![]() ![]() Praga y Budapest ✏️ Blogs of Europe East
Descubriendo dos joyas del centro de Europa.Author: Iacomus Input Date: ⭐ Points: 4.7 (3 Votes) Index for Blog: Praga y Budapest
01: Ahoj, Praha!
02: Staré Město y Nové Město
03: Malá Strana
04: Barrio del Castillo (Hradčany)
05: Josefov y Vyšehrad
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Journeys 4 to 6, Total 10
Hoy nos proponemos visitar el Castillo y algunos lugares próximos al mismo. Para ello, tomamos el denominado Camino Real, que es la ruta que realizaban los reyes de Bohemia desde el Palacio Real – situado en lo que hoy es la Casa Municipal, en Náměstí Republiky -, hasta la Catedral de San Vito, ubicada dentro del Castillo, donde se procedía a su coronación. Los hitos del Camino Real, además del inicio y el final del recorrido, son: torre de la Pólvora – c/ Celetná – plaza de la Ciudad Vieja – Malé náměstí – c/ Karlova – Puente Carlos – c/ Mostecká – plaza de Malá Strana – c/ Nerudova. Al final de esta última calle, hay unas escaleras a la derecha que conducen directamente al recinto del Castillo, que está perfectamente señalizado (Pražský hrad).
El Castillo de Praga es en realidad un complejo arquitectónico que alberga varios edificios conectados entre sí por calles y plazas o patios, y que se sitúa en lo alto de una colina que domina la ciudad. Fue construido en el siglo IX, y está considerado como el castillo más grande del mundo. Esta es su web oficial: www.hrad.cz/ La entrada al recinto es gratuita. Otra cosa es el acceso a los diversos monumentos visitables que hay en el interior, que es de pago. Existen diferentes entradas combinadas cuyo precio varía en función de aquello que permiten visitar. Nosotros elegimos la entrada para el circuito B, que cuesta 250 CZK, y que permite la entrada a la Catedral de San Vito, el Palacio Real, el Callejón del Oro y el monasterio y basílica de San Jorge. Por el foro sabíamos que no abundaban los paneles con información sobre los diferentes edificios y dependencias del Castillo, por lo que nuestra intención inicial es alquilar una audioguía, pero desistimos en cuanto vemos los precios: 350 CZK por tres horas y 450 CZK por un día. Accedemos al Castillo por la denominada Puerta de los Gigantes, monumental entrada que se abre en la parte occidental del complejo. Dicha puerta está flanqueada por dos guardias en sendas garitas y cada hora, desde las cinco de la mañana hasta las once de la noche se produce el correspondiente relevo. El más ceremonioso es el que se lleva a cabo a las doce del mediodía, con acompañamiento de fanfarrias incluido y ante una muchedumbre que se agolpa en el primer patio y tras la verja para presenciar el espectáculo. Nosotros ya nos encontrábamos en el interior del recinto y poco antes de las doce acudimos al primer patio con la intención de presenciar ese cambio de guardia, pero era tal el gentío que apenas pudimos ver nada. Un inciso: es de admirar la paciencia franciscana con la que los impasibles guardias aguantan que algunos (o bastantes) turistas les toquen las narices (casi en sentido literal) tomándose fotos a su lado o haciéndoles todo tipo de carantoñas. Todo sin mover un músculo. Una vez provistos de nuestras entradas, empezamos a visitar aquellos sitios a los que podemos acceder, comenzando el recorrido por la Catedral de San Vito, cuya construcción fue iniciada en estilo gótico en el siglo XIV bajo el reinado del emperador Carlos IV (Carlos I de Bohemia), en el mismo lugar en el que, en el año 925, San Wenceslao había mandado construir la rotonda de San Vito, un edificio prerrománico que debía albergar su futura sepultura, pero que se había quedado pequeño ante la enorme expansión que experimentaba la ciudad. Tras un sinfín de vicisitudes (guerras, saqueos, incendios, etc.), la Catedral pudo considerarse concluida en el año 1929, nada menos que mil años después de la muerte de San Wenceslao. *** Imagen borrada de Tinypic *** Fachada occidental, del siglo XX, neogótica. *** Imagen borrada de Tinypic *** Fachada meridional, construida en el siglo XIV, en la que destaca la denominada Puerta Dorada, coronada por el mosaico del Juicio Final. *** Imagen borrada de Tinypic *** El interior es verdaderamente majestuoso, pese a su austeridad (o quizás por eso mismo). Destacaría la nave central con su bóveda reticular, la capilla de San Wenceslao, la tumba de San Juan Nepomuceno, el mausoleo real de los Habsburgo, las vidrieras de Alfons Mucha... *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** ¡Ojo! Pese a que en muchos sitios se asegura que la entrada a la Catedral es gratuita, lo cierto es que para ver los lugares más destacados de la misma hay que pagar la entrada combinada al Castillo. De lo contrario, sólo permiten avanzar unos pocos metros en el interior – lo justo para contemplar un poco de la magnífica nave central - hasta que uno se topa con una cuerda y unos señores que controlan el acceso al templo. La entrada que nosotros teníamos no nos permitía subir a la torre de la Catedral, desde la que al parecer se obtienen muy buenas vistas de la ciudad. Salimos de la Catedral y nos dirigimos al antiguo Palacio Real (Starý Královský Palác), mandado construir en el siglo XII por el príncipe Sobešlav I en estilo románico. Sin embargo, el aspecto exterior que presenta en la actualidad es muy diferente, ya que responde a la reestructuración general del Castillo que tuvo lugar en el siglo XVIII a instancias de la emperatriz María Teresa de Habsburgo. En el interior del edificio destaca, sobre todo, la enorme Sala Vladislao, con su bóveda curvilínea estrellada. Seguimos con el monasterio y basílica de San Jorge, fundado en el año 973, *** Imagen borrada de Tinypic *** para continuar nuestro recorrido por el llamado Callejón de Oro (Zlatá ulička), lugar tan pintoresco como concurrido. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Las casas de colorines que podemos apreciar en este pasaje, parece que datan del siglo XVI, y en ellas se establecieron los orfebres (de ahí la denominación de la calle). Se dice que en el número 22 escribió Franz Kafka alguno de sus cuentos. Un torno impide el libre acceso a la calle si no se va provisto de la entrada correspondiente (en nuestro caso, la combinada que habíamos adquirido, la del circuito B), pero a partir de las cinco de la tarde el acceso es gratuito. Aparte de los edificios que se pueden visitar en el Castillo, desde luego es recomendable perderse por el entramado de calles del recinto, ya que nos podemos encontrar con rincones encantadores. *** Imagen borrada de Tinypic *** Salimos del Castillo por la puerta este, y tras una comida rápida, nos disponemos a visitar antes de que cierren (a las cinco de la tarde) dos monumentos que están fuera del recinto, aunque bastante próximos: el monasterio de Strahov y el santuario de Loreto. Sin embargo, no podemos dejar de admirar los elegantes edificios que rodean Hradčanské námeští, la plaza que se abre frente a la entrada principal del Castillo (la Puerta de los Gigantes). Algunos de los edificios más destacados son el palacio arzobispal *** Imagen borrada de Tinypic *** y el palacio Schwarzenberg (que alberga el Museo nacional de arte barroco y manierista). *** Imagen borrada de Tinypic *** En el monasterio de Strahov, que fue fundado en 1140, se pueden visitar las salas de su biblioteca y una galería de arte. Nosotros optamos por ver sólo la biblioteca. El precio de la entrada es de 80 CZK más un suplemento de 50 CZK si se desea hacer fotos. Bueno, lo de visitar es un decir, porque las salas sólo se pueden contemplar desde la puerta, no está permitido acceder al interior. Eso sí, tanto la Sala Filosófica *** Imagen borrada de Tinypic *** como la Teológica *** Imagen borrada de Tinypic *** son espectaculares. A continuación volvemos sobre nuestros pasos y nos dirigimos al cercano santuario de Loreto, muy próximo al Castillo. La entrada cuesta 130 CZK y también hay que pagar un suplemento por tomar fotografías (100 CZK, creo recordar). En este caso decidimos no pagarlo. De todas formas, la visita al santuario es muy recomendable. Cuando salimos de Loreto enfilamos la calle Černínská, que nos conduce directamente hacia Nový Svět, un remanso de paz situado a tiro de piedra del Castillo, pero lejos, muy lejos de su bullicio. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Se trata de una sinuosa calle en la que habitaba la servidumbre del Castillo, y donde también tuvieron su residencia eminentes personajes como Tycho Brahe o Johannes Kepler. Actualmente, algunos artistas e intelectuales se han establecido allí. Tomamos un café reparador en un pequeño y agradable bar de Nový Svět. Aún no son las seis de la tarde y decidimos volver al Castillo. Antes de entrar, tenemos ocasión de presenciar uno de los cambios de guardia que se producen cada hora en punto, menos espectacular que el del mediodía pero, eso sí, muchíiiiiiisimo más tranquilo. Una vez dentro comprobamos que el gentío ha disminuido de forma considerable. Para programar vuestra visita, tened en cuenta que en verano los monumentos visitables cierran a las cinco de la tarde, a excepción de la torre de la Catedral, a la que se puede subir hasta las seis, pero que el horario de apertura del recinto es de 5 a 24 horas, con lo cual tenéis un buen margen para pasear de forma relativamente tranquila por el Castillo. A partir de las cinco y media o seis de la tarde es una buena hora, por ejemplo. La otra opción es madrugar. Por cierto, nos llama la atención el número de novias orientales que hemos visto en el Castillo posando para, suponemos, el reportaje fotográfico de su boda. También las había en la plaza de la Ciudad Vieja, lo que no deja de sorprendernos dada la gran cantidad de gente que transita por estos espacios. Supongo que no les importa demasiado el gentío que tienen alrededor. Teníamos cierto interés en recorrer el perímetro del Castillo y, de paso, alguno de sus jardines, y desde luego la visita superó ampliamente las expectativas, sobre todo por las magníficas vistas de las que pudimos disfrutar. Empezamos el recorrido rodeando el Castillo por su parte septentrional, y nos encontramos en primer lugar con el Jardín del Bastión. *** Imagen borrada de Tinypic *** Seguidamente, un camino bordea todo el perímetro norte en un agradable y tranquilo paseo. Estamos rodeados de vegetación, pero de vez en cuando tenemos la fortuna de contemplar imágenes como estas: *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Llegamos al palacio de verano de la Reina Ana, edificio renacentista erigido en el siglo XVI, más conocido por el sobrenombre de Belvedere, *** Imagen borrada de Tinypic *** y volvemos por un momento al Castillo por una puerta cercana para visitar de nuevo el Callejón de Oro, que como dije anteriormente tiene entrada gratuita a partir de las cinco de la tarde. Ahora tenemos ocasión de pasear por la breve callejuela sin las aglomeraciones de la mañana. Salimos nuevamente del recinto, ahora en dirección a los llamados Jardines Meridionales, para rodear el Castillo por lado sur. Desde aquí se contemplan unas magníficas vistas de la ciudad, especialmente de Malá Strana. He aquí una muestra: *** Imagen borrada de Tinypic *** En definitiva, los jardines del Castillo (y sobre todo sus vistas) resultan ser una agradable sorpresa, y tras recorrerlos ponemos fin a esta intensa y satisfactoria jornada a la espera de la de mañana, última de nuestra estancia en Praga. Journeys 4 to 6, Total 10
Ultimo día en Praga. Hoy tenemos previsto visitar Josefov, el barrio judío, por la mañana y Vyšehrad por la tarde.
Iniciamos nuestro recorrido por el barrio judío en la sinagoga Maisel, y la primera en la frente: está cerrada al público por reformas, y según nos indicó la taquillera de otra de las sinagogas, al parecer lo estará durante bastante tiempo. Nos tenemos que conformar con ver el exterior. *** Imagen borrada de Tinypic *** Esta sinagoga fue fundada entre 1590 y 1592 por Mordechaï Maisel, alcalde del barrio judío. Fue pasto de las llamas en 1689, reconstruida en estilo barroco, y a su vez transformada a finales del siglo XIX, que es cuando adquiere su actual aspecto neogótico. Se tiene noticia de la existencia de una comunidad judía en Praga desde el siglo X, aunque el gueto data del siglo XIII, cuando se construyeron unas murallas que lo separaban del resto de la ciudad. A finales del siglo XIX las casas del barrio fueron demolidas, y se realizó un nuevo trazado urbano que sustituyó al entramado de callejuelas estrechas y sinuosas que conformaban Josefov, cuyo nombre es un tributo al emperador (y rey de Bohemia) José II, quien impulsó medidas para integrar a los judíos en la vida de Praga. Compramos las entradas para el resto de sinagogas y el antiguo cementerio judío. Se pueden adquirir en cualquiera de las sinagogas, y los precios son los siguientes: - entrada para las sinagogas Pinkas, Española, Klaus y Maisel (aunque ésta última estaba cerrada, como dije anteriormente), la Sala Ceremonial y el antiguo cementerio judío: 300 CZK - entrada para la sinagoga Viejo-Nueva y para la de Jerusalen (la de la calle Jeruzalémská, muy cerca de la estación de ferrocarril Hlavni nádraží): 200 CZK. Si se adquieren ambas entradas, que es lo que hicimos nosotros, hacen un pequeño descuento y sale por 480 CZK. Además, no dejan hacer fotografías en ninguna de las sinagogas, tan solo en el antiguo cementerio judío, previo pago, eso sí, de un suplemento de 40 CZK. Esta es la web del Museo Judío de Praga: www.jewishmuseum.cz/en/info_es.php Gracias a un reciente comentario en el foro (posterior a nuestra estancia en Praga), he podido saber que existe la posibilidad de comprar una entrada reducida sólo para la sinagoga Española. A esta entrada sólo se hace referencia en las versiones checa e inglesa de la web que he indicado. La primera de las sinagogas que visitamos es la Española. Sin duda, es la que cuenta con un interior más espectacular, más llamativo. Fue construida en 1868 en el lugar en el que estaba emplazada la sinagoga más antigua de la ciudad, en estilo morisco. De hecho, su decoración puede incluso recordar (salvando todas las distancias, lógicamente) a alguna de las salas de la Alhambra de Granada. En el primer piso de la sinagoga, se puede visitar una exposición sobre la historia de los judíos en Bohemia y Moravia. Pese a que no se pueden hacer fotos en el interior, como bastante gente las hacía y allí no había nadie que controlara, finalmente me decidí y casi a escondidas y de forma apresurada tomé alguna imagen ![]() *** Imagen borrada de Tinypic *** Muy cerca de la sinagoga Española, hay una estatua en bronce dedicada a Franz Kafka, erigida en 2003 para conmemorar los 120 años de su nacimiento. Está situada frente a una casa en la que el escritor residió durante su juventud. *** Imagen borrada de Tinypic *** La sinagoga Vieja-Nueva, nuestra siguiente parada, no tiene un interior tan espectacular como la Española, pero en cambio su valor histórico es muy superior. Se trata de la más antigua de las sinagogas abiertas al culto que se conservan en Europa. Data de mediados del siglo XIII, y fue construida bajo los cánones del estilo gótico. *** Imagen borrada de Tinypic *** Dado que se sigue utilizando para el culto, los hombres debemos cubrirnos la cabeza con una kipá, que entregan a la entrada. El curioso nombre del templo viene del hecho de que se le conocía como sinagoga Nueva o Grande, pero tras la construcción de otras en el siglo XVI, y para distinguirse de éstas, pasó a tener la actual denominación. Todas las sinagogas se encuentran muy próximas entre sí. La Española queda algo más retirada, pero no mucho. La Klausen, erigida en 1573, alberga una exposición sobre las tradiciones y costumbres de los judíos, mientras que la Sala Ceremonial, edificada a principios del siglo XX en estilo neorománico, *** Imagen borrada de Tinypic *** también contiene una exposición sobre tradiciones y costumbres judías pero esta vez relacionadas con la enfermedad y la medicina en el gueto, y con la muerte. La visita a la sinagoga Pinkas, construida en el año 1535, resulta sobrecogedora. En la planta baja, todas las paredes están repletas de nombres, los de los 80.000 judíos de Bohemia y Moravia asesinados por los nazis, mientras que la primera planta contiene una exposición de dibujos realizados por niños judíos en la ciudad-prisión de Terezín, etapa previa a su deportación definitiva al campo de exterminio de Auschwitz. Por último, para acabar nuestro recorrido por el barrio judío, visitamos el antiguo cementerio, prácticamente anexo a la sinagoga Pinkas. Se trata de otro lugar impactante. El cementerio data de mediados del siglo XV, y en el mismo hay unas 12.000 lápidas. Se calcula que puede haber allí enterradas (y apiladas) unas 100.000 personas. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** El cementerio estuvo en uso hasta el año 1787, y hay allí descansan los restos de personalidades como el rabino Loew, a quien se atribuye la creación del coloso de barro conocido como Golem, protector de los judíos de Praga y que forma parte del imaginario colectivo hebreo en Centroeuropa. La verdad es que en el cementerio no había tanta gente como pensaba tras haber leído algunos comentarios en el foro. Llegamos sobre las once y cuarto u once y media, y la visita fue bastante tranquila. En cambio, la sensación que tuvimos tanto en la sinagoga Pinkas como en la Sala Ceremonial, llegó a ser en algún momento casi claustrofóbica, ya que se trata de espacios más bien reducidos, y la cantidad de personas que había allí era considerable. Mis impresiones sobre los lugares visitables de Josefov: Imprescindibles las sinagogas Española (por su rica decoración interior) y Vieja-Nueva (por su extraordinario valor histórico), así como el antiguo cementerio judío. Merece la pena la visita a la sinagoga Pinkas por el impacto emocional. La sinagoga Klausen y la Sala Ceremonial, para mí son prescindibles. De la sinagoga Maisel no puedo decir nada porque, como dije, estaba cerrada por reformas. Ya no está abierta al culto y alberga la primera parte de la exposición sobre la historia de los judíos en Bohemia y Moravia. Creo que hubiera sido un detalle que redujeran un poco el precio de la entrada correspondiente a los lugares del Museo Judío de Praga, dado que actualmente no se puede visitar la sinagoga Maisel. Pero no, cobran lo mismo que se indica en la página web: 300 CZK. En la página www.disfrutapraga.com , que cité en la primera etapa de este diario, se hace referencia a otra sinagoga, la denominada Alta, pero lo cierto es que su visita no se incluye dentro de ninguna de las entradas que se pueden adquirir. Por lo que he podido averiguar en internet, se halla junto al que fue ayuntamiento del barrio judío de Praga, por lo que también es conocida con el nombre de sinagoga del Ayuntamiento, y desde 1997 sirve como casa de oración de la comunidad judía de la ciudad. De hecho, mientras elaboro el diario y reviso las fotos, compruebo que en una de ellas aparecen, sin haber sido consciente de ello, tanto el Ayuntamiento del barrio judío (edificio de color azul claro coronado por una torre negra con un reloj), como la sinagoga Alta (coronada por un tejado oscuro con dos puntas). *** Imagen borrada de Tinypic *** Comimos en un italiano de Nové Město. No recuerdo exactamente su ubicación, pero sí que estaba en la calle o paseo que da al río, y cerca de la Ciudad Vieja. Lo que sí recuerdo es la magnífica cerveza Kozel negra que tomé. La mejor pivo que bebí durante mi estancia en Praga. Sencillamente, de escándalo. Después de comer nos dirigimos hacia Vyšehrad (en español, “castillo en las alturas”), que se encuentra al sur de Nové Město. Según rezan las leyendas, se trata de la sede más antigua de los príncipes checos, aunque los investigadores sostienen que su fortificación es posterior al Castillo. Data de la mitad del siglo X, y que fue ocupada por los príncipes premislitas. Hasta Vyšehrad nos desplazamos a pie (unos 35 o 40 minutos desde el restaurante que, como he dicho antes, estaba cerca de la Ciudad Vieja). El cielo lleva un rato encapotado, y durante el trayecto empieza a lloviznar. Para acceder al recinto (en realidad, una gran zona verde) *** Imagen borrada de Tinypic *** no hay que pagar nada, aunque sí para entrar en alguno de sus monumentos, como la iglesia de San Pedro y San Pablo (30 CZK). *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Se trata de un templo neogótico que debe su actual aspecto a la remodelación que sufrió a finales del siglo XIX, pese a que data del siglo XI, cuando fue edificada en estilo románico a instancias del príncipe Vratislav II. Junto a la iglesia se encuentra el cementerio de Slavín, en el que descansan personajes célebres del país como el compositor Antonín Dvořák, y no demasiado lejos, la rotonda románica de San Martín, construida en la segunda mitad del siglo XI. *** Imagen borrada de Tinypic *** Pese a que la lluvia no era excesivamente fuerte, no dejaba de ser molesta. Así, que decidimos dar una vuelta por un tramo de las monumentales murallas barrocas que rodean la fortaleza, *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** y emprender el regreso, esta vez en el tranvía 17, que tomamos en la parada de Výtoň, y que nos dejó en Staromětská. Desde ahí, un breve paseo hacia el hotel, donde descansamos un rato, para volver un poco más tarde hacia la plaza de la Ciudad Vieja. Cenamos salchichas y cerveza en uno de los puestos allí instalados, e hicimos las últimas fotos de nuestra estancia en Praga. Iglesia de Ntra. Sra. de Týn, en la plaza de la Ciudad Vieja *** Imagen borrada de Tinypic *** Puente Carlos (torre de Staré Město) *** Imagen borrada de Tinypic *** Journeys 4 to 6, Total 10
¡Adiós a la capital checa! Vamos hacia Budapest para iniciar la segunda parte de nuestro viaje. Nos espera un trayecto en tren con una duración prevista de casi siete horas.
Los billetes los habíamos comprado el segundo día de nuestra estancia en Praga en la oficina que la compañía checa de ferrocarriles České dráhy, a.s. (ČD) tiene en Hlavni nádraží, la estación principal de la ciudad. Nos costaron 812 CZK cada uno más un cargo por servicio de 50 CZK. También reservamos dos asientos, lo que supuso 168 CZK suplementarias. Me pareció entender (mi inglés es manifiestamente mejorable) que la chica que nos atendió decía que por el hecho de haber comprado los billetes con, al menos, tres días de antelación, nos salía más barato, pero bueno, tampoco hagáis demasiado caso de esta afirmación. Lo que sí es seguro es que los billetes salen más económicos si se compran por internet a través de la propia web de la compañía de ferrocarriles www.cd.cz/en/# Tras comprar unos bocadillos en el centro comercial Palladium para poder comer durante el viaje, y después del check-out en el hotel, nos dirigimos a pie hacia la estación y en unos quince minutos nos plantamos en Hlavni nádraží. Una vez allí, tras comprobar en el panel situado en el centro del vestíbulo el andén al que debíamos dirigirnos para coger nuestro tren (las siglas EC identifican los trayectos internacionales), subimos hacia el primer piso, donde se encuentran las vías. Nuestro tren viene de Berlín y tiene prevista su salida de Hlavni nádraží a las 11:39 h., aunque finalmente salimos con unos diez minutos de retraso. Viajamos en un vagón de segunda clase, pero es cómodo y limpio. Ninguna queja al respecto. La única incidencia remarcable del trayecto fue una parada de una hora cerca de la estación de Trnovec tras una alocución por megafonía en eslovaco. Evidentemente, ignoramos la causa de la parada. El caso es que teníamos que haber llegado a Budapest (estación de Keleti) a las 18:35 h. y finalmente lo hicimos casi una hora y media después. En la estación, que conecta con la parada de metro del mismo nombre (Keleti pályaudvar) bajamos unas escaleras y nos dirigimos a una oficina de venta de billetes, donde adquirimos dos abonos de transporte público para 72 horas. En el momento de la compra, hay que indicarle al vendedor el día y la hora del inicio de vigencia del billete, puesto que es a partir de entonces cuando empiezan a contar las 72 horas. Cada abono cuesta 4.150 florines húngaros (HUF), y el cambio oficial estaba por aquellos días en torno a los 310 HUF por euro. Pagamos con HUF que habíamos cambiado en Praga el día anterior. Si bien en la capital checa habíamos utilizado muy poco el transporte público, en Budapest sí que teníamos intención de usarlo bastante más. El área en la que se hallan los sitios de interés en la capital húngara es más extensa, y además ya llevábamos un cierto cansancio acumulado en los días de estancia en Praga. Lo cierto es que, por el número de viajes efectuados, puedo decir que amortizamos los abonos. Para ir hasta el hotel compramos dos billetes de metro sencillos (todavía no queríamos empezar a utilizar el abono de 72 horas), a 350 HUF cada uno. Tomamos el metro – línea 2 - en Keleti pályaudvar, como dije, y dos paradas después bajamos en Astoria, a escasos cien metros de nuestro hotel, el Eurostars Budapest Center, situado en Kossuth Lajos utca (utca significa calle). Habíamos reservado este hotel en buena medida por las recomendaciones de varios miembros del foro, y lo cierto es que no nos equivocamos. Se trata de un cuatro estrellas bien ubicado, en la zona de Pest, muy cercano a lugares como la Gran Sinagoga, Vaci utca (una de las principales calles comerciales de la ciudad) y el puente de Isabel y perfectamente comunicado en metro, puesto que, como he indicado, tiene a unos cien metros la estación de Astoria (línea 2) y hacia el otro lado de la calle, en dirección al Danubio, la también cercana Ferenciek tere, perteneciente a la línea 3. Al hacer el check-in nos atendió una chica que hablaba un perfecto castellano, lo cual es de agradecer cuando se tiene un nivel de inglés tirando a deficiente, como el mío. Durante nuestra estancia pudimos comprobar que había, al menos, tres chicas españolas, lo cual ya había sido destacado en el foro y fue otro de los datos que nos movió a reservar allí. De hecho, Eurostars es una cadena hotelera española. La habitación del hotel era amplia, la cama enorme, el baño grande y funcional. En suma, un alojamiento de lo más confortable. La relación calidad-precio, francamente buena. Suelo reservar los alojamientos a través de www.booking.com , pero en este caso nos salió mejor de precio reservando en la propia web del hotel. Además, también contratamos el traslado desde el hotel hasta el aeropuerto. El régimen era de simple alojamiento, puesto que con desayuno había una diferencia de precio mayor que lo que nos costó desayunar en alguna de las diversas cafeterías que hay cerca del hotel. Después de cenar damos nuestro primer paseo por Budapest para empezar a tomar contacto con la ciudad y, de paso, para ver algunos monumentos emblemáticos iluminados. Palacio Real *** Imagen borrada de Tinypic *** Puente de las Cadenas *** Imagen borrada de Tinypic *** Journeys 4 to 6, Total 10
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