NUEVA YORK Y LAS VEGAS. VERANO 2012 ✏️ Blogs de USA

Después de muchos años y muchos viajes siguiendo los foros y haciendo alguna colaboración (reconozco que pocas, menos de las que debería) por fin me he decidido a escribir un diario de nuestro viaje a Nueva York y Las Vegas de este verano.

Somos amigos de hacer todos los viajes mirando todo por nuestra cuenta, pero esta vez nos salía más barato contratar tanto vuelos como hoteles a través de una agencia. El viaje consistió en 6 días en Nueva York y 3 días en Las Vegas (con visita al Gran Cañón incluida).

La intención del diario no es mostraros fotos de nuestro viaje, aunque me parece una buena opción, para eso ya hay muchos diarios. Intentaré más describiros nuestro itinerario de cada día (nos pegamos unas buenas palizas), dar algún consejillo sobre algunos temas puntuales y algunas opiniones de cosas que pudieron resultarnos interesantes. Espero no aburriros mucho.

Bueno, vamos al grano.

DIA 1. SABADO 28 DE JULIO

Salimos el sábado 28 de julio en vuelo directo de Valencia a Nueva York. Salimos a las 14:00 hora de Valencia y llegamos a las 17:30 hora de NYC. Volamos con Delta, fue puntual, pero el avión me pareció demasiado pequeño para un vuelo tan largo, pero bueno, es lo que había.
Llegamos y fuimos directamente a nuestro hotel, el Doubletree Metropolitan, en Lexington con la 51. El hotel estaba bien, correcto. Dejamos las maletas y directamente salimos a tomar nuestro primer contacto con la city. Lo primero fuimos a ver el edificio de la ONU y la Trump Wolrd Tower. Al edificio de la ONU (1ª Ave con la 48) no pudimos casi ni acercarnos porque estaba todo acordonado y lleno de árabes con turbante y túnica que salían a cientos del edificio de la ONU. Así que la ONU la vimos de lejos. La torre Trump (1ª Ave, entre la 47 y la 48) si pudimos verla bien y darnos cuenta de algo que iba a ser la tónica durante todo el viaje, la altura de los edificios hace que Nueva York sea la ciudad más difícil de fotografiar que he visitado.

De ahí fuimos dando un paseo para llegar al gran meollo, Times Square. Nos encanto este cruce de calles y avenidas. Muchos turistas, muchos neoyorkinos, muchos showmans, muchas luces… espectacular. Dimos un paseo por la zona, nos vimos en la pantalla gigante que enfoca a la gente y nos fuimos a cenar a uno de los sitios que más nos gustó. Fuimos a cenar al Burger Joint, en el hotel Parker Meridien (Calle 56, entre la 6ª y la 7ª Ave). Es un sitio curioso y pequeño. Entras al hotel y verás una cola a la izquierda junto a unas cortinas, es la cola para entrar al Burger Joint, la cola iba bastante rápida. Antes de entrar tienes unas hojitas en las que anotar tu pedido para llegar a la barra y poder pedir rápido, no hay lugar para indecisos. No hay mucha variedad, bueno, hay muy poca variedad, pero tanto el ambiente del sitio como la calidad de las hamburguesas hizo que fuera de nuestros preferidos en Nueva York, aunque también pudo influir que fue nuestra primera hamburguesa americana, y eso siempre marca.

Después de cenar volvimos paseando al hotel, estábamos bastante cansados y como primer contacto con la ciudad ya había estado bien.

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Empezamos el día comprando la tarjeta de metro válida para una semana, que se iba a convertir en nuestra gran aliada durante el viaje. El precio es de $29 para una semana, y nosotros la amortizamos más que de sobra, las distancias son enormes y aunque pasear Nueva York es un placer, hay veces que el placer es tomarse un descanso y hacer el recorrido en metro. A nosotros nos pareció que el metro de Nueva York es realmente sencillo de utilizar, solo hay que hacerse con un planito del metro y estar pendiente a la hora de entrar a la estación si quieres ir Uptown (números de calles más altos) o Downtown (números de calles más bajos). Eso sí, las estaciones son viejas y cutres y hace un calor infernal, que contrasta con la temperatura gélida que llevan los vagones del metro cuando entras.
El primer viaje en metro lo hicimos hasta la Hearst Tower (8ª Ave con la 57), edificio conocido por sus originales fachadas y por ser, según dicen, el rascacielos más ecológico de Nueva York. De ahí fuimos caminando hasta Columbus Circle (esquina suroeste de Central Park), es una plaza dominada por una estatua de Cristobal Colón y rodeada de rascacielos, entre los que destaca, sobretodo, el Time Warner Centre, con dos torres de 80 plantas.

Volvimos a coger el metro y fuimos hasta la Catedral de San Juan el Divino (Amsterdam Ave, entre la 112 y la 113). Según las guías y lo que habíamos visto por internet la entrada cuesta $6, pero no sé si es porque era domingo, pero no tuvimos que pagar. La catedral es enorme y nos gustaron especialmente sus rosetones. De ahí fuimos caminando hacia la Riverside Church (490 Riverside Drive, entre la 120 y la 122). Es bastante más pequeña que la anterior, pero también nos gustó mucho. Se puede subir al segundo piso para ver toda la iglesia desde arriba. Casi enfrente, un poco al norte, está la Tumba de Grant. Tal y como dicen las guías el interior esta calcado a la tumba de Napoleón en Paris, está bien.
Después de esto fuimos a uno de nuestros objetivos principales del día: misa góspel. Habíamos leído varias recomendaciones en el foro y al final nos decidimos por Greater Refuge Temple (Adam Clayton Power Junior Boulevard, entre la 124 y la 125). Llegamos sobre las 10:30 (este día nos pegamos un buen madrugón). La misa empieza a las 11:00 y ya había una cola increíble en la puerta. Nos pusimos a averiguar y eran dos colas, una para grupos organizados que habían reservado la visita y otra para turistas que íbamos sin reserva. Primero dieron paso a todos los grupos y luego a los turistas “sueltos”. No fue como había leído en algún diario o foro, a los turistas nos iban colocando a todos juntos en el piso superior, no estábamos mezclados con los lugareños (quizá por la cantidad de turistas que habíamos). Aquí si me gustaría daros un consejo. Seguramente os ofrecerán ir a ver la misa góspel en un tour organizado, yo no lo recomiendo, además de que no hay ningún problema en hacerlo por tu cuenta (y sale infinitamente más barato), lo que pasó es que empezó la movida a las 11:00 y empezaron a cantar y todo eso, y sobre las 11:20 o 11:30, los guías de los grupos organizados fueron sacando a todos sus grupos y nos quedamos allí pocos guiris, entonces no dio la impresión de que a partir de ese momento es cuando empezó la verdadera misa góspel, quizá estemos equivocados, pero nos pareció que lo anterior fue un show para turistas (que no está mal como show), pero que la verdadera misa empieza cuando se quedan más “solos”. A mi novia le encantó a mi no me aburrió, pero hay que reconocer que es distinta y sorprendente la forma en la que lo viven.

Sobre las 13:15 salimos de allí (no había terminado) y nos fuimos a comer al famoso Sylvia’s (Lenox Ave, entre la 126 y la 127). Antes de ir a la misa góspel habíamos tratado de reservar mesa, pero no hacían reservas. En Sylvia’s había una cola increíble, pero también avanzaba bastante rápido. Primero te toman nota de cuantos eres y te dicen sobre que hora te tocará comer, tuvimos que esperar unos 25 minutos y nos llamaron exactamente a la hora que nos habían dicho. Según habíamos leído lo mejor del Sylvia’s es el brunch, pero solo lo sirven hasta las 14:00 y nosotros nos sentábamos a la mesa a las 14:05. Ya no había brunch. La comida fue a la carta y para nuestro gusto nada especial y más bien cara.

Después de comer nuestra intención era pasear hasta Central Park, pero un solazo increíble nos convenció de coger el metro, aunque solo fueran dos paradas.

Llegamos al extremo norte y paseando fuimos bajando para tratar de recorrer todo lo posible. Central Park es alucinante. Era como estar metido en una peli. Bordeamos un lago que hay al norte, pasamos junto a muchos campos de beisbol donde había gente jugando… La mitad norte del parque digamos que nos pareció más sencilla, en la mitad sur ya hay bastantes más cosas para ver. Vimos el Belvedere Castle (que nos sirvió de refugio para una tormenta veraniega de 15 minutillos), la estatua de Alicia en el Pais de las Maravillas, el Bow Bridge, la Bethesda Fountain (¿en cuántas pelis saldrá?), Straberry Fields, nos asomamos fuera del parque para ver el edificio Dakota, la zona de The Mall llena de gente de todo tipo patinando, jugando a vóley... una pasada. Nos encantó Central Park.

Salimos por la esquina sureste de Central Park y fuimos a la juguetería FAO Schwarz (5ª Ave, entre la 58 y la 59). Que pasada de juguetería, si nosotros disfrutamos allí como locos no me quiero imaginar cómo lo harán los niños. Incluso anduvimos dando saltos sobre el piano de la peli Big. Reconozco que a mí me daba un poco de vergüenza porque solo había niños, pero mi novia se decidió y aproveché que ella rompió el hielo para ir yo detrás. Esta juguetería sin duda merece una visita.
Después fuimos paseando hasta el teleférico que nos llevaría a la Isla de Roosevelt (2ª avenida con la 60). Es un teleférico que puedes tomar con el pase del metro y que te lleva a la isla de Roosevelt, no están mal las vistas desde el teleférico y desde la isla, pero tampoco fue algo que nos matara, nos podíamos haber ahorrado el paseo.

Antes de volver al hotel, volvimos hacia la quinta avenida para ver otros rascacielos que destacaban las guías y los foros, pasamos por el Solow Building (calle 57, entre la 5ª y la 6ª avenida), la Trump Tower (5ª ave entre la 56 y la 57)… y ya de noche pasamos por el Lever House (Park Ave entre la 53 y la 54), el Seagram Building (Park Ave entre la 52 y la 53) y el Lipstick Building (3ª ave entre la 53 y la 54), aunque estos últimos apenas los pudimos ver porque ya había anochecido y no estaban especialmente iluminados.

Ya no teníamos fuerzas para ir a cenar a ningún sitio, así que nos compramos un yogur en un pharmacy (se llaman pharmacy, pero son una mezcla de farmacia y minisupermercado que están abiertos 24 horas por todo NYC) y un perrito en un puesto callejero (en muchos puestos que no tienen puestos los precios, al ver que sois guiris os intentarán engañar y pedir más dinero, preguntad antes y no paguéis nunca mas de $1,50 o $2). Fin de un día agotador.

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Empezamos el día cogiendo el metro para visitar Little Italy, la zona de Mulberry St. Más o menos lo que esperábamos por las guías y demás, merece un paseo por la zona y poco más.

Después fuimos a la vecina Chinatown. Hemos tenido la suerte de estar en China y se puede decir que Chinatown es China total. La gente hablando en chino, los carteles de las tiendas en chino, los precios de las cosas en chino, los productos raros chinos, los olores chinos… el rato que paseas por Chinatown parece que hayas salido de Nueva York. Recorrimos Mott Street, Elizabeth Street, parte de Canal St y acabamos en el famoso Bloody Angle (esquina famosa por enfrentamientos entre mafiosos) en Doyer Street. Nos gustó más Chinatown que Little Italy, pero supongo que para gustos, colores.

De ahí fuimos caminando al City Hall, pero solo pudimos verlo desde lejos porque estaba en obras. Si que vimos un bonito rascacielos que está justo enfrente, el Woolworth Building (223 Broadway).

Continuamos por Broadway hacia el sur hasta llegar a St. Paul’s Chapel (209 Broadway). Esta iglesia esta muy cerca de donde estaban las torres gemelas y, tras los atentados del 11M (muy presentes aún en todo NYC) fue utilizada como lugar de descanso para bomberos, policías y demás. Ahora además de iglesia es una especie de museo homenaje a todos aquellos que estuvieron presentes el 11M. Impresiona ver ciertos detalles como por ejemplo los bancos que se conservan tal cual quedaron después de todos los trabajos de rescate, con las rayaduras y los golpes causados por el uso.

Fuimos hacia Wall Street pero antes paramos a echarle un vistazo al AT&T Building (195 Broadway).
Wall Street es otra zona que nos gustó mucho, allí podemos ver el edificio de la bolsa, el Federal Hall y el Bank of Manhattan Trust Building. El visitable es el Federal Hall, no es muy grande, pero si merece una visita. Dentro del Federal Hall hay una oficina de turismo donde podéis conseguir planos de Manhattan y alguna cosilla más de forma gratuita. Podéis sacar una foto muy chula desde las escalinatas del Federal Hall, poniendo en primer plano la espalda de la estatua de Georges Washington y de fondo la gran bandera del edificio de la bolsa.

De Wall Street continuamos hacia el sur hasta el Charging Bull (al comienzo de Broadway), el famoso toro de la bolsa de Nueva York. El toro es el toro que todos hemos visto, pero estaba rodeado de dos millones de chinos locos, por lo que tampoco le dedicamos mucho tiempo, pero si teníamos que acercarnos por lo menos a saludarle.

Ahora subimos por Broadway hasta llegar a la Trinity Church (enfrente de Wall Street). Esta iglesia también es bonita y merece una visita. Destaca el pequeño cementerio que hay alrededor, sorprende ver un cementerio rodeado de tanto rascacielos. También St. Paul’s Chapel tiene un cementerio alrededor.
Fuimos de camino a lo que fue la zona cero (ya no quieren llamarla así) y pasamos por otro rascacielos que nos gustó, el One Liberty Plaza (Broadway con Liberty Street). En la “zona cero” pudimos ver cómo está bastante adelantado uno de los nuevos edificios que se construirá allí y que será más alto que las antiguas torres gemelas. También allí pudimos ver el FDNY Memorial Wall (Liberty St con Greenwich St), que es un grabado en una pared de bastantes metros de longitud en memoria de todos los héroes del 11M.

De ahí fuimos al Winter Garden, cruzando por un par de pasarelas del World Financial Center. El Winter Garden es una especie de centro comercial que tiene un jardín interior muy bonito con muchos árboles y con vistas a New Jersey y al río Hudson. Está bien, sobretodo nos hubiera gustado parar allí para comer porque estaban haciendo unas barbacoas en la calle de las que salía un olor que invitaba a quedarse, pero teníamos otros planes. Queríamos ir a comer a Katz’s Deli (Houston Street, entre la 1ª y la 2ª avenida).

Así que cogimos el metro y nos fuimos para allá. Nos pedimos un sándwich de pastrami, un reuben sándwich y unas patatas. El pastrami no se deciros muy bien lo que es, es una especie de carne prensada y un poco especiada, de la que van haciendo filetillos finos, o al menos eso nos pareció a nosotros; el reuben lleva una carne parecida a la del pastrami, pero también lleva queso, y una especie de ensalada. Nos sobró casi más de lo que comimos, estaba muy rico, pero las cantidades son enormes. Otra cosa que nos gustó mucho de los USA es que en todos los sitios te dan una cajita para que te lleves la comida que te sobra. Sitio recomendable para ir a comer. Para los que no lo sepáis, es el sitio donde se rodó la famosa escena del fingimiento de orgasmo de la peli “Cuando Harry encontró a Sally”, incluso está señalada la mesa en la que se grabó la escena.

Después de comer estuvimos dando un paseo por la calle Broadway entre las calles Canal St y Houston St. Es una zona llena de tiendas de todo tipo. Habíamos oído decir que valía la pena comprar ropa en Nueva York. Pues no sé, se ve que el cambio ahora no está como para tirar cohetes o que nosotros no sabemos encontrar las gangas, pero no nos pareció que fuera más barato que en España, quizá los pantalones Levi’s, pero poco más. Una cosa que no me gusta de los USA es que en los precios que ves no figuren los impuestos. Al precio que ves marcado tienes que sumarle el porcentaje de su IVA. En resumen, que no compramos nada, pero bueno, tampoco era un tema que nos preocupara, no habíamos ido a Nueva York de compras.

Antes de que cayera la tarde nos fuimos hacia el puente de Brooklyn. Lo cruzamos andando hacia Brooklyn y la verdad es que vale la pena, vuelves a sentirte en una peli y las vistas de Manhattan son una pasada. Una vez en Brooklyn fuimos paseando hacia la playa de Dumbo para hacer unas fotos y luego fuimos hasta el Fulton Ferry State Park para sentarnos y ver el atardecer y el anochecer tranquilitos. Vale mucho la pena la experiencia.

Agotados, cogimos el metro de vuelta al hotel. Otra noche que estábamos agotados y que nos solucionó la cena la comida que nos había sobrado en el Katz’s Deli, no teníamos fuerzas ni para ir a cenar.

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