Se presenta este itinerario comentado de una propuesta de 15 días de viaje por Islandia utilizando el transporte público (autobús). No se pretende aportar mucho en relación a las excelencias del país, ya que esto se puede leer en otros lugares, sino mostrar que es perfectamente posible (y necesario) hacer un viaje sin un tour organizado ni alquilar un vehículo. Autor:VagamundosFecha creación:⭐ Puntos: 5 (6 Votos)
Resumen: Se presenta este itinerario comentado de una propuesta de 15 días de viaje por Islandia utilizando el transporte público (autobús). No se pretende aportar mucho en relación a las excelencias del país, ya que esto se puede leer en otros lugares, sino mostrar que es perfectamente posible (y necesario) hacer un viaje sin un tour organizado ni alquilar un vehículo.
Justificación: no abundan en esta página ni en otras de viajes una propuesta del estilo para este país.
Generalidades:
¿Cuándo? No se recomienda ir en otras fechas distintas a los meses de Julio y Agosto, dadas las condiciones meteorológicas.
Los precios indicados, salvo que se comente otra cosa, son en coronas (y en pesetas) por persona, ya que el valor de la corona y la peseta son prácticamente equivalentes, y tenemos la noción del valor de nuestra última moneda muy reciente.
Se requiere un equipo decente y aceptable sobre todo en forma de calzado (botas de montaña), ropa impermeable (pantalón y parte de arriba), ropa de abrigo, gorro y sobre todo una tienda de campaña en la que no entre el agua cuando llueve y que resista las embestidas del viento.
Desventajas de alquilar un coche:
- Es carísimo (unos 100 euros por día).
- Con el coche solamente puedes transitar por las carreteras primarias (salvo que seas un muy experto conductor y/o quieras jugártelas por las secundarias y terciarias, cosa que no recomiendo en ninguno de los casos).
Algunas de las cosas que hay que ver quedan cercanas de las carreteras primarias pero otras muchas no, y te quedarás sin verlas. Paradójicamente, el coche no te da libertad en este caso, sino que te la restringe para que termines viendo lo “accesible” y todo el mundo sabe que lo más bonito de los países y de la vida suele estar en lugares no tan fácilmente accesibles.
- Es cierto que también puedes dejar el coche en un punto, hacer una ruta de montaña de las propuestas y volverte en autobús, pero 100 euros al día para tener el coche aparcado 3 días es algo que se termina desechando.
Islandia tiene miles de opciones, se pueden diseñar gran variedad de modalidades de viaje (bicicleta, autobús, coche) y gran variedad de itinerarios.
Sorprendentemente hacer auto-stop no es buena opción. No es fácil que te cojan, aunque ignoro hasta el momento el porqué. En un país de mochileros, de campistas y de excursionistas sería fácil pensar que debiera de serlo, pero la gente se debe haber vuelto insolidaria en algún sentido. Hay personas que van muy cargadas en el coche así que si os ven con grandes equipajes es más fácil que os rechacen.
En Julio y Agosto, por la orientación y situación de la isla, anochece muy tarde, sobre las 22 o las 23, lo que proporciona días muy largos que se agradecen mucho.
Debido a los precios de todo en Islandia (entre un tercio y un 50% más caros que en España) yo aconsejo llevar una buena reserva de comida en forma de productos no perecederos: embutido al vacío, latas, frutos secos, algo de fruta.
El vuelo fue con GermanWings, 630 euros por persona ida y vuelta, vía Hamburgo, comprado con dos meses aproximados de antelación. Salió todo bien, pero llevar algo de comida arriba, que no dan nada.
Día 1: llegada a la 1.00 a Reykjavik. La compañía Flybus te lleva del aeropuerto a tu alojamiento por 4.500 pesetas ida y vuelta. Te deja en la estación de bus y te recoge desde allí por 3.500, así que compensa el pick up. El hostel fue el HI de la calle Sundlaugavegur, algo alejado del centro (40 minutos andando) pero que está muy bien, 23 euros la noche. Al lado hay un camping si se prefiere una opción más económica. El autobús número 14 te coge en la puerta de la estación de buses y te deja muy cercano al camping-hostel.
Día 2: nos dirigimos a la estación BSI para coger el autobús y comenzar la ruta. Vamos andando desde el hostel cargados con las mochilas, un poco largo, pero queríamos comprar algo de comida en el súper (llevad siempre un pan de molde en la mochila que os sacará de muchos aprietos) y sacar algo de cash en moneda local, lo cual siempre es necesario, porque aunque en todos los sitios se puede pagar con tarjeta, en ocasiones en la montaña no hay buena cobertura para el datáfono y tuvimos que acabar pagando en efectivo. Para haceros una idea sacamos del cajero 20.000 coronas y cargaron a la tarjeta 134 euros. En la misma calle del Hostel aunque algo alejados hay bancos, como un ATM, y un súper (un teneleven).
En la BSI adquirimos nuestro billete de autobús. La compañía Reykjavik Excursions tiene distintas opciones de “bonos” para distintas rutas. Después investigar, estudiar y comparar en casa las distintas opciones nosotros nos decidimos por el Circle Passport, una ruta circular bastante completa, pero tampoco sin pretensiones megalómanas, para ver lo fundamental en 15 días. Algunos pequeños tramos no te entran y hay que pagarlos aparte, pero son pocos y no demasiados caros en relación. Sale bastante más barato comprar un bono de este tipo que ir pagando todos los tramos por separado. El precio de cada bono es de 42.000 coronas, 294 euros en el cargo a la cuenta. El transporte en Islandia es caro, luego veremos algunas de las razones.
A las 10.00 cogimos el autobús línea 6-6a hacia Pingvellir, con llegada a las 11.10 al Service Center. Acampamos en el camping. Los precios de camping para dos personas y una tienda de campaña son unos 9 o 10 euros diarios por persona. En algunos sitios hay que pagar la ducha aparte, 500 pesetas para 5 minutos (da perfecto tiempo para meterse en pareja con el objeto de pagar uno y ducharse los dos a la vez). Algunos camping tienen cocina, otros no. No en todos los que tienen cocina tienen utensilios de uso común, por lo que o lleváis camping gas y vuestras cazuelas o lo tendréis difícil para comer comida “de cocinar”. Nosotros entendimos que no podíamos asumir ese peso cargado a la espalda así que comíamos de frío y cuando podíamos por las instalaciones del camping o por encontrar algún sitio comíamos algún plato caliente.
Esa jornada la pasamos recorriendo la zona, la fractura de Pingvellir. Tenéis para ver todo el recorrido de la misma, el lugar donde estaba el Parlamento (sitio de la bandera y alrededores), la cascada, la iglesia…
Día 3: tomamos el autobús a las 11.40 desde Pingvellir Service Center a Geysir, línea 6-6a, con llegada a las 13.05. Visita a Geysir, con el chorro que sube y las fumarolas humeantes. Hay una exposición interesante en el centro de visitantes gratuita.
A las 14.35 en la misma línea destino a Gullfoss con llegada a las 15.00. En Gullfoss realizamos acampada libre. Habíamos leído que en las inmediaciones del Hotel Gullfoss se podía acampar libremente sin problema, así que desde donde nos dejó el bus nos pusimos a recorrer el camino inverso por la carretera hacia el hotel, que estaba a una hora de camino andando aproximadamente. En un momento se puede apreciar desde la carretera caminos paralelos a ella (algunos con huellas de caballo) y paralelos también al gran barranco que se deja a la izquierda. Tomáis esos caminos, veréis la inmensidad del valle surcado por el río. Seguís hacia adelante una media hora-40 minutos y en un momento se ve la banderola del Hotel a la entrada y finalmente el hotel a lo lejos. Después de bajar una pendiente observamos un sitio resguardado para la acampada así que decidimos plantar allí la tienda sin llegar a las inmediaciones del hotel. Dejamos nuestras cosas y volvimos para ver Gullfoss tranquilamente. Cenamos algo caliente en el centro de visitantes y nos volvimos de nuevo hacia la tienda.
Día 4: tomamos a las 11.10 desde Gullfoss el bus de la línea 610-610a hasta Akureyri, con llegada a las 18.30. El recorrido pasa por el medio de la isla con un autobús castigado por la dureza del recorrido, pistas secundarias, paisaje desértico-lunar, muy bonito, totalmente inhabitado. No se mete uno por esta carretera con el coche de alquiler ni jarto a tinto, de hecho se prohíbe a los turismos hacerlo, sólo 4x4. A lo largo del recorrido hace paradas muy bonitas: una en un camping y otra de una hora en una zona de fumarolas también espectacular que no tiene nada que envidiar a Geysir salvo por el chorro que se levanta. Estos autobuses son turísticos y es común que efectúen paradas de suficiente duración en lugares de interés para que el viajero disfrute de ellos. En esta última hay una pequeña piscina geotermal de aguas calientes en la que se puede uno bañar de manera gratuita. Da tiempo para darse un pequeño baño antes de que parta el bus; llevad bañador y toalla a mano.
Los avezados lectores habrán notado que no fuimos al Blue Lagoon, una decisión creemos muy acertada, pues es muy cara, 35 euros por persona, y si se hace un recorrido como el descrito habrá oportunidad de bañarse en sitios parecidos o idénticos.
Akureyri es un pequeño y bello municipio donde podréis disfrutar de las bondades de la civilización. El paisaje cambia completamente en esta región respecto al día previo. Nos alojamos en el Hostel Akureyri Backpackers, que está muy bien, unos 26 euros o así por persona y noche en habitación de 8. Podéis dar una vueltilla por la zona y subir a la zona de la iglesia y a esas lomas, con casas bonitas. El día que fuimos nosotros había un festival de música, muy concurrido de público, así que pudimos disfrutar de la observación de las gentes locales, ejercicio siempre edificante. Podéis tomar una hamburguesa completa en casi cualquier parte del país, con patatas y refresco por unos diez euros. Ojo a la práctica del “refill”. En el caso de las sopas y los refrescos se puede repetir y volverte a llenar el recipiente gratuitamente, práctica que será agradecida por el español, que se llenará tanto hasta verter el contenido por el trayecto y/o tener que dar un sorbo de urgencia en medio de las miradas extrañadas de los locales.
Día 5: tomamos el bus desde Akureyri (8.00) hasta Reykjahlid (lago Myvatn) (10.00), línea 62-62a. Durante el trayecto paran media hora para ver Godafoss. Acampamos por una noche en el camping, al lado del lago, con los patos recorriéndonos. Se recuerdan con nostalgia esas duchas con intenso olor a azufre. Hay cocina pero no utensilios; siempre se puede pedir una cazuelita prestada. Hay un supermercado muy bueno y un centro de visitantes donde te aconsejan bien acerca de las distintas posibilidades de exploración de la zona, que son numerosas. Nosotros decidimos dedicar la jornada a hacer lo que sigue.
Nos pusimos a andar en dirección a Hverir y a ver si nos cogían en autostop, sin éxito. Finalmente fuimos andando, lo que estuvo bien, porque pudimos ver una bonita laguna azul (de prohibido baño) e ir disfrutando del paisaje. Del camping a Hverir se tardan unas dos horas o así andando. Se puede ir por la carretera sin problema y en ocasiones hay un camino paralelo para transitar por allí con mayor precaución. La zona de Hverir es muy bonita, con esos barros hirviendo y esas fumarolas. Subimos la montañita desde donde se puede disfrutar de visiones espectaculares. Al bajar nos metimos ya en la carretera de vuelta por lo que ahorramos un trecho, y fuimos también a pata a los baños estos Mytvan Nature Baths, carillo, 18-20 euros cada uno, pero muy placentero. Descuentos para estudiantes y jubilados, id pertrechados del carnet de estudiante. Los chicos comprobaréis en estos sitios como los nórdicos no tienen ningún pudor de enseñar la chorra en los vestuarios públicos, reminiscencias de la sauna. De vuelta una hora andando hacia el camping.
Día 6: compramos en el camping un ticket de autobús no incluido en nuestro bono transporte, que costó unas 5.000 pesetas por persona. Salida a las 8.00. Línea 661-661a. El primer destino Kraffla, donde dan tres horas y media de tiempo para visitar Viti, y luego bajáis por la carretera andando hasta la entrada de Leirhnjúkur, que no se os pase ver esto último que está un poco a desmano y no avisan en el bus de donde está. Los dos sitios son impresionantes. Puede hacer mal tiempo, id bien preparados. Después te recogen en el mismo punto para llevarte a Deltifoss (incluido en ese ticket adicional), la cascada más impresionante en mi opinión de Islandia y de todas la que he visto hasta ahora, por la fuerza del torrente. Te dejan allí sobre las 12.30 aproximadamente.
Sobre las 14.00 horas nos ponemos rumbo a pie hacia Vesturdalur. 18 km desde Deltifoss. Nótese que habíamos dejado parte de nuestro equipaje en el camping de Reykjalid. Ojo en la primera parte que da mucho rodeo y parece que no vas en buena dirección, pero no es así. Seguid siempre los palos con ribete amarillo, si estáis en una zona sin palos es que vais mal, sobre todo cuando hay que “subir” por los muros verticales, que a veces cuesta encontrar un poco los palos. La ruta es muy bonita (esto no lo ven los de los coches alquilados), quizá algo cansadora físicamente. En la última parte se ven cosas realmente impresionantes. Aquí podréis conocer por primera vez la experiencia del “vadeo”, esto es, cruzar a pie y con la mochila un río con caudal. No hay que asustarse, porque es práctica común en Islandia, pero hay que hacerlo con todas las precauciones. En mi opinión estas pasan por hacerlo con las botas de montaña puestas. Casi todo el mundo se pone las chanclas de agua, pero en algunos casos el río lleva corriente (no en este caso de Vesturdalur pero sí en otros) y una chancla no te da la estabilidad de la bota al pisar los cantos rodados del fondo, y si te caes corres el riesgo primero de ser arrastrado y segundo de que se te moje toda la mochila con las cosas de valor. Ir agarrado de la mano de alguien también te da estabilidad. Y si puede ser, porque hay más gente pasando, no ser el primero en cruzar para ver en las piernas de otros la profundidad del río, que a veces te llevas sorpresas. Yo siempre cruzaba tal cual, con el pantalón que llevaba, las botas y calcetines, y aunque al salir salía evidentemente con todo mojado, se iba secando por el camino sin problema.
El camping de Vesturdalur es muy básico, no hay cocina ni duchas y hay que pagar en cash.
Día 7: a las 10.00 salimos en ruta andando a Asbyrgi, por 12 km. También muy bonito, sobre todo en la primera parte, con las formaciones basálticas. Llegamos a Asbyrgi e intentamos hacer un rato autostop para volver a Reykjalid, sin éxito. Nos alojamos en el camping, que está muy bien, visitamos el Centro de Visitantes y cenamos en la cafetería, donde también hay supermercado.
Día 8: A las 11.00 pasa el bus de la línea 641-641a, por la tienda de Asbyrgi que te lleva de vuelta a Detiffoss en un trayecto que en principio no incluye la Circle Passport, aunque en el bono reseña “Dettifoss crossroad”, lo que no es exactamente Detiffoss, aunque cuando le das el bono al conductor ignoro si en un gesto de buena voluntad o desconocimiento, te marca en el bono con boli la cruz en el destino y no te cobra el trayecto aparte.
Llegada a las 12.30 a Deltifoss. De Deltifoss hay otro bus que te lleva hasta Reykjalid, que sale a las 13.30 y llega a las 14.30, que sí que se paga aparte, línea 661-661a.
Dejamos las cosas en el camping de nuevo y fuimos andando hasta el cráter de Hverfell pasando por la fractura y las cuevas de Grotagja, subimos y volvimos a bajar para ir a Dimmuborgir (ponía “camino difícil” desde el cráter hasta Dimmuborgir directamente). Volvimos por la carretera. Bastante bonito.
Día 9: autobús desde Reykjahlid a las 10.00 hasta Hofn (llegada a las 17.30), línea 62-62a. Da una recorrida por los fiordos orientales, lo que permite hacerse una ideilla de los mismos. En un viaje de 15 días no da tiempo a explorar los fiordos ni occidentales ni orientales, que en todas las guías describen como un objetivo secundario. Para en el camino en un camping-restaurante para dar cuenta de un suculento menú a 10 euros, pero algo pronto, sobre las 12.00, así que si vais desprevenidos y estáis acostumbrados a comer tarde os quedaréis sin catarlo.
En Hofn teníamos pensado quedarnos en un hostel para descansar de las incomodidades del camping y fuimos al de HI, bien señalizado desde la petrol station. No había plazas así que nos dimos la vuelta. La importancia de reservar. Sondeamos otras guesthouse pero estaban llenas o caras. En el centro de visitantes pasáis hasta el fondo y hay internet gratuito. Finalmente volvimos al sempiterno camping, que estaba muy bien. Duchas y cocina con utensilios comunes, así que pudimos prepararnos un sopicaldo caliente. Este camping dispone de una zona cubierta y con calefacción para retoce de los gélidos campistas. (Ponía: se pondrá una multa de 100 euros a quien intente pernoctar en esta zona jajaj). Es muy bonito Hofn, especialmente el paseo junto a lago, donde hay una especie de marisma en la que se puede avistar aves.
Día 10: de Hofn (salida a las 8:00) a Skaftafell (llegada a las 12.15), línea 19. Para una hora para ver la laguna glaciar, donde podréis ver focas, los pedazos de glaciar basculando sobre sí mismos y si cruzáis el puentecito y tiráis más adelante podréis tocar el hielo y esas cosas que tanto nos gustan a los turistas. Hay tours organizados para meterte por el hielo en lancha, totalmente prescindibles.
En Skaftafell acampamos en el camping y fuimos a hacer algunas rutas de trekking por la zona. Una de ellas te sube paralelo a la lengua del glaciar, así que no hace falta que vayas ya a la que te lleva hasta la base de la lengua, porque ves lo mismo. Luego puedes ir hacia Svartifoss, la cascada. Después puedes volverte al centro de visitantes, pero como era pronto fuimos hacia el lado contrario al glaciar hacia otro sitio que llamaban Musardalur o algo así, hasta un puente que cruzas, momento en el que te puedes dar la vuelta por un terraplén como lunar, mal señalizado por indicadores y flechas, pero bien señalizado con los palos (aunque el sentido común te dice que para volver al camping debes hacerlo por ahí).
Hacía bastante frío aquel día. En el centro de visitantes echan un documental de 15 minutos sobre la región, buena excusa para calentarte. Cenamos en el restaurante, pero íbamos con la idea de algo caliente. Cerraban a las 20.00 y se les había terminado la sopa, así que tuvimos que roer unos clásicos sándwiches fríos con muffins a palo seco y Skyr (el “yogur” que causa sensación en Islandia porque es un yogur que en realidad no es un yogur, sino como un queso denso, con muchas proteínas y muy poca grasa).
Día 11: de Skaftafell (8.00 horas) a Lanmannalaugar (13.00 horas), línea 10-10 a. Un trayecto trepidante que pone a prueba a cualquier conductor, cruzando ríos con el atabús y carreteras de arena imposibles. Te para una hora en el camino para dar cuenta de una cascada, a la que hay que acceder a pie. Llegada a Lanmannalaugar. Al final del trayecto se te sube una guía del parque para darte información acerca de algunos puntos.
Lanmannalaugar es un enclave significativo por estar en un lugar bello punto de inicio de muchas excursiones cortas y sobre todo por ser el inicio de la mítica ruta Laugavegur, travesía de 3 o cuatro días que no debéis perderos, por ser una de las cosas, sino la cosa, más bonita e impactante de Islandia. Esto tampoco lo ven los que alquilan el coche.
El camping ocupa la explanada. Es un camping embarrado, sin hierba sobre la que plantar la tienda, con mucho viento y lluvia y generalmente bastante mal tiempo. La gente se agolpa allí ansiosa y acribilla a los rangers (personal auxiliar de los parques nacionales) con miles de preguntas y requerimientos sobre la meteorología y otros.
Nuestra idea era llegar, comprar algo de comida en la pequeña tienda e iniciar la Laugavegur, realizar la primera etapa, de 12 km, y pernoctar en la primera posta de la ruta: el refugio Hrafntinnusker.
En la Laugavegur no hay nada de comida, así que hay subir con todo desde Lanmannalaugar. La tienda allí es pequeña y no muy barata, así que si se pudiera llevar la comida de antes sería lo ideal. Se cuenta con el problema que la anterior parada descrita es Skaftafell, cuya tienda también es pequeña y tampoco muy barata. Así que hay dos opciones: 1) cargar con la comida más barata de antes y arrastrarla durante días en la mochila 2) comprarla en esas últimas dos paradas, aunque sea menos variada y más cara. Se debe calcular la comida para tres o cuatro jornadas, dependiendo de cómo se vaya a hacer la ruta, sin quedarse corto ni largo, por no pasar hambre ni ir demasiado cargado. Una mochila demasiado cargada por cosas superfluas e innecesarias puede convertirse en un enemigo en esos días.
Hacía un tiempo malo, lloviznado y con viento, y la chica nos dijo que nos desaconsejaba subir aquel día, porque se alcanzaba altitud y podía ser peligroso. Nos recomendaba quedarnos aquel día en el camping, que el día siguiente daban buen tiempo y hacer en un día dos etapas: la primera Lanmannalaugar-Hrafntinnusker (12km) y la segunda Hrafntinnusker-Alftavatn (13 km), 25 km en total, que nos dijo que era asumible en una jornada.
Nos dio rabia cambiar los planes pero decidimos hacerle caso. Cuando un islandés te dice que el tiempo es malo, es que es malo. Cuando te dice que un camino es peligroso, es que es peligroso. Si te dice que no vayas, hazle caso, no vayas. Y solo te lo dice una vez, así que más vale que estés atento. Fue un acierto hacerle caso.
Nos dijo que aquella tarde podíamos hacer alguna rutilla por la zona, que había alguna muy bonita, pero estábamos de malas por no haber podido subir así que decidimos bañarnos en la poza de aguas termales que hay en el camping, gratuita y con el agua muy caliente y reconfortante (una vez más confirmamos que había merecido la pena no gastarnos los 35 pavos de la Blue Lagoon). Estuvimos toda la tarde a remojo y por la noche nos cayó una buena chuza de agua con tremendo viento que puso a prueba nuestra de por sí mala y ajada tienda, que había sido ya remendada con unas buenas tiras de cinta de embalar que podréis encontrar en los súper.
Día 12: El día siguiente efectivamente amaneció soleado y nos pusimos en ruta. La primera parte hasta Hrafntinnusker, 12 km, es durilla, pero la más bonita de la ruta sin duda, con las montañas de colores, impresionante, precioso. Hicimos bien en esperar porque una ruta así con mal tiempo hubiera sido peligrosa y no hubiéramos disfrutado.
Íbamos a dormir pues en Alftavatn y la chica guía nos avisó de que la tienda debía reunir unas mínimas condiciones para soportar el viento, que el tiempo allí en la montaña era peor aún, así que decidimos que esas noches en la ruta íbamos a dormir en el refugio, a pesar de que costaba 6.500 pesetas por noche y persona. Eso sí que era una friolera. Pero no queríamos pasar más penurias meteorológicas. En los refugios conviene llegar con reserva, pero la oficina de reservas no abre hasta las diez y la chica de Landmannalaugar no sé por qué, que tan bien que nos había aconsejado sobre todo no tenía voluntad para ayudar a reservar, así que tras mucho insistir nos dijo que en el refugio de Hrafntinnusker quizá podrían reservarnos en el de Alftavatn por radiofrecuencia. En Hrafntinnusker nos encontramos al Jose Luis Torrente islandés, que nos hizo la gestión sin dificultades, un tío muy simpático.
En Landmannaalaugar hay camping pero también hay refugio.
Los refugios tienen habitaciones compartidas de unos diez o 12 pernoctantes, se duerme sobre colchonetas que hacen las veces de colchones, están bien calientes todas las estancias, hay cocinas bien surtidas para uso y disfrute, una sola ducha en la que hay que hacer cola y unos servicios en los que deleitarse con unas estupendas sinfonías colectivas de ventosidades predefecatorias.
El de Alftavatn estaba muy nuevo, muy bien.
La travesía Hrafntinnusker-Alftavatn es más suave que la primera, aunque también tiene su aquel. Se divisa relativamente pronto el refugio a lo lejos y ver que el destino está ahí siempre es un aliciente. Después de bajar hasta el valle se da uno cuenta de que hay que vadear (cruzar) el río para continuar con la ruta marcada. El río es relativamente bravo, así que impone un poco. El caudal de los ríos puede variar en función del deshielo así que hay valorar este hecho también. Por qué punto cruzar siempre es motivo de duda. Lo mejor es que haya alguien más y que se lance primero, con lo que se puede comprobar profundidad y viabilidad del paso. Pasar con botas y agarrarse de alguien. También conviene esperar a que crucen los demás después de cruzar uno por si alguien tiene dificultades, para intentar echarle una mano.
Día 13: La tercera etapa, para nosotros la segunda, sería Alftavatn-Emstrur, 15 km. Más llana y más fácil. Hay que vadear tres ríos, bastante fáciles por no ser tan bravos como el anterior, pero uno de ellos sí que es un poco más profundo, hasta las rodillas. Dormimos en el refugio de Emstrur. Este refugio (nos había reservado por teléfono la chica de Alftavatn) no es tan inaccesible como los anteriores, hay un camino para jeeps, así que es común ver a grupos de viajeros de tours organizados que acceden andando mientras en los jeeps les llevan las mochilas (y las maletas ¡!). Llevan al refugio todo tipo de viandas y disfrutan en la montaña de unas cenas como de hotel de cinco estrellas, con cosas que evidentemente no han cargado a su espalda, lo que en mi opinión desvirtúa el clima de austeridad, sacrificio, recogimiento y humildad que representa ir a la montaña.
Desde el refugio se puede visitar un cañón que dicen que es muy bonito, que no recuerdo el nombre, a dos km. Nosotros no fuimos porque estábamos reventados.
Día 14: La cuarta etapa, para nosotros la tercera, fue Emstrur-Posmork. Había que madrugar porque el bus salía de Posmork hacia Reykjavik a las 15.30, y la etapa se tarda en cubrir de 5 a 6 horas, así que salimos a las 7.30. Es una etapa relativamente plácida y sencilla, con un solo vadeo, también sin dificultades.
Al final del trayecto, al llegar a Posmork, es un poco lío y ya va uno cansado de tanto andar, así que lo quiere es llegar ya. Creo que una buena opción es seguir las indicaciones que pone para ir hasta un sitio llamado Langidalur, que es un refugio desde cuya explanada salen los autobuses. Es un sitio muy bonito y se puede comer en una confortable pradera de hierba mientras se espera.
[Desde Posmork también se puede hacer una etapa de una o dos jornadas a un sitio que dicen que es espectacular, llamado Skoda. Nosotros no fuimos porque no teníamos tantos días].
El bus pasa a las 15.15 y hace un recorrido muy espectacular hasta Posmork Husadalur, pasando por un cañón que se ve de refilón (Stakkholtsgjá). Lo mejor es ver los vadeos sobre los ríos, absolutamente impresionantes. Fijaos en los buses que son increíbles, que parecen camiones, por su altura, por sus ruedas y por el motor que dicen que es muy potente. Si uno observa los precios de los transportes se da cuenta de que los trayectos que hacen a los bonos caros son estos tramos dificultosos que cruzan aguas y carreteras secundarias y terciarias impracticables, con conductores muy experimentados.
La línea es la 9-9a y observaréis que no todo el trayecto está incluido en el Circle Passport, así que os facturarán un pequeño trayecto. Los conductores son muy simpáticos y bondadosos.
En el camino hasta Reykjavik podréis ver una bonita cascada (Seljalandsfoss) en el camino, pero no para.
La llegada a Reykjavik es a las 19.35. Bus 14 hasta el hostel de la primera noche, el HI de la calle Sundlaugavegur. Cena en un puesto de perritos calientes (típicos, aunque parezca mentira) cercano al hostel, al lado de la piscina (si hubiéramos tenido algo más de tiempo nos hubiera gustado concurrir a una piscina, emblema social del país, de barata entrada (3 euros) y amplio horario). También hay un 10-11 (pequeño supermercado) cerca.
Tienen en el hostel una hoja de la compañía Flybus para que con un día de antelación apuntes a qué hora quieres que te vengan a buscar al hostel para llevarte al aeropuerto.
Día 15: Check out en el hostel y dejamos las maletas en el lugagge store. Hay internet, cocina con utensilios, ping pong y futbolín. Nos fuimos por el puerto hacia el City center, ya que el último día lo teníamos para Reykjavik. Dimos con la Oficina de Turismo del centro y una chica aparentemente islandesa pero catalana nos recomendó un paseo por la ciudad gratis, de dos horas, guiado por un graduado en Historia. La actividad es realmente espectacular y merece la pena, Martin es muy bueno y os contará unas cosas muy interesantes. Podéis acercaros al universo Martin aquí: www.citywalk.is/ Te aconseja los cuatro sitios más baratos y mejores para comer en Reykjavik, jaja: un sitio de bocadillos que no me acuerdo como se llama pero que está al lado de la oficina de turismo y empieza por H, un puesto de perritos en el que tienen una foto en la que supuestamente Bill Clinton se comió un perrito allí, un puesto de alimentos relacionados con el universo langosta: sopas, bocadillos… etc nosotros comimos ahí por 20 euros los dos muy bien, y un puesto de meat soup típicas. Luego dimos una vuelta por esa calle comercial que hay y tomamos algo por allí, y fuimos al supermercado Bonus, que cosas de la vida, no habíamos conocido aún (uno de los supermercados más baratos y por ende más populares de Islandia). Compramos viandas suficientes para evitar consumir en los abusivos sucesivos aeropuertos.
Ya justo antes de irnos vimos un cartel en el aeropuerto que creo que resume el espíritu mochilero y campista que embebe el país y que habla mucho de las excelencias del mismo: prohibido acampar y cocinar (jaja) en las instalaciones del aeropuerto y en las afueras.
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Se puede llegar a casi todas las partes de Islandia en bus, pero al interior de la isla, para hacer los trekking o visitar las tierras altas necesitas contratar bus turísticos que son más caros.
Yo voy a contratar ese bus para Landmannalaugar y ÞÓRSMÖRK aquí:
trex.is/tours/
La red de autobús público, que tampoco es barato, recorre la isla de forma circular, incluso llega a otros puntos, que puedes ver aquí:
www.publictransport.is/
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