-- A las 7 a.m ya estamos en pié, desayunamos en una cuca sala de estar, y tras abonar el alojamiento-desayuno nos despedimos e iniciamos el trayecto a dos espectaculares cascadas situadas a 1 hora y 10 minutos de
Eskifjordur ( eso si no te paras a cada momento para hacer fotos, como hacíamos nosotros; porque se puede alargar hasta casi 2 horas jeje)
-- En dirección a esta zona, ya adentrándonos entre montañas, se nota la bajada de temperaturas, influenciada por el emparedamiento de las montañas manchadas de nieve, que su deshielo provocaban numerosas cascadas. Con más agua subterránea y dejando la salinidad de los fiordos, la vegetación va creciendo, siendo
la zona Este, la única zona en la que hay árboles tipo abedul, en el resto de zonas, si hay árboles, algo poco probable, han sido plantados por el hombre.
-- Con el fondo de las montañas nevadas, los árboles a ambos lados de la carretera y ya un enorme e imponente l
ago Logurinn acompañándonos durante gran parte del trayecto a Hengifoss, daba la impresión de estar conduciendo por Canadá (país que no hemos visitado, pero por las fotografías vistas, nos dio la esa impresión).
-- Cuando llegamos
a través de la N1 a la 931, y vemos un puente de unos 500 metros que te lleva al otro lado del lago,
una vez cruzado hay que girar a la izquierda y enseguida a la derecha se observa un parking donde se inicia la excursión hacia las
cascadas Hengifoss y Litlanefoss.
-- Nos esperaba
1 hora de camino en ascenso hasta la llegada a Hengifoss, y la jornada, que se inició marcada por una intermitente lluvia, acabó por detenerse y respetar nuestro tiempo para la visita a estas maravillas de la naturaleza.
-- Iniciamos el track, y
a escasa media hora, nos encontramos con Litlanesfoss, una impresionante cascada formada por un estrecho y elevado paso entre columnas basálticas, dejando una caudalosa caída de al menos 20 metros. De la que deduciríamos más tarde que se trataba de un paso de
Hengifoss, tratando de abrirse hueco entre el angosto paso basáltico.
-- Para nosotros, fue más atractiva que su progenitora
Hengifoss, a la que para acceder, casi tenemos un percance que se podría haber pagado muy caro. Hay un último tramo para acercarte, en el que había un cartel que ponía
CLOSED TEMPORARLY, y al ver que había gente próxima a la imponente y arrinconada
Hengifoss, pensamos que pasaron por allí y decidimos intentarlo; resultando que estaba tan vertical el paso, terroso y húmedo, que resbalamos un poco, e inmediatamente dimos media vuelta para marcharnos y observar la cascada desde más lejos. Si bien, logramos ver otro acceso más seguro y pudimos aproximarnos hasta ella, teniendo que cruzar un pequeño tramo de río que venía de una cascada lateral antes de la protagonista del lugar.
-- De aspecto oscuro, con las paredes rojizas, como si fuera la antesala del averno, e inaccesible hasta sus pies, allí estaba
Hengifoss. La admiramos unos instantes y como amenazaba lluvia y la experiencia de mojarse no nos agradaba, volvimos hasta el parking, volviendo en cada momento la mirada atrás para poder observar a ambas cascadas una vez más antes de dejar el lugar.
-- Ya en el coche, pusimos rumbo a
Myvant, zona volcánica muy activa en Islandia, 2 horas y media de camino nos esperaban todavía.
-- Ascendiendo hacia latitudes mayores, ya dejábamos
el Este, y el viento se fue incrementando, descendiendo la
temperatura hasta los 6 grados aproximadamente, con una
sensación térmica aún menor debido a las fuertísimas rachas de viento que azotaban la zona. El paisaje había cambiado por completo, desolación por donde miraras. -- Estábamos en los techos de las montañas, al lado de las manchas de nieve que se ven a lo lejos, un paisaje volcánico, de otro planeta, era el que veíamos hasta donde la vista alcanzaba, y así hasta la llegada a la
zona volcánica de Hverir/Nammafjall, plagada de zonas sulfuradas y lodo bullente, por la acción volcánica aún presente en el lugar. Se pueden divisar al menos 2 fumarolas muy activas, que dan apariencia de ser artificiales debido a la gran cantidad de humo que emanan.
-- Además hay varias pozas de lodo burbujeante, en las que se evidencía la presente actividad geotérmica bajo tierras islandesas. El acceso está sujeto al pago de una entrada de
800ISK por persona (unos 5 euros aprox).
¡¡Se puede pagar con tarjeta!! A pesar de su lejanía con la civilización, tienen su TPV con las pilas cargadas. Es algo que en Islandia tienen muy instaurado, el pago con tarjeta en el 99% de comercios. Recuerdo, si no lo dije, también en el chiringuito situado en el parking de la
cascada Skogafoss, también se puede pagar con tarjeta.
Tras dar una vuelta por el recinto volcánico, realizamos un pequeño ascenso a una -- montaña desde la que tendríamos una amplia panorámica de toda la zona con sus diferentes atractivos. Zonas sulfuradas, fumarolas y pozas de lodo activas. Sin embargo, como el terreno estaba algo complicado y no queríamos más riesgos innecesarios hoy, subimos unos 30 metros por el lateral y desde allí tomamos la instantánea. Hay que decir que cogimos un sendero paralelo al sendero marcado como "legal" jijiji.
Visitada la zona de
Hverir/Nammafjall, y previa a la llegada al pueblo de
Myvant, localizamos los famosos
baños termales de Myvant, a los que echamos un vistazo para al día siguiente ir a disfrutar.
-- Antes del tomar el desvío a nuestra guesthouse, hicimos una pequeña inspección del pueblo y repostamos el depósito en la gasolinera, de nuevo la r
ed de gasolineras N1. Además preguntamos en el punto de información que hay justo en frente, cómo estaba el camino a
Askja, nuestro destino de mañana.
-- Pero tras la predicción del tiempo, que daban algo de nieve, y luego lluvia, además del día que estaba haciendo, el plan como que se iba torciendo. Y es algo que hay que tener muy en cuenta, ya que te adentras 100km a las
Highlands islandesas y el clima se vuelve muy rudo. La temperatura ya en
Myvant rondaba los
5 grados, y para
Askja se estimaba una
máxima de 1 grado y mínima de -1. Además el gran inconveniente, fue que nos dijeron (algo que intuíamos al saber que u
n tramo estaba todavía cerrado) que
la carretera F894, todavía cortada estaba llena de nieve, y por tanto habría que caminar 4km por nieve hasta llegar al parking y luego el tramo hasta llegar a la caldera. Y lo mismo de vuelta. Pero no cejamos en nuestro empeño y preguntamos en un hotel que alquilaban además vehículos, y fingimos querer alquilar un todoterreno (ya disponíamos de uno, el Ford Escape V6) para ir allí, y nos lo desaconsejó, recomendando hacerlo con una agencia.
-- Para cerrar el círculo de investigación (y me adelanto al relato de la llegada al guesthouse) preguntamos a la recepcionista del lugar donde nos alojaríamos mañana, y ahí quedó todo más claro. Nos advirtió que incluso
algunos súper jeeps estaban teniendo problemas para acceder. Por tanto descartamos la opción por completo.
-- Los lugareños desaconsejaban hacerlo en esta temprana época (quizás a partir de la segunda quincena de julio ya comienza a ser más viable o mejor dicho más seguro).
-- A continuación nos dirigimos a dar una
vuelta a todo el lago (totamente recomendable, unos
35km circulares); que además el sol entrecubierto con nubes pero presente, nos ayudó a tener un tour más completo. En el interior del lago ya se observaban los
pseudocráteres de Skutustadir ("complejo natural de formaciones de lava) y las vistas eran espectaculares. Parecían formaciones artificiales, y cuando llegamos al otro extremo del lago, decidimos aparcar en zona habilitada y pasear por un tramo practicable del lado.
-- A continuación dimos toda la vuelta al mismo, volviendo a salir a la
N1 y regresar a
Myvant, donde cenaríamos en el
Vogafoss restaurante, lugar en el que mañana día 03-07-14 nos alojaremos una noche y volveremos a cenar. La noche de hoy tocaba en el housemóvil.
-- La cena en este restaurante-vaquería fue deliciosa (Vogafjoss Restaurant), a la entrada, donde está también la recepción del guesthouse, tienen una cristalera donde se puede observar como están las vacas que tienen, a las que cuidan y ordeñan. Nos dijeron que a las
7:30 a.m y a las 18:30 p.m, las ordeñan y se puede probar la leche recién ordeñada. Ya os contaré en la siguiente etapa qué tal fue.
-- En este restaurante de comida local, comimos una hamburguesa de ternera, con ensalada y un queso hecho por ellos, y una patata horneada y gratinada por encima con algo que desconoco pero que estaba muy bueno y crujiente. Mi mujer tomó un cordero con también una perfecta guarnición y como no, 2 buenas cervezas islandesas Viking, al parecer de Akureyri.
La cena nos salió por unas 9800 ISK creo recordar, cerca de 65 euros. ¡¡También fueron bien pagados!! Y hasta aquí el día hoy, tras la cena buscamos un hueco donde aparcar nuestra vivienda y preparar los bártulos y descansar para el día siguiente, cargado de tareas, poder cumplir. Decir que ya en esta zona del país, percibí el famoso olor a huevo podrido o cocido, según la pituitaria que lo detecte, cuando abres un grifo.