Al día de hoy le tenía ganas. Era la excursión estrella que íbamos a realizar por Kananaskis. Una ruta que encontré sumergiéndome en internet, ya que no es muy habitual realizar la misma. Por lo menos tal y como estaba configurada.
Era una ruta de algo más de 20 kms en un solo sentido. Dejaríamos el coche en el aparcamiento de Burstall Pass Trail, un sendero bastante conocido, pero nuestro comienzo sería desde Smutwood Peak Trailhead. El problema es que hay algo más de 7 kms entre un punto y otro por la Smith-Dorrien. Me dije que haríamos dedo y nos llevarían ese tramo en coche.
Así que tras desayunar, nos pusimos en marcha. Primero paramos brevemente en el centro de visitantes para cogerle la wifi y enterarnos de las elecciones y de ahí a dejar el coche.
El día se ha levantado espléndido, pero tras situarnos en la carretera no vemos coche alguno. Bueno, vamos andando y ya haremos dedo al que pase. Resultado: nos hicimos la carretera andando entera. Pasaron 3 coches en todo el rato. Uno lleno, otro pasó de nosotros y otro se paró para ver si estábamos bien, pero también iba completo. Bueno, el camino es plano y tiene buenísimas vistas, pero esto va a hacer que nos acerquemos a los 30 kms de ruta.
Mud Lake. Praderas con el arroyo Smuts y las montañas Birdwood, Pig’s tail Commonwealth al fondo
Justo en el inicio del sendero al pico Smutwood hacemos una parada para tomarnos unas chocolatinas. Los 6 primeros kms desde ahí son planos y preciosos yendo por el valle del arroyo Commonwealth, al principio por un antiguo y amplio camino forestal, luego ya por una senda más estrecha, que se convierte en un caminito lleno de raíces que nos hace ver una pequeña cascada que hace el arroyo Commonwealth.
Siguiendo el arroyo llegamos a unas praderas inundables. El camino está justo al borde y hay que ir haciendo malabarismos para no llenarte las zapatillas de fango. A nuestra izquierda tenemos Pig’s Back, al frente la montaña Birdwood con sus más de 3000 metros y a la derecha los derrubios de The Fist.
Cruzamos más praderas y ya vemos el primero de los pases que hemos de tomar: Smuts Pass. Cruzamos las praderas, echamos alguna vista atrás para deleitarnos con el camino y tras un sube y baja por una zona más rocosa y con restos de avalanchas, llegamos al pie de la montaña Birdwood y sus laderas de derrubios y remanentes de antiguos glaciares. Hemos de ir a la derecha para ir al pase.
En distancia recorrida no es mucha, apenas un kilómetro, pero se me hizo interminable. 350 metros de subida, y el primer medio kilómetro entre arbustitos y árboles de pequeño porte fue un infierno. El camino es prácticamente subir por la ladera directo, sin apenas zigzags. Me dejó vacío. Paradas cada dos por tres para coger aire. Y hacer alguna foto que vaya vistas.
Apenas hemos subido y ya hemos ganado mucha altura; con lo agusto que íbamos por esas praderas. A la izquierda se ve claramente The Fist (se entiende el por qué del nombre)
Y llegamos al pedregal camino, mucho menos pindio, pero yo no podía ni con mi alma. Este camino nos lleva al pase entre la montaña Birdwood y Smuts.
En el pase hace un viento que casi nos tira, así que bajamos un poco y paramos a tomarnos unas chocolatinas a ver si me recupero. Con el calor están totalmente derretidas. El chocolate parece hacer su efecto y me siento mejor. Seguimos en dirección a Smutwood Pass, otro pase que se encuentra un poco más allá. Entre el monte Smutwood y Smuts están los lagos Birdwood. Muy bonitos, pero cuesta mantener el equilibrio con el viento que hay en la zona.
El pase Smutwood se ve allí al fondo. A la izquierda, el pico redondeado, es Smutwood. El de la derecha Smuts
Ya en Smutwood Pass decidimos no subir a Smutwood, que era la idea original. El subidón de antes me ha quitado las ganas. Así que en vez de girar a la derecha vamos a la izquierda. Ahora empieza la verdadera aventura ya que hemos de ir a Birdwood Pass medio a las bravas porque en la mayor parte del trayecto no hay camino. Por cierto, Smutwood Pass es la frontera entre Alberta y BC
Birdwood a la izquierda. Snow Peak a la derecha. Al fondo Mount Sir Douglas (más de 3400 metros) y sus glaciares
Desde ahí andamos en búsqueda de un camino de fauna que sé que hay que tomar. Nos cuesta, pero damos con él. Como buen sendero de animales es estrecho y empieza a descender por la ladera de manera vertiginosa en determinadas partes, poniendo mi vértigo en alerta que la caída es importante. Las vistas siguen siendo impresionantes.
Pasamos por tramos arbolados, empinados aludes repletos de flores y al final llegamos a un tramo más plano. Ya no hay sendero, ahora viendo a donde ir, que es Birdwood Pass, seguimos nuestro camino en un sube-baja que nos lleva al arroyo Birdwood, donde llenamos las botellas de agua. A partir de ahí ganamos altura con un tramo final empinado por un pedregal que nos sitúa en nuestro destino.
Ladera de la que venimos. Birdwood pass al frente. En Birdwood Pass
En Birdwood Pass tenemos unas vistas estupendas del terreno kárstico que nos lleva al último pase del día, Burstall Pass. Aquí, mirando a Snow Peak vemos un par de puntos blancos. Mirando con los prismáticos vemos claramente que son dos cabras montesas tumbadas tranquilamente.
Comenzamos el camino a Burstall Pass, cruzamos unos cuántos parches de nieve y empezamos a ver el valle que deberemos tomar una vez alcancemos el pase y que nos devuelve al coche.
El pase lo tenemos a la vista, pero surge un problema. Vamos, como he dicho, a las bravas, no hay camino hasta que alcancemos el pase. Una vez allí ya sí habrá hasta el coche, pero no vemos la forma segura de seguir. A nuestra izquierda tenemos un barranco con caída de 90 grados y a la derecha un ascenso muy empinado dirección Snow Peak. Empezamos a subir y tenemos ya que usar las manos y la verdad es que no sabemos que nos depara más allá y esto está bastante peligroso. Le digo a mi sobrino que cómo lo ve, que yo lo veo bastante chungo, que si lo intentamos o nos damos la vuelta, sabiendo que llevamos 19 kms, por lo que nos podemos ir cerca de los 40. Lo rumiamos rápido y decidimos volvernos por donde hemos venido.
Así que vuelta atrás. Paramos a comer pasado Birdwood Pass. Unas tortillas de maíz con pimiento verde y bacon, que no hay quien se lo coma. Esto sin fuego es chicle.
El camino de vuelta lo hacemos rapidillo porque se están formando unas nubes de tormenta que no me gustan. Más contratiempos. La subida por la ladera que nos lleva a Smutwood Pass me cuesta la vida por lo empinada que es y eso que trato de no mirar la posible caída. Justo en el pase nos empieza a chispear. Vamos, vamos, vamos. No se ve un alma. Esto no lo había comentado, pero hasta los lagos por la mañana habíamos visto algunos grupos de personas de vez en cuando, ahora estamos solos.
Descendemos desde el pase Smuts hasta el pie de Birdwood. Uf, bajando se ve mejor lo empinado que es el camino. Y llegamos ya a la parte plana. Nos relajamos, ya si desarrolla la tormenta no estamos tan expuestos.
Vamos tranquilamente charlando por una de las praderas cuando mi sobrino mira atrás y me dice “Tito, ¡oso!” Me doy la vuelta para verlo, esperando que este lejos por las laderas cuando veo a un grizzly corriendo a 20 metros de donde estamos. No sé, pero fue el momento de todo el viaje. Nos cagamos las patas abajo. Sacamos los spray antiosos y empezamos a gritarle, pero el oso pasaba de nosotros, iba corriendo de un lado a otro de la pradera como buscando marmotas o ardillas de tierra. Cuando se alejó a unos 80 metros empezamos a sacar alguna foto y video, pero tenía un tembleque de piernas incontrolable y mi sobrino de brazos. El problema es que se había alejado en dirección a la que teníamos que ir. Mi sobrino dijo que esperáramos a que se alejara, yo le dije que yo no quería perderle de vista sabiendo que está delante de nosotros, que hasta que no lo dejáramos atrás yo no me quedaba tranquilo. Así que con la mirada fija en el plantígrado fuimos por el camino acercándonos. El oso se había metido en un banco de tierra dentro del arroyo y parecía absorto en lo suyo, pero de nuevo estábamos a 25 metros de él. Era ahora o nunca, así que rezando mil plegarias lo sobrepasamos, dejándolo atrás. El resto del camino fue andando a ritmazo (no había ya cansancio) con el spray antioso en la mano y pegando voces.
No sé por qué me salieron tan mal las fotos, si no le dí a enfocar o el tembleque o yo que sé
Llegamos al inicio del sendero, con el cielo encapotado, tronando y lloviendo. Había un hombre con su coche y le preguntamos si podría llevarnos a Burstall Pass Trailhead, pero se iba en dirección contraria, hacia Canmore, así que resignados seguimos nuestro camino por la carretera viendo que al final acabamos empapados, con casi 40 kms y medio de noche. Pero tuvimos suerte, poco después aparecieron dos coches, le hicimos dedo y se pararon ambos. Del primero cuando bajó la ventanilla salió una humareda porrera que casi nos deja intoxicados. Los muchachos también iban para Canmore, pero la suerte fue con el siguiente que si nos recogió. Un fotógrafo de naturaleza que estaba por la zona haciendo fotos, un tío supermajo y muy agradable que nos dejó en nuestro coche.
Al final solo 33 kms hicimos, pero fue toda una aventura para el recuerdo.
El resto del día todavía nos deparó un par de cosillas. Como estaba anocheciendo y ya sabemos que es hora bichera, dijimos de acercarnos hasta Boulton Creek por si veíamos algún otro animal desde la seguridad del coche y así fue, vimos un ciervo de cola blanca.
Lo otro fue menos agradable. Tras ducharnos, estábamos haciéndonos la cena, unos noodles. Para ello hay que hervir agua, pues a mi sobrino se le cayó su tazón con todo hirviendo al pie. Vio las estrellas y el resultado fue unas quemaduras de aúpa. Le puse una crema que tengo para quemaduras y le vendamos la zona, a la espera de ver cómo se levanta mañana.
Ruta. Empecé a grabar en el TH de Smutwood Peak Trail y lo paré cuando nos dejó el coche