Para cada etapa tengo grabado un pequeño vídeo. Este es el del primer día.
A pesar de haber preparado los deberes con antelación, el día de mi llegada a Sofía pague la novatada al montarme en un taxi del aeropuerto. Varias personas se nos acercaron ofreciendo el "Taxi Oficial". Son trampas para turistas y es algo muy habitual en el aeropuerto de Sofía.
La única compañía con licencia para operar en el aeropuerto es OK Supertrans. Estos taxis son fáciles de reconocer por su color amarillo. Hay un mostrador de la compañía tanto en la T1 como en la T2. Un recorrido en taxi hasta el centro de Sofía cuesta un máximo 8,5 €...
Me salte el paso de ir al mostrador ¡Craso error! El taxista nos cobró por nuestro trayecto 22 eurazos... Dado que era de noche y la calle era muy, pero qué muy oscura y siniestro ni siquiera discutimos.
Al día siguiente, y queriendo dejar atrás el mal trago, recogimos los 3 vehículos que habíamos alquilado. ¡De nuevo otro susto! El dueño de la compañía nos indicó que el seguro del coche no nos permitía circular por Albania, a pesar de que con dos meses de antelación ya le habíamos hecho llegar nuestra ruta... Este sería el mayor temor de todo nuestro viaje.
IGLESIA DE BOYANA
Una vez con los coches en nuestro poder, nos pusimos en marcha hacia la iglesia de Boyona. La iglesia de Boyana es una pequeña iglesia ortodoxa medieval Patrimonio de la Humanidad. Una vez que pasas una minúscula puertecita de ingreso podrás ver unos frescos de 1259. La entrada cuesta 10 Lev, lo que al cambio suponen 5 €. La verdad es que es un tanto decepcionante, pues el tamaño es muy pequeño y no se encuentra muy bien conservada. ¡Al menos el jardín es precioso!
MONASTERIA DE RILA
Tras ello nos dirigimos hasta la joya de la corona de Bulgaria, el monasterio de Rila. El monasterio se encuentra a unos 20 km del propio pueblo de Rila.
Dado que estábamos un poco hambrientos, decidimos comer en una restaurante al aire libre. La camarera, que hablaba un perfecto español (¡menuda sorpresa, os aseguro que el pueblo está en medio de la nada!) nos recomendó probar trucha a la plancha. ¡Vaya acierto!
Una vez llenamos nuestras barrigas, nos fuimos hasta el monasterio. ¡IMPRESIONANTE! Los frescos son espectaculares, y añadiendo que se encuentra entre las montañas, hacen de Rila un emplazamiento sin igual.
PIRAMIDES DE STOB
Cómo la visita al monasterio de Rila tan sólo llevó un par de horas, aprovechamos para visitar las cercanas pirámides de Stob. ¡Buenísima elección! Por el camino pudimos comprobar la baja densidad de población qué tiene Bulgaria, ya que los pueblos están desiertos.
Las pirámides de Stob son una construcción natural, situada en una de las vertientes de las montañas de Rila. La entrada (una caseta destartalada hace las veces de taquilla) cuesta 3 lev (1,5 €).
Este lugar también tiene su leyenda. La historia es acerca de una boda, entre una chica de Stob y un chico de otro pueblo. En esa época, nadie debía mirar a la novia antes del final de la ceremonia. Cuando la procesión de la boda comenzó su viaje hacia la casa del novio, el viento quitó el velo de la novia mientras pasaban por el lugar donde ahora se encuentran las pirámides. Su belleza era tan increíble que dicen, que el padrino no pudo contenerse y trató de besarla. Atónito por el pecado que estaba a punto de comprometer el enlace, toda la procesión de la boda se convirtió en figuras de piedra.
Leyendas a parte, el paraje es muy bonito, siendo similar a las Médulas del Bierzo, en la provincia de León. El último tramo es un tanto peligroso, no siendo recomendable para personas con vértigo o niños. En este lugar estuvimos prácticamente solos, ya que tan sólo vimos a una familia de holandeses.
¡Nos pareció muy curioso ver a tantos perros callejeros!! Lo cual fue una constante a lo largo del viaje.
MUSEO DE LA BASURA DE KOCHERINOVO
¡Otra sorpresa! A la salida de la ciudad de Kocherinovo se encuentra el museo no oficial de la basura. Más bien se trata de un museo de la nostalgia de la época socialista.
La entrada fue libre, y todos los objetos (coches antiguos, viejos televisores, fotos de Lenin y artículos militares) están a la venta.
Tras ello tocaba guardar fuerzas para el día siguiente, ya que por la mañana nos esperaban 3 horas y media de carretera hasta Skopje, la capital de Macedonia.