero decidimos no hacer el paseo porque se había nublado bastante. El plan inicial era llegar a Oamaru para ver a los pingüinos azules volviendo a los nidos a eso de las 9 de la noche, pero la entrada nos parecía bastante cara ($35) y decidimos saltárnoslo. En su lugar fuimos a Moeraki, allí hay un antiguo faro y una colonia de pingüinos de ojos amarillos que se ven desde lo alto del acantilado. Había poca gente, yo creo que este sitio es menos conocido. Vimos varios pingüinos salir del agua y subir hasta sus nidos. Había también montones de focas. Merece la pena acercarse. Antes de llegar a Oamaru nos acercamos también a ver los Moeraki Boulders, pero empezó a chispear y aguantamos poco.
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31 diciembre. A primera hora dimos una vuelta por Oamaru (muy pintoresca, la verdad). Desde allí teníamos que llegar a dormir a Twizel, pero pasando antes por el Monte Cook. Por el camino paramos a ver las Elephants Rocks y las pinturas “rupestres” maoríes, pero ambas son prescindibles. Comimos en Twizel y pusimos rumbo al Monte Cook después. Había salido el sol y el lago Pukaki estaba precioso. En Mt Cook hicimos la Hooker Valley Track. Nosotros la habíamos hecho hace años y flipamos un poco con cómo ha cambiado en este tiempo: mejor camino, escalones, miradores, incluso la llegada al lago Hooker ha cambiado (antes llegabas al lado izquierdo, ahora llegas al derecho y hay unas mesas de picnic). Había muchísima gente andando, aquello parecía una peregrinación. Me dio un poco de pena, aunque supongo que es lo que tiene que el turismo haya crecido tantísimo en los últimos años. Pero bueno, la caminata sigue siendo posiblemente las 3 horas (o dos y pico, más bien) mejor invertidas de NZ. Les encantó. Cuando terminamos, nos acercamos a ver el lago (y el glaciar) Tasman, que es un paseo muy cortito y merece la pena, porque es precioso. Y luego ya directos a Twizel, hicimos algo de compra para esa noche y nos comimos las uvas en el hotel. Me hubiera gustado visitar el observatorio astronómico del lago Tekapo esa noche pero estaba todo lleno, y no habíamos reservado.
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1 enero. El plan del día, inicialmente, era hacer el vuelo escénico “Grand Traverse” con
Air Safaris desde el lago Tekapo. No lo teníamos reservado, ya que lo queríamos decidir sobre la marcha. Amaneció bastante nublado y finalmente mi hermano decidió prescindir del vuelo. En su lugar, nos acercamos a primera hora a la granja de lavanda que habíamos visto el día anterior en la carretera que va a Mount Cook, donde puedes comprar montones de productos hechos con la lavanda alpina que cultivan allí mismo (yo compré un roll-on que decían que iba muy bien con las picaduras, y a mí que me salen unos ronchones de cuidado con cualquier mosquito de mierda, la verdad es que me está funcionando de maravilla). También puedes acceder a los cultivos, que son muy fotogénicos. Desde allí nos acercamos al lago Tekapo y subimos a la cafetería en la cima del Mount John, pero en coche ($8). Las vistas son preciosas, pero empezó a chispear y nos volvimos. Comimos en Tekapo y por la tarde no sabíamos muy bien qué hacer. Nos acercamos a las Tekapo Springs pensando en darnos un remojón en agua caliente, pero había bastante gente (y bastantes niños) y se nos quitaron un poco las ganas. Decidimos poner rumbo a Geraldine, donde dormiríamos esa noche. Como llegamos pronto, nos acercamos a Peel Forest a dar un paseo por el Big Tree Track para ver los totaras gigantes. En tripadvisor vimos que en Geraldine hay un
observatorio astronómico privado, de un tipo que lo tiene montado en su casa y hace sesiones/charlas todas las noches, y como nos habíamos quedado con ganas en Tekapo nos apuntamos. Funciona por donativos, de unos $25-35 por persona. El tipo se llama Peter y tiene casi 80 años, pero es de espíritu joven. Si hace bueno te va enseñando distintos puntos en el cielo con su equipo, y si hace malo te da una charla/presentación y te explica cómo ha llegado a trabajar y colaborar con la NASA en su programa de búsqueda de UFOs desde la diminuta Geraldine. Además de astrónomo, Peter es fotógrafo y es muy bueno dando consejos de cómo fotografiar las estrellas. Fueron dos horas y media muy entretenidas, pudimos ver varias nebulosas y nos encantó la experiencia.
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2 enero. Último día del viaje. El vuelo desde Christchurch salía a las 6 así que teníamos que estar en el aeropuerto un par de horas antes para dejar el coche sin prisa. Por el camino desde Geraldine nos desviamos a Mount Sunday, más conocido como Edoras para los fans de LOTR. Es un sitio impresionante, y aunque la carretera para llegar es mala, merece la pena el paseo. Después de ver muchas localizaciones de las pelis, yo creo que esta es de las que resulta más fácil imaginar tal y como se ve en pantalla. Otras, como Rivendell, son una decepción enorme. Tardamos menos de lo que pensábamos y al final nos sobró mucho tiempo ese día. Si lo hubiera planificado un poco mejor, nos hubiéramos acercado a ver Rakaia Gorge, pero el gps nos llevó por otro sitio y cuando me di cuenta ya era tarde. Desde ChCh, nosotros volvimos a Wellington y mi hermano y su novia volaron a Rotorua para pasar los últimos dos días visitando las zonas termales y Hobbiton.
Este ha sido el viaje; cualquier cosa, me decís!